Creada en enero de 1941 por Churchill, The Finishing School fue un centro de adiestramiento británico para agentes secretos con el objetivo de infiltrarlos en territorio nazi. Tres mil hombres y mujeres se formaron allí hasta octubre de 1942, en disciplinas como sabotaje, falsificación y robo
Un operador de radio en The Finishing School en Beaulieu, Hampshire/laaventuradelahistoria.es
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Sabotaje, falsificación, robo,
asesinato silencioso o seguimiento personal eran algunas de las
asignaturas de la escuela de espías británica The Finishing School, en
la que entre enero de 1941 y octubre de 1942 se formaron más tres mil agentes. La
escuela se situaba en la localidad de Beaulieu, en el condado de
Hampshire. Allí los futuros espías recibían de dos a cuatro semanas de
formación, que incluía también técnicas de supervivencia y manejo de
armas de fuego y explosivos.
Hombres y mujeres de quince nacionalidades
diferentes completaron aquí su formación, el último paso -de ahí su
denominación, La escuela final- antes de que fueran infiltrados en el continente europeo para colaborar en la resistencia contra Hitler
y tras haber entrenado en otras escuelas del Reino Unido pertenecientes
a la Special Operations Executive, organización que por mandato de
Churchill dirigía las operaciones de espionaje en la Europa ocupada.
El cuerpo docente era heterogéneo, aunque en su mayoría estaba compuesto por oficiales experimentados en espionaje durante la Primera Guerra Mundial.
El primer instructor oficial fue el teniente coronel J. W. Munn, que
estuvo solo seis meses, el tiempo justo para poner en marcha la escuela
antes de ser enviado a Canadá para establecer allí otra similar. Al
equipo también perteneció el capitán William Clark, antiguo
guardabosques, experto en técnicas de supervivencia y en la construcción
de escondites imposibles de detectar.
Entre los alumnos hubo una veintena de españoles, ex soldados de la República que
habían escapado a Francia al terminar la Guerra Civil y que pasarían a
engrosar, como el resto de sus compañeros, las filas del Movimiento
Europeo de Resistencia.
Un cuarenta por ciento de los agentes
formados en la escuela fue capturado y torturado en territorio nazi,
antes de que se les enviara a campos de concentración.
Violette Szabo, la mejor
tiradora de la SOE fue detenida y ejecutada en Ravensbrück. Peter
Churchill, que trabajó como enlace de la SOE en la Riviera francesa, fue
capturado pero salvó finalmente la vida. Mejor suerte incluso corrió la
agente Jacqueline Nearne, quien participó en diversas operaciones en
Francia sin ser capturada. Por su parte, Cristine Granville aportó la
información que permitió a Churchill predecir los planes de Hitler de invadir la Unión Soviética.