viernes, 31 de octubre de 2014

Hace mucho tiempo que no existo

Se lanza una nueva edición del libro fundamental de Pessoa más limpia y comprensible al eliminar textos, aunar fragmentos y colocarlos en orden cronológico. Fragmentos del Libro del desasosiego  que se publica esta semana

Fernando Pessoa, retratado por Almada Negreiros./elpais.com

Las ilusiones, el conocimiento, el entendimiento, la cultura, la sensibilidad. Esos son algunos de los temas de reflexión de Fernando Pessoa, uno de los grandes escritores europeos del siglo XX. Esta semana la editorial Pre-Textos publica una nueva edición de su Libro del desasosiego en traducción de Antonio Sáez Delgado. Adelantamos cuatro fragmentos.

(1929?). El cansancio de todas las ilusiones y de todo cuanto hay en las ilusiones: su pérdida, la inutilidad de tenerlas, el cansancio anticipado de tener que tenerlas para perderlas, la amargura de haberlas tenido, la vergüenza intelectual de haberlas tenido sabiendo que tendrían ese final. La conciencia de la inconsciencia de la vida es el martirio más grande impuesto a la inteligencia. Hay inteligencias inconscientes –brillos del espíritu, corrientes de entendimiento, misterios y filosofías– que tienen el mismo automatismo que los reflejos corpóreos, que la gestión que hacen el hígado y los riñones de sus secreciones.

(25/4/1930). ¡Remolinos, remolinos en la futilidad fluida de la vida! En la plaza grande del centro de la ciudad, el agua sobriamente multicolor de la gente pasa, se desvía, forma charcos, se abre en riachuelos, se junta en arroyos. Mis ojos ven sin atención, y construyo en mí esa imagen acuosa que, mejor que cualquier otra, y porque he pensado que iba a llover, se ajusta a este incierto movimiento. Al escribir esta última frase, que para mí expresa exactamente lo que define, he pensado que sería útil poner al final de mi libro, cuando lo publique, bajo las «Erratas», unas «No erratas», y decir: la frase «a este incierto movimientos», en la página tal, es exactamente así, con las voces adjetivas en singular y el sustantivo en plural. Pero ¿qué tiene esto que ver con aquello que estaba pensando? Nada, y por eso me permito pensarlo.

Alrededor de los vehículos de la plaza, como cajas de cerillas móviles, grandes y amarillas, en las que un niño clavase inclinada una cerilla quemada para hacer de torpe mástil, los tranvías gruñen y chirrían; al salir, emiten un agudo silbido metálico. Alrededor de la estatua central las palomas son migajas negras que se mueven, como esparcidas por el viento. Dan pasitos, gordas sobre sus pequeñas patas.

(1930?). Hay una erudición del conocimiento, que es propiamente lo que se llama erudición, y hay una erudición del entendimiento, que es lo que se llama cultura. Pero hay también una erudición de la sensibilidad.

La erudición de la sensibilidad no tiene nada que ver con la experiencia de la vida. La experiencia de la vida no enseña nada, como la historia no informa de nada. La verdadera experiencia consiste en restringir el contacto con la realidad y aumentar el análisis de ese contacto. Así, la sensibilidad se ensancha y ahonda, porque todo está en nosotros; basta que lo busquemos y sepamos buscarlo.

¿Qué es viajar, y para qué sirve viajar? Cualquier puesta de sol es la puesta de sol; no es necesario ir a verla a Constantinopla. ¿La sensación de liberación que provocan los viajes? Puedo tenerla al salir de Lisboa hacia Benfica, y tenerla con más intensidad que quien va de Lisboa a China, porque si la liberación no está en mí, no está, para mí, en ninguna parte. «Cualquier carretera», dijo Carlyle, «hasta esta carretera de Entepfuhl, te lleva hasta el fin del mundo». Pero la carretera de Entepfuhl, si la seguimos hasta el final, vuelve a Entepfuhl; de modo que Entepfuhl, donde ya estábamos, es el mismo fin del mundo que íbamos buscando.

Condillac empieza así su célebre libro: «Por más alto que subamos y más bajo que caigamos, nunca salimos de nuestras sensaciones». Nunca desembarcamos de nosotros mismos. Nunca llegamos a otro, sino otreándonos a través de la imaginación sensible de nosotros mismos. Los verdaderos paisajes son los que creamos nosotros mismos, porque así, siendo dioses suyos, los vemos como son verdaderamente, que es como fueron creados. No es ninguna de las siete partidas del mundo la queme interesa y puedo ver verdaderamente; es la octava partida la que recorro y es mía.

Quien ha cruzado todos los mares ha cruzado solamente la monotonía de sí mismo. Ya he cruzado más mares que todos. Ya he visto más montañas de las que hay en la tierra. He pasado por más ciudades de las que existen, y los grandes ríos de ningún mundo han fluido, absolutos, bajo mis ojos contemplativos. Si viajase, encontraría la copia mala de lo que ya he visto sin viajar.

(8/1/1931). Hace mucho tiempo que no escribo. Han pasado meses sin que haya vivido, y voy durando, entre la oficina y la fisiología, en un estancamiento íntimo de pensar y sentir. Esto, desgraciadamente, no descansa: en la putrefacción hay fermentación.

Hace mucho tiempo que no sólo no escribo, sino que ni siquiera existo. Creo que casi no sueño. Las calles son calles para mí. Cumplo con mi trabajo en la oficina concienzudamente, pero no puedo decir que sin distraerme: por detrás estoy, en vez de meditando, durmiendo, pero siempre soy otro por detrás del trabajo.

Hace mucho tiempo que no existo. Estoy tranquilísimo. Nadie me distingue de quien soy. Ahora me he sentido respirar como si hubiese practicado algo nuevo o atrasado. Empiezo a ser consciente de tener conciencia. Quizá mañana me despierte para mí mismo, y tome de nuevo el curso de mi propia existencia. No sé si, con ello, seré más o menos feliz. No sé nada. Levanto la cabeza de paseante y veo que, sobre la ladera del Castillo, el ocaso arde al otro lado en decenas de ventanas, con una reverberación alta de fuego frío. Alrededor de esos ojos de llama dura, toda la ladera es suave al caer la tarde. Al menos puedo sentirme triste, y ser consciente de que, con esta tristeza mía, se ha cruzado ahora –lo he visto con el oído– el ruido repentino del tranvía que pasa, la voz casual de los jóvenes que charlan, el susurro olvidado de la ciudad viva. Hace mucho tiempo que no soy yo.

Margarita García Robayo: "Definitivamente, uno llega a conocerse mejor cuando escribe"

La escritora colombiana afincada en Buenos Aires presenta Lo que no aprendí, su segunda novela

Lo que no aprendí   de Malpaso Ediciones.
 
Margarita García Robayo, autora colombiana de Lo que no aprendí./elcultural.es
Un pasado de abogada y de periodista y varios escarceos con el mundo del relato (Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza, Las personas normales son muy raras y Orquídeas) le sirvieron para dar soltura a la pluma y atreverse a dar ciertos pasos. En Argentina, dónde se trasladó hace diez años, trabajó para Clarín, periódico en el que creó el blog Sudaquia en el que contaba historias de América Latina y que le valió diversos premios y reconocimientos. Radiografiaba con verbo hábil y mucho sentido del humor los distintos estereotipos latinoamericanos, "porque todos tienen su fondo de verdad (afirma). Los colombianos no podemos librarnos de la sombra del narcotráfico, y eso genera una cierta desconfianza a nuestro alrededor, y los argentinos van íntimamente ligados al cliché de ser engreídos y presuntuosos".

Y por fin esta joven colombiana de enormes ojos negros (Cartagena de Indias, 1980) se decidió a escribir novela y ya acaba de publicar la segunda. Lo que no aprendí (Malpaso, 2014) ha sido traducida a varios idiomas y está calando en los países de habla hispana, deslumbrados por la minuciosa prosa de esta joven que escribe premiosa y concienzudamente, con la misma atención con la que se puntea un intrincado extracto bancario. "Aunque hay que decir que el relato en sí mismo es un género, y reviste la misma complejidad que puede entrañar la novela (explica), también es importante destacar que relatos y novelas obedecen a búsquedas distintas. Yo cuando escribo relato hago un esfuerzo más grande en cuanto a estructura y técnica que en lo que se refiere a introspección, y en cambio cuando escribo novela la labor introspectiva que realizo es mayor y de mucha intensidad”.

“De niña me interesaba mucho la literatura pero la veía muy lejana a mí (continúa). Mi padre literario, como para muchos colombianos, era García Márquez, pero lo veía cómo alguien inalcanzable. Luego me llegó la gran oportunidad de mi vida, a mis veintipocos años, que fue trabajar en la Fundación García Márquez y ese fue mi acercamiento más real al mundo literario. Allí conocí personalmente a Gabo, el presidente de la fundación, un hombre carismático y con un sentido del humor proverbial. En las reuniones siempre decía frases legendarias, cortas, contundentes y llenas de sabiduría. Grandes conflictos los resolvía con enunciados muy sintéticos. Y fue en esa época de mi vida cuándo me decidí a escribir ficción”. Y así fue como esta autora se fraguó en el oficio, hasta ser elegida en 2008 cómo una de las 50 líderes de su país.

Lo que no aprendí es un buceo en el alma y la historia familiar de su autora, que decidió embarcarse en esa novela cuando regresó a Cartagena de Indias al morir su padre y empezó a oír versiones distintas sobre el devenir de sus antepasados. “No concibo la creación literaria alejada de la autobiografía. Para mí es imposible no poner retazos de uno mismo y de su entorno en la ficción, sea en un personaje concreto o diseminado en almas distintas. Definitivamente, uno llega a conocerse mejor cuándo escribe”.

La fuerza de los detalles y la precisión de sus descripciones es una constante en sus creaciones, porque “los detalles son el esqueleto de la narración (explica), la sostienen y la convierten en algo creíble. Siempre he sido muy observadora, y me gusta poner la mirada en lo más pequeñito porque eso muy a menudo abarca lo que en realidad se quiere contar”. De ahí que una de sus referencias literarias sea la prosa de Dorothy Parker en sus punzantes narraciones cortas, “dónde disecciona y recrea la vida urbana del Manhattan de su época (me cuenta), con un sentido del humor finísimo y unas descripciones meticulosas y muy inteligentes”.
Y esa es la estela que quiere seguir con su reciente libro de relatos Cosas peores, con el que ha ganado el Premio de Literatura de Casa de las Américas, y con su próxima novela, que por ahora es sólo un borrador en su mente.

Despecho, celos, venganza... y libros

Escritores, filósofos y especialistas abordan las causas y los efectos del tema del combate amoroso en la literatura. Varias obras coinciden en la mesa de novedades

Corazón partío. Ilustración de Fernando Vicente./elpais.com

Nadie escapa a su tentación. La venganza por despecho amoroso anida en algún rincón del corazón enmascarada de alivio al dolor. Tres libros recientes dan fe: Gracias por este momento (Maeva), de Valérie Trierweiler, es el testimonio-castigo de la expareja del presidente francés, Francois Hollande; Palais de Justice (Galaxia Gutenberg), de José Ángel Valente, desvela pasajes privados de la vida del poeta; y Así empieza lo malo (Alfaguara), de Javier Marías, ejemplo de motivo esencial en una ficción.
La venganza en la literatura procede de dos estirpes: la primera como elemento inspirador y artístico, para iluminar zonas oscuras de la condición humana, y la otra, espuria, para saldar cuentas.Según escritores, filósofos y especialistas, recurrir a la literatura como arma de despecho no suele dejar como resultado un buen libro, sí es, en cambio, un territorio fértil para, a partir de ahí, crear buenas obras. Es la prueba de que la venganza no es un plato que se sirve frío sino hirviendo.
La literatura, afirma Rosa Montero, “aspira a encontrar el sentido del mundo, el sentido de la vida, el sentido del dolor; no puedes reducir esa búsqueda inmensa y esencial a la sucia, ridícula y, a menudo, mentecata pequeñez de una venganza amorosa”.
Nadie escapa a su tentación. Ese rastro de llanto encolerizado de despecho está en la literatura, desde los clásicos griegos y romanos, la Biblia y Las mil y una noches, hasta El último encuentro, de Sándor Márai, y El túnel, de Ernesto Sábato; pasando por Otelo, de Shakespeare; o Cumbres borrascosas, de Emily Brönte.
De la estirpe más espuria procede uno de los libros más sonados en Francia esta temporada: Gracias por este momento, recién editado en España. Ahí, Trierweiler intenta cumplir su promesa a Hollande: “Te destruiré”, luego de que este le confesara su infidelidad. Ya en 2008 Francia había vivido un episodio parecido cuando Jean-Paul Enthoven publicó Lo mejor que tuvimos: él tenía un hijo llamado Raphael cuando se hizo amante de Carla Bruni. Más tarde ella lo abandono para irse con Raphael, con quien tuvo un hijo antes de convertirse en la esposa de Nicolas Sarkozy.
Uno de los casos más parecidos al libro de Trierweiler, guardadas todas las distancias literarias, lo firmó Oscar Wilde en De profundis. Cuando el autor inglés estuvo en la cárcel se sintó traicionado por su amante, Lord Alfred Douglas, y en 1897 le escribió una carta. Un breve texto que nace del amor pero donde le recuerda el infortunio que le trajo y le reprocha ciertos comportamientos.
Nada más infructuoso que la venganza, advierte el narrador y poeta Darío Jaramillo. Lo que enseña la literatura clásica, asegura, “es que el vengador siempre está equivocado en los hechos que dan origen al acto vengativo. A lo mejor porque el amor loco distorsiona la percepción y hace ver cosas que no ocurrieron”. Además de infructuosa, Jaramillo contradice la opinión de que la venganza es placentera, porque, “encima el vengador puede terminar derrotado por la culpa”.
Nadie escapa a su tentación. Otra cosa es que el desarrollo de la civilización contenga a los individuos. ¿Y desde dónde viene o dónde nace esa pulsión? Desde la misma infancia la persona ya está familiarizada con la dialéctica de la venganza y sus estrategias, en general, cuenta Jesús Ferrero, en Las experiencias del deseo. Eros y misos (Premio Anagrama de Ensayo 2009). Cuando en una obra literaria se detecta al vengador, dice Ferrero, “pronto nos identificamos con él, como si sospecháramos que el deleite que nos depara su venganza va a ser superior a cualquier otro placer literario. Por más que la moral ponga reparos a semejante proceder, casi siempre estamos en disposición de enamorarnos del vengador y de disfrutar de su venganza, como viene a decir Fernando Savater en La infancia recuperada”.
Es el envés del gran sentimiento anhelado y buscado: el amor. “Si aceptamos que la relación amorosa es la gran apuesta intersubjetiva del ser humano se entenderá que el fracaso de aquella pueda ser vivida por sus protagonistas como la mayor de las derrotas”, reflexiona el filósofo Manuel Cruz, autor de Amo, luego existo. Los filósofos y el amor (Premio Espasa de Ensayo 2010). La razón estaría en que en el amor más intenso la gente se pone en manos del otro: “Alcanzamos el grado máximo de la vulnerabilidad: Por eso nada nos daña tanto como su desprecio o su rechazo”.
La venganza queda así en la órbita errática del despecho como un elemento fértil para el escritor. La poeta Clara Janés asegura que a ella todo le interesa pero para convertirlo en arte, en literatura. Todos los sentimientos le sirven de aprendizaje y de ejercicio, si logra crear “intensidad, belleza, profundidad y buena escritura”. Ahora bien, detesta todo culebrón. Desde adolescente le interesan seres como Medea y Fedra.
Arquetipos del mundo antiguo donde la mujer casada, recuerda el especialista Carlos García Gual, vivía sometida al marido, y en caso de traición o abandono debía resignarse, recobrando su dote en algún caso. Pero el mito y la tragedia ilustraron a dos damas muy vengativas: Medea y Clitemnestra.
Venganza o despecho que, tal vez, afirma Cruz, sean estrategias de supervivencia por parte de quien se ve abandonado. “Porque, en efecto, no tiene sentido culpar o responsabilizar a quien ha dejado de querernos: ¿qué otra cosa podría hacer, si le queda un resto de amor, que decirnos la verdad? Pero asumir esto nos llevaría o a aceptar que la relación amorosa no responde a la lógica del intercambio (el llamado ‘absurdo’ del amor) o a asumir nosotros mismos la carga del fracaso, y casi con toda seguridad eso incrementara hasta lo insoportable el dolor (porque no podríamos evitar pensar: ¿cómo pudimos dejar escapar a alguien en quien nos iba la vida?)”.
Nadie escapa a su tentación. Ni a creer que la venganza es un plato que se sirve frío, pero que Ferrero desmiente: “Más parece un plato que se come hirviendo, que acelera las emociones y los latidos del corazón y crea continuos chisporroteos en la mente”.
¿Quién escapa a su zumbido?
Aunque, a veces, sean latidos convertidos en versos, como los de Darío Jaramillo, en su poema Venganza: “Ahora tú, vuelta poema, / encasillada en versos que te nombran, / la hermosa, la innombrable, luminosa, / ahora tú, vuelta poema, / tu cuerpo, resplandor, / escarcha, desecho de palabra, / poema apenas tu cuerpo / prisionero en el poema, / vuelto versos que se leen en la sala, / tu cuerpo que es pasado / y es este poema / esta pobre venganza”.

Despechos muy literarios

Medea y Fedra, de Eurípides.
Las mil y una noches, Anónimo
Otelo, de William Shakespeare
Memorias de Leticia Valle, de Rosa Chacel.
Las amistades peligrosas, Choderlos de Laclos.
Cumbres borrascosas, de Emily Brönte.
El túnel, de Ernesto Sábato.
El último encuentro, de Sándor Márai
Arráncame la vida, de Ángeles Mastretta.
De profundis, de Oscar Wilde.
El gobierno de las emociones, de Victoria Camps.
Por qué duele el amor, de Eva Illouz.
La batalla de las cerezas. Mi historia de amor con Hannah Arendt, de Günther Anders.
La paradoja del amor, de Pascal Brukner.
Amo, luego existo. Los filósofos y el amor, de Manuel Cruz.
Las experiencias del deseo. Eros y misos, de Jesús Ferrero.

Cinco títulos de novela negra japonesa muy recomendables

El pasado viernes 24 de octubre tuve el placer de moderar la mesa redonda dedicada a la novela negra japonesa dentro de la séptima edición de Getafe Negro, festival de novela policíaca de Madrid

De izquierda a derecha: Andrés Pascual, Carlos Bassas, Ricardo Bosque, José Luis Ramírez y José Andrés Espelt./ricardobosque.wordpress.com
Los participantes, cuatro especialistas en el género y en la cultura japonesa: los escritores Carlos Bassas del Rey y Andrés Pascual, José Luis Ramírez (editor de Quaterni) y José Andrés Espelt, crítico y colaborador de varios sellos editoriales, más conocido como Cruce de cables.
Hablamos con ellos de las diferencias y similitudes entre la novela negra oriental y la occidental, los temas recurrentes, el papel de la mujer como autora y como personaje, las desigualdades sociales, laborales y en materia sexual, las perversiones, filias y fobias niponas, las colegialas, los trenes bala, la yakuza, gatos y fantasmas… Personalmente diré que me pareció que la charla fue tan interesante para los ponentes como para el público asistente, pero si queréis una visión más objetiva os invito a leer la crónica publicada en Leer sin prisa, creo que resume muy bien lo que allí se dijo.
Para terminar la charla, pensamos que procedía pasar de lo general a lo concreto, así que nos permitimos hacer una sugerencia cada uno de nosotros. Difícil elegir entre mucho y muy bueno, pero la selección fue esta que os dejo a continuación, con portada y enlace a la sinopsis de la editorial correspondiente clicando en el título. Espero que os animéis a echarles un vistazo y a adentraros en lo que, para mí, ha sido todo un descubrimiento: la literatura criminal japonesa.
tokio 
El expreso de Tokio, Seicho Matsumoto (recomendada por Andrés Pascual)
llave 
La llave maestra, Masako Togawa (recomendada por Carlos Bassas)
kasha 
La sombra del Kasha, Miyuki Miyabe (recomendada por José Luis Ramírez)
okamoto 
Hanshichi, Okamoto Kido (recomendada por José Andrés Espelt)
Out-UK-Cover 
Out, Natsuo Kirino (mi recomendación)

Reinauguró el Museo Picasso: esplendor y modernidad

La colección se formó con los cuadros que los herederos donaron para pagar el impuesto a la herencia. Está en un antiguo hotel de París

Todos los períodos. En el Museo se pueden ver obras que atraviesan la vida del artista./revista Ñ
A cargo. Le Bon es un ex conservador del Centro Pompidou.
Más de tres cuadras de cola en la apertura del Museo Picasso en París. Franceses y turistas se alinearon disciplinadamente el sábado, aún bajo la lluvia, para que finalizara la inauguración oficial del presidente Francois Hollande y se reabrieran las puertas del Hotel Salé y así ver la mas completa y reinventada colección del maestro español, en la majestuosidad estética de uno de los palacios mas lindos.
Un placer visual y una epopeya burocrática de las autoridades francesas, que lo mantuvieron cerrado por 5 años por querellas internas, crisis económica, problemas de gerenciamiento, batallas de egos, que terminaron con el pedido de renuncia a su directora Anne Baldassari, quien fue finalmente la curadora, porque es una de las voces mas autorizados en Pablo Picasso y en quien su hijo Claude confía.
Todos estos dramas se olvidan al acceder a uno de los hoteles particulares más espectaculares de París. Los 43 millones de euros que costó la refundación, bajo la renovación del arquitecto Jean Francois Bodin y Anne Baldassari, que consiguió el 65 por ciento de los 43 millones de euros con 21 exposiciones de Picasso organizados alrededor del mundo, están bien gastados. Su nuevo director es Laurent Le Bon .
Bajo su batuta, Picasso está desplegado como nunca con 400 obras de su amplia colección. Jerarquizada, concebida en tres tours de visita, cronológica y temática. Más su colección personal de pintura, de Cézanne, Degas, Braque, Rousseau, que compró o le regalaron sus amigos, y lugares donde se evocan los diferentes ateliers del maestro. Sus pinceles, su silla azul, donde depositaba sus pinturas, sus pinceles y sus trapos.
No están allí desplegadas las 4555 obras que el Estado francés eligió para que los herederos de Picasso pagaran su impuesto a la herencia. El hotel de Salé conserva los más detallados archivos de Picasso. El guardaba todo. Un éxito del Estado francés, frente a una familia dividida por la herencia de un gran maestro, con una vida personal de Picasso, tan emocional como intensa, trágica, perturbadora y fragmentada.
La grandiosidad del palacio del siglo XVII ha sido recreado pero en el siglo XXI. El arquitecto le agregó 40 salas y 3000 metros de espacio de exhibición.
En la misma semana que en París se inauguro la moderna Fundación Vuitton en el Bois de Boulogne y la FIAC de arte contemporáneo en el Grand Palais, la reapertura del Museo Picasso se convirtió en el mayor evento cultural francés. Mas de 4000 personas lo visitaron en un solo día.
“Lo que tenemos aquí es la obra por la Picasso tenía más afecto”, explicó Anne Baldassari. “Lo que tenemos aquí son sus claves, sus elecciones. La razón por las que no fueron vendidas es porque no soportaba venderlas” siguió Baldassari, una de las expertas mundiales en Picasso, más allá de haber sido despedida por la ex ministra de Cultura de Hollande. Por eso se puede ver el retrato de Dora Maar de 1937, Corrida de 1923, La Minotauromania de 1927, Bodegón con una cabeza de toro de 1958, El Beso en Mougins en 1969, Nino jugando con un tren, 1954, y sus pinturas de Claude y Paloma , sus hijos, de 1954. Obras únicas, muy personales, casi íntimas.
Cuando el ministro de cultura francés Andre Malraux hizo aprobar la ley de “Dation”, que permitía a los herederos de los artistas pagar los altos impuestos a la herencia con obras de ellos, estaba pensando en Picasso. Pero si bien el maestro malagueño murió en Mougins en 1973, la familia recompuesta de Picasso tardó seis años en ponerse de acuerdo en su legado, incluidos sus hijos nacidos fuera de la familia legal. Así ,en 1979, el Estado francés eligió 203 pinturas, 158 esculturas, 29 cuadros con relieve, 88 cerámicas, 1500 dibujos e instalaciones y 1600 manuscritos como la herencia del siglo. Sobre ella comenzó a nacer el Museo Picasso, el pintor español que eligió Francia como su país de adopción.
El nuevo despliegue de la obra de Picasso va desde 1985 a 1973. Y permite reconstruir su obra a lo largo de su vida. Su colección particular muestra un diálogo de Picasso con Gauguin, Degas, Roussier, Matisse, Braque, Miro, Renoir y Modigliani y la influencia sobre su obra. Luego están las fotos de los ateliers en los Grands Augustins, la Villa California en Cannes o la “bastide” de Notre Dame de Vie a Mougins. En ese tour se ven los rastros, la desestructuración, los progresos, la selección de colores y la atmósfera del mundo en su obra.
Picasso pintor, grabador, escultor, ceramista y poeta. El maestro y sus instalaciones, sus guitarras, sus “collages”. Todo esta allí. Para cumplir con su frase histórica: “Denme un museo y lo lleno”.

Las obras que Picasso no quiso vender y que "dicen mucho de su intimidad"  

Entrevista a Laurent le Bon, director del Museo Picasso de París.  
Laurent le Bon llegó al Museo Picasso como director para calmar la tempestad y reabrirlo, después de cinco años de demora y drama. Ex conservador en el Centro Pompidou y en el Pompidou Metz, recibió a Clarin el día de la apertura de su nuevo gran proyecto en el Hotel Sale, en el barrio parisino del Marais.
–¿Usted esperaba este suceso?
–No lo esperábamos. Es un momento un poco mágico. Después de cinco años de cierre, esperábamos un interés. Pero ahora el público está allí: la gente está contenta y nosotros también.
–¿Cual es la diferencia entre el viejo museo y este?
–Es extraño, pero todo ha cambiado y todo ha quedado. Está el Hotel Salé, esta extraordinaria arquitectura del siglo XVII, y lo que ha cambiado es el recorrido. Jean François Bodin, el arquitecto, ha conseguido hacer en el hotel un gran conjunto de salas, 40 exactamente, muy luminosas. Son 3.000 metros de exposición y 400 obras.
–¿Ustedes han renovado la exposición?
–Sí. Restauramos las obras, las hemos valorizado y tenemos un trayecto más amplio, más fluido, y a eso se le suma un valor agregado: parte de la colección personal de Picasso, con sus Degas, Matisse, Renoir, Cezzane, que están allí.
–¿Siempre tuvieron esta colección personal o ha sido una decisión de la familia
 La donación personal es de 1973, después de la muerte del artista. Al contrario, el resto de las obras pertenece a la “Dations” para pagar el impuesto a la herencia en 1980. – Y esta colección personal de Picasso, ¿qué dicen de él las obras que seleccionó? –Dice mucho de su intimidad. Son los Picasso de Picasso. El era un gran coleccionista y quiso guardar estas obras a lo largo de su vida. Esas son las obras del Museo Picasso: no se trata de obras anecdóticas.
–En esta readaptación, ustedes establecen el vínculo entre Picasso y la fotografía. ¿Cómo es?
-Hay algo muy importante, que es un archivo de unos 12.000 documentos. Y por milagro, tenemos las fotografías, que muestran otro aspecto de Picasso. Es notorio cómo fue influido por las fotografías que coleccionaba o que hacía él mismo: reflejaban su puesta en escena. Él se mostraba como un maestro genial del siglo XX.
–Después de todos los escándalos, la calma ha llegado al Museo. 
–Yo llegué en junio. Aquí reina la serenidad. Picasso nos sobrepasa y estamos al servicio de su obra. El presidente Hollande nos ha dado el placer de venir: ha sido una bella semana para Francia.

martes, 28 de octubre de 2014

México: protestas y cartas contra el poder

Intelectuales hacen oír su dolor en todo el mundo por la desaparición de 43 estudiantes

 Aparición con vida. Como en otras épocas, en México piden por la vida de los estudiantes secuestrados por policías y narcotraficantes./revista Ñ
La comunidad de Iguala se moviliza por los estudiantes desaparecidos sin ningún desaliento./revista Ñ


"Todo el país será una fosa común”, dolorida e impotente la cuentista y novelista mexicana Ana García Bergua dijo lo que nadie quería oír ni saber. Lo que se teme. Esa desazón recorre México y no sólo lastima dentro de sus bordes sino que va clavando aguijones en muchos rincones del mundo donde se comparte esta desgracia. A lo lejos, pero se comparte. Y así fue también que los círculos de intelectuales y de académicos de toda América y también de Europa firman declaraciones, mandan cartas y publican sus opiniones para que la desaparición de los 43 estudiantes de magisterio en el estado de Guerrero no quede en el olvido. Para que los gobiernos sepan que a esas fosas también pueden ir ellos. El país entero.
“Me parece absolutamente vergonzoso y de una grosería inaceptable poner todas esas fotografías con las caras de los muchachos como si fueran delincuentes. Los andan buscando hasta por debajo de los camiones. Cuando en realidad los mataron. Lo más obvio es que van a aparecer en una fosa”, decía con un enojo triste la escritora Margo Glantz al Diario de Cohauila.
El sábado pasado, el estadounidense Noam Chomsky fue entrevistado públicamente en la feria del Libro de El Zócalo de Ciudad de México por Paco Ignacio Taibo II y Fabrizio Mejía Madrid. Ante la situación que vive el país, el lingüista dijo: “hay un cómplice en estos problemas que tiene México. Ese cómplice son los Estados Unidos. En tanto que la mayor parte del consumo de la droga que se produce o que pasa por el país termina en Estados Unidos, al mismo tiempo lo que Estados Unidos da a cambio a México son las armas con las que el pueblo mexicano se está matando entre sí. Estados Unidos tiene una gran responsabilidad. Si a eso le aunamos las políticas suicidas que los gobernantes mexicanos están ejerciendo y las reformas suicidas que están realizando los gobernantes mexicanos nos encontramos frente a un enorme problema.
Está circulando por la web una carta que se puede firmar en http://ayotzinapasomostodos.wordpress.com/ Desde la Comunidad Académica Internacional de más de 60 países y 500 universidades, centros de investigación y organizaciones de la sociedad civil, y con el apoyo hasta ahora de más de 7.500 personas –cifra en aumento constante– se envía esta carta urgente y abierta para que la noticia se sepa y no quede nadie indiferente. Además de Chomsky también adhieren Judith Butler y Elena Poniatowska y se suman las firmas de Laura Malosetti Costa, Eduardo Buscaglia, Andrea Giunta, Francine Masiello, Gabriela Polit, Rita Laura Segato y Gareth Williams, entre muchos otros. Los que firman exigen la “renuncia inmediata” del gobernador de Guerrero, Angel Aguirre Rivero, de su procurador Iñaki Blanco Cabrera y de todos los policías y miembros del Ejército que hayan sabido, encubierto o participado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Y señalan que la realidad que México ha mostrado al mundo es decepcionante: “El caso de Iguala, sumado a muchos otros sucesos en los últimos meses, ha dejado claro que no se puede hablar ya de criminales comunes sino de la criminalidad de representantes del gobierno tanto local como estatal y federal, que por acción u omisión permitieron que esto ocurriera y ahora no parecen hacer lo necesario para resolverlo y restaurar la confianza en ese mismo gobierno”.
El escritor de Culiacán Elmer Mendoza argumenta, enérgico, ante el Diario de Cohauila: “A los responsables, encabezados por el presidente Enrique Peña Nieto, les digo que esto no puede ocurrir. Si aspiramos a ser un país civilizado, que tenga leyes respetables, no pueden pasar estas cosas”, dice el autor especialista en lo que se dado en llamar la narcoliteratura y autor de El misterio de la orquídea calavera . “No podemos permitir que asesinen a nuestros estudiantes, a nuestra juventud, porque estamos rompiendo cadenas y eso no es justo, no es normal y tampoco es humano. Tenemos que conseguir ser otro país, un país donde los sueños sean posibles”, concluyó Elmer.
“México se ha convertido en una tumba sin nombre donde caen todas las víctimas y los desaparecidos”, concluye la carta que firman Elena Poniatowska, Juan Villoro, Gael García, Paco Ignacio Taibo II, John Ackerman, Liliana Felipe, Dolores Heredia, entre otras personalidades que suman una larga lista y que se publicó el miércoles en el diario La Jornada. En las principales ciudades del mundo hubo manifestaciones de reclamos al gobierno mexicano y de solidaridad con los desaparecidos y sus familias. En la embajada de México en Buenos Aires, unas 200 personas se solidarizaron con los normalistas al grito de: “¡Aparición con vida de los 43 compañeros!”. Los gritos rebotaban en las puertas de la sede diplomática.
La semana pasada en la revista Ñ la antropóloga Rossana Reguillo publicó una nota bajo el título “Otra vez se toca el fondo de un horror que despelleja”, concluía con dolor y bronca: “Seguimos acumulando muertes. Sí, hemos venido tocando fondo muchas veces, pero Ayotzinapa desnuda sin clemencia, la relación descompuesta, podrida, vergonzosa entre los distintos poderes propietarios: estado, gobierno, poder económico, partidos, fuerzas de seguridad”.

Cien años del milagro Dylan Thomas

 Gales rinde homenaje al gran poeta y narrador en el centenario de su nacimiento

El poeta y narrador Dylan Thomas, durante una de sus grabaciones de radio para la BBC, durante los años de la posguerra./elpais.com

Un escritor de poemas y cuentos. Un escritor de cuentos y poemas. De versos que parecen invocar la prosa, de prosa esparcida de versos. De una voz interior que busca ser oída para descubrir la música de las palabras. Ese era Dylan Thomas (Gales, 27 de octubre de 1914-Nueva York, 6 de noviembre de 1953). Donde nació y donde murió es el arco perfecto que traza la vida de lo que fue la trayectoria de un autor de provincia que se convirtió en estrella. Swansea... Swansea es el lugar donde nació y el mundo del que en realidad nunca salió. Y donde conmemoran su centenario con lecturas, exposiciones y nuevas ediciones de libros.
Si bien sus primeras narraciones pueden ser vistas como recargadas o barrocas y crípticas, las segundas son, en apariencia, más transparentes y directas. Pero todas proceden de un mundo interior, a veces inquietante, a veces simbolista, a veces turbio, a veces obsceno, a veces divertido, a veces surrealista, a veces romántico, a veces distraído, a veces apesadumbrado, a veces seductor, a veces contemplativo, a veces inquieto y dudoso, muy dudoso, a veces infantil, a veces amante de la naturaleza, a veces creyente, a veces tierno y sexual, a veces rebelde, a veces acurrucado en la orfandad, a veces alegre, o todo a la vez. Y todo renovación. Dylan Thomas se asomaba a su mundo interior como en un pozo que sus ojos hacían cristalino con las palabras donde los lectores no solo ven ese mundo ajeno sino también el propio. El temblor del agua que los refleja. ¿Metafísico, filosófico, existencialista Thomas? La belleza y el hipnotismo del temblor del agua.
Como cualquier verso de Y la muerte no tendrá dominio, No entres dócilmente en la noche callada o este de La fuerza que por el verde tallo mueve a la flor:
“Los labios del tiempo sorben del manantial que nace.
El amor gotea y se reúne, pero la sangre caída
calmará su dolor.
Y estoy mudo para decir al viento
cómo el tiempo ha marcado un cielo alrededor de las estrellas”.

Dylan Thomas en una imagen de 1946. / Francis Reiss (getty images)
Septiembre de 1936 es una fecha clave en su vida. Dos años antes se ha ido de su casa de Swansea, en Gales. Londres es ahora su hogar, allí vive con un amigo de su pueblo. Con 20 años (1934), se busca la vida como periodista freelance y poco tiempo después entra en el mundo de la literatura con la publicación de Dieciocho poemas. Su nombre empieza a sonar y sus versos a ir de boca en boca. Es con la publicación de Veinticinco poemas, en 1936, cuando la reputación y la fama le abren sus puertas.
¿Y los cuentos? Nadie los quería publicar. Pero él sabía que era cuentista. Que era un contador nato de historias. Su voz que busca ser oída, escuchada, compartida. Sabía que era un narrador de episodios breves convertidos en universos autónomos con el don añadido de abrir la imaginación y la reflexión del lector. Debió recurrir a su ya joven nombre de gran poeta para que en su siguiente poemario, Verso y prosa, se incluyeran los seis relatos de El mapa del amor:
“—Aquí viven –dijo Sam Rib- las bestias de dos espaldas. —Señaló su mapa del Amor, cuadrátula de mares, islas y continentes extraños con una selva oscura en cada extremo…”.
…Y la historia continúa. La gente los lee. Completa su felicidad. Poeta Dylan, cuentista Thomas. A la par. Dos aproximaciones a su mundo que se complementan, necesitan, como esa bestia de dos espaldas de la que habla en El mapa del amor.
Versos y prosas que piden ser leídos en voz alta, que prometen que al hacerlo así ese mundo poético o narrado enriquecerá. Palabra, ritmo, candencia, música de palabras.
Versos y prosas que piden ser leídos en voz alta, que prometen que al hacerlo así ese mundo poético o narrado enriquecerá. Palabra, ritmo, candencia, música de palabras.
Evocar no es desandar. Recordar es caminar. De ese peregrinaje está hecha la literatura del autor que firmó ese libro famoso titulado Retrato del artista cachorro, la pieza que faltaba a su ser personal y literario, al mostrar su lado más ¿divertido y cómico?
En 1952 escribe una nota para un volumen de sus poemas completos que resulta clarificadora: “Leí una vez algo sobre un pastor que cuando le preguntaron por qué cumplía ciertos ritos, en un círculo de hongos, relacionados con la luna, para proteger sus rebaños, él contestó: ‘Sería un condenado tonto si no lo hiciera’. Estos poemas con todas sus crudezas, sus dudas y confusiones, están escritos por amor al Hombre y en alabanza de Dios, y yo sería un condenado tonto si ello no fuera así”.
Muere con 39 años congregando ante sí lo popular y lo elitista. Guiones de radio y televisión, unos 450 poemas y una veintena de cuentos. Prosa y lírica. A cada paso caos, bohemia, borracheras, disgustos, apuros, amores, alucinaciones, lecturas,escándalos. Eso y más rodearon la vida de Dylan Thomas que ha inspirado a creadores de todas las artes. Verdad o mentira, todo es leyenda, y en su estela una de sus tantas frases, esta vez de un cuento, en la que está él y todos: “El hombre se enamoró del milagro, pero no pudo retenerlo a su lado y el milagro se fue de él”.

La ministra francesa de Cultura lleva dos años sin leer un libro

 La sustituta de la crítica Aurélie Filippetti admite en televisión que no tiene tiempo para la literatura y que no conocía la obra de Patrick Modiano antes del Nobel

Fleur Pellerin, ministra francesa de Cultura, no tiene el gusto por leer literatura./elmundo.es

"No leo ningún libro desde hace dos años". La ministra francesa de Cultura, Fleur Pellerin, ha confesado sus no hábitos culturales en una entrevista en Canal+. "No conocía a Modiano", ha dicho también Pellerin sobre el reciente Nobel de Literatura.
Pellerin, nacida en Corea del Sur hace 41 años, adoptada por una familia francesa y educada en la elitista Escuela Nacional de Administración, pasó por el trance cuando la entrevistadora le preguntó por su libro favorito de Patrick Modiano. Sonrisas nerviosas, algún farfulleo y la confesión. "No conocía a Modiano, no he leído ningún libro suyo". La entrevistadora pone cara de escándalo e insiste. Pellerin decide entonces decir la verdad: "No tengo problema en admitir que no tengo tiempo de leer desde hace dos años. Leo noticias de agencias, informes, pero no mucho más.
Pellerin llegó al Gobierno con el equipo de François Hollande como secretaria de Estado de Economía Digital, dentro del Ministerio de Industria. El 26 de agosto de este año 'ascendió' al puesto de ministra de Cultura en sustitución de Aurelie Filippetti, crítica con el rumbo que Manuel Vallls había dado al Gobierno.

Latinoamérica criminal

El libro es un intento de describir un paisaje nuevo o elaborar un mapa nuevo de las distintas estrategias que hoy se producen en ese ámbito literario

Latinoamérica criminal, los nuevos narradores de género neonegro./elmundo.es
Afirma el escritor y traductor brasileño Daniel Galera, en su introducción a un volumen de relatos a cargo de trece autores latinoamericanos y titulado Latinoamérica criminal (Random House), que antes resultaba fácil hablar de esa narrativa y que bastaba con mencionar el realismo mágico o las favelas o la lucha contra regímenes dictatoriales o el legado colonial. Mientras que por debajo del Trópico de Capricornio, era suficiente con añadir a Borges, Cortázar, Rulfo, García Márquez, Rey Rosa y Vargas Llosa, a los que designa como envueltos en una "fría melancolía existencial" (tendría que ver Galera la melancolía por encima del Círculo Ártico). Ahora, la cosa es mucho más enredada.
El libro es un intento de describir un paisaje nuevo o elaborar un mapa nuevo de las distintas estrategias que hoy se producen en ese ámbito literario. Y lo pretende mediante el encargo a esos trece escritores (tres brasileños y los demás en español) de una historia de suspense -que da más bien en género negro, aunque no exclusivamente-, a través de la cual puedan observarse las distintas sensibilidades y estrategias que hoy pueblan el subcontinente. Se supone que muy distintas a las tópicas y emblemáticas.
Esto es un poco más discutible, sin necesidad de reprobar la intentona. El género, o el subgénero aludido, tiene una tradición bastante fiera y romperla, aunque sea como juego, no es sencillo, y exige un esfuerzo y una vocación de partida que no se producen de buenas a primeras. En justa compensación, es indiscutible que cada uno de los autores -entre ellos, Santiago Roncagliolo, Rodrigo Rey Rosa, Alejandro Zambra, los más conocidos en España- consigue imprimir algo de su sello en esta empresa difícil. En resumen, es un paisaje interesante, así como el mundo representado contiene claves de lo contemporáneo interpretadas en esas latitudes.
Digamos también que a nadie en Europa se le habría ocurrido hacer algo semejante, por la sencilla razón de que sería una empresa presuntamente inabarcable y de que el inmediato pasado de la literatura europea, por esquematizar mucho, es menos propenso a la emblemática. En cierto sentido, hay un cierto fondo bolivariano en la propuesta de Daniel Galera, que también ha seleccionado los relatos, pues pretende que existe un marco para lo que suele denominarse literatura latinoamericana. El español, indudablemente, podría componerlo, pero al introducir a autores en lengua portuguesa, ese marco remite a otra idea de contenido más político o más sentimental, pero en todo caso más difuso, salvo que lo geográfico delimite por encima de todo.
Bueno, no pongamos tantas pegas. La idea funciona porque deja ver cosas y en último término permite descubrir a escritores que están arrancando en su proyección internacional y que parecen estar ya bastante fraguados. Añadamos a Carol Bensimon, Rodrigo Blanco Calderón, Bernardo Carvalho, Rodrigo Hasbún, Mariana Enríquez, Andrés Ressia Colino, Jorge Enrique Lage, Andrés Felipe Solano, Joca Reiners Terron y Juan Pablo Villalobos, y ya estaremos todos.

Las veintidos reglas de la escritura según Pixar

Seguro que todos hemos visto sus películas. Nos han hecho reír y sonreír, llorar, pensar y sentir un montón de cosas distintas. Ahora también quieren ayudarnos a escribir mejor

Cómo escribir una historia, según Pixar./literautas.com
Hoy queremos compartir con vosotros un par de cosas que nos ofrecen desde el estudio de animación de Pixar referente a la escritura:
Por un lado, podéis leer a continuación la interesante lista de Pixar sobre las 22 reglas la la escritura.
Por otro, al final de esta entrada podréis ver un vídeo de Andrew Stanton (Toy Story, WALL-E) hablándonos sobre las claves para crear una gran historia. A ver qué os parecen:

1. Haz que tus personajes trabajen

Admiramos más a un personaje por lo que intenta que por lo que consigue.

2. Ponte en el lugar de la audiencia

Debes tener en mente qué es interesante para ti como público, no lo que es divertido hacer como escritor. Pueden ser cosas distintas.

3. Busca el tema al final

Tener un tema es importante, pero no verás de qué trata realmente la historia hasta que la termines. Cuando lo hagas, reescribe.

4. Usa la estructura universal

Había una vez un __________. Cada día, ________________. Hasta que un día _____________. Entonces, _________________. Hasta que finalmente ______________.

5. Simplifica y enfoca

Combina personajes. Sáltate los desvíos. Sentirás que pierdes algunas cosas valiosas, pero te hará libre.

6. Desafía a tus personajes

¿En qué es bueno tu personaje? ¿Con qué se siente cómodo? Piensa en el polo opuesto y haz que lo desafíe. ¿Qué ocurre entonces?

7. Empieza por el final

Construye el final antes que el medio. en serio. Los finales son difíciles; conseguir el tuyo te dará ventaja.

8. Aprende a terminar

Termina tu historia; déjala ir incluso si no es perfecta. En un mundo ideal tendrías ambas cosas, pero tienes que seguir adelante y hacerlo mejor la próxima vez.

9. Aprende de lo que no quieres

Cuando estés bloqueado, haz una lista de lo que NO debería suceder a continuación. Muchas veces el material para desatascarte aparecerá así.

10. Analiza las historias que te gustan

Pon aparte las historias que te gustan. Lo que te gusta de ellas es una parte de ti; tienes que reconocerlo antes de poder usarlo.

11. Escribe tus ideas

Ponerlo sobre el papel te permite empezar a aregllarlo. Si lo dejas en tu cabeza como una idea perfecta, nunca lo compartirás con nadie.

12. Sorpréndete

Descarta la primera cosa que aparezca en tu mente. Y la segunda, tercera, cuarta, quinta… Aparta lo obvio de tu camino.

13. Haz que tus personajes tengan opiniones

Un personaje pasivo/maleable puede resultarte agradable mientras lo escribes, pero es veneno para la audiencia.

14. Busca el corazón de tu historia

¿Por qué debes contar ESTA historia? ¿Cuál es la creencia que arde dentro de tu historia y de la que se alimenta? Ahí se encuentra el corazón de la misma.

15. Sé honesto/a

Si tu fueses tu personaje, en esta situación, ¿cómo te sentirías? La honestidad aporta credibilidad a situaciones increíbles.

16. Pon obstáculos

¿Cuáles son los riesgos? Danos una razón que guíe al personaje. ¿Qué ocurre si no tiene éxito? Haz que tenga muchas probabilidades en contra.

17. No tengas miedo a equivocarte

Ningún trabajo es una pérdida de tiempo. Sino funciona, déjalo ir y sigue adelante; volverá a serte útil después.

18. Conócete a ti mismo/a

Aprende la diferencia entre hacerlo lo mejor posible y preocuparte por detalles nimios. Escribir una historia es experimentar, no refinar.

19. No hagas trampa

Usar la casualidad para meter a tus personajes en problemas es algo bueno; usar la casualidad para sacarlos de ellos, es hacer trampa.

20. Analiza las historias que NO te gustan

Un ejercicio: coge los componentes básicos de una película que no te guste y reorganízalos para convertirlos en lo que te gusta.

21. Identifícate con tu historia

Tienes que identificarte con tus situaciones/personajes; no puedes limitarte a escribirlos. ¿Qué te haría actuar de esa forma?

22. Busca la esencia

¿Cuál es la esencia de tu historia? ¿La forma más sencilla de definirla? Si sabes eso, puedes construirlo todo a partir de ahí.

Hasta aquí la lista de reglas de Pixar. Ahora os dejo con el divertido vídeo de Andrew Stanton (incluye subtítulos en español):

¿Qué os parecen estos consejos que nos dan desde Pixar? ¿Estáis de acuerdo?
¡Feliz escritura!

lunes, 27 de octubre de 2014

Bogotá, laboratorio del arte contemporáneo

La X edición de Artbo, con 66 galerías de 29 países, se confirma como la feria del sector más importante en Latinoamérica. Colombia es el invitado a Arco 2015

 
La obra  Clavos, del grupo de artistas Los Carpinteros, en Artbo. / Mauricio Dueñas Castañeda./elpais.com 
Durante la última década, las grandes ferias europeas dedicadas al arte contemporáneo han ido desplazando su atención hacia Latinoamérica tanto por sus artistas como por sus coleccionistas. El talento y el dinero ha ido cambiando de escenario poco a poco. Conscientes de su protagonismo, en toda América han ido surgiendo iniciativas cada vez más potentes y capaces de centrar una enorme actividad en diferentes países. México, Argentina o Brasil fueron los pioneros y después se fueron sumando Chile y Perú de manera más o menos ruidosa. En Colombia, hace diez años que nació Artbo, una feria que arrancó de manera lánguida y que ha conseguido ponerse por delante de sus competidoras, a juicio de los expertos que recorrieron las 66 galerías de 29 países, desde el jueves y hasta ayer que estuvo abierta en los recintos feriales de la capital colombiana. Un festín artístico donde los nuevos rostros de la cultura inventaron sorprendentes eventos situados en el centro de la ciudad, como las ferias de El Millón (400 euros el precio más caro), Odeón (emergentes) y Sincronía (los que venden directamente su obra).
La bonanza económica y de optimismo político que vive Colombia, con el apoyo del Gobierno de Juan Manuel Santos, es una de las causas de esta transformación, asegura la ministra de Cultura, Mariana Garcés.
Un visitante ante la obra de Natalia Castaño. / Luis Acosta (afp)
El espacio central del recinto está ocupado por la sección Proyectos. Su responsable es José Ignacio Roca, prototipo de los nuevos gestores culturales que están poniendo al arte colombiano en el foco de interés mundial. Antiguo resonsable de exposiciones del Banco de la República, es asesor para arte latinoamericano en la Tate Modern, de Londres, y creador del espacio Flora, mezcla de galería, centro de investigación, biblioteca y residencia de artistas, en el centro de Bogotá. Su trabajo consistió en aunar 14 propuestas donde el tejido y la pintura se mezclan con la literatura, “porque no hay fronteras entre la creación”. En este apartado, médula de la feria, participó la bilbaína Ana Laura Aláez con tres obras en una de las nueve galerías españolas que han viajado a Bogotá, Pérez de Albéniz.
Se vive un momento, asegura Roca, en el que se ha entendido que la historia del arte no se comprende sin los colombianos. Cree que la violencia que ha sufrido el país ha repercutido en todos los ámbitos. “El arte”, explica, “es un reflejo de la sociedad donde se produce y nuestros artistas lo han contado”. Es el caso de Óscar Muñoz o Doris Salcedo, con piezas tremendas en las que se recogía todo el drama que aquí se vivía. ¿Esto era bueno o malo para el arte? “Lo que sé es que tenemos que sobreponernos a la memoria del duelo. La violencia fue una terrible nube negra bajo la que algunos corrieron, otros se empaparon y otros sacaron el paraguas. Hay que convivir con eso”.
En el centro de Bogotá se presentaron eventos como El Millón, Odeón y Sincronía.
Fuera de los ámbitos temáticos, las galerías, como en toda feria que se precie, cuelgan sus mejores obras y los coleccionistas y público en general se agolpan ante las más vistosas. Una de las más potentes es La Cometa, con dos grandes cuadros de Manolo Valdés colocados en el exterior. Esteban Jaramillo, director de la galería, cuenta que la mayor parte de los compradores son colombianos y venezolanos: “Hay gente de toda América, por supuesto estadounidenses, pero hay un interés local tremendo por el arte contemporáneo”
El hecho de que la próxima edición de Arco, en Madrid, tenga a Colombia como país invitado es interpretado como la prueba del buen momento que vive el sector. Carlos Urroz, director de esa feria, está de acuerdo en que Artbo se ha convertido en la cita más importante de Latinoamérica: “Han superado con creces a las de Perú, Chile, o México. Por un lado se ve que hay dinero y pueden traer a comisarios internacionales para trabajar con sus gestores. Por otro, hay artistas, que por circunstancias muy dramáticas han sabido hablar de cosas muy especiales de manera honda y diferente. Han roto todos los moldes”.
En la feria, Urroz ha aprovechado para dar a conocer a los artistas que viajarán a España. Son veinte creadores emergentes que trabajan para diez galerías no habituales en los circuitos internacionales: Casa Reigner, Doce Cero Cero, El Museo, Instituto de Visión, Jenny Vila, La Galería, La Oficina, Nueveochenta, Sextante y Valenzuela Klenner.
'Pesca milagrosa', obra del colombiano Carlos Motta. / Luis Acosta (efp)
El comisario de la representación que visitará España es Juan Andrés Gaitán, colombiano nacido en Canadá en 1973, otro ejemplo de nuevo gestor cultural que triunfa en la escena internacional. Historiador y artista, es el director de la Bienal de Berlín.
Se trata de artistas jóvenes, entre 24 y 40 años, con poco rodaje en el mundo de las exposiciones, procedentes de los muchos centros artísticos que durante los últimos años han ganado un sitio en las principales ciudades del país. Dado que Arco es una feria de galerías, los establecimientos que viajarán a Madrid han renunciado a traer a sus artistas habituales en favor de los emergentes.
Todos ellos tienen en común que sus obras no son políticas, aunque algunas admitan lecturas múltiples, explica Gaitán. Piensa que “ya es el momento de separar el arte de las obligaciones ciudadanas. El lenguaje politizado y cargado de denuncia contra la violencia, está desgastado. Es el momento de dar paso a otros lenguajes y a otros contenidos”.

Claves de Artbo

66 galerías de 29 países en diferentes secciones:
Principal: galerías de referencia de diferentes partes del mundo.
Proyectos: Iniciativas de reconocidos artistas contemporáneos.
Referentes: Explora obras de artistas esenciales.
Artecámara: Jóvenes creadores colombianos.
Libro de artista: El libro como medio.
Articularte: Espacio para sensibilizar al público frente al arte actual.