Maurizio de Giovanni vuelve a crear otro gran personaje
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| Nápoles, el escenario de todas las novelas de Maurizio de Giovanni./Michal Oravec/elperiodico.com | 
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| Maurizio de Giovanni, autor italiano de El método del cocodrilo. | 
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| Portada El método del cocodrilo. | 
Desde que el gran narrador italiano Giorgio Scerbanenco creó las bases del thriller transalpino no se había visto tal difusión del giallo, la denominación itálica de la novela negra. Ya sea por autores naturalizados como
 la norteamericana Donna Leon (un caso nada raro: el mismo Scerbanenco 
nació en Kiev) como por una potente serie de escritores nativos como 
Andrea Camilleri, Gianrico Carofiglio, Marco Vichi y Maurizio de 
Giovanni entre otros, el término literario giallo ha ganado presencia y prestigio año tras año (pocos recuerdan los spaghetti thriller
 de los años 70:  filmes policiacos sazonados con higadillos y un poco 
de erotismo local). El detective literario italiano es distante -en 
kilómetros- del relato criminal nórdico, pero los dos saben retratar con
 acierto cuando la noche cae sobre el corazón de las personas.  El 
estilo del sur de Europa, además, se reproduce con facilidad.
 
LOS
 DOS HIJOS DE DE GIOVANNI / Tradición recuperada y fértil, su producción
 no destaca solo por la narrativa prolífica de un monstruo como Andrea 
Camilleri (necesitas para él una librería entera). Maurizio de Giovanni,
 además, se arriesga a ser progenitor de dos detectives a la vez: el 
comisario Ricciardi, primero, y el inspector Lojacono, ahora. Ambos 
investigadores ejercerán en los mismos escenarios de Nápoles pero con 
siete décadas de diferencia. Que el escritor consiguiera que uno no 
fuese caricatura ni reflejo del otro, y que las respectivas voces fuesen
 distintivas y peculiares me provocaba inquietud. Sin motivo: si nuestro
 autor define a Ricciardi como el guardián «de las almas de la 
oscuridad», al segundo le llama «il Montalbano del Cottolengo». Bien.
 
En El método del cocodrilo, Lojacono
 será -como todos los personajes de este libro- una víctima de los 
límites del amor. Víctima de los eternos momentos de silencio, del peso 
de la responsabilidad, pero sin ninguna voz que lo atormente. Trasladado
 desde Sicilia como sospechoso de connivencia con la Mafia (¡el crimen 
organizado nunca aparece en las novelas de Ricciardi!) y arrinconado en 
una oficina cualquiera, Lojacono vive perdido en el Nápoles de hoy, 
marginado, inseguro entre dos mujeres, olvidado por su familia y 
cargando el peso de sus decisiones. Un día se involucra en un caso de 
gran repercusión: los crímenes de El Cocodrilo, un asesino que tiene 
atemorizada a la antigua ciudad y que el autor escenificará con 
elegancia, pausadamente y en capítulos cortos, muy cortos.
 
Más que el Nápoles grotesco y miserable que describía Curzio Malaparte en La piel,
 Maurizio de Giovanni retrata una ciudad donde nadie quiere problemas. Y
 este desinterés será el factor que haga invisible a El Cocodrilo, 
alguien que llora cuando perpetra sus crímenes, que se mueve en silencio
 (lógico: es un hombre de edad avanzada) y que mata a jóvenes sin hacer 
distinción por clases sociales o sexos. Estos factores lo harán 
distintivo, aunque tanto Petros Márkaris como Johan Theorin ya han 
recurrido a homicidas de edad avanzada y David Mark ya desarrolló los 
crímenes de un sicario de lágrima fácil. Ahora espero con ansia el nuevo
 libro. Pero os tengo que ser muy sincero: una vez leído El método del cocodrilo dudo a cuál de los dos investigadores creados por Maurizio de Giovanni quiero más. ¿Dudaréis también vosotros?
 
EL MÉTODO DEL COCODRILO
 
Maurizio de Giovanni
 
Trad.: Celia Filipetto
 
Roja y Negra. 


