viernes, 4 de noviembre de 2011

Garcés:"La cultura no es tema de farándula"

La ministra de Cultura, Mariana Garcés, hace un gesto resignado cuando el fotógrafo le pide que se retire las gafas que le cuelgan al cuello y se las quita. Con todo y que lleva más de un año en el cargo, a duras penas se ha ido acostumbrando a las cámaras
La ministra de Cultura, Mariana Garcés, logró mayor presupuesto para la vigencia de 2012. foto:archivo. fuente:eltiempo.com

Su estilo es otro. Acaba de presentar cuatro proyectos de ley: de patrimonio sumergido, de espectáculos públicos, de patrimonio arqueológico y de cine, y tendrá que jugársela en el Congreso. Ya lo ha hecho: este año, consiguió un aumento en el presupuesto para la cultura, de 95.000 millones de pesos, en el 2011, a 138.000 millones, para el 2012, según la oficina de Planeación del Ministerio.

Esta vallecaucana, en los 80 fue asistente de la directora de Colcultura, Amparo Sinisterra; ha sido secretaria de Cultura de Cali y dirigió Proartes.

"No soy nueva en cultura, no estaba sentada en mi casa esperando a que me llamaran para ser ministra".

Acaba de presentar cuatro proyectos de ley. ¿Qué significan para la cultura? Son iniciativas que el país esperaba. Con el de espectáculos, queremos desactivar las cargas tributarias excesivas de las artes representativas. En el caso de Bogotá, el impuesto a los pobres, que se creó en 1900, cuando se creía que la cultura era un asunto elitista, así como el 10 por ciento de impuesto nacional con el que se afectan los espectáculos culturales; el 16 por ciento del IVA de pago a los artistas, y el 33 por ciento que pagaban los artistas internacionales, que pasará a ser de 8 por ciento. Y se crea un fondo para la infraestructura cultural, porque no contamos con grandes escenarios para grandes eventos. ¿Bajarán los precios de las boletas para los espectadores? No podemos decir cuánto va a bajar la boletería; ese precio lo determina el empresario, pero esto es una cadena. Si uno paga menos impuestos, tendrá menos costos fijos y el peso de estos sobre la boletería será menor. En Colombia hay algunos escenarios con unos costos muy altos, pero, en general, hay precios relativamente razonables. Queremos que se pague lo justo y que todo el mundo gane. Ya ha encontrado opositores...

Siento que algunos no han leído o no han entendido la ley en toda su dimensión. Pero estamos abiertos al debate.

El proyecto más polémico es el de patrimonio sumergido, por la posición de quienes piensan que el patrimonio no se debe vender y los que creen, como el Gobierno, que se debe abrir la puerta para que haya exploración de los navíos hundidos y se recupere lo que contienen... Se han presentado tres proyectos y todos se han hundido. El tema está en el tapete desde hace 30 años. Y el hecho es que hoy todos los tesoros sumergidos en nuestras aguas marítimas pueden estar en riesgo, porque solos no tenemos las posibilidades de hacer las exploraciones ni los análisis de contexto histórico ni mucho menos capacidad de recuperar esos posibles tesoros. Esa es nuestra realidad. De ahí que hemos acercado posiciones: proteger, ante todo, el patrimonio sumergido, pero dar posibilidades de acceder a él, mediante unas consideraciones de orden económico que están en el proyecto.

Se creará una comisión que decidirá qué es patrimonio. ¿Cómo evitar que ante las presiones se termine entregándolo todo a exploradores privados? Ese es el punto más polémico. Las posiciones más fundamentalistas dicen que todo lo que se encuentre tiene que ser patrimonio, el Estado debe pagar de sus recursos propios para hacer la exploración, y por eso se han hundido los otros dos proyectos de ley. Nosotros hemos conciliado posiciones y mantenemos la posibilidad de analizar: 'Si en este hundimiento encontramos 50 lingotes de plata, esa comisión decide cuántos de esos pueden ser preservados en un museo y contar que se encontraron 900 más y disponer de esos 900 más como una posibilidad de pago económico para el explorador'.

¿Quién va a integrar esa comisión? Primero, hay que aclarar que es una comisión diferente a la de Especies Náufragas, que no desaparece. La nueva la integrarán los ministros de Cultura y de Relaciones Exteriores, el director del Icahn y dos miembros designados por el Presidente.

De aprobarse la ley, ¿cómo se afecta el tema del galeón San José, en el que una firma estadounidense pelea los derechos sobre este navío hundido en 1708? No estoy autorizada para tocar el tema legal de este caso, que atiende la Cancillería. En el proyecto de ley de cine hay consenso, pero ¿sí fortalecerá la industria? Queremos estar a tono con los beneficios que otorgan otros países, como Hungría y Puerto Rico. Al decir que vamos a hacer devoluciones del 40% sobre lo que un productor invierta en temas relacionados con la cinematografía y los conexos, quedamos a tono en el tema legislativo. Hoy, una película que se rueda en Colombia es de 3.000 millones de pesos para abajo; nosotros quisiéramos pellizcar el mercado internacional con proyectos de 30 millones de dólares y que en el país se inviertan más o menos 6 millones de dólares. Sin embargo, inicialmente, no incluía esos beneficios para los productores nacionales...

Ahora pueden optar por el primer fondo (de la ley de cine ya aprobada) o por el segundo fondo, de acuerdo con lo que les convenga más. Nosotros de ninguna manera vamos a promover un proyecto de ley solo para la industria extranjera. ¿Cómo es eso de que el proyecto de ley de patrimonio arqueológico entregará dinero a quienes tengan en su poder piezas arqueológicas? Hay un concepto constitucional de que todos los bienes arqueológicos son patrimonio de la Nación; de ahí que el Instituto de Antropología e Historia (Icahn) prevé que hasta el 2013 hay plazo para que todos los tenedores de patrimonio arqueológico se acerquen al instituto para diligenciar la ficha correspondiente por cada una de las piezas, que le permita al Estado saber qué patrimonio arqueológico tenemos, pero que los particulares sean tenedores de buena fe. Con este proyecto, queremos motivar que instituciones como museos, universidades o el mismo Ministerio puedan financiar investigaciones para comprender el contexto de las piezas arqueológicas. A partir de esa investigación, el Icahn decidirá si hace una cesión de la tenencia de la pieza a la entidad que financió la investigación. A más de un año en el Ministerio, ¿qué cosas cambió y recomenzó? Nuestro proyecto fundamental es el libro y las bibliotecas públicas, así que considero muy satisfactorio, más que en lo personal, para el sector, haber logrado triplicar el presupuesto para bibliotecas públicas y libros y logrado conciliar con el sector editorial y llegado a unos acuerdos que cambian para siempre la manera en que el Estado compra libros.

Ya no lo hacemos a partir de un descuento; ahora compramos a partir del precio industrial del libro, multiplicado por 2,27, lo cual significa que un libro que antes comprábamos a 19.000 pesos pasamos a obtenerlo en promedio a 6.500 o 7.000 pesos, este año, (así, aumentamos el volumen de compra y eso también impactó el precio). También hemos podido adquirir 400.000 libros para la primera infancia, que serán distribuidos en los 25.000 hogares del ICBF y en 1.200 bibliotecas públicas, con la posibilidad de tener un plan de capacitación de los bibliotecarios, que cambia radicalmente la formación de lectura en el país. Además, se logró que la fundación Bill Gates donara 3 millones de dólares para fortalecer la conectividad de las bibliotecas.

Estamos seguros de que, si eso se mantiene, en los 3 años del gobierno Santos vamos a cumplir la meta de pasar de 1,6 libros leídos al año a los 2,6 que nos hemos propuesto. ¿Siente que ganó su primer año sin pendientes? No, yo reivindico que hemos logrado incrementar el presupuesto del Ministerio.

Esa es una clara muestra de la importancia del sector. Hemos creado una política de turismo cultural; lo que hicimos en el Smithsonian, entrar en la lista representativa de la Unesco con el paisaje cultural cafetero, el plan de música para la convivencia. Este año, trabajamos también en la recuperación del Teatro Colón y reactivamos la ampliación del Museo Nacional, pero los requerimientos en patrimonio físico son muy superiores a lo que estamos en capacidad de atender. Por ejemplo, solo restaurar cinco bienes de Quibdó, que acaban de ser considerados de Interés de la Nación, cuesta 25.000 millones de pesos y el presupuesto total de la Dirección de Patrimonio para todo el país son 20 mil millones de pesos. Nos quedamos cortos de presupuesto.

¿A qué le apuesta el próximo año? Queremos fortalecer las industrias creativas, trabajar más duro en los temas de apropiación social del patrimonio, fortalecer la educación artística, a través del plan nacional de danza y teatro, y tener realmente una política concertada en turismo cultural. Creemos que si tenemos una política con un tema gastronómico, podemos pasar el siguiente año.

A polémicas, soluciones Dos de las polémicas que ha capoteado la ministra Mariana Garcés son el caso de la lámpara que desmontó del Teatro Colón y terminó en la Alcaldía de Arauca y el debate en torno al énfasis que se le debe dar al Museo Nacional.

Acerca de la lámpara, asegura que se trató de un asunto "sobredimensionado" porque mucha de la gente que lo criticó nunca vio cómo está quedando el teatro y, sin embargo, opinó. "Probablemente fue equivocada la estrategia que adoptamos para mostrarle al país la primera parte de la restauración", admite.

Y añade que la lámpara sigue depositada en el Museo Nacional.

Sobre el sentido que se le ha dado al museo en los últimos meses, comenta que para superar la discusión se formó un comité de expertos que evalúe el guion museográfico y recomiende una orientación. "Queremos salir de la polémica de si Cristina Lleras (curadora) tiene razón o si la tiene la maestra Beatriz González (ex curadora)"