sábado, 22 de enero de 2022

El salto a la ficción del cronista Cristian Alarcón se alza con el premio Alfaguara de novela

El jurado ensalza El tercer paraíso como una obra que “abre la puerta a la esperanza de hallar en lo pequeño un refugio frente a las tragedias colectivas”

Cristian Alarcón se alza con el premio Alfaguara de novela./elpais.com.Foto/elperiodico.com



El confinamiento de 2020 es el punto de partida de la novela El tercer paraíso, la primera que ha escrito el veterano cronista Cristián Alarcón (La Unión, Chile 52 años) y con la que ha obtenido el XXV Premio Alfaguara. Autor de dos importantes títulos de no ficción Cuando me muera quiero que me toquen cumbia. Vidas de pibes chorros (2003) y Si me querés, quereme transa (2010)el periodista, que ha sabido narrar como pocos en las últimas décadas la violenta realidad urbana de Argentina, se aleja en su nueva obra de la crónica para adentrarse en una historia en la que se vertebran botánica e historia familiar. Así conforma un libro “dual”, según apuntó el presidente del jurado, Fernando Aramburu, el jueves por la tarde en el Casino de Madrid. Desde Buenos Aires con camisa floreada y planta al fondo, el autor se conectó telemáticamente tras conocerse el fallo. Antes, habló Nuria Cabutí, consejera delegada de Penguin Random House, grupo editorial al que pertenece el sello Alfaguara, quien recordó la historia del galardón y su clara vocación panhispánica.

 Veinticinco años después de que el Premio Alfaguara de novela resurgiera —con la voluntad de “apoyar el mejor talento de nuestra lengua común”, como apuntó Cabutí— la obra ganadora en 2022 está ambientada en Chile y Argentina. El tercer paraíso abarca una línea temporal amplia en la que son reconocibles hechos históricos como el terremoto de 1960, el gobierno de Salvador Allende y el golpe de Estado de Pinochet. “Aunque la historia no elude tragedias es una novela de esperanza ante la posibilidad de encontrar un paraíso personal”, subrayó Aramburu. El autor de Patria cerró su intervención citando unos versos de la canción de Violeta Parra, La jardinera: “Cuando me aumentan las penas, de mi jardín han de ser las enfermeras”.

Nacido en Chile, Alarcón llegó con su familia a Argentina con poco más de cuatro años huyendo de la dictadura de Pinochet y se formó como periodista en la Universidad de la Plata, donde hoy imparte clases. Desde los años noventa sus investigaciones han aparecido en los diarios Página/12 y Clarín, y en revistas como Gatopardo y Rolling Stone. Hace una década armó la revista digital Anfibia, publicada por la UNSAM, y Cosecha Roja, la Red Latinoamericana de Periodismo Judicial, dos proyectos que siguen en marcha. La hibridación entre el mundo académico y el periodístico, que caracteriza esa publicación, está conectada también con su debut en la ficción con un libro en el que se van entrelazando distintas líneas narrativas, reconstruyendo la historia familiar del narrador, el jardín que va plantando y la historia de la botánica. “He sido periodista toda mi vida. He escrito sobre la guerra urbana, sobre narcos y a los 50 años me reencontré con la profunda relación que muchos necesitamos con la naturaleza. He buscado dentro y no fuera. Esta novela es un proceso de introspección, un homenaje a todas las mujeres que han sembrado todo lo que ha crecido en Latinoamérica. El encierro me ha liberado”, apuntó el escritor que definió su obra como “feminista, queer y botánica”, una “performance botánica en un texto”.

Alarcón tenía dos proyectos de no ficción estancados, y en el confinamiento recibió un encargo para escribir un ensayo sobre el futuro, que resultó ser la semilla del libro ahora premiado. Ha pasado dos veces la covid y durante la escritura de El tercer paraíso (título que, como apuntó, rinde homenaje a Manifiesto del tercer paisaje de Gilles Climent) logró dejar atrás “al cronista que lo controla todo como un tercer ojo universal”, y en un momento dado cruzar también la frontera física argentina e instalarse en Chile en la comunidad campesina y proletaria de la que procede su familia y en la que él nació. “Me reencontré con el mundo mapuche y con ese Chile en transformación, aunque esto último queda fuera de la novela”, señala. Añade que entre sus nuevos proyectos está el lanzamiento de una edición chilena de Anfibia.

El protagonista de El tercer paraíso, cuya publicación simultánea en España, América Latina y Estados Unidos está prevista el 24 de marzo, se retira a una cabaña en las afueras de Buenos Aires ante el advenimiento de la pandemia. Allí se vuelca en el cultivo de plantas y en el estudio de la botánica y las grandes expediciones científicas del siglo XVIII. A través de las plantas reconstruye el pasado, las dalias de su abuela, el exilio y la incertidumbre, con una estructura elíptica. “Van y vienen historias del clan que sobrevive a sí mismo, desde el niño marica y la violencia que atraviesa su clase, a la necesidad de narrar la construcción de un jardín”, explica.

Homenaje a las mujeres

Alarcón ha concebido su debut en el terreno de la ficción como un homenaje a las mujeres. Ellas siempre han jugado un papel importante en sus crónicas. “Esas luchadoras feroces vuelven a estar aquí, pero a través de personajes inspirados en mi madre y mi abuela. La mujer latinoamericana es la más golpeada, la que defiende la comida y el territorio y se defiende sus padres y esposo”, señala.

Después de dos años de pandemia y ese ensayo sobre el futuro del que surgió esta novela, ¿ha llegado Alarcón a alguna idea sobre el futuro? “Es una palabra enorme que ha perdido sentido, nos excede la naturaleza y también nos exceden los ancestros. Lo que me impulsa siempre es aprender”, asegura con exultante sonrisa.

Dotado este año con 154.000 euros, el premio Alfaguara en estos 25 años ha premiado entre otros al nicaragüense Sergio Ramírez, al argentino Tomás Eloy Martínez, a los colombianos Juan Gabriel Vásquez y Pilar Quintana, o al español Ray Loriga que en 2022 ha formado parte del jurado. Además de Aramburu en él estaban la periodista y escritora Olga Merino; Marisol Schultz, directora de la FIL de Guadalajara; la librera de La lata peinada, Paula Vázquez, y la directora editorial de la división literaria de Penguin Random House, Pilar Reyes, con voz pero sin voto.