lunes, 18 de mayo de 2015

Óscar Collazos, que estás en los cielos...

Un escritor solamente se muere cuando cae en el olvido. Sé que por su desaparición física, que nos deja un enorme vacío de sus columnas, va a lograr que varias de sus obras se lean, se relean...







Tengo un recuerdo nebuloso con su volumen de cuentos, El verano también moja las espaldas. Lo leí en esa etapa  primigenia y formadora de la adolescencia ávida de lecturas, y me gustó. Desde entonces lo he seguido como lector voraz, a ver qué nuevas literarias nos trae su prosa muy productiva. 
En función de que cambié mis intereses creativos de guionista, pasándome al predio de los escritores, me dio por leermele casi toda su obra, porque desde esa nebulosa lejana de la adolescencia, su fosforescencia literaria me  obligaba reelerlo. Entonces hice el trabajo lector de irme de adelante hacia atrás, es decir, seguí con la última obra publicada, que para entonces 1999, hacía su incursión en la novela negra con La modelo asesinada. Asistí, años después, a un debate relámpago, como todos los que se dan durante la feria del libro, donde él estaba al lado de Paco Ignacio Taibo II, Nahum Montt, donde precisamente se trataba de debatir ese formato que en las últimas décadas a tomado rumbos de boom mundial para tratar de esclarecer el lado oscuro de la sociedad y el individuo. 
Yéndome atrás, como ya era una figura pública, recuerdo haberlo visto, como cualquier hijo de vecino, en la fila para entrar a ver, en el desaparecido teatro Embajador del centro(hoy sobrevive como multiplex de salas) la última película de la saga del El padrino.
Otra vez coincidimos por esos azares de las simetrías de la realidad, durante la enésima feria del libro, ojeando de ojos, y hojeando de hojas, libros en promoción en el pabellón de Panamericana. Recuerdo que lo seguí y el libro que compró fue La pianista de Elfriede Jelinek, que resulta que ese mismo año, 2004 fue Premio Nobel. Les recuerdo que el libro de marras estaba en cinco mil pesos, como la feria es en abril, y la concecusión del premio Nobel se hace en octubre, ese  libro en la feria siguiente, ya costaba treinta y seis mil pesos. Cosas de las acciones que logra el premio Nobel. García Márquez, estaba traducido a 16 lenguas desde la publicación e impacto mundial de Cien años de soledad. Con el premio Nobel de 1982, se lo incluía a treinta y dos lenguas. Manes de los premios Nobel.
Collazos cobró permanencia por sus columnas muy redondas acerca de los temas que a él le daban la gana comentar y opinar, que suscitaban debate. Hasta querellas por calumnias le tocó capear en Cartagena. Recuerdo que cerró durante el Uribato maldito, la sección de comentarios porque el furibismo ramplón, de unanimismo grosero y fundamentalista lo señalaba tontamente como un auxiliador del terrorismo. Esos ocho años nefandos del maldito Uribato le inspiraron escribir Señor Sombra.
Un escritor solamente se muere cuando cae en el olvido. Sé que por su desaparición física, que nos deja un enorme vacío de sus columnas, va a lograr que varias de sus obras se lean, se relean...