lunes, 27 de diciembre de 2010

2010, el año de las letras latinas

Vargas Llosa y su Nobel encumbran a América Latina en el mapa literario, de Borges a Bolaño

"ELOGIO DE LA LECTURA Y LA FICCION". Mario Vargas Llosa al recibir el Nobel en la Academia sueca.foto.fuente:Revista Ñ

"Más vale tarde que nunca", opinó Mario Vargas Llosa sobre la concesión tardía del Cervantes a la española Ana María Matute, en una frase que bien podría aplicarse al propio escritor peruano. Porque hasta 2010 no pudo adueñarse del Nobel, para confirmar que este año estuvo signado por un resurgimiento de las letras latinoamericanas.

Considerado desde hace décadas uno de los "candidatos eternos" al galardón de la Academia Sueca, Vargas Llosa obtuvo finalmente un nuevo reconocimiento para la lengua española y para otro exponente del "boom" latinoamericano. Su "enemigo íntimo" Gabriel García Márquez, en las antípodas de su credo liberal, lo antecedió en nada menos que 28 años.

Dueño de un magistral manejo del idioma con el que enseñó América Latina al mundo, Vargas Llosa (Arequipa, 1936) se encargó de enfatizar que el Nobel de Literatura no sólo premia a un literato. "También lo hace a la lengua que escribo, la lengua maravillosa que es el español".

Asimismo el autor de La ciudad y los perros, La casa verde y Conversación en La Catedral tuvo palabras para su patria, que tiene una fuerte impronta en su obra, incluso cuando ésta se sitúe en otras latitudes. "Yo soy el Perú (...) Perú me ha dado las experiencias básicas de todo lo que escribo".

El otrora derrotado candidato presidencial publicó además en noviembre su nueva novela, El sueño del celta, que se convirtió en un importante éxito en las librerías. El entusiasmo por la adjudicación del Nobel también repercutió de inmediato en las ventas
de sus obras previas.

Otra muestra del reposicionamiento de la literatura en español en la cartografía literaria fue la participación de Argentina en la Feria del Libro de Frankfurt, con una nutrida delegación de escritores de todas las generaciones, y que también propició numerosas traducciones. Tras el cierre de la cita editorial más importante del mundo, su director, Jürgen Boos, consideró que se está produciendo "un resurgimiento de la literatura en América Latina".

Sin embargo, 2010 vio frustrarse la máxima cita del idioma español en Valparaíso. El intenso sismo que devastó Chile a fines de febrero también dejó como uno de sus coletazos la cancelación definitiva del V Congreso Internacional de la Lengua Española, que tenía previsto rendir homenaje a los Premios Nobel chilenos Pablo Neruda y Gabriela Mistral.

Asimismo, 2010 fue el año de partida de otro Nobel: José Saramago, el primer portugués en conquistar este galardón, que combinó preocupación social y escepticismo en sus ficciones. Argentina, en tanto, despidió al reconocido periodista y escritor Tomás Eloy Martínez (Santa Evita), así como al irreverente Rodolfo Fogwill.

En el año de conmemoración del centenario de los nacimientos de Miguel Hernández y Gonzalo Torrente Ballester, España perdió a un referente de su literatura del siglo XX, el autor de Los santos inocentes Miguel Delibes.

México, por su parte, se condolió del fallecimiento del gran cronista de su cultura popular Carlos Monsiváis y de los escritores Carlos Montemayor y Germán Dehesa. La compatriota de Monsiváis y flamante ganadora del Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances, Margo Glantz, evocó a su amigo entrañable durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, que asimismo rindió homenajes póstumos a Saramago y Eloy Martínez. Glantz, de 80 años, también celebró la tardía llegada del máximo galardón de las letras hispanas para Matute, de 85: "No sé por qué esperan que las escritoras se vuelvan viejas para premiarlas. Hay una gran tendencia a no reconocer a las mujeres".

Sin embargo, 2010 aportó algunas satisfacciones a las escritoras además de la cosechada por la catalana Matute, la tercera mujer que obtiene el Cervantes. Su compatriota Soledad Puértolas pasó a ser la quinta mujer en sentarse en el selecto club de la Real Academia
Española (RAE), a la vez que la argentina Claudia Piñeiro pudo celebrar distinciones por partida doble, el Sor Juana Inés de la Cruz en México y el LiBeraturpreis en Alemania, y la chilena Isabel Allende recibió más allá de las polémicas el Premio Nacional de Literatura de su país.

Mientras, el premio mejor dotado de la escena editorial hispana, el Planeta de Novela, con 601.000 euros, fue para otro catalán, Eduardo Mendoza, por Riña de gatos, ambientada en Madrid en los meses previos a la guerra civil. Algunas décadas después transcurre El arte de la resurrección en el desierto de Atacama, que le valió al chileno Hernán Rivera Letelier el Premio Alfaguara de Novela. Otro galardonado fue el colombiano Antonio Ungar -uno de los escritores jóvenes que participaron en el encuentro Bogotá 39 en 2007-, que se hizo acreedor del Premio Herralde con su novela Tres ataúdes blancos.

Y en otro hecho relevante del año literario, la prestigiosa revista Granta confeccionó por primera vez una lista de los 22 mejores escritores en español menores de 35 años y les dedicó un número con sus textos. Entre los elegidos se cuentan los españoles Andrés Barba, Sonia Hernández y Elvira Navarro, así como los argentinos Oliverio Coelho, Lucía Puenzo, Andrés Neuman y Samanta Schweblin.

Asimismo aparecen en la nómina de "estrellas literarias del futuro" tres autores que ya figuraban en Bogotá 39: el boliviano Rodrigo Hasbún, el peruano Santiago Roncagliolo y el chileno Alejandro Zambra.

La publicación trimestral británica no ahorró elogios para las letras iberoamericanas: "De Borges a Bolaño, el idioma español nos ha dado algunos de los escritores más queridos de los siglos XX y XXI. Pero a medida que el alcance de la cultura de lengua española se extiende mucho más allá de España y Latinoamérica, y Estados Unidos tiende a una mayoría hispana entre su población, es hora de preguntarse quién será el próximo en esta apasionante tradición".