sábado, 28 de abril de 2012

La Virgen de Los Sicarios, la película

Ciclo: Una imagen necesita más de mil palabras. Literatura y cine colombianos

Película colombiana, basada en la novela homónima del escritor Fernando Vallejo

 

Barbet Schroeder (Teherán, Irán, 26 de agosto de 1941), es un director, actor y productor francés de origen suizo. Empezó su carrera en el cine francés en la década de los 60, al lado de Jean-Luc Godard y Jacques Rivette. A los 23 años, Schroeder funda su propia productora "Les Films du Losange" junto con Eric Rohmer, y produce algunas de las mejores películas de la nueva ola francesa. Su debut como director fue More (1969), sobre la adicción a la heroína y que se convirtió en un éxito en toda Europa, entre otras cosas porque Pink Floyd fueron los encargados de musicalizar el film. En 1972, escribió y dirigió El valle, película que también fue musicalizada por Pink Floyd, cuyo resultado se oye en el disco: Obscured by Clouds.
En la década de los 80, Schroeder dirigió más películas y entró de lleno en el mundo de Hollywood. Así llegarían El borracho (1987) protagonizado por Mickey Rourke, Mujer blanca soltera busca (1992), y Reversal of Fortune (1990), por el que recibió una nominación a los Oscar y donde Jeremy Irons en el papel de Claus von Bülow recibiría el Oscar al mejor actor.
A pesar de los éxitos de sus películas, Schroeder ha continuado interesándose en realizar proyectos de bajo presupuesto como la adaptación de la obra del escritor colombiano Fernando Vallejo La virgen de los sicarios (2000) o el documental de 1974 sobre el dictador ugandés General Idi Amin Dada, o "Terror's advocate" (2007) sobre el terrorismo de los últimos 50 años a través de los ojos del abogado Jacques Vergès.
Schroeder también ha hecho algunas apariciones como actor: como presidente de Francia en Mars Attacks! (1996), de Tim Burton, o como duque en La duquesa de Langeais (2007), de Jacques Rivette. En 2006 fue objeto de una retrospectiva en la 54 edición del Festival de San Sebastián

La Virgen de Los Sicarios, la película
William Ospina
El joven protagonista de La virgen de los sicarios, de Barbet Schroeder, mata mucha menos gente que Rambo, o que los invariables e incansables policías de Los Ángeles y sus malvados enemigos, pero ninguna víctima de Rambo nos sobrecoge, y en cambio cada uno de estos crímenes improvisados en Medellín es perturbador y logra quitarnos el sosiego. No acabamos de conciliar su advenimiento intempestivo con la cara de ángel del asesino, ese sangriento Tadzio de barriada, ese Alexis, a quien no podemos conocer porque es elemental e imprevisible, porque vive demasiado de prisa, porque habita un mundo demasiado provisional y demasiado desprovisto a la vez, porque es apenas una nube que pasa.
Tal vez por eso es tan conmovedora la secuencia de las nubes que llenan y vacían desesperadamente los cielos de Medellín, que se desbordan sobre las montañas vecinas, que en seguida se esfuman, y que en algún momento fulminan con rayos tremendos el valle populoso y profundo. El director no puede impedirse comparar esa juventud tierna, dulce incluso, capaz de solidaridad y de devoción, pero a la vez implacable, inconsciente, inhumana, con la violencia impersonal de la naturaleza en un mundo tormentoso, agobiado de una casi insolente fecundidad. Vemos a estos jóvenes matar y morir en una danza impulsiva, irreflexiva, carente de sentido, y no conseguimos odiarlos, porque nos parece que se matan con la misma inocencia con la que se abandonan al amor o a la música.
No son del todo reales. Criaturas de la ficción de Fernando Vallejo, hechas para ilustrar a la vez sus ensueños y sus opiniones vehementes sobre lo humano y lo divino, sin duda tienen mucho de los jóvenes que ha conocido en su vida y de los que llenan con su muerte precoz la noche de las barriadas en la ciudad más extraña de uno de los países más extraños del mundo.
Estos jóvenes de Vallejo son curiosas quimeras, y ello no significa que no existan. «Conjuntan en su sangre», como diría un autor de culto de Vallejo, Porfirio Barba Jacob, la violencia con la inocencia. No saben vivir, pero lo intentan. No quieren morir, pero matan. No saben morir, pero mueren. ¿Quién se atreverá a decir que no existen? El director ha sabido recibir el doble aporte de Vallejo y de Víctor Gaviria para hacer una película que un mero colombiano tal vez podría concebir pero no realizar, que un mero europeo tal vez podría realizar pero no concebir. «Yo sé que no se parece a nada conocido», me dijo con orgullo Barbet Schroeder a la salida de una exhibición privada de su filme en la avenida Wagram, en París. Creo, sin embargo, que le ha hecho un consciente homenaje a algo conocido cuando escogió un caño turbio como aquel en que ocurren varias turbias escenas de La vendedora de rosas para una de las escenas más singulares de su película: la de la muerte del perrito. También siguió el consejo tácito de Gaviria de usar actores naturales sacados de las turbulentas barriadas para encarnar a sus personajes; esto hace crecer hasta el vértigo la dosis de realidad de la obra. Así podemos sentir con gratitud que un gran director del cine mundial se ha dejado tocar en la medida de lo necesario por una obra reciente del cine colombiano.
Halago lateral y amistoso al arte abigarrado pero hondamente intuitivo y poético de Víctor Gaviria, la película de Schroeder es también, centralmente, un homenaje a la personalidad imponente de Fernando Vallejo, después de García Márquez el más original y vigoroso escritor colombiano contemporáneo. Siendo tan intensos y conmovedores los jóvenes sicarios, es Vallejo quien centra la película, con su personaje a medias real, a medias fantástico, finamente reinventado por Germán Jaramillo, que ensaya para cada hecho de la realidad una conclusión epigramática.
La pasión de Barbet Schroeder por los cínicos griegos encuentra aquí su molde perfecto. Como en la vida de Diógenes contada por Diógenes Laercio, el protagonista filósofo va puntuando la realidad con sus frases insolentes, escépticas, mordaces, siempre a mitad de camino entre el edificante cinismo filosófico y el cinismo a secas de cada día. Sus opiniones son tan singulares que no logran desdibujar ni entorpecer la acción, y por momentos hasta creemos en el ser humano que se oculta bajo esa manía sentenciosa. El fin de Vallejo, con todo, es menos retratar una conciencia que zarandear a un país y, desnudando sus vergüenzas, igualarlo al resto de la humanidad, a la que insulta con indignación imparcial.
Su moral es la de Almafuerte, su complicidad con el criminal es idéntica: ¡Dónde esconde sus pálpitos de lobo/ Dónde esgrime su trágica energía/Para ponerme yo como vigía/Mientras urde su crimen y su robo! Y la conclusión de su prédica bien podría ser la de ese vigoroso poeta de los suburbios: Yo derramé, con delicadas artes/Sobre cada reptil una caricia/No creí necesaria la justicia/Cuando reina el dolor por todas partes.
Por eso el protagonista va asumiendo gradualmente el papel de misionero del nihilismo, y su actitud profundamente religiosa, de modo negativo, se ve resaltada por su frecuentación de las iglesias. Es allí donde el nombre de la película revela su contenido secreto. Sobre los gritos que denuncian al Dios inexistente -lo que no impide que el protagonista lo vea en los ojos de un niño callejero abandonado y drogado- se yergue la imagen de la virgen de los sicarios, la madre comprensiva que santifica con su silencio la labor de los niños asesinos. Esa mujer intangible y ausente, en este mundo de hombres solos, de hombres que se aman y se matan, que se matan para amarse, que se aman para matarse, es un extraño símbolo, bien inexplicable pero bien imborrable. Buen sacerdote de su religión es este gramático que rechaza la procreación y odia a las madres aunque ama a sus hijos. Un hombre moderno, a la manera de Baudelaire, odiador profesional de la madre a la que idolatra, compadecedor de las ancianas en las que ve la crueldad de Dios:Ruinas, sois mis hermanas, vencidas, solitarias/Cada tarde os despido con mi solemne adiós./¿Dónde estaréis mañana, evas octogenarias/Marcadas por la garra implacable de Dios?
 Estas despiadadas comprobaciones, estos sermones del ateísmo militante, estos asesinatos simbólicos del poder, fueron siempre el modo como las sociedades se quitaron de encima las mordazas del clericalismo y las camisas de fuerza de una moral hipócrita. Aquí Barbet Schroeder se une a Vallejo para hacer una obra que pone a Colombia en el mundo, permitiendo a la vez que Colombia se mire a sí misma. Es evidente que la realidad del país no se agota en este elocuente símbolo de los amores entre un gramático y un sicario bajo la tutela espiritual de la virgen, como no se agota Rusia en Raskolnikov, ni Grecia en Clitemnestra, pero mucho de él está aquí a la vista. Y, cosa curiosa, será su aire profundamente familiar lo que le dará su éxito en Colombia, en tanto que será su radical extrañeza lo que le dará su lugar en el mundo.
Extrañeza de su tono humano, de su conmovedora música campesina, de sus barriadas equinocciales y de la devoción de sus asesinos, idéntica a la de los cruzados y los conquistadores, que se santiguaban con las armas e invocaban al santoral para sus orgías de muerte, pero ahora utilizada no para arrasar al infiel ni destrozar al distinto sino al hermano querido. Lo demás no es extraño. Lo demás de esta historia es viejo como el mundo. Es el desolado amor de un hombre por su juventud perdida, y es la incestuosa guerra / de caínes y abeles y su cría de la que hablaba Borges. La muerte, que no es un patrimonio colombiano, sino, como lo dijo un crítico francés después de ver la película, «lo que más hay en todas partes».
La virgen de los sicarios
Una película de Barbet Schroeder, guión de Fernando Vallejo, adaptación de su novela homónima, con la actuación de Germán Jaramillo, Anderson Ballesteros, Juan David Restrepo y la participación de Manuel Busquets. Cámara: Rodrigo Lalinde. Dirección de arte: Mónica Marulanda. Sonido: César Salazar. Edición: Elsa Vásquez. Montaje de sonido: Jean Goudier. Mezcla:  Dominique Hennequin. Productora: Margaret Menegoz.

Fuentes:Wikipedia. revistanumero.com

Minicuentos 32


Politics                                                                                                                              

Abel Pacheco

Jones se fajó duro en la política.
Discurso, visita, reunión, asamblea  y en todo lado, en inglés, en español, en entusiasmo, en todo, la voz de Jones tonante y convencida.
Frunciendo la bemba, gesticulante pronunciaba el nombre del candidato.
Y ganaron…
No es que fuera por Jones, pero ganaron.
Como era de esperar, lo nombraron Jefe Político.
Ahora sí, que ahora sí. Ya no más hambre, ya no más robo, ya no más desesperanza, ya no más país-paisaje.
Se iba a hacer Patria.
Con carretera, con venta justa de compracacao-banano-plátanomaíz-maníyuca.
Tempranito, con garúa fresca, feliz salía a la línea y se subía al tanque de agua del ferrocarril para ser el primero en ver llegar a los tractores, el médico, la cañería, la luz eléctrica.
Día a día, mes a mes, a Jones se le fue helando la sonrisa.
Pantalón baloon, saco a rayas, panamá terciado, se fue a la ciudad.
Quería ver al líder.
Quería ver al líder sonrisa, líder abrazo, líder "tomauntrago".
El sabría explicar el atraso de los tractores.
El recuerdo de las puertas cerradas hizo que a Jones, como a los tractores, no se le viera más nunca en su pueblecito pan bon.

Vaca

Eduardo Gudiño Kieffer

Dicen que tiene una mirada tonta pero no, no es así, los que dicen eso mienten o no saben ver: es una mirada serena, larga, dulcísima, esa mirada que carece de un color definido y que por eso mismo tiene todos los colores. Mirada bovina, sugieren algunos con un tonito peyorativo que es mejor ignorar o pasar por alto ya que uno sabe que en realidad son incapaces de comprender, y uno vuelve a casa todos los días para encontrar esa mirada que es vehículo y a la vez envoltura protectora, uno vuelve para sentirse consolado, calmado, sereno, alimentado; uno vuelve todos los días todos los días todos los días desde hace más de diez años; uno vuelve todos los días hasta que un día es el último día, cuando la mirada no está, ha desaparecido, se ha ido; cuando uno busca desesperadamente su calorcito acostumbrado y no lo encuentra, cuando uno empieza a sentir frío y al final, sobre la mesa de la luz, ve la carta y abre la carta y lee la carta y la carta dice ve voy con Carlos, por lo menos él me trata como a una mujer, no como a una vaca.



Mujeres volátiles                                                                                                               

Oliverio Girondo

No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

El juicio

Salvador Castañeda Pérez

Estaban reunidos miles de millones en aquel grandísimo valle. De pronto un ángel tocó la trompeta y todos guardaron el más absoluto de los silencios. Oyó una potentísima voz que lo llamaba por su nombre y mudo de espanto se acercó al tribunal, sin atreverse a mirar el resplandeciente trono. De pronto tropezó con el peldaño y cayó de bruces paralizado por el terror. De nuevo oyó la voz, esta vez muy cerca de él: "Si, ya van dos noches seguidas que se cae de la cama, doctor."

La agonía
Gilberto J. Signoret

Un aturdimiento lo despierta. Abre los ojos. Es lo mismo de siempre. Siempre lo mismo. Siente su lecho. Mira hacia arriba y ve el techo bajar Como antes. Siente el piso subir. Como siempre. Es la insatisfacción, se dice. Y ve las paredes. Cuatro aún Como antes Cuatro de múltiples facetas. Pero hay una puerta. Su vida exterior es mediocre. No vale la pena. La puerta se abrió para dejarlo salir y se reabre para dejarlo entrar. Es lo mismo; el techo que baja y el piso que sube, cuatro paredes que se acercan. Duerme. Un sobresalto lo despierta. Todo igual. Cuatro paredes que se estrechan y dos planchas que se acercan. Es la soledad, se dice. La puerta es pequeña. Pero sale, y su vida mediocre retranscurre. La puerta se abre. Casi no cabe. Pero entra. Las paredes y las planchas se le acercan más aún. Como antes. Es el cansancio de la noche, se dice. Pesadilla. Despierta gritando. Se acercan más y más. Con dificultad logra salir Mediocre vida de perro. Entra, ayudado por la desesperación, dejando carnes y alma afuera, de tan chica que es la puerta. Toma el cráneo en sus manos, se recuesta y palpa el techo, el piso, una pared, otra, la otra y otra más. Son suaves. Es la agonía, se dice. Abandona la mente. Abandona la tierra. Abandona la vida. La tumba se cierra al fin.

viernes, 27 de abril de 2012

Sant Jordi, una rosa y un libro


especial filbo 2012

Una comparación entre la Feria del Libro en Cataluña y la Feria del Libro de Bogotá

Bartleby y Compañía en la imagen de la Feria de Sant Jordi, Barcelona: los escritores del ‘no’ en la pluma de Vila-Matas. foto:Joan Rojas.fuente:elespectador.com

El 23 de abril se conmemora la muerte de San Jorge. Para algunos países, como Inglaterra, Bulgaria y Portugal, este santo es su patrón y las festividades van por todo lo alto.
En España, en la comunidad autónoma de Cataluña, la celebración es especial porque está acompañada de una tradición muy particular. La costumbre popular en este día es que los hombres le regalen una rosa a su amada y este regalo se vea recompensado con un libro; es un día para celebrar el amor y la amistad. Pero no siempre fue así, a través del tiempo se ha venido formando hasta lo que es hoy día.
Historia y tradición catalana
No se ha establecido una fecha concreta que marque el inicio de la tradición de regalar rosas el día de San Jorge, pero se tiene constancia de la celebración de la Feria de Rosas desde el siglo XV, aunque desde mucho tiempo atrás ya se asociaba a la rosa como el símbolo del amor cortés.
Por esa misma época, los cruzados, que ya habían traído la imagen de San Jorge a la Corona de Aragón, lograron que generar gran interés y admiración por esa historia y leyenda, al punto de que se acordó en las cortes de Barcelona, en 1432, la construcción de una capilla conmemorativa en el Palacio de la Generalidad. Desde entonces, la celebración litúrgica anual en memoria de este santo va ligada a la Feria de Rosas, y con el tiempo se han integrado nuevos elementos que se han arraigado.
La tradición de regalar libros es mucho más reciente. Se le atribuye la idea al valenciano Vicent Clavel Andrés, que propuso a la Cámara Oficial del Libro de Barcelona crear el Día del Libro. El 7 de octubre de 1926 se celebró por primera vez, pero sólo cuatro años más tarde se trasladó al 23 de abril, con el fin de conmemorar la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare —esto podría no ser tan exacto, dependiendo del calendario—; se creó así una unidad cultural con la celebración de Sant Jordi.
Cultura del Libro en Colombia
En 1996, París fue la sede de una importante reunión en la que la Unesco proclamó oficialmente el 23 de abril como el Día Mundial del Libro y los Derechos de Autor. Desde entonces, cada vez más países se unen anualmente en torno a diferentes problemáticas lingüísticas de las que las editoriales, librerías, bibliotecas y otros centros culturales se hacen partícipes. Este año se espera que las actividades a nivel mundial tengan como eje de celebración los libros y la traducción, para así conmemorar el aniversario número 80 del Index Translationum.
La tradición de una comunidad autónoma —estado o departamento— como Cataluña, evolucionó hacia una celebración cultural mundial. La estrategia magistral fue adherir la cultura del libro a una costumbre religiosa y cultural, en la que el amor es la excusa perfecta para crear un mercado fuerte alrededor. Todos ganan. Con la Feria del Libro de Bogotá en pleno funcionamiento, sería interesante ver qué diferencias a nivel cultural, político y económico presentan estas dos manifestaciones en torno a los impresos.
Si bien son dos celebraciones culturales diferentes, las comparaciones pueden ser válidas. Básicamente, en Cataluña todas las actividades son de carácter gratuito, en las calles y plazas; las ventas de flores están reguladas y el lucro se destina a obras benéficas; los diferentes lugares culturales están de puertas abiertas y las actividades son financiadas por la Generalitat. Todo esto genera un ambiente propicio y el apoyo a las editoriales, distribuidores y vendedores independientes. Sant Jordi es el día de los principales lanzamientos literarios y el momento propicio para cualquier primicia editorial; los puestos callejeros invaden las ramblas y los pasajes en Barcelona.
De hecho, los puestos callejeros aportan cerca del 70% de las ventas y, teniendo en cuenta que la crisis acosa al país, las utilidades crecieron un 8% con un total de 18,3 millones de euros en ventas para el gremio. Eso nos dice que solamente las ventas urbanas aportan US$16 millones, que son US$3 millones menos que las ventas al exterior que generaron las negociaciones con empresas invitadas a la Filbo 2011. Es decir que las ventas totales del pasado lunes en Sant Jordi lograron cubrir las expectativas de la feria bogotana, que funciona durante quince días. Con una estrategia inteligente y apoyo gubernamental, y si las editoriales no tuvieran los precios por las nubes, podríamos tener una verdadera Feria del Libro que realmente le apueste a la cultura, fomente la lectura y no sea una excusa cultural para vender. Una feria subsidiada que esté en las calles, plazas y barrios, que tenga a Corferias de puertas abiertas y le apueste más a las ventas internacionales, podría funcionar mejor.
Para cerrar el tema, y teniendo claro que la feria debe evolucionar y revaluar muchos aspectos que definitivamente la pueden afectar —en muy corto plazo—, tomemos como ejemplo el pabellón de ilustración, diseño y cómic, donde los niños sólo pueden ir a antojarse de las cosas que allí comercializan. Hay libros, revistas, juegos de rol y demás cosas fantasiosas a precios impagables por un adulto. ¿Qué se puede esperar del presupuesto de los niños de un colegio distrital, teniendo en cuenta que los jóvenes son el gran objetivo potencial de este pabellón? Niños y jóvenes deben aprender a dibujar, recibir charlas sobre ilustración, conversatorios sobre cómics —donde los puedan leer gratis— y técnicas de impresión, incluso sobre la aún no aceptada por la sociedad técnica del grafiti, y todos los demás elementos que les aporten una sensibilidad artística y les despierten el interés y la curiosidad por estos procesos. Pero que un niño pague transporte y una entrada a la feria para que le vendan afiches y cómics caros no tiene sentido.

martes, 24 de abril de 2012

El pájaro sale de su jaula

El autor de Opio en las nubes  es una figura de culto en la literatura colombiana. Ahora se publica El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes, que permaneció guardada muchos años después de su prematura muerte. Esta es la historia de cómo salió a la luz la novela

 Novela inédita de Rafael Chaparro Madiedo.ilustración, ElCiclopemiope.fuente:revistaarcadia.com

Un hombre que muere a los treinta y cinco años es en cada momento de su vida un hombre que muere a los treinta y cinco años. La frase es de Moritz Heiman. Rafael Chaparro Madiedo murió a los treinta y un años y en cada momento de su vida fue un hombre que moriría a los treinta y un años. Lo fue cuando compró un Renault 4 beige con el que andaba a toda mecha y dejaba tirados a carros último modelo, lo fue cuando leyó a Celine, a Rimbaud, a Rulfo, a Bukowski y a Faulkner, cuando prendía un cigarrillo de los veinte que se fumaba al día, cuando caminó por última vez en brazos de su padre por las calles del barrio Niza. Pero sobre todo fue ese hombre que moriría a los treinta y un años cuando se sentaba a escribir.

Opio en las nubes, novela ganadora del Premio Nacional de Literatura en 1992, está cruzada por el lupus, enfermedad crónica que le fue diagnosticada a los veinte años. Ese único libro bastó para que decenas de lectores jóvenes comprendieran qué significaba vivir en soledad y acercarse a la muerte en Bogotá a finales del siglo XX. Escrito con un lenguaje incendiario, desprendido, ingenuo y triste a la vez, con personajes que desayunan vodka y huelen a gasolina, donde a la calle 85 de Bogotá se le conoce como Avenida Blanchot, el puente peatonal que la cruza es un puerto y el barrio El Polo hace de mar, aquel libro se ganó una legión de adeptos por encima de la cólera de muchos críticos de salón. Chaparro había logrado retratar de una forma nueva su ciudad y de paso le había robado unos minutos al gran evento.
Claudia Sánchez fue la última de las mujeres que amó Chaparro. Estuvo en la clínica donde fue recluido y fue ella quien dio la noticia de su muerte a la familia el martes de pascua de 1995. Sus riñones colapsaron después de que un Volkswagen lo hubiera atropellado en el cruce de la Avenida 19 con 5 dos meses antes. Claudia sabía que la condena siempre estaba presente: “Le encantaba ir a que le leyeran las manos, la piedra, el iris, las cartas... Lo que sea para que alguien dijera que tenía futuro. Aunque en el fondo también se le volvió como un juego, un reto, a ver quién le contradecía su destino, unas ganas de divertirse mientras se podía”. Además, estuvo con él durante el proceso de escritura de una segunda novela que ha estado guardada diecisiete años y que será publicada por la española Tropo Ediciones. La comenzó a escribir “meses antes de conocernos. Eso fue en el 93. Y cuando por fin la tuvo lista, me la llevó a mi casa. Él vivía en Niza, yo en Villa del Prado y llegó como a las once de la noche, emocionadísimo. La leí de un tirón y luego hablamos por dos días enteros sin parar, literalmente. Comimos perros calientes y bebimos vodka y jamás he vuelto a ver a nadie más entusiasmado con algo que haya creado”. La leyenda de otra novela firmada por Chaparro se conocía entre sus admiradores más fervientes. Uno de ellos es Alejandro González, que se graduó con una tesis titulada Crónicas de “Opio”; testimonios del escritor que quería ser gato.
González desenredó el misterio, la existencia de dos manuscritos de aquella novela, uno en poder de la familia con anotaciones del autor y otro en limpio que guardaba Manuel Hernández, profesor de Chaparro en la Universidad de los Andes, donde estudió Filosofía. González lo entrevistó hace unos años: “Un buen día Rafael se apareció en mi apartamento y me regaló un manuscrito, la versión corregida y final de la novela inédita que él dejó y que todavía conserva su familia. (...) Un texto que me entregó, de seguro, con la intención de prolongarse después de la muerte. Lo triste del asunto es que esta novela inédita es para mí como un dolor de muela, pues sigue la misma línea de su predecesora y yo no poseo ningún derecho sobre ella, por tanto no puedo publicarla. Eso me atormenta bastante y es un deseo personal sacarla de la estantería donde la tengo así no tenga manera de saber cuál es la voluntad de Chaparro sobre esto”.
Mario de los Santos, que publicó en España Opio en las nubes, se enteró de la existencia del libro y se lanzó a su caza. Durante un viaje a Bogotá convenció al padre de Chaparro de que lo dejara publicarla en su editorial. Después de un trabajo intenso de limpieza, en el que cotejó las dos versiones, Tropo Editores está listo para soltar a El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes, una novela donde sin duda Chaparro lleva al extremo sus intenciones literarias y una vez más lo hace con la muerte en la garganta, como afirma Claudia: “En El pájaro Speed el tema es más bien cómo uno engaña a la soledad teniendo amigos que se fusionan contigo hasta el punto de volverse uno mismo. Esa quizás es la forma más efectiva de distraerse de la mortalidad”.
Speed y sus amigos caminan por aceras rotas, amanecen en parques de barrio con el pasto crecido y una fina lluvia de viernes, roban whisky de los supermercados, pasan varias noches en una estación de policía, duermen en casa de Crazy Mamma, que sonríe y parece decir “hey, muchacho toma las cosas con calma; hey, muchacho cuando vayas a matar a alguien, mátalo con calma; cuando vayas a amar a alguien, ámalo con calma, coge a esa mujer y arrúllala en tus brazos y hazla sentir como una niña pequeña, mete tus manos en su corazón y calma el agua turbia de su sangre”, deambulan por bares, cines y putiaderos, por la avenida Tolstoi, por el Love Round, donde conocen a Nancy Diamantes, “se escurrían bajo el pavimento mojado y sus sombras se proyectaban en las vitrinas y se sentían inmortales, no había duda. Estaban en la Surfin Chapinero. La noche apenas comenzaba. Tal vez los esperaba un botellazo en la cabeza. Tal vez los aguardaban unas pistolas ardientes. Tal vez en el final de la Surfin Chapinero, bajo las luces amarillas y violetas, bajo los avisos luminosos de las licoreras y de los locales de streaptease, los esperaba alguien que les diría oigan Brothers arrímense por aquí, destapen una botella flip flap hablemos de que me gusta tu forma de hablar, tu forma de caminar, tu forma de escupir y luego cuando la botella se haya acabado cada uno se va por un lado, ustedes por la calle 60, nosotros por allí, y nos vamos cada uno a esperar el amanecer, a esperar que los rayos del sol calienten nuestros huesitos fríos y mugrientos, en fin a que el sol queme nuestras borracheras, nuestros pulmones llenos de humo, lluvia y malos sueños. Mierda flip flap”.
Las calles tiznadas de Bogotá y sus busetas, su tedio, Profamilia de la 34, las pandillas de finales de los años ochenta, sus travestis empapados por la lluvia, un país con dos canales de televisión, algo de Corazón salvaje de David Lynch en el parque Nacional, en el de Lourdes, o Rebelde sin causa en los antros de Chapinero, James Morrison en el cementerio Central, palabras como charcos, un subidón de heroína, todo está presente en El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes pero más allá sobrevuela la certeza de la muerte en una ciudad donde es mejor tener amigos. 
Primer capítulo de "El pájaro Speed y su banda de corazones maleantes"

Las sorpresas de la vida de Cervantes

Miguel de Cervantes Saavedra es uno de los nombres más célebres de la literatura mundial. Pero algunos episodios siguen poco conocidos casi cuatro siglos después de su muerte


Miguel de Cervantes Saavedra nació en Alcalá de Henares y murió en Madrid el 22 de abril de 1616. No se sabe con exactitud en dónde reposan sus restos mortales. Este es un recorrido por las calles de Madrid, buscando al poeta, novelista y dramaturgo español.fuente:lainformacion.com
 
¿Sabías que el autor del Quijote fue camarero en Italia? ¿Que fue encarcelado cuatro veces y que su obra fue pirateada en 1605? 
Esas y otras curiosidades de la vida del mayor escritor en lengua española nos cuentan desde la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
Miguel de Cervantes Saavedra es uno de los nombres más célebres de la literatura mundial, pero algunos episodios de su vida siguen poco conocidos casi cuatro siglos después de su muerte.

¿Qué ejemplos te damos? El autor del Quijote fue camarero en Italia; Una galera en que él viajaba fue tomada por piratas; Fue encarcelado cuatro veces por distintas razones;  Su Quijote tuvo varias ediciones piratas; Murió una semana antes de Shakespeare, en 1616.

Las “emociones” de la vida de Cervantes empezaron cuando solo tenía 4 años: su padre fue encarcelado y tuvo que trasladarse a Córdoba con su madre y seis hermanos para encontrar al abuelo Juan de Cervantes.

A los 22 años Cervantes se trasladó a Roma, donde fue el camarero del futuro cardenal Julio Acquaviva. Según la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, su repentino viaje aconteció tras haber herido a un hombre en un duelo.

En 1575, cuatro años después de resultar herido en la mano izquierda en la Batalla de Lepanto, Cervantes embarcó en Nápoles hacia Barcelona. Pero su barco fue detenido por corsarios berberiscos.

El escritor estuvo cinco años en la cárcel de Argel, de la cual intentó huir cuatro veces. Solo logró ser rescatado en 1580, con la ayuda de los padres fray Juan Gil y fray Antón de la Bella.

A partir del año siguiente el autor pudo finalmente dedicarse a la literatura. Pero todavía no conseguía vivir de su arte: tuvo que ser Comisario Real de Abastos para la Armada Invencible mientras vivía en Sevilla.

Ya ex comisario, en 1595 Cervantes volvió a dormir entre rejas:  quebró al banquero de Granada, Simón Freire de Lima, para quien trabajaba recaudando tasas atrasadas. Dos años después enfrentó su tercera temporada de cárcel por culpa de la misma deuda.

El año de 1605 el escritor finalmente conoce el éxito literario: publica la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Sin embargo, tuvo que enfrentar un problema más habitual en el siglo XXI que en el XVII: las ediciones piratas de su obra.

Su mala suerte retornó aquel mismo año: volvió nuevamente por la cárcel, acusado de haber asesinado a Gaspar de Ezpeleta frente a su casa.

El 22 de abril de 1616 murió enfermo de hidropesía. Solamente una semana después del dramaturgo inglés William Shakespeare, que como Cervantes es la mayor referencia literaria en su idioma. Está muy extendida la creencia de que ambos escritores murieron el mismo día. No es así. Inglaterra se regía entonces por el calendario juliano, mientras que España ya había adoptado el gregoriano. Hubo varios días de diferencia.

Maltrato al idioma pasa de las redes sociales a la academia

Pasado el Día de Idioma se advierte sobre el mal uso del lenguaje por parte de los jóvenes

Este 23 de abril se celebró el día del idioma. Pero debe ser todos los días cuando escribimos para no averiar el idioma por el vértigo de malcomunicarnos. foto.fuente:eltiempo.com

 "Hoy 23 De abril Dia Del Idioma He Tomado Una De Las Desiciones Mas Dificiles De Mi Vida" (Sic.)

"Aunk te tengo Cerca me haces Falta pok ya no te conozco" (Sic.)
"Tu te cree k ta ma buena k to el mundo!!!!" (Sic.)

Escribir en 140 caracteres, chatear y hablar sobre temas informales se ha convertido en la fuente principal de
maltrato al idioma
con las nuevas herramientas tecnológicas y las redes sociales.
Trinos como los anteriores han sido extraídos de Twitter, fuente amplia de visualización de abreviaciones y faltas a la correcta escritura.
Este asunto llama la atención en la celebración del Día del Idioma, pues, según la Fundación del Español Urgente (Fundéu), los jóvenes entre los 12 y 19 años no solo usan mal el lenguaje a través de las comunicaciones en Internet, sino que se traslada también a los trabajos académicos.
"He tenido alumnos que han escrito 'pk', 'tbn' o 'q' en vez de 'por qué', 'también' o 'qué' en sus exámenes y trabajos del colegio. Hay una tendencia de hacer mensajes cada vez más pequeños en desmedro del lenguaje académico", dice Gabriel Vela a Fundéu, educador que ha visto el tránsito de este maltrato idiomático hacia la academia.
Sin embargo, admite que a veces en el colegio, "por generar empatía con el alumno, dejamos que las malas formas se impongan".

¿Qué mejor manera de indagar sobre este tema que en las redes sociales, aquellas plataformas donde se perpetran dichos atentados gramaticales?

Un sondeo entre usuarios de Facebook y Twitter deja como resultado que la amplia mayoría de personas dicen que se debe escribir con buena ortografía, más que solamente dar a entender un mensaje.
Además, otro cuestionario deja ver que gran parte de los usuarios que participaron considera como 'muy importante' el hecho de que alguien escriba correctamente. También respondieron en otro sondeo que son conscientes del maltrato constante, como resultado de las nuevas herramientas tecnológicas.

Aunque estas opiniones muestran que hay una preponderancia por querer escribir con limpieza ortográfica, los resultados no se ven reflejados en la información compartida segundo a segundo. Como lo afirma @Locoaz, "un buen mensaje pierde credibilidad si se escribe con mala ortografía".
Padres de familia deben orientar sobre escritura
Gregorio Torres, escritor y docente de literatura, afirma que a pesar de estos malos usos es válido que los internautas se comuniquen de esta forma, pues el lenguaje se enriquece con los nuevos términos que agregan los usuarios de estas plataformas.
No obstante, aclaró que hay que distinguir el lenguaje académico del informal y coloquial. Para esto, Torres asegura que los padres deben dar parámetros del idioma a sus hijos, con el fin de brindarles bases que los lleven a reconocer la correcta escritura de las abreviaciones y errores que se han expandido en la web.
Por otro lado, gran parte de los mensajes difundidos en estas redes obedecen a una lógica de escribir como se habla y de querer que el mensaje entre por los ojos.
Así lo asegura José Gabriel Valdivia, poeta y profesor de literatura. "Si se desea trascender y aprender, es importante aumentar la capacidad lingüística a través de la lectura", expresa.Otros 'desa-trinos' en el Día del idioma
"Lista !! Y me fui a la iglesia por q tengo un dia muy largo :P tiempito para agradecerle a dios todo lo q ah echo x mi !!! Muakk peaceee :P" (Sic.)
 "Pues cn la prisa d estos ultimo meses me olvide d vivir y d alimentar mi alma cn aquellas canciones q hacen q mi mente y espíritu c liberen" (Sic.)
"x fin llegando a ksa!" (Sic.)
Poeta Nicanor Parra, nuevo Premio Cervantes
En el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, cuna del escritor Miguel de Cervantes, el Príncipe Felipe entregó el Premio Cervantes al chileno Nicanor Parra, de 97 años, quien no pudo asistir a la ceremonia por su avanzada edad. (Haga clic aquí para más información sobre esta noticia)
Parra, reconocido como el creador de la 'antipoesía' por sus relatos sencillos de temas cotidianos, es el tercer chileno en obtener este premio, considerado como el mayor galardón a las letras hispanas.

Londres celebra nacimiento de Shakespeare

En 37 idiomas diferentes se mostrarán las 37 obras de William Shakespeare en el festival de teatro 'Globe to globe', en Londres, con motivo de la conmemoración de su cumpleaños.
Además, a partir de este lunes y hasta el 9 de junio, el teatro Globe junto al río Támesis se convertirá en punto de atención cultural en el mundo, para rendirle este amplio homenaje al artífice de 'Hamlet' y 'Romeo y Julieta'.Recomendados en manos de tuiteros
@rey__1962
#RecomiendaUnLibro 'Flores Rotas' y 'Flores en el Ático' de Virginia Andrews, 'Jerusalem Lost' y 'The Long Walk' de Stephen King.
@bersagastume

#RecomiendaUnLibro 'Tradiciones de Guatemala', de Pepe Batres Montúfar.
@sostrangethings 
#RecomiendaUnLibro '1984' de George Orwells.

@LuluGuevaraE
#RecomiendaUnLibro 'La sombra del viento', Carlos Ruiz Zafón.

lunes, 23 de abril de 2012

Vampiros, lectura y récords para festejar al libro en Latinoamérica

Día Internacional del Libro

Decenas de actividades en la región han sido convocadas para este 23 de abril

Dos mujeres en un stand en la Feria del Libro de Santo Domingo República Dominicana.foto.fuente:elpais.com

Latinoamérica participa en el Día Internacional del Libro con actividades a lo largo del continente. Desde la lectura colectiva que organiza la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que este año ha elegido Drácula de Bram Stoker hasta sendas citas literarias en Bogotá y Buenos Aires, la América hispanohablante celebra Sant Jordi con un estilo especial. Chile, el país de origen de Nicanor Parra, premio Cervantes 2012, lanza a su vez una ambiciosa campaña para promover la lectura.

En México la Universidad Nacional Autónoma de México organiza representaciones teatrales gratuitas en varias ciudades del interior del país. En la capital, el Fondo de Cultura Económica convoca a un rally Cómo leer en bicicleta: un recorrido en bici por las librerías de la editorial. Coyoacán, además, convoca el Primer Festival Internacional de Prosa y Poesía, un evento a puertas abiertas donde participan el autor sirio Adonis, el poeta argentino Juan Gelman y el escritor español Luis García Montero, entre muchos otros. Otro barrio de la ciudad de México, Iztapalapa, busca romper el récord mundial de lectura ininterrumpida: los vecinos comenzaron a leer desde el 9 de abril. El objetivo es cumplir 400 horas de lectura ininterrumpida. En Guadalajara, la segunda ciudad del país, la Feria Internacional del Libro (la mayor en el mundo de habla hispana) convoca a más de 158 en 18 ciudades a participar en la lectura colectiva de Drácula de Bram Stoker.
En el país de Nicanor Parra, Chile, el Gobierno de Sebastián Piñera ha aprovechado para lanzar la campaña Lee, Chile, lee. Así mismo, el Museo Histórico Nacional de Santiago rendirá un homenaje al poeta con conferencias y lecturas sobre su obra. En Colombia, la Feria Internacional del Libro de Bogotá comienza este lunes con Brasil como país invitado. Para este Día del Libro, además, está convocada una lectura colectiva en homenaje del escritor Rafael Pombo.
Mientras, en Argentina se celebra la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires hasta el 7 de mayo, con Carlos Fuentes, David Grossman y Eduardo Galeano como protagonistas. Para este 23 de abril, la cita ha previsto un maratón de lectura en un recorrido de textos sobre “viajes a lugares imaginarios” durante tres horas, donde participarán el actor Nicolás Pauls y el cineasta Daniel Burman, entre otros. Otra cita literaria es la colombiana: el lunes, en Bogotá, comienza su propia Feria del Libro, con Brasil como país homenajeado. La capital dominicana, Santo Domingo, también celebra su 15 edición, con Centroamérica como la región invitada.

domingo, 22 de abril de 2012

Películas para los amantes de libros

especial filbo 2012
La edición número 25 de la Feria internacional del libro de Bogotá comenzó el miércoles pasado. La gran asistencia de los bogotanos a la Feria demuestra que el amor por los libros de papel sigue vivo en esta era digital. Como un homenaje a este evento, quiero recomendarles algunas películas que despiertan el amor por la literatura
The Ninth Gate (1999)
Esta película dirigida por Roman Polánski está basada en la novela del escritor Arturo Pérez-Reverte: "El Club Dumas". Johnny Depp, en el papel protagónico, encarna a Dean Corso, un hombre que comercia libros extraños y se encuentra con una codiciada edición de un antiguo libro que, según una leyenda, es un manual de invocación satánica. La trama se deshila lentamente y el suspenso se mantiene de manera ejemplar durante todo el filme. Más allá del misterio y los personajes, los libros y las sociedades que se forman en torno a estos objetos le dan un toque especial a la historia, que lleva al espectador al interior del complejo mundo de los coleccionistas de libros.

Fahrenheit 451 (1966)

Basada en la novela de Ray Bradbury del mismo nombre, este largometraje nos muestra un mundo en el cual los libros son ilegales. El personaje principal, Guy Montag, es un bombero cuya labor no es apagar incendios sino quemar los libros clandestinos que encuentra, pero una mujer le demuestra que la literatura no es tan peligrosa como creía. El título de la obra, "Fahrenheit 451", es la temperatura exacta en la que arde el papel. El filme fue dirigido por el francés François Truffaut y es su único largometraje en inglés.

The Name of the Rose (1986)
Jean-Jacques Annaud dirigió esta adaptación de la magistral novela de Umberto Eco del mismo nombre. En el siglo XIV, un monje con ideas revolucionarias llega a una abadía a investigar una serie de extraños asesinatos. Además del misterio de los crímenes, la abadía guarda otro secreto: una gran biblioteca que contiene miles de manuscritos del mundo entero. William de Bakerville, encarnado por Sean Connery, está dispuesto a encontrar el asesino y descifrar el laberinto de la biblioteca.

Agora (2009)
Cuando se habla de grandes bibliotecas, es imposible no pensar en la biblioteca de Alejandría. El filme cuenta la historia de Hipatia, una filósofa y matemática que vivió en Alejandría durante los turbulentos tiempos del siglo IV, que vieron el declive del paganismo, la popularización del cristianismo y la destrucción de la reconocida biblioteca. El film fue escrito y dirigido por Alejandro Amenábar y explica el contexto histórico que llevó a la quema de incontables manuscritos históricos que se perdieron para siempre.

Stranger than Fiction (2006)
Este filme, dirigido por Marc Foster, está inspirado en "Niebla" de Miguel de Unamuno y narra la extraña historia de un hombre que descubre que es el personaje principal de un libro que está siendo escrito. La película cuenta con un elenco de primera que incluye a Dustin Hoffman, a Emma Thompson y a Will Farrell, y juega con la línea entre la tragedia y la comedia. Los libros, el amor por la palabra escrita y el mundo literario son fundamentales en la historia y diluyen completamente la línea entre ficción y realidad.

Lado B
Los dejo con otras películas en las que los libros tienen un papel especial en la trama y que invitan a buscar un espacio cómodo en la casa para sentarse a leer. Si lo que está buscando es inspiración de lectura, la Feria del Libro esta llena de actividades y libros por ser descubiertos.
Beauty and the Beast (1991)
Finding Forester (2000)
Adaptation (2002)
Never ending story (1984)
84 Charing Cross Road (1987)

¿Cuál es su película favorita sobre libros?
fuente:revistaarcadia.com

sábado, 21 de abril de 2012

Minicuentos 31


Mujima


Yakumo Koisumi

En el camino de Akasaka, cerca de Tokio, hay una colina, llamada Kii-No-Kuni-Zaka, o "La Colina de la provincia de Kii". Está bordeada por un antiguo foso, muy profundo, cuyas laderas suben, formando gradas, hasta un espléndido jardín, y por los altos muros de un palacio imperial.

Mucho antes de la era de las linternas y los jinrishkas, aquel lugar quedaba completamente desierto en cuanto caía la noche. Los caminantes rezagados preferían dar un largo rodeo antes de aventurarse a subir solos a la Kii-No-Kuni-Zaka, después de la puesta de sol.

¡Y eso a causa de un Mujima que se paseaba!

El último hombre que vio al Mujima fue un viejo mercader del barrio de Kyôbashi, que murió hace treinta años.

He aquí su aventura, tal como la contó:

Un día, cuando empezaba ya a oscurecer, se apresuraba a subir la colina de la provincia de Kii, cuando vio una mujer agachada cerca del foso... Estaba sola y lloraba amargamente. El mercader temió que tuviera intención de suicidarse y se detuvo, para prestarle ayuda si era necesario. Vio que la mujercita era graciosa, menuda e iba ricamente vestida; su cabellera estaba peinada como era propio de una joven de buena familia.

-Distinguida señorita -saludó al aproximarse-. No llore así. Cuénteme sus penas... me sentiré feliz de poder ayudarla.

Hablaba sinceramente, pues era un hombre de corazón.

La joven continuó llorando con la cabeza escondida entre sus amplias mangas.

-¡Honorable señorita! -repitió dulcemente-. Escúcheme, se lo suplico... Éste no es en absoluto un lugar conveniente, de noche, para una persona sola. No llore más y dígame la causa de su pena ¿Puedo ayudarla en algo?

La joven se levantó lentamente... Estaba vuelta de espaldas y tenía el rostro escondido... Gemía y lloraba alternativamente.

El viejo mercader puso una mano sobre su espalda y le dijo por tercera vez:

-Distinguida señorita, escúcheme un momento...

La honorable señorita se volvió bruscamente. Dejó caer la manga y se acarició la cara con la mano... ¡El viejo vio que no tenía ojos, nariz ni boca!...

¡Huyó, gritando de espanto!

Corrió hasta el borde de la colina, oscura y desierta, que se extendía delante de él... Corría sin pararse y sin osar mirar hacia atrás... Por último vio, en lontananza, la luz de una linterna... Era una lucecilla tan pequeña que se hubiera podido confundir con una mosca luminosa. Era la bujía de un mercader ambulante, un vendedor de sopa que había levantado su tenderete al borde del camino. Después de la experiencia que el viejo acababa de sufrir, la más humilde de las compañías le pareció deseable. Se echó a los pies del vendedor de sopa, gimiendo:

-¡Ah!... ¡Ah!... ¡Ah!...

-«Koré»... «Koré»... -replicó el vendedor ambulante bruscamente-. ¿Qué le ocurre? ¿Le ha hecho daño alguien?

-¡No!... Nadie me ha hecho daño... -murmuró el otro-. Pero... ¡Ah!... ¡ah!... ¡ah!...

-¡Por lo menos le han dado un buen susto! -dijo el mercader, demostrando poca simpatía-. ¿Se ha encontrado con algún ladrón?

-¡No!... Pero, cerca del foso... he visto... ¡Oh!, he visto una mujer que... ¡Ah!, jamás podré describir cómo la he visto...

-¿Qué? ¿La ha visto, tal vez, así?... -exclamó el mercader.

Se acarició la cara que, de pronto, se hizo semejante a un huevo.

¡En aquel mismo instante se apagó la luz!

Subraye las palabras adecuadas

Luis Britto García

Una mañana tarde noche el niño joven anciano que estaba moribundo enamorado prófugo confundido sintió las primeras punzadas notas detonaciones reminiscencias sacudidas precursoras seguidoras creadoras multiplicadoras trasformadoras extinguídoras de la helada la vacación la transfiguración la acción la inundación la cosecha. Pensó recordó imaginó inventó miró oyó talló cardó concluyó corrigió anudó pulió desnudó volteó rajó barnizó fundió la piedra la esclusa la falleba la red la antena la espita la mirilla la artesa la jarra la podadora la aguja la aceitera la máscara la lezna la ampolla la ganzúa la reja y con ellas atacó erigió consagró bautizó pulverizó unificó roció aplastó creó dispersó cimbró lustró repartió lijó el reloj el banco el submarino el arco el patíbulo el cinturón el yunque el velamen el remo el yelmo el torno el roble el caracol el gato el fusil el tiempo el naipe el torno el vino el bote el pulpo el labio el peplo el yunque, para luego antes ahora después nunca siempre a veces con el pie codo dedo cribarlos fecundarlos omitirlos encresparlos podarlos en el bosque río arenal ventisquero volcán dédalo sifón cueva coral luna mundo viaje día trompo jaula vuelta pez ojo malla turno flecha clavo seno brillo tumba ceja manto flor ruta aliento raya, y así se volvió tierra.

BibloRed en la Feria Internacional del Libro

especial filbo 2012
Lunada Literaria en la Carpa de la Red de Todos en Homenaje a Vinicius de Moraes con el Grupo Eixo, 6:pm a 7:30 de la noche





Red Capital de Bibliotecas Públicas BibloRed

viernes, 20 de abril de 2012

Las ferias como oasis literarios

especial filbo 2012

La cita del libro de Bogotá celebra sus 25 ediciones. Confirma la vitalidad y necesidad de estos eventos en un mundo cada vez más virtual

Asistentes a la Feria del Libro de Bogotá, que este año se prolonga hasta el 1 de mayo.








Apocalíptico para el libro en papel, las ferias del libro, sin embargo, pugnan con vitalidad por reinventarse. ¿Cómo? Convertidas en oasis literarios para lectores, escritores, agentes o editores en un mundo que vive entre la paradoja de la hipercomunicación virtual y la amenaza de naufragio de las relaciones humanas de carne y hueso. La Feria del Libro de Bogotá, que ayer inauguró su edición 25ª es una buena muestra de ello. Es una de las más importantes de América Latina, así como un ejemplo de la necesidad e importancia de estos acontecimientos. “La gran aportación de una feria es la vida social, el trato real que requieren... y del que carece Internet y las recomendaciones de los periódicos”, asegura la escritora Rosa Montero, que ha ido en tres ocasiones a la Filbo, como llaman los colombianos al evento. La peculiaridad de esta cita, agrega Montero, “es ese trato íntimo y familiar que la hace especial. Tiene una afluencia increíble, una tradición arraigada”.
Esta primavera, periodo de florecimiento de estos encuentros en todo el mundo, servirá de termómetro sobre el futuro y el sentido de estas citas; acaban de terminar el Salón de París y la Feria de Londres y hoy abre sus puertas la de Buenos Aires. Y todos juegan con, más o menos, las mismas armas. Son eventos que convocan a jóvenes autores y a consagrados; a editoriales establecidas y a nuevos intermediarios que tiran de la autoedición; a profesionales y a lectores, que de eso se trata.
Sin perder de vista las bondades digitales, Fernando Valverde, presidente de la Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros, (CEGAL), asegura que “es justo en estos momentos cuando el espacio físico recobra todo el sentido”. “Y cobra más fuerza el hecho de poder encontrarnos, escucharnos e intercambiar opiniones sobre nuestras lecturas”, añade.
Estos certámenes también han alentado un fenómeno reciente, pero que podría contribuir a su mismo futuro: la conversión de los escritores en ídolos. Los autores, en muchos sentidos, han pasado a ser también celebridades y este tipo de citas, el escenario perfecto para el encuentro con los practicantes de sus religiones. El público hace colas para conocerlos y poder dialogar con ellos. De eso sabe mucho Nubia Macías, directora de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (México), para quien, además, “las ferias literarias tienen que ser eventos de promoción de la lectura, estar organizadas al margen de los programas profesionales y de negocios, y concentrar todos sus esfuerzos en crear lectores”.
Porque las ferias exclusivamente profesionales, como las de Fráncfort, según el crítico Manuel Rodríguez Rivero, “para lo único que sirven es para poner cara a aquellos con quien negocias”. Ver y dejarse ver, “cada día tiene menos sentido, porque la edición se ha globalizado y las ferias se vuelven demasiado caras”.
Las que convocan al personal que vive alrededor del libro y la lectura parecen tener otro destino. La de Bogotá, de momento, no presenta síntomas de fatiga: espera una asistencia de 400.000 visitas, hasta el 1 de mayo que cierra sus puertas. Ocupará todos los 58.000 metros cuadrados del Centro Internacional de Negocios y Exposiciones de Bogotá, donde estarán más de 500 expositores y un centenar de escritores en conferencias, mesas redondas y lecturas públicas.
Este año entre los principales invitados figuran el escritor estadounidense Jonathan Safran Foer y el legendario periodista Gay Talese. Junto a ellos, nombres clave de la literatura, el pensamiento y, por qué no, la narrativa comercial en español como Laura Restrepo, Santiago Gamboa, Javier Moro y Enrique Krauze.
El narrador y poeta Darío Jaramillo, que no se ha perdido ninguna edición de la Filbo, asegura que la oferta de libros ha aumentado: “Eso es muy atractivo para las bibliotecas, pero lo más importante de esta feria es la cantidad de gente que acude. Y no hay que olvidar que hay un público que compra libros solo estos días”.
La Filbo celebra sus 25 años con Brasil como invitado: “Es una gran oportunidad para intercambiar conocimientos de derechos de autor y traducciones del portugués al español y viceversa, aprovechando que el español acaba de ser declarado la segunda lengua oficial en las escuelas brasileñas”, explica Amalia de Pombo, directora de la feria.

La Feria arranca hoy, con clima de fiesta y sin un solo stand vacío

foto.fuentes:elpais.com. Revista Ñ

América en portugués


Brasil, país invitado en la FILbo 2012

especial filbo 2012  

Cuando Brasil, comienza a despertar, vale la pena revisar su tradición literaria. El enredo de América Latina se escribe con personajes y acciones comunes a las diferentes tramas de los países que la conforman. El tono de cada historia, sin embargo, guarda un sabor local, una música y una visión de mundo que no se dejan trastocar. Mientras sea contada en español, poco o nada de la híbrida aventura latinoamericana se cuestiona. Al final del día, el idioma nos une y nos salva en nuestros orgullos y desgracias. Pero si la saga está en portugués, hay que pisar el freno y hacerse rápidamente la pregunta: ¿Cuál es la otra cara de América Latina? ¿Qué pasa en Brasil?

La Feria del Libro de Bogotá trata de aclarar esas y otras dudas que flotan sobre curiosas mentes colombianas, al escoger a Brasil como país homenajeado de su edición número 25. Del 18 de abril al primero de mayo, el evento concentra en la capital una serie de encuentros, actividades y reflexiones sobre la literatura del país vecino -tan cercano y desconocido-, con la presencia de autores, editores y otros especialistas de las letras brasileñas, convocados a dialogar con profesionales y visitantes de Colombia y del mundo.
La invitación a los brasileños sucede en un momento en que el "gigante" latinoamericano parece haber despertado económica y políticamente, haciendo despertar también todo tipo de impulsos de curiosidad sobre él. La ocasión, bien este momento sea real y duradero o entonces pura imaginación colectiva, abre un sinfín de oportunidades para brasileños y demás latinoamericanos. Sobre todas ellas, una que no se puede dejar escapar: la de romper una barrera que posiblemente no es la del idioma, sino la de la pereza (de doble vía) de mirar lo que hay más allá del charco.
Un país vasto no podría abstenerse de tener una vasta literatura. Clasificarla puede ser una tarea tan complicada como nombrar especies en una selva. De las marcas que la distinguen, sin embargo, la primera es la regionalización. Así como pasa en Colombia, la geografía responde en gran parte por la variedad de voces del Brasil, y eso de manera agrandada, sin que haya todavía un Nobel capaz de ofrecer al mundo una obra brasileña emblemática y unificadora. La única etiqueta que parece existir -y que calma sobre todo a los extranjeros- es una imagen exótica, tropical y carnavalesca, que en realidad se aleja de una producción literaria mucho más cercana a los centros urbanos y a sus personajes, almas frecuentemente perdidas, que flotan entre la realidad caótica y el afán de progreso. Esta fuerte característica urbana tal vez sea la segunda marca de una literatura tan difícil de clasificar.
Para el escritor Marcelino Freire, de 45 años, nacido en Pernambuco y que actualmente vive en Sao Paulo, "la literatura brasileña tiene muchos intereses, como una mujer independiente y activa". "Fuera del país, suelen creer que nuestros libros tratan sólo de lo exótico o de la miseria, pero en realidad incluyen desde el alma lusitana hasta el alma indígena, de la Misa de Gallo al Carnaval", opina. Lucia Riff, responsable por la Agencia Riff, la principal agencia literaria que representa a autores brasileños en Brasil y en el exterior, cuenta que es común que un título o un autor nacional deje de ser publicado en otro país por no ser "lo suficientemente brasileño". "Me pregunto qué sería eso, pero es algo que se escucha a menudo. Una editorial europea, por ejemplo, acepta cualquier cosa de Estados Unidos, pero de Brasil espera algo específico. Para ser de acá, no se puede ser urbano. ¿Acaso lo que pasa en el sur del país no es suficientemente brasileño?", cuestiona. 
Si hay de hecho un talento que une el país de norte a sur, Marcelino, cuyo trabajo como cuentista fue laureado en 2006 con un Premio Jabuti (uno de los reconocimientos literarios de mayor prestigio en Brasil), cree que es la oralidad. Según él, "la representación del habla es una virtud de la literatura brasileña. Nuestros escritores dan cuenta de todas las voces:  la de la pobreza generalizada, la de clase media, la de los nuevos ricos, inmigrantes, opresores y oprimidos. El brasileño es un hablador".
Jóvenes autores -como el sureño Daniel Galera, de 33 años, que vive en su ciudad natal, Porto Alegre- creen que las fronteras que dividen el país y también las que reparten el mundo en bloques culturales ya no tienen sentido para ninguna literatura. Para él, en los días de hoy, las cuestiones son otras y hay una acumulación de referencias que les permite a las nuevas voces mezclarse más allá de los pasaportes. "Actualmente, la producción literaria brasileña y, creo, la de muchas partes, es muy heterogénea. Esa multiplicidad es algo positivo", afirma.
Sin embargo, es inútil negar que el sabor local (o los sabores) sigue siendo la puerta de entrada para quien quiere darse un banquete literario a la brasileña. Si para unos los galardones internacionales no representan más que entidades o personas con intereses específicos, frecuentemente alejados del real valor de las obras que premian, para otros ésta es una manera efectiva y un primer paso para generar interés en la literatura brasileña en general. Lucia Riff está entre los que hacen fuerza por la entrega de un Nobel a un brasileño: "Necesitamos un gran éxito para atraer las miradas. En este sentido, Paulo Coelho, con libros publicados en todo el mundo y números de ventas impresionantes, no nos ayudó mucho, porque la gente comúnmente no sabe que él es brasileño". La popularidad de la obra de Coelho de hecho tiene más que ver con factores extraliterarios y puede ser visto más bien como un fenómeno de sociología de la lectura, conectado a parábolas espirituales y mensajes reconfortantes y no a una tradición literaria.
El hecho es que "mientras más la literatura de un país esté en discusión, mejor", dice Marcelino Freire. En este sentido, Brasil puede sentirse orgulloso por la serie de homenajes que empieza este año con la Feria del Libro de Bogotá y sigue con las programaciones de la Feria del Libro de Frankfurt (Alemania), en 2013, y la de Bolonia (Italia), en 2014. No tenemos un Nobel, pero, al parecer, estamos en el tope de la lista. Que sea por el bien, por lo menos, de una mayor integración latinoamericana.
Los inicios
La literatura brasileña surge a la luz de las influencias de la metrópoli portuguesa luego del "descubrimiento" del país. Gana fuerza, a lo largo del sigo XIX, con los movimientos romántico y realista, alcanzando su apogeo en la llamada Semana de Arte Moderno de 1922, que predicó la independencia de la producción cultural brasileña y el rompimiento con las literaturas y otras manifestaciones artísticas de otros lugares. En especial, de Europa.
Los clásicos de siempre
Imposible hablar de las letras de Brasil sin mencionar a Machado de Assis ('Memórias póstumas de Brás Cubas', 'Dom Casmurro'), ampliamente considerado la mayor referencia de la literatura nacional. Pero la complejidad de la vasta obra literaria brasileña se completa con otros nombres imprescindibles, de la prosa y de la poesía, que marcaron diferentes épocas. Son autores como Lima Barreto, Manuel Bandeira, Oswald de Andrade, Graciliano Ramos, Carlos Drummond de Andrade, Guimarães Rosa, Jorge Amado, Clarice Lispector y Mario de Andrade. En proceso de revisión, la obra de Lispector, por ejemplo, hoy  goza de gran éxito editorial en países como los Estados Unidos.
Los autores contemporáneos
La poesía nacional contemporánea tiene como rasgo dominante el diálogo con la tradición - sobre todo, la poesía de carácter modernista, que emerge de la Semana de Arte de 1922 y se bifurca en una vertiente más lírica y otra más objetiva. Su representación pasa por nombres consagrados, como Manoel de Barros, los hermanos Harold y Augusto de Campos y Ferreira Gullar (único escritor brasileño nominado al premio Nobel), y por nuevas generaciones, que incluyen a Age de Carvalho, Carlito Azevedo y Claudia Roquette-Pinto.
En la ficción, impera lo urbano, expresado por una multiplicidad de estilos, donde permanece de transfondo el desarraigo proporcionado por la ciudad. Hay una gran libertad individual también en la elección de temáticas, como se observa en la obra de autores tan diferentes entre si como Lygia Fagundes Telles, Dalton Trevisan, Rubem Fonseca, João Ubaldo Ribeiro y Chico Buarque (también músico y compositor). Y de otros nombres más recientes, como Marçal Aquino, Luiz Ruffato, Fernando Bonassi, André Sant'Anna, Nelson de Oliveira e Marcelino Freire, de la llamada "Generación 90". 
La crónica, otro universo por explorar
Talento no sólo nacional, sino latinoamericano, la crónica encuentra eco en Brasil en la obra de grandes escritores como Luiz Fernando Veríssimo, el autor brasileño más leído de los últimos tiempos, liderando gran parte de las listas de best sellers. Los cronistas (de ficción y de no ficción) transformaron características de la identidad brasileña (el humor sarcástico, la confusión entre lo público y lo privado, el cotidiano banal y la informalidad de las relaciones sociales como paliativo para las desigualdades) en instantes preciosos de lirismo, ironía y sensibilidad.
El mercado del libro
Es temprano para que el momento de crecimiento económico que vive Brasil actualmente inspire la literatura en sí, pero no para que caliente los engranajes del mercado literario. Iniciativas gubernamentales de ámbito nacional (mayor distribución de libros en escuelas, por ejemplo) e internacional (apoyo a la traducción de obras brasileñas en el exterior a través de becas de la Biblioteca Nacional, otro ejemplo) y nuevos canales de ventas más allá de las librerías, anima a las editoriales del país y amplía el potencial de negocios incluso para extranjeros. Hay más libros y también más lectores.
Estrategias de divulgación
Hay mucho esfuerzo para identificar y divulgar las novedades de las letras en Brasil. Por un lado, están las ferias y los premios que cuentan con altos presupuestos (las Bienales de Libros de Sao Paulo y de Rio de Janeiro, la Fiesta Literaria de Paraty, el Foro de la Letras de Oro Preto, el premio Jabuti y tantos otros eventos). Por otro, está el trabajo dedicado y militante de círculos literarios más pequeños, pero de importante repercusión, como es el caso de la Balada Literaria, organizada por el escritor Marcelino Freire en Sao Paulo.
Sin embargo, lo nuevo no parece estar en esos territorios, sino al margen de él, en las periferias urbanas. Según Marcelino, "hay más de 100 veladas literarias en la periferia de Sao Paulo cada semana. Vivimos un momento de descentralización de la cultura, propiciado en parte por la Internet, pero sobre todo porque el ciudadano 'periférico' se cansó de ser despreciado. '¿Quien dijo que no podemos ser escritores?' es la pregunta que se hace".
La literatura brasileña en tres tiempos
Supliendo la falta de una novela icónica, como puede ser 'Cien años de soledad', tres historias muy brasileñas acercan al lector colombiano a la literatura del Brasil:
(1) 'Grande Sertão: Veredas', de Guimarães Rosa. Un retrato del Brasil profundo, ambientado en el "sertão" (paraje desértico caracterizado por sus carencias) y que narra la historia de un "jagunço" (secuaz a sueldo) que en su lucha por sobrevivencia vive el amor, la muerte, el sufrimiento, el odio y la alegría.
(2) 'Viva o povo brasileiro', de João Ubaldo Ribeiro. Cuenta tres siglos de historia del Brasil a partir de personajes del llamado "Recôncavo Baiano", región de origen del autor. El resultado es una historia contada no en términos cronológicos o socioeconómicos, sino a partir de un imaginario que atraviesa épocas y conforma una identidad nacional.
(3) 'Cidade de Deus', de Paulo Lins. Resultado de una investigación sobre la criminalidad en Río de Janeiro, después convertido en novela, el libro fue recibido por la crítica y por el público como uno de los acontecimientos literarios más importantes de los últimos tiempos en Brasil. El eje de la historia es el proceso de transformación de la favela a partir de una multiplicidad de voces, sin que haya un personaje principal. Fue el punto de partida para la película "Ciudad de Dios", dirigida por Fernando Meirelles con guión de Braulio Mantovani -y que cautivó millones de espectadores en todo el mundo.
foto.fuente:eltiempo.com