jueves, 30 de abril de 2015

Historias para mil lecturas y lectores

Proyectos privados y públicos exploran las fronteras entre el papel y lo digital con tecnologías como realidad aumentada para entregar lo mejor de ambos mundos a los usuarios

Ilustraciones: LuaBooks./elespectador.com

Entrar al reino digital no sólo para suplir necesidades, sino para buscar oportunidades. La diferencia entre ambas situaciones es grande e incluso vital: toda una declaración de principios que obliga a explorar el amplio territorio de la creatividad que llega con un nuevo medio, acaso infinito, y aún virgen en buena parte.
La Feria del Libro de Bogotá este año trae consigo quizá una de las ofertas más interesantes en términos de productos digitales en años recientes: desde instituciones públicas y editoriales convencionales (por llamarlas de alguna forma), pasando por empresas enteramente digitales hasta editoriales pequeñas que por primera vez vinieron a la muestra. No es sólo un asunto de cantidad, sino algo que está más relacionado con la buena factura y un cambio de visión lo que impulsa a quienes quieren aprovechar las nuevas herramientas de un terreno en el que se pueden contar buenas historias sin necesidad de entrar en conflictos con el formato.
Formato es una palabra de cuidado en este tema, pues ha encarnado una suerte de línea divisoria entre el libro de papel y los demás caminos de creación: los segundos tienden a ser definidos como una suerte de imitación inferior del primero y en esa comparación nociva lo digital, en ocasiones, ha sido tratado (o maltratado) más como una necesidad de mercado y no como un medio rico en posibilidades creativas.
“Creemos que lo que estas herramientas nos permiten es reforzar, o crear, el vínculo entre el niño, el lector, y su padre o su docente, y a futuro esa relación permitirá la aparición de muchas otras cosas. Estas aplicaciones permiten una lectura que no sólo es lineal y en soledad, sino que se hace en varios niveles y en compañía”. Camilo Cáceres, profesional del área de primera infancia del Ministerio de Cultura, habla de una serie de tres productos que la entidad está lanzando en la Feria y que, a diferencia de otras iniciativas que ya están en marcha, crean una relación entre el papel y lo digital.
Las tres aplicaciones hacen uso de realidad aumentada y dos de ellas parten de piezas físicas (un libro y un rompecabezas) para entregar no sólo contenido extra, sino una forma diferente de lectura. Quizá la más ambiciosa de estas herramientas es Pombo encantado (disponible para Android), que funciona en conjunto con Pombo y platillos, uno de los libros del programa Leer es Mi Cuento, que ya tiene más de un millón de ejemplares impresos, de entrega gratuita. La aplicación despliega animaciones en 3D en cada página del texto, además de reproducir una narración que ya está en el libro; esta función puede ser silenciada por si alguien quiere leer en voz alta al tiempo con el niño. Las otras dos aplicaciones son Armanimales, que despliega realidad aumentada sobre un rompecabezas, y Pombo mágico, que muestra personajes de Rafael Pombo que pueden mezclarse en cualquier escenario real.
El grupo de aplicaciones se suma a proyectos como Maguaré, un portal lanzado el año pasado con más de 300 contenidos digitales para niños. Según Cáceres, los materiales para trabajar con las aplicaciones (el libro y el rompecabezas) pueden encontrarse en línea para que los usuarios los impriman.
“Estamos convencidos de que en libros para niños el libro de papel no va a desaparecer”. Juan David Saab es uno de los cofundadores de Lua Books, una editorial que viene por primera vez a la Feria y que utiliza su propia fórmula de realidad aumentada para realzar la experiencia del lector con sus productos.
El pájaro de los mil cantos, con texto de Lizardo Carvajal, otro de los cofundadores de la editorial, ofrece un viaje por el mundo de criaturas inexistentes, pero no por eso menos reales, que dibujadas con esmero entregan al lector sonidos improbables y bellos. A través de una aplicación (BirdTron-iOS y Android) el usuario puede completar en cada página la ilustración de un animal imaginario y escuchar los sonidos que el texto describe. Esta es una aplicación de realidad aumentada que, sin embargo, no depende de la cámara del dispositivo para realizar un escaneo del material con el cual se vincula la aplicación.
El cambio en el modelo de realidad aumentada elimina problemas comunes con esta tecnología, como el foco, la iluminación necesaria para su funcionamiento o a veces la calidad misma de las impresiones sobre las que la aplicación realiza el escaneo. La técnica empleada por Lua Books simplifica la experiencia del usuario, más aún si se tiene en cuenta que el texto está pensado para niños pequeños, aunque su atractivo atraviesa las fronteras de las edades.
“Estamos convencidos de que podemos entregar productos de calidad, tanto en papel como en términos digitales. No es sólo una jugada comercial, sino de poder utilizar otros medios y formatos para complementar la experiencia del lector”.
En una esquina similar se ubica Catalina Holguín, directora de Manuvo para Colombia, una empresa que presta servicios editoriales digitales, además de ser editorial digital, y que para esta edición de la Feria estuvo detrás de por lo menos cuatro aplicaciones para niños de Fundalectura y el ICBF, una para la Biblioteca Nacional (centrada en la icónica revista Mito) y la edición digital del Códice Mendoza, una obra comisionada por la corona española para documentar en 1540 el hallazgo del imperio azteca.
“El libro de papel no se va a acabar jamás. Yo nunca he sido editora de papel y creo que tal vez por esto llego con menos ideas preconcebidas. Claro, hay libros álbum divinos en papel para niños y es un soporte muy fácil de entender. Pero mi sobrinita, que tiene seis años, tiene tabletas y todo el tiempo está frente a una pantalla. A mí me preocupa que mi generación en particular, en la que tenemos pies sólidos en ambos mundos, el de papel y el digital, no sea partícipe de esa transición: que mi sobrinita quiera leer en digital pero no encuentre un buen contenido. Lo que he visto después de muchos años de hacer esto es que mis prejuicios sobre el papel no son los de la generación que sigue y que si no nos ponemos las pilas puede haber una pérdida de lectores. Un buen lector lo es en ambos mundos”.

El camino por recorrer

“Aunque toda la producción de nuestro contenido digital es local, aún  pensamos que producir aplicaciones en Colombia sigue siendo muy caro”, asegura Juan David Saab, director técnico y cofundador de Lua Books. Para Catalina Holguín, directora de Manuvo para Colombia, en el país se han hecho grandes esfuerzos en materia de infraestructura de tecnología, pero siguen existiendo falencias en temas creativos. Este es un reclamo que también se oye en otros sectores, pues consideran que el enfoque de las políticas digitales puede girar demasiado en torno a las empresas y se ha olvidado un poco la formación en procesos creativos para industrias culturales.

La orfebrería de ‘Cien años de soledad’

Un año como cien de soledad

Las pruebas de imprenta de la novela de García Márquez vuelven a buscar dueño

Las galeradas de Cien años de soledad, con correciones directas del más famoso escritor colombiano, Gabriel García Márquez./Carlos Rosillo./elpais.com

Fue un martes de 1965. Gabriel García Márquez acababa de regresar de un fin de semana en Acapulco con su esposa y sus dos hijos, cuando, fulminado por un “cataclismo del alma”, se sentó ante la máquina de escribir y, como él mismo recordaría años después, no se levantó hasta principios de 1967. En esos 18 meses, todos los días, de nueve de la mañana a tres de la tarde, el escritor colombiano gestó Cien años de soledad.
Mucho se ha escrito de la atmósfera mexicana en la que germinó su obra magna, de su obsesión creativa, de sus dificultades económicas, del apoyo inquebrantable de los amigos. Pero muy poco se sabe de su construcción. Las claves de su plasmación material, la ingeniería sobre la que edificó el universo de Macondo, siguen entre sombras. Y este misterio no fue casual. El propio autor, cuando en junio de 1967 recibió el primer ejemplar impreso, rompió el original para que “nadie pudiera descubrir los trucos ni la carpintería secreta”. De aquella destrucción histórica se salvaron contadísimos documentos. Uno de ellos, posiblemente el más importante, fue la primera copia de las pruebas de imprenta. Sobre las galeradas, García Márquez anotó de su puño y letra 1.026 correcciones, dejando a la luz cambios e inflexiones de enorme interés.
Esos papeles, a los que ha tenido acceso EL PAÍS, han seguido una azarosa existencia. El escritor los regaló al cineasta exiliado Luis Alcoriza y a su esposa Janet. Tras sus muertes, fueron subastados dos veces sin éxito y ahora, olvidados otra vez, buscan acomodo en una institución. “Prefiero que estén en una biblioteca o un museo que conmigo”, dice el mexicano Héctor Delgado, heredero de los Alcoriza.
Las galeradas, de editorial Sudamericana, suman 181 hojas de doble folio, numeradas a mano, con acotaciones del autor en bolígrafo o rotulador. Su recorrido muestra la orfebrería de García Márquez. En ellas el autor señala los inicios de capítulo, reordena párrafos, suprime y añade frases, sustituye o corrige más de 150 palabras y, en muchas ocasiones, alerta de erratas. En este ejercicio queda patente el agotador pulso que el autor mantenía consigo mismo. Los cambios no solo van destinados a purificar el texto o despejar la fronda de nombres de los Buendía, sino que ahondan en sus inextricables juegos de lenguaje. A veces, se trata de sutilezas: de “amedrentar” se pasa a “intimidar”, de “obstruir” a “cegar”, o de “completar” a “complementar”. Pero otras, la mano del escritor va mucho más lejos: las mariposas se vuelven “amarillas”, las sanguijuelas se sacan “achicharrándolas” con tizones, el troglodita queda convertido en un “atarván”, los niños andan como “zurumbáticos”, la Ópera Magna se transforma en “alquimia”, un san José de yeso descubre un interior “atiborrado de monedas de oro” o la descarga del máuser “desbarata”, que no “desarticula”, un cráneo.
También algunos personajes adquieren matices nuevos con los incisos. Amaranta, por ejemplo, “finge sensación de disgusto” al oír hablar de boda, y Aureliano ve su “antigua piedad” transformarse “en una animadversión virulenta”. Son alteraciones constantes. Una lluvia fina de mejoras que, sin generar cambios de fondo ni giros argumentales, sí que descubren la talla microscópica y tenaz de un texto de cuya grandeza el autor era consciente.
Posiblemente por ello, García Márquez nunca devolvió las pruebas de imprenta a la editorial, sino que envió las correcciones aparte. Y lejos de destruir el documento, como hubiera sido esperable, lo convirtió en un monumento a la amistad: lo regaló y dedicó al director de cine Luis Alcoriza y a su esposa, la actriz austriaca Janet Riesenfeld: “Para Luis y Janet, una dedicatoria repetida, pero que es la única verdadera: del amigo que más les quiere en este mundo. Gabo. 1967”.
Una de las galeradas de  Cien años de soledad, con la dedicatoria a Luis Alcoriza y su esposa, Janet Riesenfeld. / Carlos Rosillo
La pareja, afincada en México y muy próxima a Luis Buñuel, formaba parte del círculo íntimo del escritor colombiano. Aquel que le había mantenido en las épocas más negras y con quien, en los días buenos, había celebrado la alegría de vivir. El propio autor lo explicó años más tarde en un artículo en EL PAÍS: “Cuando la editorial me mandó la primera copia de las pruebas de imprenta, las llevé ya corregidas a una fiesta en casa de los Alcoriza, sobre todo para la curiosidad insaciable del invitado de honor, don Luis Buñuel, que tejió toda clase de especulaciones magistrales sobre el arte de corregir, no para mejorar, sino para esconder. Vi a Alcoriza tan fascinado por la conversación que tomé la buena determinación de dedicarle las pruebas”.
El matrimonio guardó las páginas como un objeto sagrado. Dieciocho años después, cuando Cien años de soledad ya era un tótem, García Márquez volvió a encontrárselas en casa de los Alcoriza: “Janet las sacó del baúl y las exhibió en la sala, hasta que se hicieron la broma de que con eso podían salir de pobres. Alcoriza hizo entonces una escena muy suya, dándose golpes con ambos puños en el pecho, y gritando con su vozarrón bien impostado y su determinación carpetovetónica: ‘Pues yo prefiero morirme que vender esa joya dedicada por un amigo”. García Márquez respondió escribiendo debajo de la dedicatoria, con el mismo bolígrafo que la primera vez: “Confirmado. Gabo. 1985”.
Luis Alcoriza, el exiliado, murió en 1992 en Cuernavaca. Su esposa le siguió seis años después. Las galeradas quedaron en manos de su heredero, el ingeniero y productor Héctor Delgado, el hombre que les había cuidado en los últimos días. En 2001, con el beneplácito del premio Nobel, los papeles fueron subastados sin éxito en Barcelona por un millón de dólares (897.500 euros, al cambio actual). Un año después, tampoco hubo suerte en Christie’s. Ahora, al año de la muerte de García Márquez, el heredero, de 73 años, busca quien los adquiera. La Universidad de Texas, que compró el archivo del Nobel, se ha interesado, pero poco más. Casi medio siglo después de su gestación, uno de los pocos documentos que se salvaron de la génesis de Cien años de soledad sigue buscando dueño.
La primera página de las pruebas de imprenta. / Carlos Rosillo

Caricaturista de ‘Charlie Hebdo’ no dibujará más a Mahoma

Luz, uno de los principales caricaturistas del semanario francés, anunció este miércoles que no dibujará más al personaje que provocó la horrenda matanza

Luz fue uno de los primeros testigos en reportar telefónicamente los gritos y los disparos que se escucharon desde afuera./semana.com

El caricaturista Renald Luzier, más conocido como Luz, anunció este miércoles que no dibujará más al personaje de Mahoma. Luz se salvó del atentado al semanario satírico francés Charlie Hebdo en enero pasado debido a que ese día se despertó media hora más tarde de lo usual. 

Ahora, tres meses después del atentado ha dicho: “No voy a dibujar más al personaje de Mahoma, ya no me interesa”.

El principal dibujante del semanario diezmado por el ataque de dos yihadistas franceses  fue uno de los primeros testigos en reportar telefónicamente los gritos y los disparos que se escucharon adentro de la redacción.

El número de Charlie Hebdo publicado después del ataque llevaba en la portada una caricatura de Mahoma con un cartel que proclamaba “Yo soy Charlie” y “está todo perdonado”, y había desencadenado protestas en varios países musulmanes.

Publicado una semana después del atentado que dejó 12 muertos el 7 de enero, la revista se difundió en 8 millones de ejemplares, un récord histórico para la prensa francesa.

Luz nació el 7 de enero de 1972 en Joué-lès-Tours, una ciudad del centro de Francia de apenas 35 mil habitantes. Estando en el colegio hacía caricaturas de sus profesores y a los 19 años se fue a estudiar derecho a París.

Pero el destino cambió el día que vio en un quiosco de revistas un ejemplar de La Grosse Bertha, una publicación que terminó siendo el borrador de Charlie Hebdo. A los 19 años comenzó a enviar cada semana un dibujo que a veces le publicaban y a veces no. Y fue en 1992, justo en el momento en el que se debatía entre seguir como caricaturista o abogado, cuando La Grosse Bertha le publicó siete dibujos en una misma tacada, le contó Luz a Thierry Soulard en una entrevista.
Luz se volvió de las entrañas de Charlie Hebdo y su trabajo, como el de sus compañeros  asesinados (Charb, Cabu, Wolinski y Tignous), es considerado de culto en Francia. Una de las caricaturas de Luz es acaso una de las que más hizo famosa la portada del semanario francés. Es la imagen del profeta Mahoma que dice, “100 latigazos si te mueres de risa”. La publicación, de noviembre de 2011, le valió a Charlie Hebdo un atentado con una bomba Molotov que terminó por calcinar la sede.

La mano que mece la olla

La cocina, los sabores y las recetas no fueron una simple distracción o hábito culinario en la vida de Marguerite Yourcenar. Fue más bien una tarea paralela y cruzada con la de la escritura de sus grandes libros y una seña de identidad tan fuerte como la lengua francesa. De todo esto trata La mano de Marguerite Yourcenar, con recetario recopilado y ensayos escritos en conjunto por las investigadoras Michele Sarde y Sonia Montecino

 
La mano de Marguerite Yourcenar.

Marguerite Yourcenar, sutil cocinera de sus  comidas y textos ./pagina12.com.ar

Un libro de recetas no es un diario íntimo, pero se le parece bastante. De puño y letra, confeccionado a lo largo de décadas, con sus esquinas dobladas por el uso, ubicado en un lugar siempre cercano y fácil de encontrar. El recetario de Marguerite Yourcenar no escapa a esa descripción y es así de elocuente e íntimo. Y lo que narra es, justamente, una serie de cuestiones bastante desconocidas acerca de esta tan popular y distinguida dama emblema de la literatura francesa. Su afición por la cocina, su estilo culinario, la comensalidad que brindó en su sencilla casa en Mount Desert Island, con recetas de los orígenes más disímiles, que fueron delicadamente registradas en su recetario.
Esto es lo que explora La mano de Marguerite Yourcenar, volumen que además de tener como corazón el recetario propiamente dicho, incluye dos ensayos en torno a la relación entre la cocina y la literatura en esta autora. Las encargada de llevar a cabo la tarea fueron Michèle Sarde y Sonia Montecino; la primera, profesora, ensayista y biógrafa francesa, especialista en estudios yourcenarianos, autora del estudio biográfico M. Y. La pasión y sus máscaras, además de participar en la edición de las cartas de la autora editadas por Gallimard. Montecino, por su parte, es doctora en Antropología, titular de la cátedra de Estudios de género de la Unesco, que ejerce actualmente en la Universidad de Chile.
Cada una abordó siguiendo su especialidad un asunto diferente: Montecino analiza el recetario desde la óptica del género a lo largo de la historia. Una escritura privada, típicamente realizada por mujeres y transmitida de generación en generación. Sarde hace una biografía del gusto, atendiendo a las prácticas y devociones culinarias de Marguerite en su vida y sus viajes. Atiende también toda vez que en sus escritos se roza la cuestión, poniendo en alguno de sus personajes –Adriano, Zenón– una prédica sobre este tipo de intereses.
El estudio parte de la infancia de Marguerite Crayencour –su verdadero nombre con el que luego construirá el anagrama Yourcenar–, de su padre francés y su madre belga, de los primeros años viviendo en el castillo Mont Noir en el norte de Francia, con su abuela paterna. El recuerdo es cómo la pequeña Marguerite se escabullía para ir hacia la gran cocina a sentarse en la mesa del personal doméstico. El aroma de los guisos sencillos que se cuecen a fuego lento, los ruidos del lugar donde se pica, machaca, fríe, cautivan a la niña. De estas primeras épocas la autora construye el sino de su cocina: comidas simples y naturales, originadas en el campo o el vergel.
Con la juventud llegan la bohemia y el vagabundeo, iniciado con su padre y continuado en soledad. Recorre el mediterráneo: sur de Francia, Italia, España y Grecia. Convertida en mujer, vive con libertad sus deseos, su sensualidad, en el entorno de la mitología y las leyendas. A esos aprendizajes les corresponde otro modo de alimentarse. Marguerite descubre en territorio helénico, los pequeños cafés donde se deleita con ensaladas, pescados y verduras asadas, bebiendo raki. Esta sensibilidad voluptuosa y trágica, es retomada en su libro Fuegos, de amores mitológicos. Otra familia de sabores simples, contundentes, adopta de allí. Pasa tiempo en París y luego, con su fortuna notablemente disminuida y la segunda guerra en ciernes, decide instalarse de forma definitiva en Estados Unidos. Junto a Grace Frick, a quien conoció pocos años antes y será su compañera toda la vida.
Si bien los sabores ocupan un lugar fundamental en la vida de Yourcenar, es una vez instalada en su casa de Estados Unidos que bautizó Petite Plaisance, que la autora va a dedicarse más plenamente a cocinar. Realizaba ella misma todas las comidas. El tiempo de la escritura se interrumpía a media mañana para ir a buscar hierbas de su huerto y luego preparar el almuerzo. Lo mismo ocurría en la cena, y en algunas oportunidades, también para un té que se servía en el jardín.
¿Cuáles eran esos saberes y esos sabores? La de Yourcenar es una cocina vegetariana –comía carne sólo dos veces por semana– y una cocina expatriada. Puntuada por alimentos que conoció en sus viajes o en sus lecturas, inseparables de las culturas Orientales. El recetario de todos modos no reúne lo más exótico, sino las recetas más comunes –y probablemente las más repetidas–, el núcleo de la identidad de esta escritora fuera de su patria. Junto con las cocinas belgas, francesas y estadounidenses, figuran recetas neerlandesas, suecas, italianas, australianas, rusas, chinas e indias. Muchos alimentos dulces, una variadísima oferta de panes dulces y salados con distintos tipos de especias y preparaciones, pasteles, roscas muffins, scones. Salsas, suflés, bebidas a base de café, alcohol, especias.
Como afirman sus biógrafas culinarias, Yourcenar conservó el núcleo de su identidad mediante su idioma –que nunca abandonó, pese a escribir la mayor parte de su obra rodeada de otra lengua– y la cocina. De eso se trata este libro.

La semana que cambié el portátil por una máquina de escribir

Una redactora cuenta lo que le pasó al emigrar a la máquina de escribir

fuente:elpais.com/verne

miércoles, 29 de abril de 2015

Preocupa la salud de Ricardo Piglia

El escritor y teórico literario padece esclerosis lateral amiotrófica,ELA. Se puede firmar un petitorio para aprobar un nuevo medicamento para tratar la enfermedad

Ricardo Piglia, autor argentino de El camino de Ida; padece ELA, ayuda solidaria con tu firma./estandarte.com,lavoz.com.ar

En las últimas horas se conoció la noticia de que el escritor argentino Ricardo Piglia padece esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad degenerativa que requiere de un tratamiento  complejo, y que en su momento también afectó al genial humorista Roberto Fontanarrosa.
Fue el sello Ediciones de la Flor el que dio a conocer la información, con un comunicado titulado "Ediciones de la Flor pide tu ayuda para Ricardo Piglia".
"Adjuntamos un link para firmar una petición acerca de un nuevo medicamento diseñado para tratar la Amyotrophic lateral sclerosis (ALS) por sus siglas en inglés -Esclerosis lateral amiotrófica-, ELA y necesita aprobación. Con un millón de firmas se podría presentar esta petición ante FDA (Food and Drug Administration, USA) para acelerar los procesos que conlleva y poder acceder a este nuevo tratamiento. Apoyemos esta oportunidad. Gracias", dice el comunicado de la editorial, acompañado de un link con el petitorio, que ya lleva cerca de 500 mil firmas.
Para firmar, se puede ingresar acá.
El sello independiente argentino Ediciones de la Flor, en el que han publicado Umberto Eco, Liniers, Silvina Ocampo o Quino, ha lanzado en estos días un llamamiento para ayudar al escritor Ricardo Piglia. Piglia, aquejado de esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Por una triste casualidad, la enfermedad también afectó al escritor Roberto Fontanarrosa.
Ediciones de la Flor nos conmina a firmar una petición en Change.org, relativa a un nuevo medicamento diseñado para tratar la ELA, pero que todavía necesita la aprobación de la Food and Drug Administration (FDA), en Estados Unidos. Si el proceso se acelerare, los enfermos de ELA podrían acceder a este nuevo y efectivo tratamiento.
La ELA es la misma enfermedad que, meses atrás, tuvo eco gracias al famoso Ice Bucket Challenge, el reto del cubo. Otra vez lejos de la primera plana, los enfermos continúan necesitando nuestro apoyo. Quizá una firma no sea tan viral como un vídeo en Youtube, pero en este caso resulta igualmente necesaria.
Ricardo Emilio Piglia Renzi nació en 1941 y es argentino. Después de la caída de Perón (1955), su padre, que era partidario de este, se fue con su familia de Adrogué y se instaló en Mar del Plata. Piglia estudió Historia en la Universidad Nacional de La Plata, ciudad donde vivió hasta 1965. Después trabajó durante una década en editoriales de Buenos Aires, y dirigió la Serie Negra. Comenzó a escribir en la segunda mitad de los años cincuenta del siglo XX en Mar del Plata su diario, y lo ha continuado durante toda su vida. Recibió una mención especial en el VII concurso Casa de las Américas, Cuba, y ello significó la publicación de su primer libro, los cuentos reunidos en Jaulario.
Pero el reconocimiento internacional lo debe a su primera novela, Respiración artificial, de 1980. Desde entonces Piglia ha escrito pausadamente. Publicó en sus inicios en pequeñas editoriales, y en los últimos años la Editorial Anagrama publica toda su obra, en Argentina, México y España. Piglia es, además, crítico, ensayista y profesor académico. Ha escrito sobre su propia escritura (que está ligada a la crítica) y ha elaborado ensayos sobre escritores argentinos. Entre 1977 y 1990 fue profesor visitante en diversas universidades de Estados Unidos, como las de Princeton y Harvard. En los últimos años ha enseñado en Princeton.
Piglia, autor de obras como Plata quemada y La ciudad ausente, es uno de los escritores y teóricos literarios más respetados de Argentina. Entre sus últimas producciones se destaca la adaptación televisiva de las novelas Los siete locos y Los lanzallamas, de Roberto Arlt, para la Televisión Pública.

Fernández Cubas: "Con el cuento aún no ha podido nadie"

La escritora, una de las cultivadoras más destacadas del género, publica un nuevo volumen de relatos, La habitación de Nona

Cristina Fernández Cubas. /Julián Lineros./elcultural.es
La escritora Cristina Fernández Cubas (Arenys de Mar, Barcelona, 1945), una de las cultivadoras del relato breve más destacadas de nuestra lengua desde hace tres décadas, regresa al género con La habitación de Nona (Tusquets), un volumen de relatos para adultos en los que la realidad se enriquece con los procesos mentales de sus protagonistas, que guían la narración y se revelan mucho más importantes que los hechos objetivos. La identidad, la memoria, la percepción y el paso del tiempo son algunos de los temas centrales de estos seis cuentos, cuyas claves nos da su autora.

-Después de su libro La puerta entreabierta, en el que daba rienda suelta a su parte más desenfadada con el seudónimo de Fernanda Kubbs, ¿con qué actitud ha escrito este nuevo libro de cuentos?
-Con la actitud de siempre. Dispuesta a sorprenderme, a inquietarme, a responder algunas preguntas, a plantearme otras... Y, sobre todo, a pasármelo bien y a pasármelo mal. A veces de algún relato doloroso se sale renacida.

-Si obviamos la novela La puerta entreabierta, la antología Todos los cuentos y su cuento infantil De mayor quiero ser bruja, hacía bastante que no publicaba relatos nuevos. ¿Por qué?
-Vida y escritura van siempre de la mano y hay momentos en que no se tiene la capacidad de concentración necesaria, ni tampoco las ganas. Pero luego todo regresa. Y en eso estoy. De todas formas, mi ritmo de publicación nunca ha sido vertiginoso. Me tomo mi tiempo, convivo con mis relatos, los dejo reposar... No me gusta imponerme fechas u obligaciones. En realidad, la frecuencia de publicación la marcan los propios libros.

-En los cuentos de La habitación de Nona ahonda en los laberintos de la psique y parece más importante lo que sucede en la mente de los protagonistas que la realidad objetiva. ¿Está de acuerdo con esta impresión?
-Desde luego. Para ellos lo que pasa por su mente es sencillamente su realidad. De eso se trata. Y también de que me interesa penetrar en sus pensamientos y moverme en un mundo de claroscuros donde todo, en cualquier momento, puede ponerse en cuestión.

-La identidad (en “La habitación de Nona”) y la memoria (“La nueva vida” y otros) aparecen como algo difuso. ¿Considera realmente que estos dos pilares que constituyen el “yo” son así de frágiles? ¿Qué podemos hacer al respecto?

-Yo no los llamaría “frágiles” ni muchísimo menos. La identidad, natural o adquirida, es el eje precisamente de uno de los relatos, y de la memoria se dice en otro que “no es una tumba de alta seguridad”. De nada sirve, pues, enterrar recuerdos porque ella, al menor estímulo, se encargará de resucitarlos.

-¿Diría que la memoria y la percepción son el hilo conductor de estos cuentos?
-Cada cuento es independiente y ha nacido con voluntad de vivir su vida. Pero hay pasillos muy sutiles entre ellos. Citas, direcciones, objetos y, desde luego, la memoria, la percepción, lo engañoso de ciertas apariencias, los préstamos entre pasado y presente... Por algo cito al principio la frase de Einstein: “La realidad es simplemente una ilusión, aunque muy persistente”.

-Usted siempre ha defendido que no hay que edulcorar los cuentos a los niños. ¿Cree que crecen más sanos o mejor preparados psicológicamente si no les ocultamos las partes más crudas de la vida?
-Bueno, no soy tan drástica ni pretendo tampoco elevar mi experiencia a la categoría de verdad universal… Lo que sí he hecho ha sido recordar los cuentos que me contaban de niña, los libros que leí en mi adolescencia y sorprenderme de lo que está ocurriendo ahora: la progresiva infantilización de las lecturas. La isla del tesoro, por ejemplo: ¿era necesario abreviarla y simplificarla? En los libros que leíamos entonces había un montón de palabras que no podíamos entender pero, o bien las preguntábamos, o bien, a medida que avanzábamos, terminaban por explicarse a sí mismas. Todavía recuerdo algunas especialmente intrigantes como “linterna sorda”... ¿Qué podía ser una linterna o lámpara “sorda”? Y cuando lo averiguabas, te gustaba todavía más. Un farol de mano, de uso común, que permitía ver sin ser visto, algo así como el viejo sueño de la invisibilidad.

-¿Cómo suelen venirle las ideas para sus relatos? ¿Se nutre mucho de experiencias cotidianas y vivencias propias? Por ejemplo, la historia de “Interno con figura” parece inspirada en una experiencia verídica. ¿Es así?
-Sí. “Interno...” nace de una sensación poderosa. El cuadro de Cecioni, que descubrí en la exposición de los Macchiaioli en la Fundación Mapfre, me impresionó. La habitación casi desnuda, la cama descomunal, la extraña niña acurrucada junto a la cama... Era un cuadro con secreto. Con historia. Regresé a Madrid un mes después, volví a visitarlo y supe enseguida que un día u otro lo convertiría en cuento... Pero no siempre el punto de partida viene de una emoción intensa. En la lista de posibles estímulos entran los sueños o, mejor, ciertas imágenes entrevistas en sueños. La curiosidad. El deseo de recuperar escenarios perdidos o todo lo contrario: viajar a lugares donde no has estado nunca. La necesidad de responder a algunas preguntas o por lo menos intentarlo... Y la imaginación pura y dura, no lo olvidemos.

-¿Cómo ve el estado de salud del relato breve actualmente en la literatura en lengua española y en España especialmente?
-En España, a diferencia de algunos países de América Latina, el cuento ha pasado por tiempos adversos. Pero el lector de relatos es un lector muy fiel y los tiempos, además, están cambiando. Hoy existen editoriales dedicadas exclusivamente al género y un montón de excelentes cultivadores. Con el cuento, en definitiva, todavía no ha podido nadie.

-¿Por dónde va a seguir ahora? ¿Veremos más novelas de Fernanda Kubbs o más cuentos infantiles?
-La verdad es que me siento todavía en la habitación de Nona y alguna que otra noche sueño con los Wasi-Wano... Estoy, pues, disfrutando del momento y no tengo un plan concreto, pero sí todos los planes. Es decir, seguir con mis relatos no excluye ninguna otra posibilidad. Al contrario: creo que se complementan.

Abad Faciolince: "A veces mi memoria es tan mala que parece imaginación"

Tres autores presentaron sus obras en la Feria del Libro en Bogotá y conversaron sobre sus orígenes literarios, la importancia de la memoria y por qué decidieron dedicarse a la literatura

La Oculta de Héctor Abad Faciolince.
Cinco versiones de Adriano de Mauricio Bonnett.
Detrás del muro de Roberto Ampuero.

Mauricio Bonnet, Roberto Ampuero y Héctor Abad Faciolince dialogaron con Eduardo Arias, donde hicieron un recorrido por la historia y ahondaron sobre la motivación que los llevó a ser escritores y el valor que tiene la escritura en la sociedad moderna.
Hector Abad Faciolince viene a presentar su obra La Oculta, una historia que hace un recorrido por el territorio antioqueño a través de las vivencias de una familia en una hacienda que lleva el mismo nombre. Allí cuenta los pormenores y las experiencias que se desarrollan alrededor de la familia Ángel.
Asimismo, el escritor chileno Roberto Ampuero presenta un libro que transporta al lector al pasado: Detrás del Muro. En él, Ampuero hace un recuento biográfico de su estadía en Alemania Oriental, en la figura de un joven que tiene que sobrevivir los pormenores en un momento histórico como la Guerra Fría.
El escritor Mauricio Bonnett presenta su libro Cinco versiones de Adriano, un relato sobre la búsqueda de un amigo que desapareció por 30 años y junto con cinco amigos logra tejer pedazos de memoria para documentar el camino que tomó el personaje perdido en el tiempo.
Uno de los temas recurrentes de la mesa fue la memoria. Los tres literatos coincidieron en que es parte fundamental de sus obras. Para Roberto Ampuero existe una fascinación por los recuerdos, pero en muchas ocasiones no es pertinente usar estos con exactitud: “Lo que le da fortaleza a una historia, es reconocer que la memoria es imperfecta”, afirmó. "La imprecisión de la memoria y la incapacidad de reconstruirla es clave", añadió Ampuero.
Bonnett asintió y dijo que a la hora de escribir es bueno jugar con el seudónimo porque este permite acercarse a la vida personal protegiéndose de lo que no es verdad. “El olvido es importante, porque es un mecanismo de defensa, una manera de ocultarse”, sostuvo.
Sobre sus orígenes y las razones que los llevaron a ser literatos, cada uno expresó una historia de vida distinta. Bonnett relató que siendo mucho tiempo libretista y director de cine se dio cuenta de que estaba en una industria que solo buscaba generar dinero. En ese instante quiso encontrar la soledad, y esta llegó de la mano de una pluma que le dio la compañía que depositó en su primera novela: ‘La Mujer en el umbral’.
Visiblemente emocionado, Héctor Abad Faciolince recordó sus inicios evocando su pasado al lado de su familia, en donde se reunían a contar historias que ocurrían en su entorno. Pero su frustración era evidente porque sus hermanas se adueñaban de la narración. Ahí fue donde comprendió que escribir era la única forma de expresarse. Abad encontró en la escritura una forma de comunicarse y dar a conocer esas narraciones que tanto le llamaban la atención.
Redescubriendo sus orígenes alemanes, Roberto Ampuero relató que en su primera escuela se hablaba únicamente la lengua germana, y al no poder entender la totalidad de los cuentos que sus profesores le relataban decidió complementar esas historias con su propia imaginación. Así fue como, poco a poco, logró crear escritos que compartía con sus padres, lo que le dio la experiencia para desarrollar sus libros de ficción.
Para finalizar el encuentro, Héctor Abad cerró el conversatorio con una frase que llama a la reflexión, donde dice que la literatura no es una causa perdida: “Yo creo que vivimos en un gran momento de lectores”.

La revolución del hip-hop

Imágenes del movimiento que desde el Bronx conquistó el mundo 

Hip-Hop Revolution:Fotografía/ Janette Beckman, Joe Conzo, y Martha Cooper. Abril 1 - Sept. 13, 2015./lavanguardia.com

El profesor Torres, del que no da más pistas que el hecho de que tiraba a bajo pero muy fornido, parece el responsable principal de que haya un par de fotos de Grandmaster Melle Mel. De que esas imágenes cuelguen en color en el Museo de la Ciuda de Nueva York, en lugar de aparecer en blanco y negro y de perfil en los álbumes de la policía.

Nació en 1961, al sur del distrito con peor fama de Nueva York. Vivió la peor época de incendios, asesinatos y drogas. De crío, cuando era Melvin Glober, esnifaba pegamento y robaba carteras, según confiesa en Just kids from the Bronx (Sólo niños del Bronx), libro reciente de Arlene Alda. Todavía cursaba quinto.

Aunque no precisa fechas, entonces surgió mister Torres haciendo gala del orgullo local: "Si no venís a la escuela, os iré a buscar a vuestra casa". Esas palabras se le grabaron a Melvin y un día, temeroso de que el maestro fuera a por él, no salió con su gang. Esa jornada, sus tres colegas de pandilla cogieron a dos chicas, se las llevaron al terrado de un edificio y las violaron. A una la despeñaron.

"Todo el vecindario sabía -rememora- que yo acostumbraba a ir con ellos. Sin embargo, yo no estaba porque se me quedó que debía acudir a la escuela a causa de mister Torres. Eso salvó mi vida entera". Así que gracias a ese maestro, del que no recuerda más que era bajito, cachazudo y que tenía lo que hay que tener, que diría Tom Wolfe, en lugar de ser carne de penitenciaria, o de cuneta, Melvin empezó a juntarse "con la buena gente" y a dedicarse a la música.

De esta manera, nació por segunda vez, ahora como Melle Mel, rapero y uno de los pioneros del hip- hop, el último gran movimiento de la subcultura neoyorquina parido en la dureza del Bronx y expandido por la ciudad y el resto del mundo. "El hip-hop es música y entretenimiento", sostiene Melle. Ambas cosas se conjugan en las salas que el citado museo de la Quinta Avenida de Manhattan -el Bronx, tan cerca y tan lejos- dedica a este fenómeno que mezcla sonido, palabra, dj's, break dance y grafiteros. Un fruto del asfalto en sus albores, con la ingenuidad del bebé, ajeno aún al espíritu comercial en que ha evolucionado al madurar.

La exposición se titula Hip-hop revolution. Además de escuchar canciones que marcaron ese momento, el núcleo duro lo compone el más del centenar de fotografías realizadas por Janette Beckman, Joe Conzo y Martha Cooper. Su trabajo, que abarca de 1977 a 1990, resulta como el de los documentalistas de los primeros pasos del movimiento forjado entorno a este ritmo. "Es una imagen de los días cuando el hip-hop era algo fresco", declara Beckman a Getty Images. "Sucedió -insiste- antes de internet, de la MTV, del estilismo, de las grandes y adineradas compañías discográficas. La gente contaba historias de su vida y simplemente hacía música. Ahora que los artistas quieren ser famosos y ricos, vienen de otro lugar".

El recorrido se caracteriza por su autenticidad e ingenuidad. Sin dejar de experimentar nostalgia por ese Nueva York que, siendo callejero, canalla y peligroso, desbordaba creatividad ilimitada.

Hip-hop revolution
MUSEUM OF THE CITY OF NEW YORK.
www.mcny.org
Hasta el 13/9

Orson Welles, cien años de un genio a contraluz

Se cumple un siglo del nacimiento del hombre que a los 25 años cambió para siempre el paisaje del cine con Ciudadano Kane y luego perdió el control de sus películas, mutiladas por productores o abandonadas por él mismo

Ciudadano Kane, es la película magistral de innovación con el lenguaje del cine./latercera.com

Once  años de rápido e infatigable ascenso hacia las cumbres de la fama, seguidos de 43 de lenta agonía. Más o menos así se puede dividir la vida profesional de Orson Welles, quien a los 16 años se hizo pasar por una estrella de Broadway para conseguir trabajo en el Gate Theatre de Dublín, a los 22 era el actor de teatro mejor pagado de Estados Unidos, a los 23 realizó la famosa transmisión radiofónica de La guerra de los mundos y a los 25 dirigió Ciudadano Kane, la película por la que RKO Pictures le pasó un cheque en blanco. Con él haría lo que querría . El resto ya se sabe: Ciudadano Kane transformó para siempre el orden y la relación de las fuerzas en la historia del cine mundial. 
La película dirigida, protagonizada y coescrita por Welles, fue el único largometraje en el que tuvo el absoluto dominio del montaje y la producción. El resto de su vida sólo sería una infinita lucha por hacer filmes que tropezaban con la mediocridad de los productores, el conservadurismo de Hollywood y la propia ambición de Welles. En fin, la tragedia de un adelantado.
Ante la inminente celebración de los 100 años de su nacimiento, los especialistas, los estudiosos y los seguidores otra vez se frotan las manos. Las películas inconclusas,  editadas por otros o dejadas en manos de nadie  serán material de libros y exhibiciones en salas. Este año,  por ejemplo, se estrenará  en Estados Unidos la esperada The other side of the wind, obra rodada por Orson Welles  a principios de los años 70 y que llega a salas el miércoles 6 de mayo, el mismo día de su cumpleaños. También en mayo se publica Orson Welles’ s last movie: the making of The other side of the wind, investigación de Josh Karp, que cuenta con lujo de detalles el rodaje de esta cinta. Luego, en agosto, se editará algo así como la otra cara de la moneda en la vida de Welles. Es el libro Young Orson: The years of luck and genius on the path to Citizen Kane, trabajo de Patrick McGilligan que aborda el prodigioso período previo a la obra maestra de 1941.  
En el terreno de las ediciones en blu-ray también hay bastante para recoger. Por fecha de lanzamiento destaca primero la reedición de La dama de Shanghai, película que Welles estrenó en 1948 y que a través del sello Mill Creek  llega en una copia restaurada. Lanzada en marzo, la cinta donde Welles también actúa y en que Rita Hayworth tiene el rol de la femme fatale de pelo rojo Elsa Bannister es una de las piedras fundacionales del cine negro en Hollywood. Probablemente más rutilante será la edición de Othello, que la compañía boutique The Criterion Collection prepara para el segundo semestre de este año.  Ganadora del Festival de Cannes en 1952, se trata de una de las tres adaptaciones de shakespereanas que Welles realizó para el cine junto a Macbeth (1948)  y Campanadas a medianoche (1965). Esta última no es otra que la historia de Sir John Falstaff, un grueso, pícaro y bufonesco caballero que aparece en cinco obras de Shakespeare y que el realizador ya había intentado plasmar en su malograda pieza teatral Five kings.  Producida y filmada en España, la cinta era la preferida de Welles, que llegó a decir: “Si algún día debo ir al Cielo por alguna película, me gustaria que fuera por Campanadas a medianoche”.  La versión que el sello británico Mr. Bongo publicará dentro de los próximos meses fue restaurada por la Filmoteca de Madrid y se enmarca además en la celebración de los 50 años de la película, que se estrenó en diciembre de 1965 en España y en mayo de 1966 en el Festival de Cannes. 
Orígenes e influencias 
Hijo de un inventor de mediana fortuna y una concertista de piano, Orson Welles acostumbraba a contar que uno de sus grandes maestros fue el director de fotografía Gregg Toland, el hombre que antes de Ciudadano Kane ya había iluminado Las uvas de la ira de John Ford y Cumbres borrascosas de William Wyler. También repetía aquella sentencia sobre el mencionado John Ford, su mentor en la lejanía: “Prefiero a los viejos maestros, por eso prefiero a John Ford, John Ford y John Ford”.  Entre  los avances vanguardistas de Toland, quien llevó a nuevos niveles la profundidad de campo, y las enseñanzas de los pioneros de la narración, Welles entró a un terreno formal  que haría escuela y sería imitado y replicado infinitamente. Ciudadano Kane y, un año después, Los magníficos Ambersons (donde ya perdió el control del montaje) serían ejemplos pioneros de este tipo de cine ambicioso, con una clara influencia teatral y shakespereana, totalmente lejos de la  órbita technicolor a la moda en Hollywood. Entre los 25 y los 27 años, es decir entre 1940 y 1942, el realizador pasó de genio imparable a  un bicho raro en el complicado universo de la industria fílmica. 
En términos formales, Welles  heredó de Gregg Toland su desconfianza en el color (el gran director de fotografía, que murió en 1948, auguraba que el color jamás reemplazaría al blanco y negro) y su inquietud por detonar las puestas en escenas tradicionales. De su formación teatral, el cineasta tomaría esa capacidad casi de guerrilla para trabajar con pocos recursos, para hacer magia con escasos decorados y para encantar a los espectadores. No hay que olvidar que Welles fue ademas un consumado mago y que Campanadas de medianoche, financiada con mínimos dineros españoles, contiene una de las más espectaculares batallas jamas filmadas, influencia manifiesta en filmes tan disímiles  como Enrique V (1989) de Kenneth Branagh,  Corazón valiente (1995) de Mel Gibson y Rescatando al soldado Ryan (1998) de Spielberg.     
Defensor incontrarrestable del blanco y negro y abogado incansable de los personajes consumidos por la megalomanía, el cinismo y la miseria moral, Orson Welles se propuso hacer la más autobiográfica de sus cintas en 1970. Sería por primera vez en color y la llamó The other side of the wind. Reunió a un grupo de amigos y colaboradores para que le dieran vida a un conjunto  de personajes que se alimentaban de cinefilia, egos inabarcables y fiestas hippies en Los Angeles en 1970. John Huston hacía de director de cine y Peter Bogdanovich era su protegido. Huston, como Welles en la vida real, lucha por dirigir una película que sea algo así como su retorno triunfal a Hollywood tras un autoexilio de 10 años en Europa. En mitad del rodaje, el personaje de Huston muere, justo cuando cumple los 70 años. Todo se va al traste. 
La película jamás se estrenó, pero en un ejemplo perfecto de aquello que llaman la vida imitando el arte, Orson Welles fallecería a los 70 años, en octubre de 1985. Ahora, en el centenario del nacimiento del genio y a 30 años de su muerte, el libro de Josh Karp y, sobre todo, el estreno de la perdida The other side of the wind, permitirán apreciar una nueva faceta del hombre que brilló hasta quemarse.

martes, 28 de abril de 2015

Leo Matiz y Macondo

Un año como cien de soledad

El biógrafo de Gabo traza un paralelo entre su obra y la del fotógrafo Leo Matiz

El fotógrafo Leo Matiz junto a Gabo./eltiempo.com

Macondo. Fue el nombre de una plantación de bananos en las afueras de Aracataca, departamento del Magdalena, en el norte de Colombia. Es Aracataca misma (nombre que rebosa de luz, sol, ritmo), convertida, bajo otro nombre más sombrío (oscuridad, lluvia, sopor), en el escenario de la novela más importante y más emblemática de la historia de América Latina, una novela que versa sobre la infancia de y en América Latina. A veces, en momentos de tristeza y desencanto, Macondo se convierte en la metáfora de la América Latina toda: oprimida, olvidada, subdesarrollada (su realidad histórica) y sin embargo llena, siempre, de dignidad, de valentía, de humor, de esperanza, y de belleza humana y artística (su magia intemporal).
Aracataca y Macondo. Guacharaca y tambor, con el acordeón –la voz– de Gabriel García Márquez.
El gran fotógrafo que fue Leo Matiz nació en ese pequeño pueblo de luces y sombras que fue Aracataca, en 1917. El gran escritor que fue Gabriel García Márquez nació en el mismo pueblo, en 1927. Siempre me ha parecido y me sigue pareciendo increíble y extraordinario que el gran maestro de la palabra de Latinoamérica y ese gran maestro de sus imágenes hayan sido dados a luz –sí, a luz– en esa minúscula población desconocida del Caribe colombiano.
Aracataca. Abracadabra. La magia de crear y creer –dádivas gemelas del gitano viajero Melquíades, avatar del trovador Gabriel–.
Es en el Caribe donde se inventó el Nuevo Mundo; es en el Caribe donde se sufrió más intensamente el impacto del colonialismo europeo; y es en el Caribe donde se concibió y se desarrolló, de una manera decisiva, el realismo mágico. En español, sobre todo, pero también en francés, en inglés, en holandés (Miguel Ángel Asturias, Alejo Carpentier, Aimé Césaire et al.), a partir de los años veinte del siglo pasado, es decir, entre el año en que nació Matiz y el año en que nació García Márquez.

Portada de 'Macondo, visto por Leo Matiz'.
Los que exploren e investiguen este estilo y este movimiento encontrarán otra manera de concebir y comprender no solo el mundo en que hemos vivido desde 1917 sino el desarrollo de la cultura occidental durante los últimos quinientos años, desde que Colón llegó a las ‘Indias’, es decir, al Caribe. El realismo mágico estuvo implícito en el descubrimiento de América, y se hizo explícito entre 1917 y 1927.
Porque, como su nombre lo indica, el realismo mágico es un género artístico que mezcla la realidad diaria occidental –supuestamente histórica y científica– con otras dimensiones de la experiencia humana, como los mitos, las leyendas y –sin duda– la magia de las sociedades más tradicionales. Teórica y técnicamente es un fenómeno artístico muy complejo e inasible, pero su rasgo más importante, me parece, es que otorga igual validez –y dignidad– a la visión del mundo no occidental, preoccidental o incluso antioccidental, que a la propia visión occidental que domina, a fin de cuentas, el planeta en que vivimos.
Para hacerlo y comprenderlo hay que ser democrático y solidario y viajar mucho para volver provechosamente, en la realidad y en el arte, a la Ítaca –o Aracataca– original. En esto también coinciden Leo y Gabo, ambos hombres de muchos viajes y de una lucidez artística y una vitalidad extraordinarias: ambos vivieron muy intensamente no solo la infancia y adolescencia en su país de origen sino también sus estancias en dos países igualmente vitalistas: México y Venezuela. (En Colombia, Leo y Gabo habían viajado por el mismo río, habían contemplado el mismo mar; en Venezuela, incluso, trabajaron juntos; en Colombia y México ambos fueron amigos de ese gran colombiano y latinoamericano que fue Álvaro Mutis).
"Matizando" un poco, lo que yo veo en la obra de Leo –él vino primero– y en la de Gabo es la magia de la realidad latinoamericana –o macondiana– en fértil fusión con la magia del arte. Compárese por ejemplo una imagen descarnada como 'Bebiendo agua del charco' de Matiz con esa maravilla fotográfica que es 'Pavo real del mar'; o un texto clásico del realismo literario como 'El coronel no tiene quien le escriba' de García Márquez con esa novela pródiga en mitos y milagros que es la propia 'Cien años de soledad'.

Así veía a Macondo Leo Matiz.
Es claro que Aracataca fue la inspiración de Macondo, aunque naturalmente hay que recordar siempre que la literatura también tiene su estatuto autónomo o semiautónomo, y Macondo es, a final de cuentas, un lugar de la imaginación. Pero cuando vuelvo a las fotos de Leo Matiz siento una proximidad anímica muy fuerte entre sus imágenes y las palabras de García Márquez.
Esa experiencia me lleva a decir que el encuentro instantáneo entre las dos formas artísticas es, precisamente, una revelación. Son dos formas diferentes pero nos revelan un solo mundo: un mundo radiante, que los dos artistas conocen desde la infancia, con una luz interior que ellos logran recrear. Los grandes artistas siempre descubren y revelan la magia que hay en la realidad.
Estas fotos son un tesoro: constituyen, para empezar, un repositorio de imágenes indispensables para aproximarse a la existencia de los habitantes de la Costa colombiana en las décadas decisivas del siglo pasado; pero también son un punto de referencia fascinante para comparar la materialidad física del mundo caribeño con la recreación verbal llevada a cabo por García Márquez, el escritor costeño más famoso de aquella misma época. Extraordinarias, inolvidables, de una belleza evidente y autosuficiente, en ellas se captan no solamente la resistencia y dignidad de los habitantes de la Costa colombiana sino también cierto halo mágico que los relaciona con su entorno de una manera muy específica y especial.
En el famoso prólogo a su novela 'El reino de este mundo' (1949), el escritor cubano Alejo Carpentier, gran teórico de “lo real maravilloso” (o “realismo mágico”), exclamó: “¿Pero qué es la historia de América toda sino una crónica de lo real maravilloso?”. Sí: América es maravillosa, pero solo a través de sus artistas –poetas, novelistas, músicos, pintores, escultores, fotógrafos– puede convertir sus maravillas en obras duraderas, eternamente jóvenes: libres y presas en la jaula invisible del arte.

Oda al viento (y sus libros)

Desde hace años me intriga cómo se ha portado la izquierda con el libro y con la lectura en América Latina. Hay pocos análisis


Libro al viento,una  iniciativa que ha sobrevidido a los gobiernos de izquierda, y desde la izquierda./revistaarcadia.com
Desde hace años me intriga cómo se ha portado la izquierda con el libro y con la lectura en América Latina. Hay pocos análisis. Para mirar el caso de Venezuela recomiendo un artículo de Gisela Kozak en la última revista Cuadernos de Literatura, que contrasta ese panorama sombrío que percibimos de la era chavista y su relación con la cultura. Para Colombia es difícil hacer un análisis completo de una década de políticas culturales “progresistas” de la izquierda municipal, la única con vocación de poder durante los últimos años en el país. Me faltan informantes fiables; los reportes de esos gobiernos locales son exuberantes y, por lo mismo, mentirosillos. Sin embargo, con el transcurso del tiempo yo prefiero privilegiar lo tangible. Y en esos productos sobresale por sí solo uno de esos pocos milagros culturales de la comarca: el programa de Libro al Viento.
Perdón lo sobresaltado que puede parecer este piropo pero creo que se trata de uno de los programas municipales de fomento a la lectura más ambiciosos de nuestra historia contemporánea. Cifras: cuatro millones de libros gratuitos, casi 105 títulos y decenas de autores editados. Cientos de puntos de distribución regados por toda la ciudad. Resumen: miles de personas que no compran libros terminaron sus jornadas con varios de estos en sus casas. Formatos ágiles, libros transportables, relatos cortos aunque a veces con contenidos densos, en fin, un programa modelo.
Por todo esto, Libro al Viento fue ambicioso en alcance. Lo primero era respaldar los libros con tirajes masivos. Ejemplos: Molière tirado a 60.000 ejemplares. ¿No es extraordinario? Una biografía de Caldas de 25.000 ejemplares. ¿Cuándo vimos tal cosa? O popularizar a Conrad y su Corazón de las tinieblas en el caótico viaje de TransMilenio con 30.000 ejemplares. Eso es mayúsculo. Libro al Viento fue y es contundente, clásico y contemporáneo a la vez. Si observan la curaduría de los libros notarán que el plan editorial puede contener autores tan ortodoxos como Tolstoi, Zola, Melville o un Rufino José Cuervo, pero también es un programa que puede abandonarse a Rubem Fonseca, Clarise Lispector, Roberto Fontanarrosa o un Rodrigo Rey Rosa.
La lista de libros está pensada, lo que traduce una muy juiciosa política de compra de derechos. Los editores de la colección, Julio Paredes, Margarita Valencia y hoy Antonio García, compusieron un rompecabezas de títulos muy originales; sin que todo sea canónico, pero donde no hay superficialidad en la escogencia. Donde hay juego y orden. Como un dado chino.
Por último, Libro al Viento fue continuo y superó a los políticos, politiqueros y oportunistas de turno de cada uno de los gobiernos municipales (que los hay también en cultura). El programa resistió cuatro cambios de alcalde. Y sabemos que la fortaleza de la izquierda municipal no es propiamente su continuidad. En este último tramo, Valentín Ortiz, gerente del Área de Literatura, ha sido su valiente escudero. Resistiendo y dándole forma al programa. Y continuando esa invención prodigiosa que tuviera una de sus antecesoras, la editora Ana Roda.
Por supuesto Libro al Viento tendrá lunares. Hay rumores sobre un absurdo pago de derechos por un título de Gabo. A veces los libros no están en los puntos indicados y algunos títulos son escasos o se van muy rápido. Puede ser cierto, pero yo fui recientemente al lanzamiento de un título muy exótico, Caligramas, de Guillaume Apollinaire, y observé el fervor del público por los libros.
Pensar que un chico punk recoge y guarda sigilosamente la Poesía satírica de Quevedo en su chaqueta para leerla más tarde o que una señora, ama de casa, mientras su lavadora tramita toneladas de ropa, ojea con interés Una ciudad flotante de Julio Verne, me es suficiente. Eso es hacer que las fronteras usuales de las librerías cultas desaparezcan o que las bibliotecas sagradas se rompan. Eso es decirle al público que un programa de gobierno no solo son pavimentos y agua. Que también es literatura. No para amargar nuestros ratos libres, sino para redimirnos y pensar que nuestra vida en esta ciudad despedazada y gris tiene momentos de sentido.

Las palabras en español más cabronas que temen pronunciar los extranjeros

¿Recuerdan el estribillo de la canción ‘Qué difícil es hablar en español’?


Las palabras más cabronas del español, según los gringos./shock.co
Si usted es de los que nunca vio este famoso video de YouTube, publicado por los hermanos Juan Andrés y Nicolás Ospina en 2012, le adelantamos que la conclusión del tema es que casi todo lo que se dice en este idioma tiene un significado completamente diferente para los latinoamericanos. “En Colombia el mal olor de las axilas es la chucha, mientras tanto en Uruguay a ese olor le dicen chivo y el diccionario define al chivo como a una cabra con barbuchas. Y cambiando una vocal la palabra queda “chucho” y “chucho” es un perrito en Salvador y Guatemala, y en Honduras es tacaño, y a Jesús le dicen Chucho, con tantas definiciones ¿cómo se usa esa puta palabra?”.
Tomando en cuenta lo que dicen estos personajes en su video, hablar español es todo un reto incluso para los hispanohablantes. Un claro ejemplo de esto, sin ir muy lejos, es lo que pasa en Colombia cuando en una misma conversación están involucradas personas procedentes de la región Pacífico, Caribe o Andina. Aquí los regionalismos salen a flote, la velocidad con la que se dicen las cosas no es la misma y el acento de ciertas palabras se convierte en un enemigo mortal para el oído. Por tanto, aplaudámosle a los norteamericanos que entre enredos han logrado entendernos “a little” y con esfuerzo se atreven a decirnos: “un gusto conocer a usted”, “a mí gustar su casa” o “yo querer agua, por favor”.

Al ser considerado uno de los idiomas más importantes en el mundo y gracias a Miguel de Cervantes – y su novela ‘Don Quijote de la Mancha’ – cada 23 de abril celebramos en Colombia, España, y otros países, el ‘Día del Idioma’. Fecha que hemos decidido aprovechar para dar a conocer esas palabras que por su excesivo uso de “r”, “x”, “ch” y “ñ” son el dolor de cabeza de los extranjeros al momento de pronunciarlas y utilizarlas en una oración.
 
Amuñuñar
Apretar cariñosamente. Encoger el cuerpo. 

Anatomopatológica
Perteneciente o relativo a la anatomía patológica.

Bodrio:
Guiso mal aderezado. De mal gusto.

Billuyo:
Dinero.

Bregar:
Trabajar afanosamente.

Chascarrillo:
Anécdota jocosa. Chiste.

Cimarrón:
Animal doméstico que escapa de sus amos y se asilvestra.

Correveidile:
Persona que lleva y trae cuentos y chismes.

Coscorrón:
Golpe en la cabeza que no produce sangre y duele.

Despotricar
Hablar sin consideración

Esternocleidomastoideo:
Músculo robusto situado a los lados del cuello.

Execrable:
Digno de ser reprobado severamente.

Fratricidio
Cuando un hermano mata a otro hermano

Férula
Dispositivo o estructura que se aplica para mantener en su posición o sostener e inmovilizar partes del cuerpo con fines generalmente terapéuticos.

Gañán
Mozo de labranza. Patán.

Güipa:
Niño, persona de poca edad. 

Inexorable
Implacable.

Irrisorio
Que provoca la risa.

Jipiar
Hipar, gemir, gimotear. Cantar con voz semejante a un gemido.

Mamporrero
Hombre que ayuda en la reproducción de los animales domésticos.

Mercachifle
Persona dominada por el mercantilismo.

Otorrinolaringologia:
Parte de la patología que trata de las enfermedades del oído, nariz y laringe.

Plañir
Gemir y/o llorar de forma tal que los otros lo escuchen. 

Plutócrata
Gobierno de los más pudientes

Proparoxítono
Esdrújulo.

Roña
Porquería, suciedad fuertemente incrustada en una superficie. 

Testaferro
Persona que presta su nombre en un contrato que en realidad corresponde a otra persona

Ubérrimo
Extremadamente fertil.

Uxoricidio
Delito que comete el que mata a su mujer.

Zafarrancho
Limpieza general.

Definitivamente "este idioma no se entiende ni al derecho ni al revés..."
NOTA: El siguiente video, así como los dos anteriores que publicamos en esta nota son propiedad de www.theflama.com, nos presenta las divertidas conclusiones de los norteamericanos al ver imágenes de reconocidos personajes latinoamericanos.
Celia Cruz es confundida con un hombre, un Oompa Loompa de la ‘Charlie y la Fábrica de Chocolates” y una versión mexicana de los Teletubbies; Cristina Fernández de Kirchner (Presidenta de Argentina) es ante los ojos de los “gringos” una actriz de reality y aunque la imagen del Che Guevara resultó ser conocida por todos, ninguno de los encuestados fue capaz de decir su nombre.

Google y los grandes editores europeos firman por primera vez un acuerdo

El buscador crea un fondo de 150 millones de euros para la innovación e invertirá "nuevos recursos" en la formación de periodistas en Europa.Tres organizaciones periodísticas y nueve diarios, incluido El País, firman la iniciativa

Un empleado pedalea ante la entrada de la sede de Google en Zúrich. / Christian Hartmann ./elpais.com

Google y ocho de los principales editores de noticias de Europa han anunciado un amplio acuerdo para fomentar "el periodismo de alta calidad a través de tecnología e innovación", según asegura en una nota el buscador. La iniciativa, que incluye la creación por parte de Google de un fondo de 150 millones de euros en tres años "para proyectos que muestren nuevas formas de pensar en la práctica del periodismo digital", supone la creación de una alianza denominada Digital News Initiative (DNI). Los socios fundadores son EL PAÍS (España), Les Echos (Francia), FAZ (Alemania), The Financial Times (Reino Unido), The Guardian (Reino Unido), NRC Media (Holanda), La Stampa (Italia) y Die Zeit (Alemania), junto a organizaciones del sector periodístico como European Journalism Centre (EJC), Global Editors Network (GEN) e International News Media Association (INMA). El anuncio se realizará mañana en la conferencia sobre medios digitales que celebra The Financial Times en Londres.
Este acuerdo llega tras una dura y compleja pelea entre el buscador y los editores europeos. En España, Google ha cerrado su servicio de noticias Google News debido a la nueva Ley de Propiedad Intelectual, que obliga a los agregadores de noticias a pagar una tasa. Los editores alemanes han reclamado una tasa similar, después de que fracasara su intento de abandonar Google News. En Francia, los editores consiguieron que el gigante de las búsquedas creara un fondo de hasta 60 millones de euros para ayudar a la prensa en su transición digital, en un espíritu similar al del acuerdo anunciado hoy.  A pesar de que esta nueva iniciativa abre nuevos caminos de colaboración entre el buscador y los editores, Google News seguirá cerrado en España, según explican fuentes de la compañía. Google, además, asegura que lleva meses negociando este acuerdo y que el anuncio no está relacionado con su última gran desafío en la UE: una investigación por el supuesto abuso de su posición dominante en el mercado.
En una nota, Google asegura que la DNI tiene entre sus objetivos ampliar su trabajo a otros editores europeos. Asimismo, "cualquier persona involucrada en el sector de las noticias digitales en Europa" podrá participar en parte o en todas las áreas del mismo, indica la compañía.
El acuerdo tiene tres pilares. El primero es el desarrollo de productos: Google y los editores de noticias establecerán un grupo de trabajo para que los editores puedan "incrementar los ingresos, el tráfico y la participación de los grupos de audiencia". Este grupo de trabajo agrupará a editores "grandes y pequeños" para innovar en publicidad, vídeo, apps, conocimiento y análisis de datos, periodismo remunerado y Google News.
Cualquier persona involucrada en el sector de las noticias digitales en Europa" podrá participar en parte o en todas las áreas del acuerdo
Como segunda área de trabajo, Google "ofrecerá apoyo y estimulará la innovación en periodismo de noticias digitales durante tres años". A lo largo de este período, el buscador destinará 150 millones de euros para proyectos "que demuestren nuevas formas de pensar en la práctica del periodismo digital". La compañía no ha especificado aún cómo se podrá acceder a estos fondos, de los que podrán beneficiarse editores ya establecidos, empresas que solo operan en Internet y startups tecnológicas del sector de las noticias. Sí ha explicado que la DNI establecerá los criterios y los procesos, con la ayuda de un grupo asesor de editores y organizaciones con experiencia en becas creadas para potenciar el periodismo. "Las solicitudes se valorarán teniendo en cuenta el nivel de innovación, la viabilidad y el impacto potencial de los proyectos", añade la nota.
Además, la DNI invertirá una cantidad no determinada en "nuevos recursos" para formación y desarrollo para periodistas y salas de redacción en Europa. Esto incluirá personal especializado con sede en París, Hamburgo y Londres para trabajar con salas de redacción sobre habilidades digitales. Además, se establecerán alianzas con organizaciones periodísticas. Google también financiará  estudios sobre el entorno cambiante de los medios, incluyendo inicialmente un informe ampliado de Reuters Institute Digital sobre conductas de consumo y uso de noticias en Europa, abarcando 20 países. También ampliará a Europa las Google Journalism Fellowships.
Google asegura que esta decisión no está relacionada con la investigación por monopolio en la UE
Carlo D’Asaro Biondo, presidente de Relaciones Estratégicas para Google en Europa, asegura en la nota: “Internet ofrece unas enormes oportunidades para la creación y difusión del buen periodismo. Pero también existen algunas preguntas legítimas sobre cómo podemos mantener el periodismo de alta calidad en la era digital. A través de la Digital News Initiative, Google colaborará estrechamente con nuevos editores y organizaciones periodísticas para ayudar a elaborar unos modelos de noticias más sostenibles. Esto es solo el comienzo e invitamos a más personas a unirse a este proyecto”.
Existen algunas preguntas legítimas sobre cómo podemos mantener el periodismo de alta calidad en la era digital"
"La DNI es una iniciativa maravillosa y muy necesaria", ha asegurado Bertrand Pecquerie, CEO en Global Editors Network. "Creemos en los proyectos conjuntos y en la cooperación internacional. Por eso estamos seguros de que la DNI va a realizar una valiosa contribución al desarrollo del ecosistema de noticias en Europa". "El periodismo de calidad debe hacer frente a unos retos y unas oportunidades totalmente nuevas en la era digital", explica Wilfried Ruetten, director del European Journalism Centre. "Para mantener y para desarrollar aún más el periodismo de calidad, es necesario habilitar a periodistas, salas de redacción y editores para responder adecuadamente. Por lo tanto, se agradece en gran medida una importante inversión en formación y desarrollo, especialmente cuando proviene de uno de los motores de Internet, tal y como lo conocemos actualmente".
Los detalles de cómo funcionará esta nueva iniciativa y cómo pueden unirse a ella otros medios se conocerán en los próximos días, asegura Google.