Ni William Ospina, ni Walter Riso, ni Mario Benedetti deciden sobre su obra sin consultarle a Guillermo Schavelzon
Guillermo Schavelzon, agente literario dueño de importantes escritores latinoamericanos/las2orillas.co |
Guillermo Schavelzon aprendió a leer a los cinco años con el libro Upa de
Constancio C. Vigil, creció escuchando historias en italiano sobre el
regazo de su madre, estudió medicina por mandato familiar y cine por
decisión propia. Fue editor y director del Grupo Planeta, Alfaguara,
Ediciones El País y Editorial Nueva Imagen, hasta que fundó la agencia
literaria que lleva su nombre: Guillermo Schavelzon.
Este argentino es uno de los asesores de escritores más importantes
de la industria. Actualmente representa a más de 50 escritores entre los
que están Mario Benedetti, Paul Auster, Ernesto Sábato, Walter Riso y
los colombianos: William Ospina, Santiago Gamboa y Gerardo Reyes. Hace
años salió de Buenos Aires pero desde Europa le siguió apostando a
escritores colombianos, argentinos, chilenos y latinoamericanos en
general.
Su paso por México, Madrid y Barcelona le ha facilitado el diálogo
con escritores de diferentes lugares y sus 30 años de trayectoria en el
mundo editorial le ha permitido entender las dos caras de la moneda: el
mundo de los números y el de la creación.
Schavelzon recibe tres o cuatro manuscritos al mes y los califica de
acuerdo a su calidad, atractivo, posibilidad de publicación y gusto del
lector. “La experiencia y el paso de los años me enseñan que no hay
recetas, en el medio lo llamamos “olfato”, que no es un instinto innato
sino muchas horas de lectura y trabajo”, precisa sobre la forma como detecta éxitos literarios.
Hace 10 años, el mercado liderado por Carmen Balcells conoció a este
hombre que aprovechó las nuevas tecnologías para adaptarse a las
necesidades de la globalización en el campo literario. Su desafío es
ampliar y sofisticar los canales comerciales porque para él la tarea del
agente debe ser conseguir la mejor editorial y garantizar el mayor
número de lectores -en todo el mundo y en todos los idiomas- para cada
escritor. Guillermo Schavelzon trabaja para permitirle a los autores
vivir de lo que escriben, es decir convertir un manuscrito en un bestseller internacional.
“Los editores me escuchan y me dan crédito porque saben que los
respeto y que no les pido imposibles. Se trata simplemente de ser
sensato. Y al final ‘el crédito’ de un agente no depende de otra cosa
que de su historial de éxitos y fracasos.”