La investigación sigue abierta, a
pesar de que en 2013 una comisión de forenses dictaminó que el poeta no
fue envenenado en el hospital, sino que murió a causa del cáncer que
padecía
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Fotografía
del poeta chileno Pablo Neruda del año 1971, después de haber recibido
el Premio Nobel de Literatura. / Laurent Rebours./lavanguardia.com |
El gobierno chileno se sumará como parte en la investigación que busca aclarar la muerte del poeta Pablo Neruda.
El premio Nobel falleció supuestamente de cáncer el 23 de septiembre de
1973, pocos días después del golpe de estado de Pinochet, pero siempre
han existido sospechas de que fuera asesinado por los militares. Una
causa judicial intenta esclarecerlo desde hace años.
“El objeto
de esta intervención en este proceso judicial, iniciado en febrero del
2011, es promover el esclarecimiento de los hechos que afectaron a Pablo Neruda
para establecer la verdad, por cuanto existen antecedentes de que este
caso podría consistir en un crimen de lesa humanidad”, declaró el
miércoles Francisco Ugás, secretario ejecutivo del Programa de Derechos
Humanos del Ministerio del Interior de Chile.
De esta manera se
confirma que la investigación sigue abierta, a pesar de que en noviembre
de 2013 una comisión de forenses dictaminó que Neruda no fue envenenado
en el hospital, sino que murió a causa del cáncer de próstata que
padecía, y que lo llevó a ingresar en la Clínica Santa María de Santiago
donde falleció. Ese dictamen fue elaborado a partir del estudio de los
restos del poeta, que fueron exhumados en abril de ese año de su tumba,
ubicada frente al Pacífico en su casa de Isla Negra.
“Existen
antecedentes en la causa de que él (Neruda) habría sido envenenado y en
ese sentido, esos indicios, apuntan a la intervención de determinados
agentes (de la dictadura”, añadió Ugás.
Por su parte, un asesor
jurídico del ministerio del Interior, Rodrigo Lledó, fue categórico al
asegurar: “Pablo Neruda no murió de cáncer; si bien tenía esa
enfermedad, la causa de muerte hoy día aún es desconocida”. El asesor
aclaró también la diferencia entre las nuevas pruebas toxicológicas y
las que se practicaron en el 2013 a los restos del vate. “Ya no estamos
buscando el veneno sino el daño que pudo haber ocasionado algún tipo de
veneno, agente químico, biológico o radiológico en los restos de
Neruda”, indicó Lledó.
Un sobrino de Neruda, Rodolfo Reyes, se
mostró agradecido al gobierno chileno por personarse en la causa. “Para
nosotros es muy importante que por primera vez una institución del
Estado se haga parte en conocer los hechos por la muerte de Pablo
Neruda, si realmente tuvo una muerte natural o hubo intervención de
terceros”, dijo Reyes.
La investigación sobre la muerte del poeta
se inició en el 2011 a instancias del PC –donde militaba Neruda- y
posteriormente se sumó la familia. La denuncia por el supuesto asesinato
se basa en la declaración del chófer del Nobel, Manuel Araya, quien
insiste en que el poeta murió después de que un agente de la dictadura,
haciéndose pasar por médico, le inyectara una sustancia letal.