El ilustrador español habla de los libros como objeto y del momento que vive este arte
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Isidro Ferrer no hace esculturas, sino "objetos útiles con formas
poéticas". También ha ilustrado decenas de libros./eltiempo.com |
El ilustrador Isidro Ferrer, referente del
diseño en España, continúa estremecido. El asesinato hace dos semanas de
los caricaturistas de Charlie Hebdo, quienes interpretaban el mundo a
través de la imagen, como él, lo pone a reflexionar sobre el concepto de
realidad.
“La ignorancia y el fanatismo carecen de
sentido del humor y no entienden el auténtico valor de la risa”, dice
Ferrer, como abrebocas de esta entrevista sobre su primera vez en el Hay
Festival, como invitado.
Ferrer, también ilustrador de libros,
participará en el evento ‘Colores que reparan’, que apoya la empresa
Pinturas Tito Pabón, en el que pintará un mural con niños de la
comunidad de Puerto Rey, a 10 minutos de Cartagena; y de otra charla
sobre el mundo de la ilustración.
Fundador de una ‘Editorial de Objetos
Singulares’ e ilustrador de libros de autores como Pablo Neruda o
Eduardo Galeano o Rafael Alberti, habla sobre los libros como objetos y
del momento que vive la ilustración:
¿Podrá la ilustración salvar al libro impreso?
No exclusivamente, pero sí que ayuda a
significar el libro desde un territorio diferente, no solo desde la
lectura sino desde la pieza objetual. Cuando hablamos de libro
electrónico estamos usando mal los términos. El libro es el soporte, la
literatura está al margen del libro, lo que ocurre es que la literatura
se concreta muchas veces en el libro, pero este no necesita de la
literatura para existir.
¿No lo amenaza la tecnología?
Lo que va a hacer la tecnología es limpiar
mucho el espacio editorial, porque hoy se está editando mucho, cosas a
veces sin sentido. Hay una sobredosis enorme de libros. Cuando toda esta
información se puede dar de una manera más razonable y económica en un
entorno digital, el libro se va a tener que repensar y resituar en el
territorio que siempre ha tenido, que es el objetual. El libro es un
espacio físico y como tal va a recuperar la dignidad que le
correspondía.
¿Y cómo podrá recuperarla?
Para que otra vez el libro exista como espacio
físico tendrá que cuidar el papel, la impresión, los márgenes, los
elementos compositivos que se habían olvidado. La imagen también va a
recuperar un espacio en el libro, pero fundamentalmente este va a tener
que estar bien hecho como objeto.
¿De qué forma la ilustración se ha reinventado en los formatos digitales?
Estamos todos perdidos, todo va tan rápido que
no podemos vaticinar lo que va a suceder. A quienes trabajamos con la
comunicación, la ilustración o el diseño gráfico, que todo cambie a esa
velocidad nos lleva a una neurosis y una pérdida de perspectiva en la
que estamos intentando mantenernos a flote, para ver de qué manera nos
ajustamos a esa realidad cambiante.
¿Pero es un buen momento para la ilustración?
Hasta hace no muy poco se pensaba que la
ilustración solo podía estar dirigida a un público infantil o que era un
adorno de la lectura seria. Se pensaba que la lectura seria no debería
venir acompañada de imágenes que endulzaran el hecho lector; pero, poco a
poco, se ha ido comprendiendo que el leer no es exclusivamente para el
entorno literario ni ensayístico, sino que también contempla otros
espacios de manifestación y uno de ellos es la ilustración. Que se
convierte en una expresión también.
Hoy, de hecho, toma fuerza la novela gráfica...
La novela gráfica ha ido invadiendo el mercado
y al mismo tiempo dignificando la ilustración y la propia profesión de
ilustradores muy serios que tienen a la imagen como parte fundamental en
el relato de sus historias. Es una categoría nueva que viene del cómic,
bebe de la literatura y de muchas otras circunstancias que están ahora
en el entorno de la creación contemporánea.