lunes, 29 de octubre de 2012

¿Se acabó el periodismo cultural en Colombia?

Opinión

Hace unos días tuve la oportunidad de asistir a una charla especializada  del periodista y escritor Juan David Correa, dentro del marco de los programas que genera Biblored, en la biblioteca pública Virgilio Barco, donde a vuelo de pájaro nos ubicó en un recuento histórico  con la implementación  del suplemento cultural que dio en llamarse Arcadia, hoy por hoy la única revista informativa de la variedad cultural  colombiana sobreviviente  al embate de los tiempos, como  de esta fiebre planetaria con el internet, y su desarrollo tan vertiginoso, que  ya está generando profundos cambios en el periodismo tradicional.
La crisis arrecia, ya no sólo de la parroquia colombiana, sino del mundo. Hace unas semanas El País, el periódico español, que es fuente propia casi de la lengua española , y su esencia de cultura y de un saber hacer periodismo, botó;  cómo decirlo menos duro: sacó a cien periodistas a la calle.  El periódico  inglés The Guardian, dejó de imprimirse para concentrase sólo en su portal del ciberespacio, y Newsweek, la revista gringa dejará de imprimirse desde enero. Frente a esta decisión, su rival, Time respondió que seguirá imprimiéndose  como asimismo mantendrá su página web al descubierto de quien la quiera seguir. Pero si las crisis ponen en situación a las personas, o sobreviven o se mueren, así de simple, o por la propia sinergia de la crisis, se genera un ingenio personal, particular más apremiante para sobrevivir, en un mundo cada vez más incrementado a las cifras, que no es otra cosa que el lucro  incesante que despierta todo modo de producción, tratándose de los viejos postulados del capitalismo más salvaje,  hoy arropado en un derrotero filosófico del llamado neoliberalismo más de ultranza y ultrajante de toda la actividad económica que involucra millones de personas como naciones. Pero esto es harina de otro costal como dijera el panadero.
La pregunta  quedó flotando en el espacio del auditorio, que aquí traigo ahora a estas glosas: ¿Desapareció el periodismo cultural de las páginas de los periódicos?  Pues ni se diga, que ya los suplementos literarios dejaron de existir hace décadas, y los remedos que hoy se hacen, son apenas conatos de nostalgia de lo que fueron en un glorioso pasado, donde en esas páginas se descubrían los nuevos escritores y ensayistas. La crónica sobrevive en nichos de revistas especializadas, que para no morir definitivamente tienen que revolverle culos y tetas en sus portadas para venderlas. Ya no, los periódicos de la otrora llamada gran prensa se dedicaron al negocio de la publicidad, de la pauta, y es que de esos viven. Además, se configuraron en  esos gigantescos conglomerados multidiversos de medios  y pasaron a manos de hacer y qué hacer a otros dueños, más fríos para las cifras de los negocios como son los banqueros sin alma, que si eso no produce, prefieren apagar y vámonos, digo yo.
En resumen sucinto: hoy no se hace periodismo cultural masivo de la gran prensa, este se está desarrollando en pequeños medios del periodismo alternativo y creciente que representan comunidades deseosas de expresión propia y directa. Y cabe ir preguntando también, que habrá de ir educando compañero, para que el lector nuevo y ávido de saber, se deje de pensar que porque su noticia no está desplegada dentro de un gran medio tradicional, es que no existe socialmente, porque esto, del ninguneo que fue sometido otrora, hoy definitivamente viene la revancha como  en el billar, donde siempre nos decimos, en juego largo hay desquite. Hoy por hoy, y debido al desarrollo creciente de los medios alternativos, de las redes sociales, el periodismo cultural se está desarrollando de otro modo, más personal, más apegado a su comunidad, y por tanto más directo, donde los grandes medios, tendrán que abrir sus espacios para hacer decir que también existimos.
Pie de página: Para verdaderamente comunicar no hace falta sino un chisme de voz a oreja. Radio bemba dicen los caribeños. Y funciona…