La próxima semana se estrena El planeta de los simios: confrontación, la octava película de la saga inspirada en la novela del escritor francés, muerto hace 20 años. Ex combatiente en la Segunda Guerra Mundial, Boulle volcó en sus libros una visión pesimista de la vida
El escritor francés Pierre Boulle./latercera.com |
El escritor francés Pierre Boulle recorrió un camino inverso al de su
compatriota Arthur Rimbaud. Es decir, primero la aventura y luego los
libros. A diferencia del poeta que terminó sus días traficando armas en
Etiopía antes de morir en Marsella, Boulle falleció con todo en orden:
a los 81 años, en 1994, en su departamento de París y después de haber
ganado mucho dinero con sus 25 novelas.
Antes, sin embargo, su existencia tuvo la audacia y el espíritu
viajero del autor de Las iluminaciones en su madurez. Se desplazó a
Birmania para trabajar en la industria del caucho, luchó junto a la
Resistencia Francesa en el sudeste asiático, fue agente secreto y en
1943 fue tomado prisionero por leales al gobierno títere de Pétain. De
aquellos dos años de trabajos forzados nacería el material de El puente
sobre el río Kwai (1952), la novela que escribió cuando ya era un
hombre de traje y corbata, el que aparecería en las fotos que se
conocen de él.
Aquel libro sobre un coronel británico de orgullo sin fin y un grupo
de prisioneros humillados hasta el hartazgo por los japoneses es uno de
los dos grandes éxitos de Boulle. El otro, quizás aún más masivo, es El
planeta de los simios, obra de 200 páginas que publicó en 1963, cuando
ya disfrutaba de los beneficios por la exitosa adaptación fílmica de su
primera novela, que le permitían vivir en un exclusivo departamento de
París. Un dato curioso es que Boulle jamás consideró que El planeta de
los simios fuera ciencia ficción. “Honestamente la ciencia ficción es
solo un pretexto para contar una historia. En rigor los monos de mi
libro son solo humanos”, explicaba en una entrevista para una edición
especial en DVD del filme de 1968.
Hombre de formación científica (se graduó de ingeniero eléctrico),
Pierre Boulle trabajó con dedicación de artesano hasta su muerte, hace
20 años. Hasta entonces las películas derivadas de su novela llegaban a
cinco, sin contar una serie de televisión. Con el estreno la próxima
semana de El planeta de los simios: confrontación (2014) se llega a la
suma de ocho títulos. La película dirigida por Matt Reeves es en
términos generales una lucha sin cuartel entre los humanos
sobrevivientes a un virus altamente dañino y los simios, cuyo personaje
central y líder es César (Andy Serkis). Aunque en la superficie queda
poco de la novela original de Boulle, aquella fascinación por mostrar a
una civilización subyugada por las reglas de otra se sigue manteniendo.
Era también el concepto que se movía por las páginas del libro,
inspirado según Boulle tras una simple visita al zoológico. “Supongo que
ver a los gorilas y observar sus movimientos en el rostro me hizo
percatarme de lo similares que éramos”, decía en aquella misma
entrevista.
LOS CAMBIOS DE HOLLYWOOD
Algunos han querido ver en la novela un rasgo en común con El puente
sobre el río Kwai: en ambas historias un grupo en inferioridad de
condiciones es pasado a llevar por otro. En las dos el orgullo termina
deformado por la autoridad y más por la razón que por la fuerza. El
honor del coronel Nicholson en El puente... sigue siendo tan inútil como
los reclamos de los humanos en El planeta de los simios.
Traducida a más de 20 idiomas, la obra de Boulle alcanzó gran
popularidad en Estados Unidos, donde además se abrazó la simpleza y la
fluidez de narración. Lejos de la órbita intelectual de sus
contemporáneos compatriotas, Boulle siempre fue un autor de venta
rápida, gustos diversos y espíritu pesimista. Sus obras tocan los temas
de la guerra, de la distopía, del espionaje y hasta de la Guerra de las
Malvinas (La baleine des Malouines, 1983).
El autor aprobó las adaptaciones de sus obras, aunque siempre tuvo
ciertos reparos. Para El puente sobre el río Kwai, la película de David
Lean que en 1958 obtuvo siete premios Oscar, jamás comulgó con la
escena final, que incluía la destrucción del puente. En la novela de
Boulle no existe tal explosión.
Los cambios para El planeta de los simios fueron aún más
significativos y muchos piensan que el guión de Rod Serling, el creador
de la serie La dimensión desconocida, mejoró el original. Serling
trabajó cinco años en la adaptación del filme que en 1968
protagonizarían Charlton Heston y Roddy McDowall. Una de sus escenas
cumbres no estaba en la mente de Boulle, sobre todo por la simple razón
de que los astronautas de la narración eran franceses. Es cuando el
personaje de George Taylor (Charlton Heston) descubre las ruinas de la
Estatua de la Libertad en medio de una playa, comprobando lo que algunos
sospechaban: que el planeta de los simios era simplemente la Tierra en
el futuro.
En la novela de Boulle en cambio, los escalofríos los provoca otra
conclusión. Después de las interminables ordalías en el planeta primate,
los viajeros estelares logran retornar a la Tierra y cuando bajan de la
aeronave en el aeropuerto de Orly, en París, el que viene a buscarlos
no es otro que un gorila. Este final fue en el que se basó Tim Burton
para su adaptación de 2001. A siete años de su muerte, alguien había
respetado los deseos de Boulle.