La nostalgia del amor, la naturaleza y la muerte en la infancia son las raíces y marcan la inspiración y la fuerza de los versos del galardonado poeta colombiano Horacio Benavides
En una entrevista durante el vigésimo cuarto Festival Internacional de Poesía
de Medellín, Benavides reconoció que sus versos se nutren de las
escenas de su infancia en el municipio de Bolívar (Cauca), donde nació
en 1949, rodeado de animales que han modelado su escritura poética a lo
largo de su carrera.
Benavides, quien recibió el Premio Nacional de Literatura 2013 con su libro "La hierba serena" (2011), opinó sobre la paz en Colombia, coyuntura sobre la que gira el festival.
"Es
un problema de fuerza donde la razón es secundaria", dijo en referencia
al conflicto armado que desde hace medio siglo enfrentan al Estado y
las guerrillas, y que en el caso de las FARC podría concluir próximamente a raíz del proceso de paz que se negocia en La Habana.
Según
el poeta, el sufrimiento padecido por el pueblo colombiano en las
últimas décadas es una realidad que muchas veces se ha tratado de
"acallar y ocultar", explicó.
"Mi vida ha estado marcada por la
guerra", sentenció Benavides, quien vivió de primera mano el cruel
conflicto en su convulsa región y que, en 2012, perdió a su hermano en
un "crimen político por pensar diferente".
En su memoria, escribió el libro inédito "Conversación a oscuras".
Con
sus versos precisos y su lenguaje natural, Horacio Benavides, un
referente poético de la memoria en Colombia, quiso recordar un pasaje
popular de su región que le inspira: "la muerte es un jinete que va
galopando por los caminos y, delante, un pájaro que vuela y chilla
anuncia la temida muerte, para que quien lo oiga se aleje del camino y
se tire al monte para salvarse".
Consideró que Medellín y su
festival de poesía, del que destacó la participación, "devuelve al
tiempo de escuchar, a lo oral y al contacto original de la palabra
hablada".
"Conocer y leer a otros poetas es conocer diferentes formas de vivir", puntualizó.
Benavides,
quien actualmente imparte talleres literarios de poesía a niños y
jóvenes en la ciudad de Cali, donde reside, considera que los niños son
"verdaderos poetas" que viajan entre la razón y lo más profundo, seres
con fe e inocencia que creen profundamente en lo extraño y desconocido.
"Un
niño con un poema se puede dormir, un niño con una adivinanza pretende
descubrir", sostuvo Benavides, quien su pasión por el acertijo, plasmada
en los versos de "Agua pasó por mí" y "Ábrete grano pequeño", le
llevaron a considerar que este juego está aún más cerca de los niños.
Benavides
es además autor de una extensa obra de poemas escrita en los últimos 30
años: "Orígenes" (1979), "Las cosas perdidas" (1986), "Agua de la
orilla" (1989), "Sombra de agua" (1994) y "La aldea desvelada" (1998).
Esta
edición del Festival Internacional de Poesía de Medellín se prolongará
hasta el 27 de julio y por las calles y teatros de la capital antioqueña
desfilarán 73 poetas de 39 países.