El ilustrador Penko Gelev dibujó una colección de obras clásicas en formato de novela gráfica
Gelev nació en Assenovgrad, Bulgaria, en 1968./eltiempo.com |
La lectura siempre ha sido para el ilustrador
búlgaro Penko Gelev su tabla de salvación. Y uno de los autores que más
lo marcaron fue nuestro premio nobel Gabriel García Márquez.
En 1987, cuando tenía 19 años, el artista
debió partir a prestar el servicio militar que era obligatorio en su
natal Bulgaria. Sin saber en dónde se encontraba, entró en una gran
depresión el primer día, luego de que le entregaron su cama y el
gabinete para que guardara sus objetos personales.
Cuál sería su sorpresa, cuando al abrir uno de
los cajones de este mueble, se encontró con un ejemplar olvidado de
Cien años de soledad, el libro que él había leído en su adolescencia.
“De hecho, sigue siendo mi preferido. Creo que no existe otro libro como
este”, comentó desde su residencia en Sofía, adonde lo contactó EL
TIEMPO para hablar, precisamente, de la colección juvenil sobre los
clásicos que él ilustró y que Panamericana Editorial trae al país.
En las librerías ya se consiguen 4 de los 22
libros que Gelev ha ilustrado: Drácula, de Bram Stoker; Viaje al centro
de la tierra, de Julio Verne; Dr. Jekyll & Mr. Hyde, de Robert Louis
Stevenson, y El diario secreto de Víctor Frankenstein, inspirado en el
personaje de Mary Shelley. Sin embargo, el artista también ha abordado
las obras de Víctor Hugo, Charles Dickens, Herman Melville, Alejandro
Dumas, Mark Twain, Shakespeare, Charlotte Brontë, Jonathan Swift y Jack
London.
“El objetivo principal es dar a conocer estas
novelas en una forma atractiva para los niños y jóvenes, que los motive a
leerlas”, anota Gelev, al destacar que durante su juventud también fue
un gran lector de algunos de estos clásicos, que ha tenido que releer
otra vez.
A partir de ahí, el ilustrador inicia una
investigación detallada sobre la época, la arquitectura, los muebles, la
ropa, los peinados de los personajes, los instrumentos que utilizan,
las armas y hasta los aparejos de los caballos. “Trato de llegar hasta
el más mínimo detalle, antes de iniciar la gran cantidad de dibujos
preparatorios de los propios personajes; así sean personajes
insignificantes que aparecerán una o dos veces en la historia”, explica.
Así va logrando los gestos de los
protagonistas, la característica que suele enfatizar. “Esta es una de
mis principales preocupaciones. Intento hacer cada personaje
convincente, y de alguna manera único. Nada trae más vida a la
ilustración que la expresión en el rostro del personaje. También trato
de expresar las principales cualidades de los personajes en sus
rostros”, comenta.
Ahora Gelev espera que así como estos grandes
autores de la literaria universal lo han salvado a él en más de una
oportunidad, lo hagan también con los jóvenes de hoy, que quizás tenga
la oportunidad de encontrar perdido en algún cajón, como le ocurrió a
él, algún autor de su preferencia.
Por eso, hace una invitación para hacer lo
mismo que él, cuando estuvo en el ejército. “Cuando terminé, también
dejé olvidado en el cajón ese ejemplar de Cien años de soledad, que
quizás ayudó otra persona”, concluye el ilustrador.
Entre la ilustración y la animación
Gelev comenta que uno de sus últimos trabajos
fue la ilustración para un cuento sobre ‘La flauta mágica’, la ópera de
Mozart, para niños. Además, viene trabajando, junto con su hermano
Sotir, en una serie de cortos animados, que en el futuro conformarán una
película de siete historias. “Muy pronto, saldrá acá en Bulgaria mi
cómic ‘Elias and August’, que cuenta la historia de un niño y una bestia
que vive debajo de su cama”, comenta