Siete historias de espionaje del cine y la literatura reviven el Berlín dividido, 25 años después de la caída del Muro
Murales de la East Side Gallery de Berlín, pintados sobre los restos originales del Muro. / Corbis./elpais.com |
Agentes secretos, historias de espías, fugas y personajes sombríos. El Berlín
de la Guerra Fría ha sido una de las grandes fuentes de inspiración
para el cine y la literatura. Todavía hoy alimenta la imaginación de
quienes visitan la ciudad, aunque los vestigios de aquella urbe oscura y
llena de secretos, que se asomaba a las novelas de John Le Carré o a
los filmes de James Bond, se han ido volviendo irreconocibles.
Afortunadamente, siempre nos quedará la narrativa y el celuloide: estas
son algunas de las mejores películas y novelas inspiradas en aquella
época de oro para espías y agentes dobles antes de la caída del muro, en
1989, hecho que cumple este año su 25 aniversario.
01 La sombra del Muro
El Espía que surgió del frío (John Le Carré, 1963)
Esta es la gran novela del Muro de Berlín y de las tensiones entre el bloque occidental y la Unión Soviética. La sombra del Muro
sirve de telón de fondo a esta intriga de rivalidad entre los servicios
de información del Reino Unido y de Alemania del Este, antes de
constituir, en una noche rasgada por los reflectores de los miradores,
el teatro de un final dramático. Le Carré consiguió crear una
revolucionaria novela de espionaje cuyos personajes reflejan los vicios
de la burocracia y la ideología, y en la que el protagonista, Leamas,
depresivo y solitario, duda sobre la justicia de los intereses que
defiende.
En 1961, John Le Carré (en realidad David Cornwell) era el primer
secretario de la embajada británica en Bonn (entonces capital de la RFA)
y descubrió el Muro al desembarcar en Berlín la mañana siguiente a la
construcción del mismo, levantado en plena noche. Del Muro solo quedan
actualmente los paneles de la East Side Gallery y de Bernauerstrasse, y
algunos segmentos desperdigados aquí y allá como monumentos souvenir, pero son visita obligada.
En cuanto a la pista de Tempelhof, el aeropuerto de Berlín Oeste en
el que aterrizó Leamas y que hizo posible el puente aéreo durante el
bloqueo, en la actualidad ha sido reconvertida en un parque gigantesco,
paraíso para juegos, patinadores y ciclistas domingueros.
02 Donde reina la ‘ostalgie’
Good bye Lenin! (Wolfgang Becker, 2003)
Toda una generación se ha podido asomar a esos días, meses, que
siguieron a la caída del Este gracias a esta película con tonos tiernos y
cómicos. La madre de Alex cae en coma justo antes de la caída del Muro
de Berlín. ¿Cómo evitar, cuando despierte, el choque fatal que supondría
para esta mujer con el corazón delicado y comunista convencida la
desaparición de la RDA? Alex y su hermana desplegarán astucia y
habilidad para prolongar artificialmente la vida cotidiana de Berlín
Este que ha quedado obsoleta rápidamente por la reunificación y el
liberalismo. Llevada por el piano melancólico de Yann Tiersen, esta
premiada comedia agridulce sintentizó con talento el curioso sentimiento
alemán llamado ostalgie: la nostalgia de la vida en el Este,
que cada cierto tiempo sacude a algunos alemanes. El concepto proviene
de la mezcla de palabras germanas, Nostalgie y Ost, nostalgia y este, respectivamente.
En la película se suceden escenas rodadas en lugares emblemáticos de
Berlín Este –Unter den Linden, Karl -Marx- Allee, Alexanderplatz– en los
que se borró para la ocasión cualquier signo de la reunificación: una
auténtica reconstrucción histórica menos de 15 años después de la caída
del Muro. Para pasear por el barrio de los protagonistas hay que ir a
Friedrichshain, donde estaba el apartamento de la familia. Ya no residen
demasiados trabajadores allí, sino más bien artistas, y las casas okupas
son cada vez más escasas debido a la acción conjunta de la policía y
las promotoras. Con un poco de suerte puedes encontrarte al actor Daniel
Brühl, protagonista de la película, sentado en la terraza de un café.
03 Una ciudad en blanco y negro
El Cielo sobre Berlín (Wim Wenders, 1987)
Wim Wenders pobló de ángeles el cielo sobre Berlín para
hacernos adoptar su perspectiva aérea sobre la ciudad. Un visión que tal
vez sea tan buena como la de Henri Alekan, director de fotografía y
veterano de los platós de rodaje, quien nos hace compartir su mirada
sublimándola en blanco y negro… Al mismo tiempo, Wenders da nombre al
circo en el cual actúa la mujer de la que cae enamorado el ángel Damiel.
Cuando Wim Wenders decidió incluir películas de archivo que mostraban
Berlín durante la Segunda Guerra Mundial, ¿pensaba que la caída del
Muro daría a su película una dimensión documental? El cielo sobre Berlín
se rodó íntegramente en la sección Oeste de la ciudad, de la que se
reconoce al principio mismo la iglesia del Recuerdo o Gedächniskirche.
Además del Muro, reconstruido, ya que entonces estaba prohibido
filmarlo, el otro símbolo de la partición de la ciudad era Potsdamer
Platz, una inmensa tierra de nadie cuyo suelo fangoso y cubierto de
maleza es recorrido por los personajes de la película en varias
ocasiones; nada que ver con el barrio financiero actual, levantado en
pocos años bajo la égida de arquitectos como Renzo Piano.
04 Alto voltaje en el Spree
El mito de Bourne (Paul Greengrass, 2004)
La segunda (y mejor) entrega de la trilogía que narra la búsqueda
identitaria de Jason Bourne convierte la ciudad de Berlín en escenario
de persecuciones, pirotecnia y chapa abollada. El amnésico agente
secreto, interpretado por Matt Damon, se muestra especialmente ávido y
dotado para todas estas actividades. Rodada a 200 por hora por la cámara
febril de Paul Greengrass, Berlín entronca aquí con su vocación de
decorado para películas de espionaje, en decadencia desde la
desaparición del Muro. No hay duda: éste hubiera caído más deprisa si
Bourne hubiera pasado entonces por la ciudad.
Entre los lugares que aparecen en la película se reconocen fácilmente
Alexanderplatz, Ostbahnhof, la estación de metro Friedrichstrasse y el
puente homónimo desde el que Matt Damon se zambulle en el río Spree, que cruza la ciudad. Hace su aparición la estructura circular del motel Avus, entrevista ya en El cielo sobre Berlín, así como el café Moscú, en el número 34 de la muy rusogénica
Karl-Marx-Allee. Y es que algunas calles del barrio de Potsdam
representan también en la películas la ciudad de Moscú, mientras que el
Palacio de Exposiciones de Berlín-Messe se convierte en la estación
marítima de Nápoles.
05 Cuando las calles eran una cárcel
La vida de los otros (Florian Henckel von Donnersmarck, 2006)
Para prevenir cualquier disidencia, la policía secreta de Alemania del Este había tomado proporciones dignas de 1984,
de Orwell (año en que, como por casualidad, se sitúa la intriga), y se
había infiltrado en todas las capas de la sociedad civil. ¿Tenía fisuras
esta chapa de plomo colocada por el aparato totalitario sobre la vida
privada? Esta es la hermosa idea central de La vida de los otros, que, además de describir el sistema de vigilancia tentacular en que se había convertido la Stasi
a través del seguimiento a un autor de teatro berlinés al que le
pinchan el teléfono, narra la creciente empatía con éste del oficial
encargado de observar y registrar sus actos, que le llevará a proteger a
su víctima.
Berlín Este aparece en esta película como una cárcel a cielo abierto:
se desprende, incluso de las grandes perspectivas de la Frankfurter Tor
y de Karl-Marx-Allee, un inquietante sentimiento de opresión. El macizo
y rectangular cuartel general de la Stasi, en el barrio de Lichtenberg, es hoy un museo.
06 Entreguerras en 'Alex'
Berlín Alexanderplatz (Alfred Döblin, 1929)
Una tela de araña: el hampa de Berlín en la década de 1920. En el
centro de la tela: Alexanderplatz, (Alex, como la llaman los berlineses)
sus grandes almacenes, su multitud abigarrada en la frontera de los
barrios populares y acomodados. Franz Biberkopf, tras pasar un tiempo en
la cárcel, intenta rehabilitarse como vendedor de diarios en la plaza,
pero será recuperado por el hampa. Inmensa, tanto por su longitud como
por su repercusión, la novela de Alfred Döblin pinta sin concesiones,
detrás del lujo burgués que se exhibe en Alexanderplatz, la miseria y el
crimen de esta gran metrópoli que es el Berlín de entreguerras.
A los nazis no les gustó mucho esta otra cara del decorado berlinés y
lanzaron el libro a las llamas en cuanto llegaron al poder. Fassbinder
resucitó 30 años más tarde este mundo desparecido en la adaptación de
más de 15 horas que hizo para la televisión alemana. Bombardeada por los
Aliados en 1945 y convertida en el centro de Berlín Este,
Alexanderplatz cambió radicalmente de aspecto: de colmena opulenta y
comercial, pasó a ser el escaparate de la Alemania comunista, que erigió
allí la famosa Torre de Televisión (Fernsehturm), actualmente emblema
de la ciudad y punto de paso obligado tanto para sus visitantes como
para sus habitantes, puesto que la plaza sigue siendo el nudo de
comunicaciones más importante de Berlín. Muy cerca de allí,
Scheunenviertel, antiguo barrio judío de la ciudad cuya agitación
popular transcribe la novela, hace que ahora se crucen turistas y fashion victims que van allí a explorar sus tiendas de moda.
07 Pase por el 'checkpoint'
El momento en que todo cambió (Douglas Kennedy, 2011)
¿En qué momento «ahora no» se transforma en «nunca»? A Douglas Kennedy le hace falta toda una novela para captar El momento en que todo cambió,
el instante preciso en que la promesa de una historia de amor entre un
americano y una alemana se vuelve imposible. La distancia de este
encuentro queda acentuada por la desaparición del Berlín donde se
produce. En 1984, el Muro separaba todavía la ciudad, tal y como la Stasi
y la CIA separan a los amantes: él, joven animador de una radio de
propaganda americana, ella tránsfuga del Este; la sombra de John le
Carré sobrevuela por esta novela de espionaje.
Como en cualquier ficción con la partición de Berlín como telón de
fondo, el Checkpoint Charlie tiene aquí un papel destacado. El punto de
control C –de aquí el apodo Charlie– era el tercer y último
punto de control entre Alemania del Este y Alemania del Oeste, y, sobre
todo, el único situado en el corazón de Berlín, en Friedrichstrasse,
entre los barrios de Kreuzberg (sector americano) y Mitte (sector ruso).
En el antiguo lado americano, el punto de control se ha conservado tal
cual, con su garita en medio de la calle, su bandera de barras y
estrellas y su cartel en cuatro idiomas. Los retratos gigantes de dos
(jóvenes) soldados, un estadounidense y un alemán oriental, están ahora
cara a cara a ambos lados de Checkpoint Charlie.