De la diversa felicidad
El secreto de la felicidad
Ambrose Bierce
Habiendo sabido por un ángel que Nuredin Becar era el
hombre más feliz del mundo, el sultán lo mandó llamar y le dijo:
Te ordeno hacerme saber el secreto de tu felicidad.
—Oh, padre del Sol y de la Luna —contestó Nuredín
Becar—, yo ignoraba que era feliz.
—He aquí —declaró el sultán— el secreto que buscaba.
Nuredin Becar se retiró, profundamente abatido,
temiendo que su felicidad recién adquirida lo abandonara ahora.
El
hijo Andrómedo
Edward Teller
Supongamos que Andrómeda es una galaxia decente,
compuesta de anticuada materia, y que pasé en ella diez años explorando de un
lado a otro, y que luego dé la vuelta y regrese a casa. Se imaginarán que por
mi hazaña me acogería un estruendoso recibimiento en Nueva York. Nada de eso.
Yo tendría unos cincuenta años más, pero en la Tierra habría envejecido en más
de cuatro millones. Todos mis amigos habrían muerto; que nadie hablaría mi
idioma, ni inglés ni húngaro; los científicos tendrían que descifrar lentamente
mis notas. Viviría una nueva raza que nosotros podríamos considerar como una
extraña y horrible especie nueva, pero que sería en realidad muy superior y
mucho mejor que la nuestra, y lo que harían conmigo, ejemplar de una antigua,
fabulosa, irrazonable y extinguida raza, es evidente: me encerrarían en un
parque zoológico.
Filiación
de los bienaventurados
James Boswell
Después de un altercado sobre política, el doctor
Johnson, que era conservador, y el padre de Boswell, que era liberal, se
despidieron amistosamente. Ahora están en otro, y más alto, modo de existencia:
y, como los dos fueron meritorios cristianos, confío que se hayan encontrado en
la felicidad. Debo, sin embargo, observar, de acuerdo a los principios
políticos de mi amigo, y a los míos propios, que se han encontrado en un sitio
donde no entran liberales.
Lluvia de mujeres
Pierre Versins
Las primeras
llegaron al comenzar el mes de mayo. Eran tan bellas que hicieron soñar a los
hombres a lo largo de los días y a lo largo de las noches.
Poco se tardó en
saber que no eran nada hurañas, y los hombres se transfirieron la nueva. Hacían
el amor con tal refinamiento, que dejaban muy atrás el ardor de sus rivales
terrestres. El número ya grande de solteras aumentó.
Y seguían cayendo
del cielo, más deseables que nunca, eclipsando a la mujer más maravillosa. Sólo
el amor contaba para los hombres, y ellas no envejecían.
Mucho tiempo pasó
antes que se dieran cuenta de que eran estériles.
Así que, cuando
medio siglo más tarde sus robustos amantes llegaron de Venus, sólo quedaban en
la Tierra hombres decrépitos y mujeres ancianas.
Tuvieron con
ellos muchos cuidados y los trataron sin brutalidad.
La catástrofe aplazada
Justiniano
Dios aplaza la catástrofe que
un día debe trastornar al universo y hacer desaparecer a los ángeles malos, a
los demonios y a los pescadores; es a causa de la raza de los cristianos, en
los que ve un motivo para conservar el mundo. Por lo cual no podéis ya
comportaros como demonios: el fuego del Juicio Final descendería para producir
la disolución universal.
Fantasías mexicanas
Julio Torri
Por el angosto Callejón de la
Condesa dos carrozas se han encontrado. Ninguna retrocede para que pase la
otra.
—¡Paso al noble señor don Juan
de Padilla y Guzmán, marqués de Santa Fe de Guardiola, oidor de la Real
Audiencia de México!
—¡Paso a don Agustín de
Echeverz y Subiza, marqués de la Villa de San Miguel de Aguayo, cuyos
antepasados guerrearon por su majestad Cesárea, en Hungría, Transilvania y
Perpiñán!
—¡Por bisabuelo me lo hube a
don Manuel Ponce de León, el que sacó de la leonera el guante de doña Ana!
—¡Mi tatarabuelo, Garcilazo de
la Vega, rescató el Ave María del moro que la llevaba atada a la cola de su
bridón.
Tres días con sus noches se
suceden, y aún están allí los linajudos próceres, sin que ninguno ceda el paso
al otro. Al cabo de esos tres días —y para que no sufriera mancilla ninguno de
los dos linajes—, mandó el virrey que retrocedieran las carrozas al mismo
tiempo, y la una volvióse hacia San Andrés, y la otra fuese por la calle del
Puente de San Francisco.