lunes, 19 de noviembre de 2012

Roberto Ampuero dice que sus libros reflejan su decepción con los socialismos reales

El escritor chileno ahondó hoy en su decepción con los socialismos reales que le tocó conocer, un desencanto que no empaña su admiración por el lado más humano del expresidente chileno Salvador Allende

Ampuero dice que sus libros reflejan su decepción con los socialismos reales./lainformación.com

Allende (1908-1973) fue una "reconocida figura por su valentía al suicidarse por defender sus convicciones", al margen de que su imagen pueda dividir todavía a los chilenos, dijo en una entrevista con Efe el también embajador de Chile en México.
Ampuero se encuentra en Miami para promocionar en la Feria Internacional de Libro de esta ciudad su última novela, "El último tango de Salvador Allende" (Mondadori), un relato que aborda en clave de ficción los últimos meses de la vida de Allende y explora el lado más "íntimo, doméstico y humano" del político socialista muerto durante el golpe de Estado que encabezó Augusto Pinochet el 11 de septiembre en 1973.
Ampuero, uno de los autores más reconocidos de la narrativa hispanoamericana actual, asume en "El último tango de Salvador Allende" el reto narrativo de revelar al hombre de "carne y hueso, creíble, verosímil", tras la lectura de entrevistas y numerosos ensayos sobre el expresidente chileno.
En ese sentido, el autor quiso alejarse del Allende político para recuperar el carácter más humano y cotidiano del presidente, un hombre que "llega a casa, se quita los zapatos, se tiende en el sofá y se sirve un whisky Chivas Regal", apuntó.
Ampuero construye esta novela, que lleva cuarenta semanas entre los libros más vendidos en Chile, a partir de la mezcla de ficción y realidad, una fórmula que le permite "explorar los espacios más privados de Allende y ver el mundo desde su perspectiva más doméstica".
Es, de hecho, la primera vez que Allende escapa de los sesudos análisis y ensayos políticos para convertirse en un personaje de novela.
La investigación histórica y documental que llevó a cabo Ampuero le posibilitó acceder a tres espacios privados y reveladores. Uno de ellos el Palacio de la Moneda, donde visitó las dos habitaciones (cerradas al público) que ocupó el político y que hoy "permanecen iguales, como si el tiempo se hubiera detenido" dentro de ellas.
Otro lugar que resultó inspirador para el escritor fue la residencia oficial de Allende en Santiago, de bellos jardines, hoy convertida en una residencia de ancianos. Y, finalmente, la finca "El Arrayán", donde vivía su secretaria personal y amante.
La "recuperación de esos tres espacios físicos" resultó de gran ayuda para la construcción de la novela y la recreación íntima de un Allende de carne y hueso, explicó.
Insistió en que su interés se centraba en "explorar al ser humano que tenía conciencia de que se acercaba el fin de su proyecto de Gobierno, que la muerte le acechaba" mientras se sumía en la "soledad" del poder. Al final, apuntó en ese sentido, Allende "era un solitario".
"Cuando se suicida está rodeado solamente de un par de escoltas y de varios médicos amigos. No hay ningún representante de los partidos que formaban la alianza que le llevó al poder", puso de relieve.
En su opinión, el éxito de la novela radica en que "no insiste en los análisis políticos de Allende, ni a favor ni en contra, solo busca lo humano, lo que es común a todos nosotros", la circunstancia de un hombre con "luces y sombras, sueños y temores".
Este intelectual dinámico, que fue militante comunista en su juventud, "bajo la influencia -puntualizó- de los discursos de Allende", se fue alejando de esa ideología tras su experiencia del exilio que le llevó a Alemania y Cuba.
Renunció a su filiación comunista en La Habana, hacia 1986, "porque no quería para mi país ni el régimen de Pinochet ni el socialismo real".
Hoy, Ampuero parte de postulados liberales y abraza una concepción de sociedad abierta que acentúa "la integración al mercado mundial y propone la actividad privada como eje para crear prosperidad" en los países de América Latina.
"Respeto y creo en la libertad comercial y el libre mercado, una de las mejores palancas para salir de la crisis en que nos encontramos actualmente", subrayó.