miércoles, 8 de enero de 2014

La historia de una escritora marcada por dos naciones

 Nadifa Mohamed, de origen somalí, es una de las autoras británicas destacadas en el Hay Festival

Nadifa Mohamed ganó el Betty Task Prize en el 2010, con la novela Black Mamba Boy./eltiempo.com

Jamal es un niño que ha perdido a su madre. Vive en Adén (Yemen), en los años 30 del siglo pasado, y se embarca en un largo viaje por diferentes países de tres continentes, con el único propósito de encontrar a su padre, a quien no conoce.
Su travesía de una década lo llevará desde el mundo árabe hasta África y Europa, pasando por Palestina, Egipto, Sudán y otros países, hasta llegar finalmente a Gales (Reino Unido). Es allí donde la historia de Jamal, un personaje ficticio, se mezcla con la vida de su autora, Nadifa Mohamed, quien en Gales comenzó a escribir esta, la primera novela de su vida (‘Black Mamba Boy’, traducida al español como ‘La mamba negra’), desde el año 2005 y durante aproximadamente cuatro años.
Hoy, a sus 32 años, la escritora Mohamed es más que una promesa de la literatura británica. La historia de Jamal le mereció en el 2010 el premio Betty Trask, incentivo económico que desde 1986 se les otorga a escritores menores de 35 años. Además, recibió nominaciones a premios como el Orange Prize, Guardian First Book Prize, John Llewelyn Rhys Prize, Dylan Thomas Prize y el PEN Open Book Award.
Mohamed también es una de las novelistas invitadas al Hay Festival 2014, que se llevará a cabo en Cartagena entre el 30 de enero y el 2 de febrero próximos. Vendrá para participar, junto con los escritores David Szalay y Sunjeev Sahota, en un conversatorio acerca del oficio de ser escritor.
El año pasado, estos tres autores fueron incluidos en la lista de los mejores novelistas jóvenes británicos que anualmente publica la revista Granta, reconocida publicación fundada en 1889 por estudiantes de la Universidad de Cambridge, y en la que han colaborado escritores como Milan Kundera, la premio Nobel de Literatura 2007 Doris Lessing y Gabriel García Márquez.
Black Mamba Boy fue el primer acercamiento de Mohamed al ejercicio de escribir, y le abrió las puertas de la literatura. Algunos podrían intuir que su creación literaria es una denuncia sobre la situación que se vive en su país de origen, Somalia.
Sin embargo, su principal motivación para aventurarse en los mares de la escritura fue contar la fascinante historia de su padre, un marinero que vivió en carne propia las consecuencias de la colonización, la guerra y la migración.
No en vano, desde el título de la novela, hay referencias a él, puesto que Black Mamba Boy fue uno de los apodos que le dio su madre al nacer. “Soy muy unida a él, por lo cual contar la historia desde un punto de vista masculino no fue algo complicado”, comenta Mohamed en entrevista telefónica, desde Londres.

Un nuevo comienzo

Al igual que el protagonista de su primera novela, esta joven escritora también emprendió un viaje a temprana edad que marcó su vida: a los 6 años, Nadifa Mohamed supo lo que significa abandonar su tierra para empezar desde cero.
Ella y su familia dejaron Somalia rumbo a Londres, donde iniciaron otra vida, al punto de que hoy en día considera la capital británica como su hogar.
Sin embargo, las primeras impresiones sobre esta ciudad no fueron las mejores para esta niña, como lo consigna en el texto Fragmentos de una nación, de su autoría y que fue publicado en la misma revista Granta en el 2012.
Allí cuenta cómo en un principio ella y sus dos hermanos sentían que un gato vecino, que los observaba desde la ventana, era realmente un espía que reportaba todas sus actividades, tal y como sucedía con el Servicio Secreto en Somalia.
Poco a poco, Mohamed fue aprendiendo el idioma y se adaptó a su nueva rutina. Asistió al colegio y aprendió a leer gracias a los textos y cuentos cortos que le daban en la escuela. Leía, por ejemplo, a Roald Dahl (Charlie y la Fábrica de Chocolates, The Witches), y veía los programas de televisión Top of the pops (de la BBC), y el famoso Show de Benny Hill, entre otros.
Finalmente, se graduó de Historia y Política en el St. Hilda’s College (Universidad de Oxford). Su aproximación a la literatura fue como la de cualquier persona: “Disfrutaba leer, pero no estaba interesada en escribir. Solamente cuando empecé a trabajar me interesó la escritura creativa”.
Asegura Mohamed que el hecho de haber abandonado su ciudad natal a tan temprana edad le ha generado varias preguntas sobre su origen: “Me da curiosidad saber qué ocurrió con mi antiguo hogar. El hecho de no estar ahí y de tener todavía familia allá crea interrogantes que necesito responder”.
La literatura ha sido un vehículo no solo para responder esos interrogantes, sino además para explorar un estilo narrativo que le ha servido para contar la historia de su nación, el sentir y vivir de una comunidad, y para afirmar sus raíces, así se sienta a gusto con el estilo de vida que lleva en Londres.
El premio Betty Trask fue un incentivo para su carrera, y luego la novelista decidió que su siguiente libro tendría como protagonista a una mujer, cuya historia resultó ser la de su propia abuela. Ella sufrió una parálisis justo antes del estallido de la guerra en Somalia, y tuvo que quedarse en ese país mientras el resto de la familia emigraba.
La triste anécdota fue el punto de partida para The Orchard of Lost Souls (cuya traducción sería algo como La huerta de las almas perdidas), y que también está basada en aspectos de la vida de su madre.
La novela está ambientada en Hargeisa, ciudad donde ella nació en 1981. En esta ciudad, pero hacia finales de los 80, transcurre la vida de Kawsar, una viuda; Deqo, una pequeña niña que es cuidada por prostitutas, y Filsan, una mujer soldado que libra una intensa lucha interna por la soledad que la aqueja y por la violencia en la que vive.
Este relato le permitió “recrear ese mundo que dejaron atrás”, cuando su abuela tuvo que quedarse en esa población.
Y si bien sus novelas recogen aspectos de la vida de sus familiares y allegados, esto no significa que sean relatos biográficos en su totalidad, sin elementos de ficción. También están alimentados por las experiencias de la misma Mohamed, y por las películas y libros que consume.
Por ejemplo, autores como el fallecido Ahmadou Kourouma y como Arundhati Roy, ganadora en 1997 del premio Booker por El dios de las pequeñas cosas. También Toni Morrison, ganadora del Pulitzer en 1988 y del Nobel de Literatura en 1993, es otro de los referentes que le han permitido crear historias que, a pesar de que pueden llegar a ser crudas, tratan así mismo sobre el amor y siembran un halo de esperanza.
Su llegada a Cartagena representa su primer viaje a Suramérica. Admite que conoce poco sobre Colombia, pero considera que “será muy interesante aprender sobre la gente y la cultura. He visto algunas fotos en Internet y me parece un lugar maravilloso”.
Actualmente se encuentra trabajando en lo que será su tercera novela, que dice tendrá aspectos de su propia historia. Y cómo no incluirlos, si su trayectoria de vida le ha permitido contar relatos de su comunidad y moverse con paso firme en un mundo tan competitivo como lo es la literatura. “La trama empezará en Somalia y continuará en Londres. Todavía no podría hablar sobre sus personajes, lo que sí sé es que será bastante londinense”, concluye.

La lista Granta: conversaciones con Razia Iqbal

El jueves 30 de enero, a las 5:30 p. m., tres de los escritores reseñados por la publicación británica Granta como los mejores jóvenes novelistas británicos del año pasado estarán en la Institución Universitaria Bellas Artes y Ciencias de Bolívar, para hablar sobre su trabajo con la periodista de la BBC Razia Iqbal, quien se desempeñó como corresponsal de artes.
Nadifa Mohammed (Black Mamba Boy), David Szalay (Spring, London and the South-East) y Sunjeev Sahota (Ours are the streets), presentarán sus novelas en un evento que se realiza con el apoyo del Consejo Británico en Colombia.
La presentación estará a cargo de Chris Rawlings, director de dicho instituto, y contará con el servicio de traducción simultánea.
Ese día, a las 12:30 p. m., en el Teatro Adolfo Mejía, el cineasta y guionista Juan José Campanella conversará con Roberto Pombo, director de EL TIEMPO. A las 3:30, en el mismo lugar, John Boyne (El niño con el pijama de rayas) hablará con Peter Florence, director del Hay Festival.
La programación completa se puede consultar en el enlace bit.ly/194CVlt.