Gabo que estás en los cielos
La enemistad comenzó en la década de los 70
Portada de 'La Jornada' en la que aparece García Márquez con un ojo morado tras recibir un puñetazo de Vargas Llosa./elmundo.es |
El escritor peruano Mario Vargas Llosa dijo hoy en Caracas que hizo
un "pacto tácito" con el recién fallecido Gabriel García Márquez para no alentar la "chismografía sobre nuestra relación" y aseguró que morirá respetando el acuerdo.
"García Márquez y yo hicimos un pacto tácito de que no íbamos a alentar la chismografía sobre nuestra relación. Él se murió cumpliendo el pacto
y yo me voy a morir cumpliendo ese pacto. Tenemos biógrafos,
historiadores que investiguen y descubran la verdad, pero no va a salir
de nuestras bocas", dijo el premio Nobel de Literatura.
Elogios para su antiguo amigo
Vargas Llosa participa en Caracas en un foro sobre libertad y en una rueda de prensa reiteró sus expresiones de lamento por la muerte de García Márquez,
el otro Nobel de Literatura latinoamericano, ocurrida hace una semana
en México. Dijo que García Márquez logró el sueño de todo escritor de
que su obra lo sobreviva.
"Es digno destacar y agradecerle lo que hizo por la lengua y la literatura latinoamericana", señaló en una rueda de prensa.
Vargas Llosa y García Márquez protagonizaron una enemistad que duró más de tres décadas y que generó cientos de versiones sobre lo que inició el desencuentro.
El puñetazo que lo empezó todo
Tuvieron una de las peleas más recordadas entre intelectuales latinoamericanos. El origen público de la disputa es el famoso puñetazo que Vargas Llosa le dio a "Gabo" en febrero de 1976 en Ciudad de México, tras la proyección de la película "La odisea de los Andes".
La cinta, de Alvaro Covacevi, relataba con guión de Vargas Llosa la
historia del accidente de los deportistas uruguayos en los Andes, que
luego se retomó en la más reciente "Viven".
García Márquez se acercó con la intención de abrazar a su amigo, pero
éste le respondió con un puñetazo en el ojo, del que en 2007 se
conocieron por primera vez fotos, divulgadas por el fotógrafo Rodrigo Moya, quien las había tomado un par de días después de la agresión.
Desavenencias políticas
Una causa personal alejó desde entonces a los que habían sido buenos amigos, aunque el proceso también fue la culminación de sus desavenencias políticas, cada vez más profundas a medida de que el peruano se acercaba más a las posturas de derecha.Por su parte, el escritor colombiano profundizaba su amistad con Fidel Castro y su simpatía por la revolución cubana.