viernes, 5 de septiembre de 2014

En la era de la fuerza sobrenatural

Homenaje a un artista que se convierte en leyenda: Gustavo Cerati 1959 -2014

El 15 de mayo de 2010 el argentino sufrió un accidente que lo marginó de la actividad musical./elespectador.com,revistaarcadia.com
Gustavo Cerati quiso combatir la sordera anticipada en el mundo. No lo intentó desde las canciones, su hogar habitual, sino desde el formato y por eso publicó una buena dosis de ejemplares en larga duración (elepé), ese amigo fiel que el disco compacto (cd) y los pujantes mp3 y mp4 trataron de sepultar sin resultados satisfactorios. Cuando presentó su último álbum (ahí sí, el último), el argentino argumentó que el vinilo es una tecnología que llegó a su máximo nivel de evolución, porque ofrece la posibilidad de escuchar la música tal y como la pensó el compositor. El vinilo, acetato o elepé creció en el mundo, mientras que en Latinoamérica la producción es casi nula pero a pesar de ello el argentino insistió en hacerlo.
La propuesta de Gustavo Cerati consistió en añadir un renglón más a la lista y dejar claro que también existe ese formato y que no toda la música merece, según sus propias expresiones, ser degradada digitalmente. Cuando muchos de sus colegas abogaron por el sonido íntimo del desconectado y defendieron a ultranza los instrumentos acústicos, él se preocupó por explorar el abanico electrónico y con el respaldo de personajes como Daniel Melero y Tweety González, conquistó la denominada ‘otra rumba’. Puso a sus seguidores a saltar con el rock progresivo de Soda Stereo, pero al mismo tiempo hizo elevar los espíritus con sus viajes electrónicos y digitales.
Con su trabajo discográfico Fuerza natural practicó una especie de déjà vu, un rito para el que no tuvo mucho tiempo. Sin embargo, Cerati encontró gente dispuesta a establecer una buena sintonía con el formato del vinilo y con sus imágenes que recuerdan las carátulas de los álbumes que dominaban el mercado durante la década del 70. Un caballero con antifaz y una serie de elementos con iconografía consecuente con el sonido fueron los últimos regalos visuales que el argentino les envió a sus seguidores en todo el mundo.
Gustavo Cerati, además, practicó varias veces la gimnasia musical. Entró a su estudio, escuchó discos, grabó cosas y elaboró posibles melodías y armonías. Pero también tuvo en cuenta el descanso y se quedó en el vacío para encontrar el camino. La única manera en la que pudo renovarse fue tomando distancia con su proceso creativo. El músico tuvo épocas en las que hizo cualquier cosa que no tuviera relación con el arte sonoro y eso lo ubicó en otra latitud.
Durante esos momentos de rencillas con la música, Cerati se aferraba no a su ángel de la guarda —porque siempre dijo que no creía en eso—, sino más bien a su superhéroe favorito. Fue, como todas sus canciones en grupo y como solista, invención suya. Lo bautizó Supercerebro y, según dijo, se parece mucho a Supermán, aunque es un poco más modesto, no es invencible y las pocas cosas que lo vulneran todavía no han sido creadas.
Este personaje ficticio lo ha acompañado desde la infancia, estuvo con él cuando convertía los palos de escoba en guitarras, dio su opinión al momento de unirse en 1982 al bajista Héctor ‘Zeta’ Bosio y al baterista Charly Alberti para darles vida a Los Estereotipos, trío que después se transformó en Soda Stereo, y también aportó su sapiencia para gestar proyectos vanguardistas como Colores Santos junto a Daniel Melero y Once episodios sinfónicos. Hoy, cuando el artista argentino ya no está en el mundo de los mortales, Supercerebro debe estar ahí, a su lado.
Muchos rumores suscitó su enfermedad, que fue diagnosticada como una isquemia cerebral transitoria, causada por la llegada irregular de oxígeno y sangre al cerebro. Pocas horas antes de sentirse mal, de ver mermada su habla y sus capacidades motrices, Cerati había conquistado el público de Venezuela y esa plaza era tan solo una de todas las que se rindieron cuando el argentino apareció en escena transitando por los temas de su álbum Fuerza natural, pero haciéndole un guiño a la memoria con canciones de antaño que tienen a Soda Stereo en un lugar de privilegio después de varios años de disolución de la banda.
“Muchas veces me encuentro con taxistas que me dicen ‘qué buena esa música que hacía Soda Stereo, yo me quedé ahí’. Pienso en que cada uno toma esa decisión y yo sí no me puedo quedar ahí”, comentó de manera informal Cerati antes de su última presentación en el coliseo El Campín en Bogotá el 13 de mayo de 2010. Tal vez el mérito del artista fue que creció con su público. Él logró conquistar a los adolescentes durante las últimas dos décadas del siglo XX con registros conceptuales como Canción animal, Ruido blanco, Nada personal y Sueño stereo, pero ratificó su condición de músico de culto con propuestas maduras que le significaron aplausos en los auditorios más diversos.
Durante su última gira por América Latina, una de las figuras emblemáticas del rock del sur del continente portó una chaqueta mariachi. Algunos años antes de eso, Gustavo Adrián Cerati Clark lució una gabardina al estilo del Principito, con la que promocionó sus Once episodios sinfónicos. Para la que sería su despedida de los escenarios, se arriesgó a vestirse de negro con figuras plateadas y mostró, en vivo y en directo, las canciones de Fuerza natural. En los dos primeros temas no interactuó con el público, pero después dijo “Hola, Colombia verde. Veo bien lo que pasa” y comenzó a cantar Déjà vu, el primer sencillo de este álbum. Hizo algunas referencias al concierto en Medellín y continuó sobre la tarima en compañía de dos guitarras, un bajo, unos teclados, una batería y una exótica corista.
Al lado de la versiones en elepé de sus discos, en el camerino de Cerati había un plasma de 42 pulgadas y un Xbox 360 en el que demostró sus capacidades en el juego FIFA 2010. Así como tuvo la sensibilidad para escribir muchas canciones y patrocinar un ejemplar en vinilo de un álbum publicado nueve años después del cambio de milenio, con toda la infraestructura digital a su servicio, Gustavo Cerati también pudo deleitarse con los adelantos tecnológicos para hacer que el tiempo pasara más rápido entre un disco y el siguiente.
En esos momentos relajados en los que se superaba a sí mismo o competía hombro a hombro con la máquina, el artista argentino lograba poner en claro su mente para gestar las canciones que lo convirtieron en un referente sonoro para los melómanos contemporáneos del rock. Sus influencias contemplaron desde manifestaciones cercanas al new wave, pasando por el punk, hasta autores preocupados por el desarrollo de contenidos intimistas.
“Trato de ser lo más abierto posible a todos mis gustos musicales y a las cosas que me parecen que pueden funcionar como paisajes. Yo veo el disco Fuerza natural como un viaje o un trayecto que me desplaza por diferentes lugares. Por eso es que por momentos es rockero y en otras oportunidades es folk. Además hay campo, hay cosmos, psicodelia y algunas cosas infantiles. También hay amor y en este trabajo no hay mucho odio”, aseguró Gustavo Cerati, quien no es el único con ese apellido en figurar en este trabajo discográfico, pues su hijo, Benito, de quince años, tuvo una destacada participación.
A pesar de haber liderado en letra y música la composición de producciones como Colores santos, Amor amarillo, Bocanada, Siempre es hoy y Ahí vamos, el argentino sufrió del síndrome del papel en blanco. Los años pasaron, los kilómetros se acumularon y el artista jamás lo superó. A Gustavo Cerati, el público no lo extraña desde ayer, cuando se conoció su muerte física, lo añora desde antes, desde el momento en el que se marginó de los escenarios debido al mal que lo postró. Trató de combatir la sordera anticipada del mundo y eso solo lo pueden hacer los seres valientes dotados de una fuerza sobrenatural.
Puente
Hoy te busqué
en la rima que duerme
con todas las palabras.
Si algo callé
es porque entendí todo,
menos la distancia.
Desordené átomos
tuyos para hacerte
aparecer
un día más, un día más...
Arriba el sol,
abajo el reflejo
de cómo estalla mi alma.
Ya estás aquí,
y el paso que dimos
es causa y es efecto.
Cruza el amor,
yo cruzaré los dedos...
Y gracias por venir,
gracias por venir.
En la ciudad de la furia
Me verás volar
por la ciudad de la furia,
donde nadie sabe de mí
y yo soy parte de todos.
Nada cambiará
con un aviso de curva,
en sus caras veo el temor
ya no hay fábulas
en la ciudad de la furia.
Me verás caer
como un ave de presa,
me verás caer
sobre terrazas desiertas.
Me dejarás dormir al amanecer entre tus piernas,
entre tus piernas.
Sabrás ocultarme bien y desaparecer entre la niebla,
entre la niebla.
Un hombre alado extraña la tierra.

Cinco canciones


Recordamos a Cerati con cinco de sus canciones interpretadas por algunos de los artistas más celebrados de la música en español. De Luis Alberto Spinetta a Mercedes Sosa. 
1.    Puente Junto a Fito Paez en 1999
Puente, del segundo disco de Cerati como solista, Bocadana, es una de las canciones más recordadas de su producción en solitario. En 1999, año en que apareció el disco la cantó junto a Fito Páez en un concierto donde luego se uniría otra leyenda del rock argentino: Charly García.

2.     Té para tres junto a Luis Alberto Spinetta.
En 2009, Cerati se unió a la celebración de los 40 años de carrera musical de Luis Alberto Spinetta, uno de los precursores del rock en español, en un colosal concierto de más de 5 horas que reunió a los nombres más importantes del rock argentino. Acá la versión de Té para tres, del álbum de Soda Stereo Canción animal, de 1990.

3.    En la ciudad de la furia con Andrea Echeverri (Aterciopelados)
Es 1996. Aterciopelados es la banda de rock más exitosa de Colombia y sus videos se hacen habituales en la programación de MTV latino. Andrea Echeverri, entonces con el pelo muy corto, fue invitada al escenario para cantar junto a Soda Stereo La ciudad de la furia. Una versión radicalmente distinta a la original del álbum Doble vida de 1988, para muchos, se trata de la mejor versión grabada del tema. “Vamos a invitar a una amiga… se llama Andrea…
4.    Café Tacvba - Juego de Seducción
Los mexicanos de Café Tacvba aprovecharon su visita de 2012 a Buenos Aires para hacer un homenaje al líder de Soda Stereo interpretando Juego de seducción, del álbum de 1985 Nada personal.  
 
5.    Zona de promesas, junto a Mercedes Sosa
Cerati canta junto a Mercedes Sosa en el que serí asu último trabajo, Cantora (2), una versión de Zona de promesas. Se trata una de las canciones menos interpretadas de Soda Stereo, es la única canción nueva que salió en el trabajo del mismo título en 1993 y que consistía en versiones nuevas de canciones aparecidas en trabajos anteriores. Mercedes Sosa murió en octubre de 2009, cuatro meses de la publicación del álbum doble. 
Extra: Cerati junto a Roger Waters, Eric Clapton y Shakira.