viernes, 12 de septiembre de 2014

Herta Müller convierte en cuadros sus poemas-collages

Las palabras recortadas durante veinte años por la premio Nobel de literatura Herta Müller de revistas, periódicos, folletos y catálogos se convirtieron en poemas-collages, pasaron a los libros y se transforman ahora en cuadros

 
Herta Müller convierte en cuadros sus poemas-collages./lainformacion.com
"Es solo otra manera de escribir", aseguró Müller a los periodistas al presentar hoy en la galería Lumas de Berlín los cuadros, pequeñas postales con palabras recortadas o fotografías de gran formato de los originales.
Lleva años recopilando esas palabras, guardándolas en cajas y cajones y componiendo después pequeños poemas, algunos oscuros, como la prosa de sus novelas, y otros divertidos.
"En ocasiones comienza todo en la cabeza y entonces busco las palabras, aunque al buscarlas encuentro otras", comenta Müller sobre un trabajo que considera bonito, tras redescubrir la belleza de la rima.
Al principio, confiesa la autora de "En tierras bajas" y "El hombre es un gran faisán en el mundo", consideraba que rimar era "aburrido y convencional", que al acentuar el final de cada frase se perdía el sentido de la misma.
Pero entonces conoció la poesía de Inge Müller y la "maravilla" que podía esconderse en poemas sencillos.
En Rumanía, país donde nació y que abandonó en 1987 para escapar de la opresión de la dictadura de Nicolai Ceacescu, omnipresente en su obra, rimar era un juego, recuerda.
Müller, académica de la lengua alemana y Nobel de Literatura en 2009, hablaba tardes enteras en rima con sus amigos, con quienes convertía en versos los discursos del dictador que cada día publicaba la prensa oficial.
Hoy en sus collages no existe el rojo, el color que teñía banderas, alfombras y símbolos en la Rumanía comunista, pero sí mucho amarillo, el tono que a su amigo ya fallecido, el también escritor Oskar Pastior, le recordaba los vagones en los que fue deportado en 1945 a un campo de trabajo en la extinta Unión Soviética.
Su novela "Atemschaukel" -titulada en su edición en español "Todo lo que tengo lo llevo conmigo"- recoge la dura experiencia de Pastior, una figura que Müller vuelve hoy a reivindicar para borrar las sombras que recayeron sobre él al descubrirse, años después de su muerte, que había sido informante de la Securitate, la policía secreta del extinto régimen comunista rumano.
"Revisamos todas sus actas y en diez años encontramos siete informes, todos inofensivos, sin contenido", subraya Müller, quien, como muchos otros intelectuales críticos de la época, fue espiada por la Securitate.
La galería Lumas muestra veinte de sus poemas-collages, algunos no publicados hasta la fecha, y de los que se pone a la venta una edición limitada y firmada de cien ejemplares cada una.