Después de llevar tiempo fuera del escaparate público y de superar con éxito un duro tratamiento, el escritor presenta el libro de aforismos Quintaesencia
El escritor Antonio Gala /Beatriz Velardie/lavanguardia.com |
Después de llevar tiempo fuera del escaparate público y de superar con éxito un duro tratamiento, Antonio Gala ha aparecido hoy para presentar su libro de aforismos Quintaesencia y lo ha hecho derramando humor, sinceridad y sarcasmo. "Sigo moribundo, porque la vida es estar muriendo y nada más".
Un Gala "moribundo" con muy buen aspecto: buen color, ataviado con
sus característico pañuelo al cuello, su bastón y cubierto con un
poncho, que le daba un aire a lo Chavela Vargas; en todo caso, y como
siempre, con un aspecto refinado y singular.
Y es que Antonio Gala a sus 76 años, con cuatro millones de
ejemplares vendidos y más de quinientos premios, hoy ha decidido salir
porque ha debido pensar que "la soledad se lleva mejor en compañía",
como reza uno de los muchos aforismos de su libro y así ha hecho las
delicias de las multitud de periodistas que han asistido al Jardín
Botánico de Madrid a la presentación del libro.
Gala ha hablado de todo y de todos, a repartido con sutileza y gracia a tirios y troyanos y de Quintaesencia,
publicado por Planeta, ha hablado poco. El libro reúne los pensamientos
sobre el amor, la naturaleza, la belleza, el sexo, España, o sobre
Dios, del narrador, dramaturgo y poeta, nacido en Brazatortas, Ciudad
Real, aunque Cordobés de vida y adopción.
"Este libro no está mal -ha espetado-. Supongo que habrá gente que le
guste y a otros que no, con algunas de las citas ya no estoy de
acuerdo. Yo hubiera quitado alguna y hubiera hecho el libro más pequeño,
para leerlo en el metro. Es un resumen de mi vida. Una referencia de mi
obra de pensamiento, no de ficción".
Los aforismo de las casi 350 páginas de Quintaesencia han
sido reunidos por Isabel Martínez Moreno, una experta en la obra de
Antonio Gala, el escritor que ha dicho que una frase de su juventud que
hoy no volvería a repetir es la "Si Dios quiere", porque con este tema
se ha llevado "una decepción muy grande".
Y por contra ha dejado muy claro que la frase o pensamiento que hoy
sí diría sería: "Dejad que los niños se acerquen a mí". "Ahora solo
tengo un perrillo, tengo mucho sitio en casa y siempre he echado de
menos niños a mi alrededor. "Siento no tenerlos. Amo a los niños", ha
recalcado.
Pero el autor de El manuscrito carmesí también ha hecho un
repaso de su carrera y ha dicho que se considera alguien que ha cumplido
con lo que pensaba que tenía que cumplir, y ha defendido su compromiso y
papel social. Todo eso mezclando comentarios y jugando con su perdida
de memoria. "Estoy como un gazpacho", ha soltado riendo.
"Yo no soy un escritor de anécdotas. Ahora voy a Córdoba para hablar
con Médicos sin Fronteras que es una asociación que adoro, y hasta en mi
novela "Más allá del jardín" había una escritura que hablaba del
genocidio en Ruanda", ha explicado.
"He cumplido -dice-, he sido sincero y he dicho verdades antipáticas,
incluso para mí; por eso, el empeño que tiene mi editora de que escriba
una biografía, me resultaría doloroso por tener que volver al pasado y
hablar de nombres y denunciar a personajes".
"Antes -continúa- esas memorias se llamarían Autorretrato con paisaje al fondo y hoy, con este estado de humor que tengo, se llamarían No os levantéis, conozco la salida".
Y aunque ha confesado que ahora se sentía "menos ácido, más
comprensivo", sí que ha dicho que del personaje que hablaría -"porque le
odio a muerte"- es de Arias Navarro, y ha continuación ha hecho una
parodia del que fuera presidente del Gobierno con Franco el día que éste
anunció la muerte del dictador. "Cuando quiero reírme me pongo en la
tele lo de españoles Franco ha muerto", ha dicho imitando la voz del
político.
El dramaturgo ha reiterado su agradecimiento a los lectores a los que
dice es fiel y ha recordado su vocación social con la Fundación que
lleva su nombre para jóvenes creadores, una faceta que también suple,
asegura, a los hijos que no ha tenido.
Gala, que sigue escribiendo en El Mundo su breve columna La Tronera,
donde opina de todo y no se casa con nadie, ha reiterado que, aunque no
es de ningún partido político y que solo votó el día del referéndum
sobre la Constitución en 1978, tiene ideales.
"Y voté la Constitución -ha precisado- porque me lo dijo Pilar Miró
que tenía que ir; por cierto, una Constitución que se ha reformado muy
poquito y tenía que ser reformada bien, como en el asunto de la Ley
Sálica" (que establece la preferencia del varón a la mujer en la
sucesión a la Corona).
Antonio Gala ha cerrado su intervención diciendo que de libertad va
"muy bien", y que la gente si que puede utilizar la libertad, en este
momento, como quiera, aunque hay que saber usarla. "No se puede decir
que tenemos un Gobierno de gilipollas, pero sí puede pensarse", ha
concluido el escritor.