lunes, 14 de mayo de 2012

García Márquez vuelve a triunfar en la inmensa Feria del Libro de Teherán

Entre los éxitos de ventas, los autores hispanoamericanos tienen, año tras año en esta Feria, un lugar destacado con García Márquez a la cabeza

Puesto de libros religiosos en la inmensa Feria del Libro de Teherán, que hoy clausura su vigésimo quinta edición, en la que Gabriel García Márquez ha sido de nuevo uno de los triunfadores indiscutibles.foto:Efe.fuente:lainformacion.com
Gabriel García Márquez  ha sido de nuevo uno de los triunfadores indiscutibles en la inmensa Feria del Libro de Teherán, que hoy clausura su vigésimo quinta edición después de once días en los que han pasado por sus pabellones más de seis millones de visitantes, según los organizadores.
Instalada en el enorme complejo de oración de Mosala, que ocupa más de 65 hectáreas en el corazón de Teherán, 3.100 expositores de 77 países acudieron con sus obras, de las que han vendido unos 40 millones de dólares, dijo a Efe el director ejecutivo del certamen, Husein Safarí.
Pese a que el calor veraniego empieza a sentirse en Teherán las visitantes de la Feria han sido en su mayoría mujeres, agobiadas, con más de 30 grados, por la vestimenta que cubre su cuerpo de pies a cabeza, como exigen las rígidas normas religiosas de esta república islámica.
Entre los éxitos de ventas, los autores hispanoamericanos tienen, año tras año en esta Feria, un lugar destacado con García Márquez a la cabeza, según señalan los vendedores de los puestos de varias editoriales locales que distribuyen sus traducciones en lengua persa.
"Los libros de García Márquez y del portugués José Saramago, entre otros hispanoamericanos, se venden mucho y son muy conocidos en Irán", dice a Efe Arash, de la editorial Ruzegar, quien precisa que los compradores de este tipo de literatura están, en su mayoría entre los 24 y los 34 años, "porque los mayores ya los han leído".
Nilufar, una joven de 28 años, pide en ese momento a Arash el "Ensayo sobre la lucidez", de Saramago, porque, explica, leyó "Ensayo sobre la ceguera" gracias a una recomendación y le gustó "mucho".
Arash explica que toda la cultura española y latinoamericana está de moda en Irán e "incluso hay conciertos de flamenco con baile, algo muy raro, ya que la danza suele ser prohibida por las autoridades y el flamenco parecen aceptarlo".
Prueba de ello es que, salpicados por multitud de editoriales iraníes, están los libros de García Márquez y también de autores como Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Juan Rulfo o Federico García Lorca, que el público va pidiendo y llevando.
"Hay muchos compradores que buscan las traducciones al persa de autores latinoamericanos hechas por Ahmad Golsirí", dice a Efe Ali Reza, vendedor de la editorial Goghnus, quien muestra "El llano en llamas" de Rulfo y "Agua quemada" de Fuentes, de las que dice que las piden compradores "de más de 35 años".
García Márquez es también la estrella de editorial Ariaban, que ha publicado las once obras de este autor "que ha permitido la censura" de Irán, según dice a Efe Sohrab, encargado del puesto.
"Cien horas con Fidel", una "biografía a dos voces" del líder cubano, del periodista español Ignacio Ramonet, es la otra obras destacada en el local de Ariaban.
Lejos de la zona central de la feria, donde había varios cientos de puestos con obras religiosas de los principales clérigos del islám chií y también de la historia oficial de la República Islámica de Irán, los pabellones de editoriales extranjeras se encontraban en un extremo, a una distancia de, al menos, quince minutos andando.
En siete salas con una cubierta desmontable y abiertas por sus laterales, los expositores de libros en lenguas extranjeras mostraban, sobre todo, libros de enseñanza de idiomas y volúmenes técnicos sobre arquitectura, medicina, química, física y también arte, sin una gran concurrencia de clientes.
"Nadie nos ha visitado. No hay aire acondicionado y, por el calor y lo lejos que estamos, no viene nadie. Además, debido a la caída de la moneda, los libros han subido casi al doble en relación con el año pasado", dice a Efe Hedieh, una vendedora de libros de arte en inglés, que apostilla: "Los artistas siempre hemos sido pobres".