jueves, 23 de mayo de 2013

Khaled Hosseini y los perpetuos ecos de Afganistán

El autor de Cometas en el cielo hace en Nueva York el lanzamiento mundial de su nueva novela, Y las montañas hablaron  Había colas de cinco horas de antelación para la firma. Ha vendido treinta y ocho millones de sus dos primeros libros

Khaled Hosseini posa en la presentación de su nueva novela. / Charles Sykes/elpais.com

Advertía Khaled Hosseini en la fascinante Cometas en el cielo que los afganos son muy exagerados. Así que si un día, este escritor se presentara en el barrio de Kabul donde nació hace 47 años y contara a los más ancianos del lugar que lleva 38 millones de ejemplares vendidos de sus dos primaras novelas, probablemente no le creerían.
Pero esa cifra, tan alucinante como real, le ha colocado ya en la órbita de los grandes best sellers internacionales y todavía puede crecer mucho más si el público confirma la buena salida que ha brindado la crítica a su nueva obra: And the mountains echoed, que publicará en septiembre Salamandra en español bajo el título Y las montañas hablaron.
Según The New York Times es la mejor y más compleja de cuantas ha creado tras Cometas en el cielo y Mil soles espléndidos. Sus lectores comenzaron a reaccionar ante el nuevo título el pasado martes con colas de hasta cinco horas en la librería Barnes and Noble de Union Square –la más grande de la ciudad- para llevarse un ejemplar firmado por el autor y escucharle hablar de su obra en vivo.
Cuando Hosseini dejó la medicina para dedicarse a la literatura no pensó que en su caso llegaría a ser tratado como una estrella de Hollywood. Así es hoy, rodeado de un séquito de agentes y editores internacionales. Pero no lo aparenta en su nada impostada timidez, que tampoco le obliga a retraerse en público y cumplir con los rituales del lanzamiento. El martes compartió con sus lectores una conversación entorno a su nueva novela, una impactante historia de seres marcados por la pérdida que desperdiga los ecos de su tierra como semillas de devastación entre Kabul, París, California, con alguna parada ocasional por Madrid.
Los dos hermanos, Abdulá y Pari, separados por la vida muy tempranamente pero constantemente unidos en el lazo de la pesada ausencia, protagonizan una historia compleja con saltos constantes en el tiempo, donde el lenguaje de Hosseini salpica emoción, denuncia y comprensión por la especie a partes iguales en un emocionante suspense de sentimientos.
El título le costó: “Es un homenaje a un poema de William Blake, en él se refiere a las colinas y lo cambié por montañas, tan presentes en el paisaje de Afganistán y entre los personajes”, asegura el autor.
De toda su familia, Khaled es el único que ha regresado a Kabul. No para vivir –lo hace en el norte de California- pero sí para prestar asistencia a sus compatriotas refugiados y repatriados con una Fundación de ayuda humanitaria. Son los coletazos de una vocación como la medicina –“algo que no me costó nada dejar”, afirma, “con ella tuve una relación algo traumática”- y de la llamada de sus raíces, con las que se siente perpetuamente en deuda.
En su obra se siente, se percibe. No hay autor que haya sido capaz de acercarnos al drama contemporáneo de Afganistán -entre la invasión soviética, la dominación talibán y la ocupación estadounidense- con tanto impacto global como lo ha narrado Hosseini. En Y las montañas hablaron vuelve a sus orígenes, se marcha, queda, se distancia, se acerca, observa in situ y en la lejanía, como él se siente cuando aterriza por allí. “Cuento las historias de los afganos con mucho respeto, cuando tomo tierra en el avión siento que llego a casa, pero cuando camino por la ciudad, percibo en mí lo que nos separa”.
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