viernes, 31 de mayo de 2013

Ovejero: "La gente privilegia lo individual ante el compromiso sentimental"

José Ovejero recibió el premio Alfaguara de Novela por La invención del amor. La obra crea una parte del tapiz de esta época en lo íntimo, personal y social

El escritor José Ovejero. /Samuel Sánchez /elpais.com
Toda la luz matinal de Madrid parece refugiada allí. Irrumpe en el salón del apartamento, de una cuarta planta, de José Ovejero por un gran ventanal que se convierte en un cuadro del sur de la ciudad levantada sobre tejas de barro y enmarañada de antenas. Arriba, una terraza que se parece a la de Samuel, el protagonista y narrador de La invención del amor, premio Alfaguara de Novela, a través de cuya vida el autor madrileño crea una parte del tapiz de esta época en lo íntimo, sentimental y social, tejido con reflexiones sobre el amor.  Entre ellos su vocación aliado inmejorable para salir del aislamiento personal y como salvavidas del naufragio emocional para reencontrar la realidad. Samuel le sirve como arquetipo del ser humano del siglo XXI rodeado de ruidos sentimentales, pero impregnado de apatía y resignación.
Es el duelo entre el anhelo y el miedo.
Nuestros miedos son individuales pero condicionados por el tiempo que vivimos. Samuel refleja la desmotivación de las personas en su vida íntima y profesional, de cierto conformismo
A su espalda, un pequeño retablo con la palabra Love repetida doce veces en diferentes tipografías en cuadrículas multicolores, delante, una pequeña librería y, en medio, José Ovejero (Madrid, 1958), en el comedor de su casa madrileña diciendo cosas sobre la apatía de la gente ante el vivir en estos tiempos, sobre la impostura o las máscaras de las personas ante los sentimientos, sobre una buena parte de la sociedad secuestrada por los miedos patrocinados por el poder, sobre los deseos secretos de amar, sobre la búsqueda de la felicidad y sus trampas, sobre el descubrimiento de sus propias obsesiones como escritor… Temas nacidos o afluentes de La invención del amor, que le ha significado su quinto galardón literario, y que recibirá hoy en la 72ª Feria del Libro de Madrid.
Narrador, ensayista, dramaturgo y poeta, Ovejero es uno de esos autores que siempre aborda temas muy actuales en sus escritos con aura intemporal como la Guerra Civil (La comedia salvaje), los derroteros de Europa (Las vidas ajenas) o la complejidad entre las fronteras entre el bien y el mal (La ética de la crueldad) y ahora con la historia de un hombre divorciado del amor por culpa de su idea del amor, mientras el mundo a su alrededor se desdibuja por la crisis económica.
“Nuestros miedos son individuales pero condicionados por el tiempo que vivimos. Samuel refleja la desmotivación de las personas en su vida íntima y profesional, de cierto conformismo”.
Hasta que Samuel empieza a experimentar un periplo vivencial resumido en nueve estaciones: apatía, curiosidad, mentira, usurpación, duplicidad del Yo, renacer de los sentimientos, hallazgo de la felicidad, amor y ¿reinvención? Entonces las reflexiones de Ovejero son un pasadizo entre su ficción y la realidad.
Esta sociedad prima la seguridad, que no te pase nada; no nos prepara para el dolor emocional. No arriesgamos nada e Internet es un espacio que contribuye a eso
“La gente privilegia lo individual ante el compromiso sentimental con otra persona. No atreverse significa vivir resignado porque cree que podría ser peor”.
“Esta sociedad prima la seguridad, que no te pase nada; no nos prepara para el dolor emocional. No arriesgamos nada e Internet es un espacio que contribuye a eso”.
“Hay cierta nostalgia por vivencias más intensas”
“Aunque el amor no es tampoco la solución a los problemas sociales, sí permite saber dónde estás, quién eres, qué quieres en verdad”.
En La invención del amor el inicio de ese camino se produce cuando Samuel, de 40 años, recibe una llamada telefónica equivocada en la cual le dicen que una tal Clara ha muerto. Ese es el detonante de la historia que llevará a Samuel a salir de su burbuja y a enfrentarse al mundo real, aunque sea con mentiras y la suplantación de otro. Un hombre hijo de un tiempo que crece enraizado en la libertad pero florecido de inseguridades y temores.
“En los años 80 el reaganismo y el thatcherismo lanzaron una propuesta de vida individual aislada de cualquier interés social. Una propuesta de vida que primaba tu confort y alentaba el desinterés por los otros”.
Aunque el amor no es tampoco la solución a los problemas sociales, sí permite saber dónde estás, quién eres, qué quieres en verdad
“Reagan y Thatcher fueron devastadores no solo para la política y la economía sino también por el estilo de vida que fomentaron y de un Estado que solo te daba seguridad”.
“Aunque las redes sociales pueden aislarnos y alterar la forma de relacionarnos con el otro, también han servido para recordar, como en el caso del 15-M, que se puede ir a la calle y estar en contacto con la gente para no vivir solo a través de avatares”.
“No creo que ese aislamiento que suscita Internet sea irreversible”.
La novela es una defensa de la literatura, de la ficción como una vía para hallar el compromiso con lo real y con uno mismo
Con su vida dividida entre Bruselas y Madrid, Ovejero deja claro en la novela que “el mejor enemigo de la felicidad no es el dolor, es el miedo”. Que no todo el mundo está dispuesto a pagar un precio por la felicidad y que el sueño o búsqueda del amor para siempre se ha convertido en un rosario de amores perpetuos. Una novela en la estela de los grandes autores que en este siglo han devuelto al amor su protagonismo de altura:
“El tema del amor ha sido maltratado en la literatura la ser abordado desde la banalidad. Por eso ha vuelto en este siglo al epicentro de la escritura para tratar de devolverle la verdad, sacarlo a la calle, como vía para que el lector vea la realidad de lo que sucede. Cuando hablas de amor hablas de miedo, generosidad, riesgo, y todo está interconectado”.
“Ahora la literatura habla de las relaciones de amor que se han escamoteado, de amores terrenales y verdaderos”.
Aunque sea a través de la impostura. Del sueño dormido de muchas personas de querer vivir otra vida, de ser otra persona. De ser demiurgos de sí mismos. Un tema presente en la literatura universal y que a José Ovejero le ha revelado otras cosas…
Mi sensación es que España se ha vuelto un país sin fe en lo que pueda venir. No de resignación, sino de no creer que algo profundo puede cambiar.
“La fantasía de ser otro ya aparece en otros libros míos. Cuando escribí esta novela quería algo original y distinto y cuando terminé descubrí que ese tema había aflorado. Es una de mis obsesiones”.
“Esa nostalgia de querer una vida distinta y ser otro nos llega a todos. Tiene que ver, en parte, con que cuando eres joven haces planes, te proyectas, y cuando llegas a una edad descubres que has desviado tus sueños. Sientes nostalgia de tu yo original”.
“Es la nostalgia de nuestras otras vidas que hemos ido dejando en el camino. Aunque esa nueva vida que inventes también te va a delimitar y no llegarás a ser lo que pensabas que eras”.
Yoes soñados que no dejan de correr en busca de sus felicidades, mientras el Yo real huye en una infinita búsqueda de felicidad que volatiliza por la insatisfacción. El espejismo. La obra invita a la reinvención personal y de las relaciones.
“La novela es una defensa de la literatura, de la ficción como una vía para hallar el compromiso con lo real y con uno mismo”.
“La imaginación y la ficción tiene aspectos positivos y negativos. Tiene algo liberador, genera un impulso para acercarse a vivir otra vida, conocer el mundo, pero también se puede convertir en un sucedáneo de la vida misma, en un sustituto de la realidad. La literatura no sustituye la vida, son emociones vicarias”.
Una cartografía del amor en un mundo en crisis económica y que José Ovejero retrata y critica:
“Mi sensación es que España se ha vuelto un país sin fe en lo que pueda venir. No de resignación, sino de no creer que algo profundo puede cambiar. El problema no es la crisis sino la sensación de que estábamos engañados. No es una crisis, es un cambio de sistema debido a la élite de una política corrupta y eso deriva en la falta de confianza”.