Cuentos y pasiones del cielo es el título de esta obra, que cuenta en 13 relatos basados en la mitología griega cómo se formaron las constelaciones del zodiaco, libro que espera llevar próximamente a otros países latinoamericanos
Un libro de cuentos sobre el origen de las constelaciones del zodiaco
lanzado recientemente en Colombia rescata el signo de Ofiuco y explica
de manera literaria la relación entre la mitología y la astronomía,
según dijo su autor, el periodista y escritor Manuel José Rincón
Domínguez
La obra, producto de doce años de trabajo,
recrea en forma novelada la composición astrológica del cielo a partir
de las virtudes, defectos, pasiones y desventuras de los dioses,
semidioses y mortales que, según los antiguos griegos dieron origen a
las constelaciones que conocemos.
"Una de las propuestas del libro
es la reivindicación del arte como elemento transformador de la
sociedad, que hace a sus miembros mejores personas que la guerra o que
el poder", explicó Rincón a Efe.
Según el autor, los dioses de la
mitología, por el simple hecho de serlo, no son mejores que los
mortales, pues "también tienen sus debilidades" y son más déspotas por
su apego al poder, como es el caso de Cronos, padre de Zeus, cuya
leyenda da origen a la constelación de Capricornio.
De la misma
manera relata el trágico fin del "bello y encantador" Ganímedes, "el
copero del Olimpo" y "único mortal que vio llorar a Zeus", lo que da
origen a Acuario, o el amor soñado de la cazadora Artemisa y su
desilusión de Orión, cuyas flechas plateadas se convirtieron en
estrellas que forman la constelación de Escorpión, reservando la única
dorada para Antares, su corazón.
"En
cierta manera la astronomía me ha acompañado toda la vida, desde
pequeño me maravilló el cielo y me gustaría que los lectores también se
dejen maravillar por el cielo cada vez que lo miren", agregó Rincón,
ganador en 2006 del Concurso Nacional de Cuento Ciudad de Bogotá con
"Una daga en Alexanderplatz".
A
las doce constelaciones del zodiaco el autor agrega Ofiuco, nacida del
desprecio de los dioses y reconocida por la Unión Astronómica
Internacional (UAI) pero no por los astrólogos, lo que es motivo de
debate como lo fue hace en 2006 Plutón, rebajado por esta organización a
la categoría de planeta enano por la excentricidad de su obra.
"Un
observador que vea el cielo en el plano de la elíptica, donde se mueven
el sol y los planetas, vería en el año 13 constelaciones y Ofiuco es
una de ellas, pero en los signos del zodiaco entran sólo 12", explicó
Rincón a Efe.
El sol pasa sobre Ofiuco 19 días al año, del 29 de
noviembre al 17 de diciembre, y pese a ser una de las 88 constelaciones
identificadas por la UAI, sigue marginada del mapa zodiacal, como si de
tratara de una condena eterna de los dioses.
En la mitología
griega Ofiuco se relaciona con Asclepio, hijo de Apolo, padre de la
medicina y dueño del "elixir de la resurrección", que por su osadía
incomoda a Zeus y lo destierra del zodiaco.
"Zeus no quería que
Ofiuco se convirtiera en constelación porque se consagra a lograr la
inmortalidad de los hombres, que es un atributo solo de los dioses, por
eso le arroja el rayo fulminante y lo destierra", agrega el autor.
La
obra parte de un hecho reciente que mezcla la realidad con la ficción,
una carta de Mohamed Abdelkader, un astrónomo árabe que encuentra los
cuentos del cielo y del zodiaco entre las ruinas del Museo Nacional de
Kuwait, arrasado tras la invasión iraquí de agosto de 1990.
"Es
una manera de poner en contexto los relatos, de hacer un homenaje a las
palabras de origen árabe que enriquecieron nuestra lengua y al papel
importante que jugaron los árabes en el conocimiento de la astronomía",
concluye.