El teórico de las historietas habla sobre los desafíos del género
A principios de los 80, Scott McCloud tenía un montón de ideas
anotadas en una libreta. Había pensado en personajes, estructuras y
tramas para varios posibles cómics. Cuando estuvo listo para debutar, se
decidió por Zot!, que publicó en 1984, y que destacó rápidamente por el
tono optimista que le imprimió a la historia, muy distinto al resto de
los cómics de superhéroes, caracterizados, en ese entonces, por sus
tramas realistas y poco alentadoras.
Su propósito fue hacer algo nuevo, distinto a la tendencia de la
época. El mismo ha dicho, que si los cómics hubiesen sido positivos, él
habría hecho lo contrario. Su obsesión por innovar lo llevó a
reflexionar en torno a los procedimientos del oficio y a estudiar en
profundidad los cimientos del cómic. Actualmente es uno de los teóricos
más populares del género, y ha conseguido con sus estudios, reivindicar
el cómic como expresión artística.
Su libro Entender el cómic, lanzado en 1993, es una referencia
obligada, y motivo de debate, entre creadores y fanáticos de las
historietas. La semana pasada estuvo de visita en Chile, ofreciendo una
conferencia, en el marco del II Seminario ¿Qué leer? ¿Cómo leer?
Lecturas de juventud, sobre el impacto que ha tenido el género en el
público joven.
Han pasado más de 20 años desde que publicó Entender el cómic
¿Qué ha cambiado desde entonces en la industria?
¿Qué ha cambiado desde entonces en la industria?
Muchas cosas han cambiado en los últimos veinte años. El cómic se ha
diversificado y vemos más mujeres participando. Por otra parte, ha
crecido el webcómic y el intercambio internacional, especialmente con
los japoneses. Cualquiera de estos cambios parece pequeño, pero todos
juntos representan un cambio gigante.
¿Es un periodo más positivo para la industria?
Creo que el desarrollo ha sido positivo. Toda expresión artística
necesita diversidad, como en una selva, donde hay muchas especies
distintas conviviendo en un mismo ambiente. Sólo de esa forma el arte
puede cambiar, crecer y volverse más saludable. En el caso del cómic, la
diversidad ha conseguido atraer a distintos tipos de lectores, lo cual
es positivo, porque significa un público más amplio para la industria.
¿Cree que el cómic puede ayudar en la educación?
Se acostumbra asociar el cómic a los superhéroes, pero también hay
obras para adultos, parecidas a las novelas, que son igual de
desafiantes, con tramas inteligentes y complejas. Para los jóvenes el
cómic puede ser una forma de descubrir la lectura y amarla. Algunos,
incluso, podrían pasarse de los cómics a leer las grandes novelas o,
simplemente, continuar leyendo otros cómics igual de buenos. En la
actualidad, creo que no tienes por qué ir desde los cómics, cuando eres
chico, a las novelas, cuando eres mayor, sino que puedes leer cómics
cuando eres chico y seguir leyendo mejores cómics cuando eres mayor.
Para eso es importante descubrir a los grandes escritores que tiene el
género.
¿El cómic es considerado, actualmente, un arte menor?
No, no creo que sea así. En Europa, Estados Unidos y Japón la gente
lo considera una expresión artística, al igual que el teatro, el cine o
la poesía. Es, básicamente, otra forma de comunicar ideas. En Estados
Unidos los artistas del cómic tienen premios prestigiosos, exhiben en
grandes museos, son considerados figuras de la literatura.
¿Se consideras responsable en la reivindicación del cómic como expresión artística?
Desde Entender el cómic he trabajado en promover la idea de que los
cómics pueden ser arte, pero hacer un cómic no te convierte
necesariamente en un artista, ni tampoco en escritor. Al igual que en
cualquier arte el valor radica únicamente en el creador. Nada se
convierte en arte automáticamente. Hay novelas y pinturas que no son
arte, como cómics que son puro entretenimiento y otros que tienen un
valor artístico. El valor se lo da su creador.