sábado, 23 de junio de 2012

Minicuentos 39



Fertilidad                                                                                                                  


Lola Díaz

A punto de terminar su relato, una ráfaga de viento se llevó las palabras. Cayeron en tierra fértil, y en primavera brotaron cuentos de colores.

Abandono


Raúl Brasca

Me abandoné a la placidez del sueño y, cuando regresé a la vigilia, me vi empapado y temblando de miedo. Me perdí detrás de una mujer, y cuando me di cuenta, estaba desnudo y sin un centavo. Me dejé flotar en el vaivén de las olas, y cuando volví en mí, me hacían respiración artificial. Definitivamente, no puedo dejarme solo.

La fuerza del destino


Julia Otxoa

El perro riñe al gato, el gato al ratón, el  ratón a la musaraña, la musaraña a la araña, la araña a la mosca, la mosca a la hormiga, la hormiga a la pulga, pero la pulga, como es tan pequeña, no tiene nadie más pequeño a quien reñir, así que, indignada, prepara la revolución para derrocar al perro.

Pista falsa


Ana María Shua

Seguir el reguero de manchas, ¿no será peligroso? ¿Cómo saber que conducen al cadáver, y no hasta el asesino? (Pero las manchas son de tinta y llevan hasta la palabra fin).

Bagdad


María Elena Lorenzín

Érase una vez una ciudad de ensueño, una legendaria ciudad de las Mil y una Noches. Ahora es la ciudad de las mil y una pesadillas.

En legítima defensa


César Antonio Ilurralde

Sustrajo el pan, y su condena fue perpetua por haber matado el hambre.

Olvido confirmado                                                                                                           


Fernando Aínsa

Recuérdalo, por las dudas: todos los escritores inmortales se han muerto.

Despertar


Norberto Costa

Despertó cansado, como todos los días.
Se sentía como si un tren le hubiese pasado por encima. Abrió un ojo y no vio nada. Abrió el otro y vio las vías.


Cuento invisible

Héctor Zabala 

Un autor imaginó un cuento de fantasmas tan perfecto que, cuando intentaba escribirlo, los fantasmas del relato tornaban invisible la tinta. Nunca logró publicarlo.

Había una vez un colorín colorado


José Antonio Martín

Cuento que me contó una vez mi hija Adriana, fastidiada que le pidiera un cuento.

Designio


Armando Páez

Entonces dijo: “¡Que se haga el automóvil!”. Y la ciudad se deshizo.

Drácula


Diego Muñoz Valenzuela

El conde Drácula no soporta más el dolor de muelas y decide tratarse con un especialista.