Gabriel José de
la Concordia García Márquez (Aracataca, Colombia, 6 de marzo
de 1927)1. Escritor, novelista, cuentista, guionista y periodista colombiano.
En 1982 recibió
el Premio Nobel de Literatura. Es conocido familiarmente y por sus amigos como Gabito
(hipocorístico guajiro para
Gabriel),
o por su apócope Gabo desde que Eduardo Zalamea
Borda subdirector del diario El
Espectador, comenzara a llamarle
así.3. Está
relacionado de manera inherente con el realismo mágico
y su obra más conocida, la novela Cien años de
soledad, es considerada una de
las más representativas de este género literario e incluso se considera que por
su éxito es que el término se aplica a la literatura desde los años setenta.4 5
En 2007, la Real Academia
Española y la Asociación de Academias
de la Lengua Española lanzaron una edición popular conmemorativa de esta
novela, por considerarla parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los
tiempos. El texto fue revisado por el propio Gabriel García Márquez.6
Vive la mayor
parte del tiempo en su casa en Ciudad de México en donde fijó su residencia a principios de los años
60.2 9
Hijo de Gabriel
Eligio García y de Luisa Santiaga Márquez Iguarán, Gabriel García Márquez nació
en Aracataca,
en el departamento del Magdalena, Colombia,
«el domingo 6 de marzo de 1927 a las nueve de la mañana...», como refiere el propio
escritor en sus memorias.3
Cuando sus padres
se enamoraron, el padre de Luisa, coronel
Nicolás Ricardo Márquez Mejía, se opuso a esa relación pues Gabriel Eligio
García, que había llegado a Aracataca como telegrafista, no era el hombre que
consideraba más adecuado para su hija, por ser hijo de madre soltera,
pertenecer al Partido
Conservador Colombiano y ser un
mujeriego confeso.3 Con
la intención de separarlos, Luisa fue enviada fuera de la ciudad, pero Gabriel
Eligio la cortejó con serenatas de violín, poemas de amor, innumerables cartas
y frecuentes mensajes telegráficos. Finalmente la familia capituló y Luisa
consiguió el permiso para casarse con Gabriel Eligio, lo cual sucedió el 11 de
junio de 1926 en Santa Marta. La historia y tragicomedia
de ese cortejo inspiraría más tarde a su hijo la novela El
amor en los tiempos del cólera.3
Poco después del
nacimiento de Gabriel, su padre se convirtió en farmacéutico
y, en enero de 1929, se mudó con Luisa a Barranquilla,
dejando a Gabriel en Aracataca al cuidado de sus abuelos maternos. Dado que vivió
con ellos durante los primeros años de su vida, recibió una fuerte influencia
del coronel Márquez, quien de joven mató a un hombre en un duelo y tuvo, además
de los tres hijos oficiales, otros nueve con distintas madres. El Coronel era
un liberal
veterano de la Guerra de los Mil
Días, muy respetado por sus
copartidarios y conocido por su negativa a callar sobre la Masacre de las
bananeras, suceso en el que murieron
cientos de personas a manos de las Fuerzas
Armadas de Colombia durante una huelga de los trabajadores de
las bananeras, hecho que García Márquez plasmaría en su obra.3 Si
bien hay ciertos aspectos que casi siempre los lectores pueden esperar
encontrar en la obra de García Márquez, como el humor, no hay un estilo claro y
predeterminado, de plantilla. En una entrevista con Marlise Simons, García
Márquez señaló: “En cada libro intento tomar un camino diferente
[...]. Uno no elige el estilo. Usted puede investigar y tratar de descubrir
cuál es el mejor estilo para un tema. Pero el estilo está determinado por el
tema, por el ánimo del momento. Si usted intenta utilizar algo que no es
conveniente, apenas no resultará. Entonces los críticos construyen teorías
alrededor de esto y ven cosas que yo no había visto. Respondo solamente a
nuestro estilo de vida, la vida del Caribe”.28
García Márquez
también es conocido por dejar fuera detalles y eventos aparentemente
importantes de tal manera que el lector se ve obligado a cumplir un papel más
participativo en la historia desarrollada. Por ejemplo, en El
coronel no tiene quien le escriba
de los personajes principales no se dan nombres. Esta práctica se ve influida
por las tragedias griegas, como Antígona
y Edipo rey,
en el que ocurren eventos importantes fuera de la representación que se dejan a
la imaginación del público.11
Releer a los años esta novela corta y magistral me
vincula inexorablemente a mi formación de lector. Recuerdo con nostalgia por
asomarme al universo literario de Gabriel
García Márquez. También es un texto de homenaje a uno de sus maestros,
Ernest Hemingway, porque usa una prosa concisa, económica y seca. Y el propio
tema del relato: un viejo coronel que espera una carta con una notificación; el
autor trasmuta la propia circunstancia de su angustia por la espera cuando la
escribió. Es una novela de personajes muy humanos, marcados por una elocuente
necesidad de sobrevivir, pero no por ello van a ceder en sus valores humanos
más intrínsecos como son la dignidad y la honradez por no claudicar ante las
circunstancias de dificultades de penuria. Su lectura reanima a conocer el
universo original del creador de Macondo. MDLC.
Fuentes:Wikipedia
El director
de la película: El coronel no tiene quien
le escriba
Arturo Ripstein
y Rosen (Ciudad de México, 13 de diciembre
de 1943). Cineasta mexicano de origen judío,
naturalizado español desde junio del 2003, autor de una extensa filmografía y
ganador del Premio
Nacional de Ciencias y Artes 1997, el
segundo cineasta (el primero fue Luis Buñuel)
que lo ha conseguido.1
Hijo del productor Alfredo Ripstein, comenzó su carrera muy joven como asistente de Luis Buñuel.
En 1965 dirigió
su primera película, Tiempo
de morir, escrita al alimón por Carlos Fuentes
y Gabriel García
Márquez.
Arturo Ripstein
comenzó su carrera muy joven. Como hijo del productor Alfredo
Ripstein Jr., el joven Arturo se
familiarizó desde muy pequeño con las prácticas y ritmos de la cinematografía mexicana. A los quince años presenció el rodaje de Nazarín (1958) y descubrió a Luis Buñuel, con quien desarrolló una estrecha
relación maestro-alumno que se mantuvo hasta la muerte del genio aragonés, en
1983.
Ripstein fue
asistente de dirección, sin crédito, en la filmación de El ángel
exterminador (1962). Con esta experiencia y
dos cortometrajes realizados en su adolescencia,
realizó su debut como director de cine a los 21 años. Su padre había adquirido
los derechos de un guion escrito por Gabriel García
Márquez, titulado El
charro, y le confió la dirección
con la condición de que lo convirtiera en un western,
género de marcada popularidad en aquellos años. El resultado fue Tiempo de morir (1965), que contó con la colaboración de afamados personajes, como el
escritor Carlos Fuentes, el fotógrafo Alex Phillips,
el editor Carlos
Savage y el ya mencionado García
Márquez.
El temprano debut
de Ripstein constituyó una situación extraordinaria para la época, considerando
que la rígida estructura sindical de la industria cinematográfica mexicana mantenía cerradas sus puertas a nuevos directores.
Dos factores se conjugaron para facilitar, indirectamente, la llegada de
Ripstein al cine: por un lado, la creación del Centro Universitario de Estudios Cinematográficos
(CUEC), primera escuela de cine de América Latina;
por el otro, la organización de los concursos de cine experimental por la
Sección de Técnicos y Manuales del Sindicato de Trabajadores de la Producción Cinematográfica
(STPC) en 1965 y 1967. Aunque Ripstein no
participó en ninguno de los concursos, ni era egresado del CUEC, la renovación
de las filas del anquilosado gremio de directores era una necesidad imperativa
y su atrevido debut fue recibido muy favorablemente. Su ingreso formal a la
industria se produjo tres años después, con la adaptación de la novela de Elena Garro Los recuerdos del porvenir (1968). Durante los años setenta, Ripstein se consolidó
como director e inició una de las etapas más fructíferas de su carrera, la cual
incluye tres de las cintas más importantes del cine mexicano contemporáneo: El castillo
de la pureza (1972), El
lugar sin límites (1977) y Cadena perpetua (1978). Las
dos últimas lograron colocarlo en el selecto grupo de jóvenes cuya filmografía
comenzó a ser estudiada con detenimiento por especialistas nacionales y
extranjeros.
Después de un
breve periodo caracterizado por producciones poco afortunadas, Ripstein
encontró en 1985 a la
escritora Paz Alicia
Garciadiego, quien se convirtió en su
mancuerna más efectiva. A partir de El imperio
de la fortuna (1985), el binomio
Ripstein-Garciadiego emprendió un viaje directo rumbo a la definitiva
internacionalización de la filmografía ripsteiniana. España y Francia le
rindieron tributo a través de muestras, exhibiciones y premios, y su nombre
comenzó a mencionarse repetidamente junto al título de "el mejor director
mexicano de nuestro tiempo".
La soledad de las
almas y la imposibilidad de cambiar la propia naturaleza son temas recurrentes
en la filmografía de Ripstein. Variaciones sobre estos temas se localizan en
todas sus películas, particularmente en El castillo
de la pureza (1972), Principio
y fin (1993), La
reina de la noche (1994) y Profundo
carmesí (1996). Sus filmes han sido
calificados como lentos, sombríos y depresivos. El plano-secuencia es su herramienta fundamental para la puesta en escena. Estas características han hecho de Ripstein un director controvertido:
amado y odiado por partes iguales, pero nunca ignorado.
Durante los años
noventa, Arturo Ripstein pasó por uno de los mejores momentos de su carrera. En
una década amarga para la producción cinematográfica en México, Ripstein fue el
único director capaz de sostener un ritmo constante de producción: nueve
películas en poco más de diez años. Principio
y fin (1993) obtuvo el máximo
galardón en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián y el reconocimiento internacional hacia su obra
facilitó la realización de películas como El
evangelio de las maravillas (1998), El
coronel no tiene quien le escriba
(1999), La perdición de los hombres (2000) o Así
es la vida (2000), todas ellas
coproducciones con empresas europeas.
Gabriel García Márquez: Homenaje: 85.45.30*
*85 años de Gloria. 40 años de la publicación de Cien años de soledad. 30 años del
otorgamiento del Premio Nobel de Literatura.