viernes, 24 de abril de 2015

La tierra dividida de Faulkner

Un año como cien de soledad

El condado apareció por primera vez en una novela de William Faulkner, Premio Nobel de Literatura en 1949,  que nunca fue publicada en su edición original: Con Banderas en el polvo

Ciudades Imaginarias.Ilustración Eder Leandro Rodríguez./elespectador.com

Su aparición oficial ocurrió en Sartoris, una versión abreviada de aquel primer manuscrito. El condado apareció de nuevo en Absalom, absalom, El sonido y la furia, Mientras agonizo, Santuario, Luz en agosto y otras tantas. La palabra significa “tierra dividida”, aunque Faulkner solía decir que era una combinación de palabras de la lengua nativa chickasaw que decían: “Agua que fluye lenta por la pradera”.
Sus paisajes están llenos de granjas, viejos camiones, campesinos y largos caminos soleados. Esta ciudad imaginaria fue esencial para que Gabriel García Márquez creara Macondo, una tierra con muchos puntos y personajes similares. Sus ríos son torrentosos, pero un grupo de esclavos se encargó de crear un caudal más seguro en otro tiempo.
Sin embargo, en Mientras agonizo, sus personajes no pueden cruzarlo porque se ha desbordado y es imposible transportar el cuerpo de Addie Bundren, dispuesto para la ceremonia en un cajón de maderas arbitrarias y que ya empezaba a expeler un riguroso olor a muerte. Sobre el condado, Faulkner dijo en una entrevista en Paris Review: “Puedo mover a los personajes como si fuera Dios no sólo en el tiempo, sino también en el espacio (...). Me gusta pensar que el mundo que creé es una piedra fundacional en el universo, de modo que, con todo lo pequeña que resulta esa piedra, si la quitaran, el universo colapsaría. Mi último libro será el Libro del día final, el libro dorado, del condado Yoknapatawpha”.