Un año como cien de soledad
Dasso
Saldívar y Gerald Martin conocen como nadie la vida y obra de Gabriel
García Márquez. Los dos hablaron sobre el legado del escritor
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Dasso Saldívar, Gabriel García Márquez y Gerald Martin./semana.com |
Gerald Martin, de 71 años, es inglés y autor de la biografía Una vida.
¿Cree que la muerte de Gabo lo encumbró a la condición de mito?
Gerald Martin: Yo creo que ya era mito (‘Cien años de
soledad’ y ‘Macondo' eran otros tantos). Pero indudable su muerte ha
confirmado lo que ya sabíamos y su mito ha seguido creciendo.
¿Existe un Gabo antes y después de su muerte?
G.M.: Bueno, Gabo estuvo en un limbo bastante
misterioso y triste en los años precedentes a su muerte. En ese sentido,
como dije cuando se murió, su muerte significó más bien una
resurrección. Ahora, se está convirtiendo en lo que va a ser para
siempre, allí en su Olimpo literario y en el corazón de la humanidad.
¿Tras un año de su muerte qué es lo más importante que ha ocurrido alrededor de Gabo?
G.M.: Innumerables homenajes: yo mismo he participado en
homenajes en Naciones Unidas, con Ban Ki-moon, en la Unión Europea, con
Martin Schulz, y en la Unesco, y si hubiera aceptado todas las
invitaciones podría haber pasado el año entero viajando a diferentes
homenajes en diferentes países. En París hemos montado con el Instituto
Cervantes, la ‘Ruta García Márquez’ en la capital francesa (pueden
buscarlo en internet). Su archivo histórico y literario ha sido
depositado en Texas.
¿Se le ha reconocido como se debe?
G.M.: Indudablemente. Sin embargo, pienso que en
Colombia tendrán que morir también otros miembros de su generación y la
siguiente antes de que Gabo ocupe, finalmente, y totalmente, el lugar
que merece en su propio país, antes de que, como su patriarca, ocupe
‘todo su poder’. Contra lo que siguen repitiendo algunos ‘trolls’, no
fue traidor a su patria, no fue mexicano, no fue lacayo de Fidel Castro,
no fue un multimillonario olvidadizo del país que le dio su origen y
que fue el tema y el escenario exclusivo de su obra literaria. Estos son
mitos falsos. Y la única dañada es Colombia.
Un columnista decía que a Gabo no lo están leyendo en
las universidades. ¿Qué hacer para que los colombianos lean a Gabo?
G.M.: Dejar que pase el tiempo. Lo leerán, siempre. Y las
generaciones jóvenes del futuro lo harán de otra manera, a su propia
manera. Y con un poquito de suerte, en vez de repetir todos los clisés
que nosotros hemos repetido hasta la saciedad, empezarán a hacer
investigaciones nuevas, serias, originales y descubrirán que Gabo no
solo es un gran clásico y un gran novelista universal, sino también un
gran escritor local, un escritor detalladamente e interminablemente
colombiano.
¿Qué detalles del último año incluiría en un libro sobre Gabo?
G.M.: Incluiría todo. El último año, un fenómeno
cultural totalmente sin precedentes (en lo que a la literatura se
refiere), merece ser, todo él, el tema de un libro: 'Gabo, 17 de abril
de 2014 a 17 de abril der 2015'. ¿Quién lo escribirá?
Dasso Saldivar, 64 años, colombiano, autor de la biografía Viaje a la semilla.
¿Cree que la muerte de Gabo lo encumbró a la condición de mito?
Dasso Saldívar: No lo creo. Ni siquiera el Premio Nobel le dio
esa categoría. Fue su obra y su proyección gigantesca en los principales
idiomas del mundo. Pero fue sobre todo Cien años de Soledad. Desde la
publicación y traducción de esta novela, García Márquez empezó a
convertirse en un mito vivo creciente. Otras obras, como El otoño del
patriarca, Crónica de una muerte anunciada, El amor en los tiempos del
cólera y el general en su laberinto consolidaron la perdurabilidad del
mito. El principal papel de la muerte, aparte del biológico, claro está,
fue llevar a los focos mediáticos la evidencia planetaria del mito.
Cuando éstos se apaguen, que más que alumbrar enceguecen, García Márquez
quedará en estado literario puro, y el gran clásico entre los clásicos
continuará a través de los siglos
¿Existe un Gabo antes y uno después de su muerte?
D.S: Solo existió un Gabo en vida, por lo tanto, no hay
Gabo después de la vida, pero, y esto no es un consuelo, hay un García
Márquez que existió en vida y sigue existiendo después de la muerte.
Tras un año de su muerte, ¿qué es lo más importante que ha ocurrido alrededor de Gabo?
D.S: Como es evidente, si Gabo no está nada pudo
ocurrir a su alrededor. Todo lo que ha ocurrido en este año es pues
alrededor del García Márquez intemporal, de ese alquimista de la
imaginación que ha cruzado las fronteras entre la vida y la muerte para
perdurar entre sus lectores. De modo que lo más importante, para mí,
sigue siendo la presencia y difusión de sus libros.
¿Se le ha reconocido como se debe?
D.S: Si ha sido leído y sigue siendo leído por millones
de lectores en todos los idiomas cultos de la tierra, García Márquez ha
tenido el mayor de los reconocimientos que puede tener un escritor, que
es justamente el que conceden los lectores. Los reconocimientos
oficiales son mera hojarasca.
Un columnista decía que a Gabo no lo están leyendo en
las Universidades. ¿Qué hacer para que los colombianos lean a Gabo?
D.S: Nada. Ya lo leerán en otro momento de sus vidas. A los de
mi generación nadie nos dijo que había que leerlo. Apenas algunos medios
de comunicación hablaban de él recién publicado Cien años de soledad.
Es más, los gobiernos y las instituciones oficiales lo silenciaban
porque lo detestaban. Como se sabe, una de las primeras críticas que se
hicieron de la novela en Colombia fue la de Fernando Garavito, que ha
pasado por ser la primera crítica negativa, y una entre las pocas, de la
obra magna de García Márquez.
¿Qué detalles del último año incluiría en un libro sobre Gabo?
D.S: Nada menos que el “detalle” de su ausencia personal,
aunque ya nos había ido dejando poco a poco. Cuando nos dejó del todo,
pensé en él recordando aquellas palabras que Margarite Yourcenar
pronuncio a la muerte del otro grande de nuestras letras: “Sin Borges el
mundo es más pobre.”