Peroratas se titula el libro en el que se recopilan las conferencias, discursos y ensayos del escritor colombiano
Portada de Peroratas de Fernando Vallejo./elespectador.com |
La publicación por parte de Alfaguara del ideario político y cultural
del escritor Fernando Vallejo resulta una acertada decisión editorial
que permite a los miles de seguidores del novelista revisar su visión
crítica e irreverente del país y del mundo, y a quienes todavía no han
leído la obra de uno de los autores fundamentales de la literatura
colombiana advertir la importancia y trascendencia de su valiente voz de
autor en una sociedad donde muy pocos acostumbran a decir la verdad.
Bien
lo dijo el director de cine español Pedro Almodóvar: “Su ira explosiva
es tan brillante, tan sonora, real, sincera, divertida a veces, cruel
casi siempre, que su lectura es algo gozoso y tonificante”. El escritor
mexicano Juan Villoro lo llamó “maestro de la injuria como una de las
bellas artes”, porque “sus peroratas imprecatorias caen sobre Colombia
como una lluvia ácida, una tempestad desaforada, un cataclismo del
idioma”.
Él desde México me dice que no vino a la Feria del Libro
porque esta obra sólo “es una recopilación de escritos míos de muchos
años: artículos, ensayos, conferencias, discursos”. Vallejo tal vez
venga a mitad de año para la publicación de Hablar en nombre propio, “un
libro de muchos autores, sobre mis libros, publicado por las
Universidades Javeriana y Nacional y editado por Luz Mary Giraldo”.
Mientras tanto, basta recordar algunas citas de sus memorables
intervenciones, contenidas en los 32 textos del volumen ‘Peroratas’, que
se consigue en todas las librerías:
“Porque los ríos los volvimos
alcantarillas y el mar un resumidero de cloacas. Por eso. Porque ya
acabamos con el águila real, con el cóndor de los Andes y con el nido de
la perra. Porque somos un país de cagamierdas vándalos”.
“Se toma
pues usted, señora, dos pastillas de Cytotec con agua, se inserta otras
dos en la vagina y listo, santo remedio, ya no va a parir la marrana.
No le nacerá a Colombia otro Tirofijo, otro Pablo Escobar, otro Gaviria,
otro Samper, otro Pastrana, otro mono Jojoy, otro Raúl Reyes, otro
Mancuso, otro Uribe, otro Romaña...”.
“La patria que les cupo en
suerte, que nos cupo en suerte, es un país en bancarrota, en desbandada.
Unas pobres ruinas de lo poco que antes fue. Miles de secuestrados,
miles y miles de asesinados, millones de desempleados, millones de
exiliados, millones de desplazados, el campo en ruinas, la industria en
ruinas, la justicia en ruinas, el porvenir cerrado: eso es lo que les
tocó a ustedes. Los compadezco. Les fue peor que a mí”.
“El
destino de los colombianos de hoy es irnos. Claro, si antes no nos
matan. Pues los que se alcancen a ir no sueñen con que se han ido porque
adondequiera que vayan Colombia los
seguirá. Los seguirá como me ha seguido a mí, día a día, noche a noche, adonde he ido, con su locura. Algún momento de dicha efímera vivido aquí e irrepetible en otras partes los
va a acompañar hasta la muerte”.
“Y si veo el televisor es porque está ahí y me lo enseñaron a prender apretando un botoncito. Aprieto el botoncito y me sale entonces de la caja idiota un idiota de presidente, una figura gris, borrosa, verbosa, ignorante, inepta, cobarde, estúpida, rebuznando entre un hormigueo de electrones. O me sale algo peor, un papa”.
seguirá. Los seguirá como me ha seguido a mí, día a día, noche a noche, adonde he ido, con su locura. Algún momento de dicha efímera vivido aquí e irrepetible en otras partes los
va a acompañar hasta la muerte”.
“Y si veo el televisor es porque está ahí y me lo enseñaron a prender apretando un botoncito. Aprieto el botoncito y me sale entonces de la caja idiota un idiota de presidente, una figura gris, borrosa, verbosa, ignorante, inepta, cobarde, estúpida, rebuznando entre un hormigueo de electrones. O me sale algo peor, un papa”.
“La maternidad degrada a la mujer, la vuelve una vaca. Con perdón de mis hermanas las vacas”.
“(García
Márquez) Tu vida me la sé al dedillo, pero ay, desde fuera, no desde
dentro porque no soy narrador de tercera persona y no leo, como vos, los
pensamientos. Vos me llevás a mí en esto mucha ventaja desde que
descubriste a Faulkner, la tercera persona, el hielo y el imán”.
“¿Quién
te puede probar Gabito que le robaste a Balzac el tono? Robarle un
autor a otro el tono es como robarle un hombre a otro el alma. Y si a
ésas vamos, también a vos te lo robó Salvador Allende. Ah no, fue su
sobrina, ¿cómo es que se llama?”.
“Al monstruo bicéfalo
liberal-conservador últimamente le salieron otras cabezas: la guerrilla,
los paramilitares y el narcotráfico. Y así tenemos hoy pesando sobre
Colombia a la hidra de cinco cabezas”.
“Dios no existe. Dios es un pretexto, una abstracción brumosa que cada quien utiliza para sus fines propios y acomoda a la medida de su conveniencia y de su infamia. Caprichosa, contradictoria, arbitraria, inmoral, la religión cristiana no tiene perdón del cielo, si es que el cielo es algo más que el atmosférico”.
“Dios no existe. Dios es un pretexto, una abstracción brumosa que cada quien utiliza para sus fines propios y acomoda a la medida de su conveniencia y de su infamia. Caprichosa, contradictoria, arbitraria, inmoral, la religión cristiana no tiene perdón del cielo, si es que el cielo es algo más que el atmosférico”.
“No votes. No te dejes engañar por los bribones de
la democracia, y recuerda siempre que no hay servidores públicos sino
aprovechadores públicos”.
“(El Quijote) Tres veces lo he leído, en
tres épocas muy distintas de mi vida, y las tres con la misma mezcla de
asombro y devoción y riéndome a las carcajadas como si alguien me
hubiera soltado la cuerda de la risa”.
“¡Al diablo con
Dostoievsky, Balzac, Flaubert, Eça de Queiroz, Julio Verne, Cronin,
Zola, Blasco Ibáñez y todos, todos, todos los narradores omniscientes de
todas las dañinas novelas de tercera persona que tanto mal les han
hecho a los zafios llenándoles de humo los aposentos vacíos de sus
cabezas! ¡Novelitas de tercera persona a mí, narradorcitos omniscientes!
¡Majaderos, mentecatos, necios!”.
“¿Y qué es la realidad,
pregunto yo, sino mera ilusión? A ese paso también existiría yo, cosa
que no me haría ninguna gracia. Las ventas no son ventas y las rameras
no son rameras. Las ventas son castillos y las rameras son princesas, y
todo es humo que llena los aposentos vacíos de la cabeza”.
“Así me
quiero morir yo, tratando de apresar este idioma rebelde hecho de
palabras de viento, y llorando en mi interior por él, por lo que no
tiene remedio…”.
“El sexo es bueno. Es conveniente, inocente,
inocuo, entretenido, divertido, sano. Y bendito para la salud mental:
despeja mucho la cabeza. Bendito seas, sexo, y con lo que
sea: con hombre o mujer, perro o quimera”.
“‘Violencia es como se debería llamar ese país de nombre equivocado, y sus habitantes ‘violentanos’ y los académicos que lo estudian en las universidades norteamericanas ‘violentanólogos’”.
sea: con hombre o mujer, perro o quimera”.
“‘Violencia es como se debería llamar ese país de nombre equivocado, y sus habitantes ‘violentanos’ y los académicos que lo estudian en las universidades norteamericanas ‘violentanólogos’”.
“Ya saben lo que
fue la mano firme: la mano tendida a los secuestradores, asesinos y
genocidas paramilitares, la mano traidora que les ha estado extendiendo
el remilgado a los de las FARC. Don bellaco es un hombre generoso, tiene
el corazón muy grande. Colombianos: roben, atraquen, secuestren, maten
que aquí tenemos de primer mandatario a nuestro primer alcahueta. No
teman ningún castigo que se quedarán impunes, esto es el reino de la
impunidad. ¡Y yo que creía que lo más vil que había producido Colombia
eran César Gaviria y Andrés Pastrana! ¡Pendejo! Este país se supera”.
“Antiguallas del siglo xix que dan risa en el xxi . Hoy la gloria es el éxito y la patria un equipo de fútbol”.
“No
habrá futuro para Colombia mientras la plaga de la Iglesia católica (a
la que en los últimos años se le han venido a sumar las sectas
protestantes) siga pesando sobre nosotros
como detentadora de la verdad y la moral en contubernio con el poder político”.
como detentadora de la verdad y la moral en contubernio con el poder político”.
“Paz
no es sinónimo de impunidad. No se puede construir una sociedad sobre
la impunidad como no se puede construir un edificio sobre un pantano.
Los delitos hay que castigarlos”.
“Y si el hampa y el narcotráfico
pesan hoy sobre todos nosotros como una condena diferida de muerte que
día a día uno por uno de nosotros debemos enfrentar, es porque esta
clase inepta los permitió, cuando no es que los toleró beneficiándose de
ellos, y les dejó tomar fuerza hasta que no hubo control posible. La
moneda del desastre de Colombia tiene dos caras: una inocente y otra
delincuente. Y la acuñó la Ley. La Ley atropelladora y prostituta que
dictaron los partidos liberal y conservador”.
“No fui músico, que
es lo que me habría gustado ser, y me tuve que contentar con esto, la
literatura, unos libritos miserables, efímeros, hechos de deleznables
palabras que se lleva el
Viento”.
Viento”.
“Estoy convencido de que a
mí, tarde o temprano, hable un poquito más de la cuenta o me calle, a mí
también uno de estos días este país me terminará por condecorar: con
una bala”.
“Me pienso poner al final esto de epitafio: ‘Pasó por esta vida como un ventarrón tumbándole la cal a una tapia’.