viernes, 10 de mayo de 2013

Crítica a la critica

Con la habitual amenidad de su prosa, el inglés Terry Eagleton realiza una profunda y lúcida revisión de la teoría literaria de orientación marxista

Eagleton. /Colin McPherson /adncultura.com
"La crítica marxista no es solo una técnica alternativa para interpretar El paraíso perdido o Middlemarch. Es parte de nuestra liberación de la opresión, y por eso vale la pena discutirla en extenso." Así culmina Marxismo y crítica literaria este académico que no sólo circula y debate en los corrillos universitarios sino que también transita y lucha fuera de ellos, encarnando el mandato de la famosa "Tesis 11" del joven Marx.
Publicado en inglés en 1976, enhorabuena se da a conocer este imprescindible texto en una traducción castellana hecha en la Argentina que Eagleton prologó especialmente. Autor de otros títulos que versan sobre la lógica cultural del capitalismo y su relación con la literatura, este libro aborda núcleos temáticos en los que pone en tensión -cuando no demuele- ciertas interpretaciones marxistas. Pero al mismo tiempo que es de interés para el lector ducho en estas cuestiones, lo es para el neófito. En efecto, citando y reinterpretando, Eagleton comienza el libro con el análisis de los términos "base y superestructura" y el lugar que ocupan la literatura y el arte dentro de esta última. Y entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, entre la sociedad y el arte, el autor va desplegando redes de conceptos que permiten adentrarse en el océano de la literatura. Rodeado de buceadores, Eagleton, protegido por su maciza escafandra argumental, critica a la crítica literaria marxista. Su blanco lo constituyen las teorías formalistas y el marxismo vulgar, no sólo cuando analiza las relaciones entre "forma y contenido" literario sino también cuando pasa revista al compromiso del escritor y su obra con la causa del proletariado. En su paseo crítico es riguroso: mientras que Marx nunca usó la metáfora del reflejo para referirse a una obra literaria, Lenin se revela vulgar al interpretar los escritos de Tolstoi como "espejo de la revolución rusa de 1905". Diferente del caudillo bolchevique fue Trotsky, quien alejándose al mismo tiempo del formalismo y del marxismo vulgar propuso que "una obra de arte debe ser juzgada en primer lugar según su propia ley". Trotsky es el único crítico literario del que Eagleton admira su "lucidez crítica" plasmada en Literatura y revolución, llegando a calificar de "excelente" su formulación de que la creación literaria es "una deformación, una alteración y una transformación de la realidad según las leyes particulares del arte".
A Lukács y Goldmann les critica su concepción hegeliana -ergo, no marxista- al analizar la obra literaria como "totalidad unificada", mientras que de Althusser y Macherey valora "la relación que proponen entre literatura e ideología". Althusser sostiene que el arte se encuentra dentro de la ideología, pero al mismo tiempo logra distanciarse de ella; Macherey plantea que la "ilusión", como experiencia ideológica común de todos los humanos, es el material sobre el que trabaja el escritor dándole forma y contenido, transformándolo en algo diferente.
Macherey es la puerta de acceso a Brecht, y sobre la producción teórica de ambos se sostiene la tesis fundamental de Marxismo y crítica literaria: así como una performance dramática no reproduce un texto dramático sino que lo transforma en un producto único, la literatura no es un mero reflejo de la realidad.
Brecht y Benjamin son los últimos autores tratados en el libro. Pese a la tendencia "tecnologista" de ambos intelectuales, rescata el lugar que ambos conceden al autor como productor; es decir que devuelven a la estética la base materialista que no sólo cierta crítica literaria no marxista nunca le dio (el escritor como "creador" aislado de las relaciones sociales en las que está inscripto) sino que además Lukács -entre otros- desde el marxismo le quitó. En este punto -el escritor como productor, como un trabajador que transforma ciertos materiales dados en un producto nuevo- Eagleton vuelve al territorio de partida, "base estructural" de su andamiaje teórico: el arte es un producto de la división social del trabajo (Marx dixit).
Marxismo y crítica literaria
Terry Eagleton
Paidós
Trad.: Fermín A. Rodríguez
164 páginas