Owen Sheers, el escritor galés ha encontrado en su literatura un lugar privilegiado para ver los efectos del conflicto y la violencia en la vida de las personas
El escritor Owen Sheers presentará en el Hay una obra de teatro que cuenta con los testimonios e interpretaciones de 30 soldados heridos en combate. /Hay Festival./elespectador.com |
Sara se levanta un día y al recorrer, como de costumbre, el mapa
tibio que deja sobre el colchón el cuerpo de su esposo todas las
madrugadas, se da cuenta de que el espacio está frío, con la frialdad de
quien ha dejado el lecho hace mucho tiempo o, es más, no ha dormido en
él.
Sara cree que su marido ha salido de casa muy temprano para ir
al pueblo, pero a medida en que va transcurriendo la mañana irá
descubriendo, junto con las otras mujeres del pueblo, que lo que ha
pasado en realidad con su esposo, y con el resto de los hombres, es que
las han abandonado. Esta es la escena inaugural de Resistencia, la
novela del escritor galés Owen Sheers, invitado al Hay Festival de
Cartagena. Ese abandono le servirá al escritor para acentuar en la trama
del libro la forma como las resistencias no sólo se labran con las
armas, se labran también con la moral, arreciando los sentimientos.
El
mundo en el que se desenvuelve esta novela de 385 páginas es uno
diferente al que conocemos. Las fichas del pasado se han movido de otra
forma. La historia ha registrado otras consecuencias. Los vencidos de la
Segunda Guerra Mundial no lo fueron, Alemania ha quebrantado a Rusia,
las noticias para 1944 son más negras que nunca y la temida invasión a
Inglaterra por parte de las fuerzas nazis ha ocurrido.
“Un viejo
campesino que conocía de tiempo atrás empezó a contarme cómo a la edad
de 16 años había hecho parte de una organización que planeaba la
insurgencia civil en toda Inglaterra contra la posible ocupación alemana
de la isla, una invasión que era un temor real, ya que se consideraba
inminente. Cuando terminé la charla con el viejo, empecé a escribir lo
que me había contado y entonces pensé que quería crear una versión de la
Segunda Guerra Mundial en la que esta insurgencia tuviera que actuar.
Pero además quería explorar un hecho histórico que había sucedido en los
Montes Negros, al sur de Gales, en donde un grupo de gente creyó que
podría vivir la vida en tiempos de guerra de una forma diferente si
conseguía mantener su aislamiento”, explica el joven escritor que ha
ganado premios como el Young Writers Award, concedido por la revista
Vogue, y el premio al mejor libro galés en 2005, con The Dust Diaries.
“Mi
trabajo como novelista consistió en imaginar un final alternativo para
la Segunda Guerra Mundial que le sirviera a los propósitos de mi
historia, dándole el contexto psicológico que deseaba. No estaba
preocupado por satisfacer a los historiadores, pero tenía que sentirse
real y tener sentido”, explica Sheers.
Las mujeres abandonadas
deben empezar a ocuparse de las granjas y los trabajos, mientras
descubren que sus maridos se han unido a las guerrillas que resistirán
la invasión alemana.
Una vez sentadas las condiciones, Owen Sheers
decide apenas rozar lo histórico y en lugar de seguir a los hombres se
queda con las mujeres, las mira de cerca para dejar que ellas les den a
los lectores su propia lección de resistencia.
El silencio que
reina en esas montañas donde se desenvuelve este universo femenino que
se culpa por no haber podido anticipar el abandono de sus hombres se ve
interrumpido cuando un grupo de desertores alemanes se interna en ellas:
hombres que creen haber encontrado un refugio de la guerra, para librar
sin embargo una nueva lucha.
La guerra lo va fracturando todo,
todas las formas del mundo conocido, y aun cuando mujeres y alemanes
reconocen en el otro a su enemigo, en el juego de la supervivencia no
importará si se trata de invasor o invadido, todos se irán quebrando.
Todos delatarán sus soledades y sobre todo perderán los bandos, pues, al
fin y al cabo, sin uniformes ni armas esos hombres no son tan
diferentes a los que ellas conocían.
“Esta es una novela sobre las
mujeres. Si miras la Europa ocupada, las acusaciones de colaboración
recayeron siempre sobre mujeres, y siempre he pensado que, a menos que
hubieras estado realmente en sus zapatos, no puedes juzgarlas, porque
muchas veces el acto de colaboración es un acto de supervivencia”.
La
obra de Sheers, primero poeta, luego narrador, parece ser recurrente en
su afán de retratar el conflicto, la guerra, los efectos físicos y
psicológicos que tienen estas situaciones límites sobre los individuos y
sus relaciones, porque aunque dice que la única obligación de un
escritor es escribir una buena novela o un buen poema, siempre puede
dejar colar esos temas fantasmas que aparecen en la cabeza.
“Creo
que cuando se habla, se vive, se cuenta la vida en sus extremos, la
literatura emerge como una forma de lenguaje reparador”, dice el
escritor que trae al Hay Festival la obra de teatro Los dos mundos de
Charlie, para la que entrevistó a 30 soldados que habían estado en la
guerra y que hacen parte del elenco como un proyecto de rehabilitación.
“Creo que si, después de todo, la guerra va a seguir siendo una
condición humana frecuente, no podemos ignorarla. Cada lector, cada
ciudadano, debe conocer esas historias de dolor”, dice enfático Sheers.
En
Resistencia, en las mujeres solas, reacias siempre a confiar del todo
en los alemanes, y las almas quebradas de los soldados que quieren
volver a ser hombres y librarse de aquello en lo que se han convertido,
se encarna también el afán del escritor por descascarar el verdadero
significado de la guerra, en niveles que superan a las víctimas y los
campos de batalla.