Autor de clásicos de la ciencia ficción como Ubik o ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? que se adaptó al cine como Blade Runner, se convirtió en un fetiche de Hollywood. En 1974 tuvo una visión mística del hombre y el universo y lo volcó en un diario privado que sumó ocho mil páginas. Assange, Bush, o Cheney, parecen personajes suyos
Philip K. Dick (1928-1982) autor de más de 40 novelas de ciencia ficción que anticiparon muchos aspectos de nuestra actualidad. |
DE CULTO. Un paisaje de Blade Runner (1982), la película basada en un libro de Dick./Revista Ñ |
Philip K. Dick (1928-1982) es uno de los escritores de ciencia
ficción más importantes del Siglo XX. Pero es mucho más que eso. Para
alguien que no lo haya leído (y que huya de la ciencia ficción por
prejuicios sobre el género), buscaremos un hermano espiritual de Dick en
la Literatura con mayúscula. Entonces, Philip K. Dick es algo así como
el Franz Kafka de los Estados Unidos. Dick, como Kafka, anticipó
tendencias totalitarias de su país. Pero además percibió un espíritu
secreto de su era. En ambos casos su obra fue reconocida después de
muertos. Es que tanto uno como el otro, escribían sobre la profunda
realidad de su tiempo, sobre aquello que estaba en período de
incubación. Como los animales, que saben del terremoto antes que ocurra,
Dick, como Kafka, anticipó lo que venía y lo contó en libros
alegóricos, que parecían fantasías paranoicas hasta que se volvieron
proféticos. Por esto, y por media docena de otros motivos, Dick es un
autor canónico. Al leerlo, nuestra forma de ver nuestro mundo actual
cambia. Hasta podríamos decir que sin leer a Philip K. Dick no se puede
comprender bien el mundo en cual vivimos.
Philip K.
Dick fue un autor prolífico. Publicó más de 40 novelas y más de 120
cuentos. Además, dejó una obra secreta: sus diarios personales
autodenominados Exégesis, que abarcan más de 8.000 páginas, (una selección en un volumen, de casi mil páginas fue publicada en 2011 con prólogo de Jonathan Lethem.)
Al principio de su carrera Dick pretendía ser en un escritor de
literatura convencional y sus primeras novelas de aprendizaje fueron
realistas. Aunque terminó siendo un escritor muy exitoso, ganando
premios, lectores fanáticos, el respeto de sus pares y también dinero,
siempre luchó contra la ciencia ficción como género. Cuando empezó a
escribir, y aun en la fecha de su muerte, en 1982 con 53 años, la
ciencia ficción era un gueto despreciado por la academia y la sociedad
convencional. Hoy la situación ha cambiado, a tal punto que Dick ha sido
publicado por The Library of America, el sello editorial que define el canon de las letras estadounidenses, y la revista Time nombro su novela Ubik (1969) como una de las cien mejores novelas escritas en inglés desde 1923.
El
mundo de Dick es de cyborgs, de corporaciones omnipotentes y
monopólicas que manejan tecnologías como el control de la memoria; es el
mundo de la adicción, de la alucinación, de gobiernos autoritarios; de
paisajes pos-apocalípticos y mundos distópicos; es el mundo de la
paranoia, de las visiones místicas. Mundos paralelos. Pero dentro de
todos estos escenarios y situaciones clásicas de la ciencia ficción la
literatura de Dick se basa en las preguntas que son las mismas que están
en el centro de la filosofía y la religión: ¿Qué es el ser humano? ¿Qué
es la realidad? ¿Cuál es la naturaleza del Universo?
Para
el escritor Jonathan Lethem, la ciencia ficción de Dick está un nivel
por encima de sus contemporáneos: “Ellos estaban escribiendo sencillas
fábulas, por más que no quieran admitirlo. Pero Dick se ocupó de manera
distintiva y directa de la resaca de terror y lo irracional en la
sociedad contemperaría tecnológica. Este fue el motivo por el cual la
ciencia ficción empezó a ser importante. Porque se enfrentaba con el
hecho de que estamos viviendo en una era tecnocrática en la cual las
artes tradicionales, literarias y demás, no tenían mucho que decir sobre
esto, no encontraban un vocabulario para reconocer la velocidad de
cambio en la vida cotidiana.”
Por más que no hayan
leído una página de la obra de Philip K. Dick es muy probable que
conozcan su mundo, y no solo porque poco a poco el mundo que habitamos
se parece más al de sus libros. Es que, póstumamente, Dick se ha
convertido en uno de los autores predilectos de Hollywood. Blade Runner, Minority Report, A Scanner Darkly, Total Recall, Screamers, Paycheck, Eternal Sunshine of the Spotless Mind y The Adjustment Bureau son algunas de las películas adaptadas de obras de Dick, quien solo pudo ver la Blade Runner de Ridley Scott.
La
vida de Dick fue caótica, intensa y triste. Su padre abandonó a la
familia cuando era chico. Vivió toda su vida en diferentes ciudades de
California. Fue adicto a las anfetaminas; lo ayudaban en su frenético
ritmo de escritura pero le dejaron secuelas que, al fin, resultaron
mortales. Tuvo cinco esposas y tres hijos, a ninguno de los cuales trató
bien. No participó en su crianza ni los auydó econonómicamente. Hasta
llegó a golpear a una de sus esposas. Era profundamente paranoico y con
motivos. En un evento nunca explicado su casa fue robada, y destruida,
pero solamente fueron extraídos sus papeles personales. Vivía de
escribir pero siempre le faltaba dinero. Sentía que como escritor nunca
había sido valorado como se merecía.
Dentro de
toda esta cotidianeidad hay dos eventos fundamentales en la vida de
Philip K. Dick alrededor de los cuales él mismo, obsesivamente y
torturadamente, configuró su psique. El primer evento fue la muerte de
su hermana melliza, en los primeros meses de su vida, o sea en enero de
1929 (Dick nació en Chicago, el 16 de diciembre de 1928). El segundo
evento fue un delirio místico —o psicótico— en los meses de febrero y
marzo de 1974, cuando tenía 46 años.
Su hermana, Jane
Charlotte Dick, murió por negligencia. La madre primeriza era inmadura, y
aparte de la escasa compañía de su marido, estaba completamente sola.
Pero no era cruel o indiferente. Abrumada por la incipiente crianza de
sus hijos, llamó a su madre por ayuda, pero ya era muy tarde.
En un accidente, quemó a su hija Jane con una botella de agua caliente
con cual intentaba calentar la cuna. Los médicos llevaron a los mellizos
al hospital. La niña murió en camino y el niño se salvó después de
estar varios días cerca de la muerte. Ambos estaban desnutridos.
Años después, en el Exégesis, Dick
escribió: “Es el Jane dentro de mi —el ánima o el principio femenino—
que es el lado lacrimoso de mi ser, que está enfermo y que ahora busca
ser hospitalizado. Es Jane dentro de mí que se está intentando morir. O,
en realidad, es la Jane que realmente murió, que repite sus pasos en mi
anima una y otra vez, ese viaje mortal que se dio por la negligencia.
Es la Jane-dentro-de-mi que ahora esta asustada y deprimida. Pero si la
Jane dentro de mi se muere ahora me llevará a mí (el mellizo masculino)
con ella, con lo cual no tengo que sucumbir. Jane tendrá que seguir
viviendo en su existencia vestigal a mi lado aunque esté al otro lado…”
Para
el biógrafo Lawrence Suten la muerte de Jane es el evento central en la
vida psíquica de Dick: “El tormento se extendió a través de su vida
entera, manifestándose en las relaciones difíciles que tuvo con las
mujeres y con su fascinación por resolver los dilemas dualistas” como el
de humano/androide, por ejemplo, que es central a su obra.
El
otro evento central en la vida de Dick fue una serie de visiones que
duró dos meses enteros, en 1974. En ese momento vivía en Orange County
en California. Volvía del dentista donde había sido tratado por un dolor
de muela. De vuelta en su casa le abrió la puerta a alguien que le vino
a traer su medicación de una farmacia. Era una mujer joven con un
colgante de un pez dibujado. Dick le preguntó qué significaba. La chica
le dijo que era el símbolo de las primeras sectas cristianas, las
perseguidas por el Imperio Romano. En ese momento Dick tuvo una
revelación. Tuvo un momento de conocimiento total en la cual vio la
historia humana entera. Se dio cuenta que la historia no es lineal, sino
circular. Que el Imperio Romano aun existía, que esta realidad en la
cual vivimos era de hecho una especie de prisión. La visión persistió
por dos meses mutándose, multiplicándose, profundizándose.
Desde
entonces hasta su muerte Dick se ocupó de interrogarse a si mismo sobre
el significado de este evento, tratando de discernir si era una visión
mística, un sueño, un flashback de droga, un brote psicótico o
esquizofrénico, o una combinación de todas estas cosas. El episodio, que
el denominaba “2-3-74” no solo le brindó una visión de la “realidad”
sino también una mirada sobre el significado de su obra y el sentido de
su vida.
Nos cuenta Lethem en la introducción a una selección del Exégesis :
“Dick comenzó a ver todos sus escritos anteriores —especialmente sus
novelas de ciencia ficción de los 60— como un intricado e inconciente
precursor a sus percepciones visionarias… [En el Exégisis] Dick escribió
sobre la ternura, sufrimiento y naturaleza del universo; sobre la
esencia de la tragedia; sobre alienígenas de tres ojos; robots hechos de
ADN; cultos cristianos antiguos y reprimidos cuyas creencias esenciales
predecían la teoría Marxista; viajes en el tiempo; radios que siguen
tocando después de ser desenchufadas; y la naturaleza verdadera del
universo como le fue revelado en el Libro tibetano de la muerte, El origen de la conciencia y la mente bicameral de Julian Jaynes, y la película Tres mujeres de Robert Altman” entre muchas, muchas otras cosas.
Para algunos lectores la obra más importante de Kafka son sus diarios. Tal vez el Exegesis de
Philip K. Dick tenga el mismo destino. Si hay una critica que se le
puede hacer a las obras de Dick es que sus ideas y sus mundos son mucho
más fascinantes que su prosa en si. Tal vez no sea incorrecto decir que
Dick no es muy buen escritor.
Pero esa evaluación excede los límites de esta Vida Breve. En todo
caso, Dick mismo ha respondido a esta duda. Escribió, justamente en sus
diarios íntimos:
“Soy un filósofo que ficcionaliza, no
un novelista; mi habilidad de escribir cuentos y novelas es utilizada
con el fin de dar forma a mis percepciones. El centro de mi escritura no
es el arte sino la verdad. Por lo tanto lo que yo cuento es la verdad,
y sin embargo no hay nada que pueda hacer para aliviarla ni por hechos o
explicaciones. De todas maneras esto suele darle ayuda a un tipo de
persona sensible y atormentada por el cual hablo. Creo que entiendo el
ingrediente en común en ellos a quienes mi escritura les ayuda: ellos no
pueden atenuar sus propias sospechas sobre la irracional y misteriosa
naturaleza de la realidad. Y para ellos el corpus de mi escritura es un
largo argumento acerca de esta inexplicable realidad. Es una integración
y presentación y análisis y respuesta y historia personal.”
Philip K. Dick hizo algo aparentemente imposible. Escribió sobre el espíritu de nuestros tiempos. Se murió antes de Internet, antes de la Guerra contra el Terrorismo y la Guerra Contra las Drogas.
No llegó a ver la realidad virtual o la farmapsicologia. Pero escribió
sobre todas estas cosas y más. Julian Assange es un personaje de Philip
K. Dick. También lo son Dick Cheney y George Bush. CNN, Fox, y la
televisión reality. Todos son parte del mundo Dick.
Podríamos seguir y seguir...
Fuentes
Divine Invasions: A Life of Philip K. Dick. Lawrence Sutin.The Exegesis of Philip K. Dick.The Library of America Interviews Jonathan Lethem about Philip K. Dick. Blows Against the Empire. The return of Philip K. Dick. Adam Gopnik (The New Yorker. 20 de agosto, 2007).The
Second Coming of Philip K. Dick. The inside-out story of how a
hyper-paranoid, pulp-fiction hack conquered the movie world 20 years
after his death. By Frank Rose (WIRED.Philip K Dick Interview in France 1977 (video)Philip K. Dick - IMDbEl hombre que soñaba dioses eléctricos