martes, 8 de enero de 2013

Grieta de fatiga

Fabio Morábito en su colección de cuentos Grieta de fatiga, se aplica con rigor a contarnos esa grieta existencial 

Portada Grieta de fatiga de Fabio Morábito, de Cadencia Literaria. Edición argentina.
Desde aquellos inolvidables cuentos de Julio Cortázar, no había vuelto a leer un escritor donde el truco de su oficio narrativo hace que desaparezca esa línea que limita la ficción de lo ordinario de las cosas.  O éstas se confundan entre un ámbito de sueño y realidad fantástica a lo Kafka. Fabio Morábito en su colección de cuentos Grieta de fatiga, se aplica con rigor a contarnos esa grieta existencial que anida oculta en las realidades más anodinas para hacernos estremecer con su prosa precisa, dúctil, y de tono conciso.
Cada cuento nos provoca una suerte de halo  metafísico como de extrañeza en Puertas indebidas  donde dos  viajeros se hallan ante la disyuntiva de cerrar o abrir una puerta de separación que comparten, de aquí para allá, o de allá para acá; en una habitación de hotel. Por la lectura al azar de este cuento, seguí el resto de relatos, y quedé encandilado del poder narrativo de este escritor de origen italiano, poeta y traductor, adoptado mexicano.
Por qué las huellas de unas pisadas sobre la arena de una playa, nos pueden llevar a una inquietante persecución  al infinito de aquella premisa, que nos dice que mientras  más huimos, alguien más nos persigue en su cuento que se llama así Huellas. O resolver Crucigramas,  así titula un cuento, donde dos hermanas se dan lecciones de vida y educación sentimental, en una relación casi hostil y cargada de complejidades familiares, por supuesto resolviendo crucigramas de revistas.
Los búlgaros nos trasunta una situación de potencial infidelidad de una bella guía de turismo, mientras cuenta un escritor- su amigo sentimental- enredado en una trama de misterio y asesinato de la amante  de otro escritor amigo, a partir de los subrayados que hizo de su cuento publicado en una revista literaria.
Armaduras nos transporta al mundo de los caballeros, donde éstos truecan las piezas de sus armaduras desgastadas como piezas de recambio, donde las acciones heroicas  ya no tienen sentido en ese mundo desaparecido.
Micias  un olvidado personaje extraído de la Iliada nos sirve para darnos lecciones de deseos de vida doméstica sedentaria de una especie de antihéroe, cansado del nomadismo,  donde la épica es transgredida, en un alarde de su imaginación con reflexión filosófica incluida.
Cada cuento de Morábito está construido sin vaguedades ni intelectualismos, es una construcción precisa, y  está en el tono que debe contarse, ni le falta ni le sobra como  el protagonista del cuento La cigala–una soberbia mezcla de ingenio y de espanto– concluye acerca de la interpretación literaria que a él le valió un descalabro vital: “Tal vez ha aprendido que todo libro es autosuficiente y que a la larga él mismo facilita las explicaciones que se necesitan para entenderlo.” Escritos con la lentitud del orfebre, los cuentos de Grieta de fatiga piden una masticación igualmente lenta y meticulosa para decantar sus varios sustratos semánticos.

Grieta de fatiga
Fabio Morábito
Cuentos
Cadencia Literaria 
Edición argentina