Velox protagoniza la novela del mismo nombre de la historiadora rusa Anastassia Espinel Souares
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| De Anastassia Espinel Souares, Premio Novela Corta 2012 Universidad Central./vive.in | 
La historiadora rusa Anastassia 
Espinel Souares recuerda que su pasión por los hechos del pasado viene 
desde niña, cuando cogía los libros de humanidades y con los datos que 
se encontraba escribía historias para divertir a sus compañeros de 
clase.
Algo parecido acaba de hacer la profesora con uno de los 
hechos históricos más impactantes para el Imperio Romano: la derrota que
 sufrió, a manos germanas, en la famosa batalla del bosque de Teutoburgo
 (año 9 d.C.), en el que fueron exterminadas por completo tres legiones 
romanas (XVII, XVIII y XIX) y se les impidió continuar su expansión más 
allá del río Rin.
Para relatar este suceso, Espinel apeló a sus hábitos de 
la niñez, con el ánimo de contarlo de una manera distinta, desde la voz 
de uno de los perros legionarios. Así cobró vida la novela Velox, que 
lleva como título el mismo nombre del can que la protagoniza, que 
terminará enterneciendo al lector.
Este libro ganó el Premio Nacional de Novela Corta 2012, de la Universidad Central.
“Existen varias novelas sobre este tema, contadas por 
protagonistas de uno u otro bando, lo que antepone la perspectiva romana
 o germana. Yo quería ir un poco más allá y el mejor para contar la 
historia fue el perro de las legiones”, explica la autora, doctora en 
Historia y docente de la Universidad Industrial de Santander.
A través de sus investigaciones, Espinel encontró que los
 romanos tenían, en sus legiones, destacamentos especializados de 
perros, con armaduras y cascos específicamente diseñados para ellos. 
“Eran una máquina asesina perfecta –anota–. El casco tenía una punta 
para correr bajo los caballos del enemigo y abrirles el estómago de un 
solo corte, pero lo que más me chocó es que eran material desechable, 
porque rara vez un perro sobrevivía más de dos o tres combates”.
Lo interesante de libro, explica su autora, es que 
mientras estos perros eran adiestrados para atacar a los humanos, Velox 
–su personaje– desafía las reglas buscando un compañero. Así da con 
Vibio, un joven humilde romano que entra al ejército más por necesidad 
que por vocación.
“Para nosotros, el perro es el compañero del hombre, pero
 como el propio Velox lo dice en el libro: ‘Nosotros los perros 
legionarios no tenemos dueño en el sentido estricto de la palabra. 
Pertenecemos a una legión’. Y Velox desafía las reglas y escoge un amo, 
un amigo dentro de las filas de la legión y se va en contra de todo. En 
ese sentido, podríamos decir que Velox durante todo el libro lucha por 
ser un perro normal”, concluye.                
 
 
