Expertos de EE.UU., Alemania, Francia, España, México, Perú y Colombia participarán en el Congreso Internacional Cervantes: las Novelas ejemplares y otros ejemplos narrativos. Un experto explica la importancia del legado del padre de la novela moderna
Portada de la época de Novelas ejemplares. Nótese la extensa dedicatoria./elespectador.com |
Hasta 1613 el género novela se asociaba básicamente con la tradición
italiana, con Giovanni Boccaccio y sus epígonos. Pensar en la novela era
pensar en “narraciones llenas de sensualidad y procacidad, donde
adulterio y concubinato parecen campar por sus respetos para solaz del
lector […]. La novela soportaba el sambenito del desprestigio moral”.
En
ese contexto Miguel de Cervantes publicó sus Novelas ejemplares, doce
relatos de entre 30 y 60 páginas caracterizados por la impecable
construcción de sus personajes, la fluidez de la narración, la viveza de
sus diálogos y el tono realista con que construyó los contextos.
Cervantes contaba ya con un reconocimiento literario debido en gran
medida al primer tomo de Don Quijote de la Mancha.
El éxito de las
Novelas ejemplares fue inmediato y lo testimonian en esa época las
decenas de ediciones, las traducciones y, por supuesto, las noticias
sobre la piratería. Pero el título del libro era polémico pues entrañaba
en la época una contradicción: si eran “novelas” no podían llevar el
adjetivo “ejemplares”. Cervantes, en el prólogo de su obra, intentó
resolver el problema: “Heles dado nombre de ejemplares, y si bien lo
miras, no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún ejemplo
provechoso; y si no fuera por no alargar este sujeto, quizá te mostrara
el sabroso y honesto fruto que se podría sacar, así de todas juntas,
como de cada una de por sí”.
La polémica sobre el título duró más
de trecientos años, hasta que en 1920 Miguel de Unamuno la sacó del
terreno moral y la puso en el terreno estético al señalar que estas
novelas eran ejemplares “en tanto que cada relato es ejemplo narrativo
de un género de ficción”. Leer en 2013 las Novelas ejemplares es
pasearse por casi todas las formas de entretenimiento de los lectores de
los siglos XVI y XVII: hay novelas de aventuras y desventuras amorosas
(llamadas bizantinas), como El amante liberal o La española inglesa; hay
novelas picarescas, como Rinconete y Cortadillo o El coloquio de los
perros; hay novelas con un fuerte contenido ideológico, como La
gitanilla o La fuerza de la sangre; hay novelas sobre “cuestiones de
amor”, como Las dos doncellas o La señora Cornelia; hay novelas con una
marcada influencia italiana que tematizan el matrimonio, como El celoso
extremeño o El casamiento engañoso; hay una novela con tono filosófico,
El licenciado Vidriera, e incluso hay una novela, La ilustre fregona,
que ha sido leída como “ejemplo de estructura novelesca cervantina”.
Algún
crítico señaló que el Quijote fue primero una pequeña “novela
ejemplar”, pero Cervantes descubrió las inmensas posibilidades
narrativas de su personaje y construyó lo que todos ya sabemos. Miguel
de Cervantes debió sentirse muy orgulloso de este libro pues con él
introdujo en la lengua española la idea de “novela” como término y como
género literario. Dice en el prólogo: “yo soy el primero que ha novelado
en lengua castellana, que las muchas novelas que en ella andan impresas
todas son traducidas de lenguas extranjeras, y éstas son mías propias,
no imitadas ni hurtadas; mi ingenio las engendró, y las parió mi pluma, y
van creciendo en los brazos de la estampa”.
Con ocasión de los
400 años de las Novelas ejemplares, la Universidad de los Andes ha
organizado el Congreso Internacional “Cervantes: las Novelas ejemplares y
otros ejemplos narrativos”, evento que se celebrará los días 18 y 19 de
marzo y que reunirá a especialistas venidos de Estados Unidos,
Alemania, Francia, España, México, Perú y Colombia, quienes estudiarán
temas como los personajes femeninos, las imágenes de masculinidad, los
personajes y motivos folklóricos, las alegorías de la lectura, la
reivindicación de la honra, la cultura visual, lo teatral y lo musical.
Hugo Hernán Ramírez. Doctor en literatura hispánica de El Colegio de México, magíster en
literatura hispanoamericana del Instituto Caro y Cuervo y literato de la
Universidad Nacional. Dirige el Departamento de Literatura de la
Universidad de los Andes.