viernes, 27 de febrero de 2015

El talento de Miss Highsmith

Se reedita  Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio  o esa 'cocina' donde la autora de  Extraños en un tren  desvela su proceso creativo. Y, a la vez, se vuelven a publicar todas sus novelas. Un placer pantagruélico para los amantes de la literatura

Patricia Highsmith, escribiendo sus trucos en su casa de París en 1977. /elmundo.es

La publicación de la obra completa de un escritor fallecido suele darse cuando se cumple un aniversario emblemático de su nacimiento o de su muerte. Patricia Highsmith, autora conocida mundialmente por su personalidad antitética, ha sucumbido a la tradición. En el XX aniversario de su muerte, Anagrama, la editorial que fue fiel a la escritora en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, acaba de inicar la reedicción de la obra completa de una autora imprescindible. La novela negra vive una época dorada y para un devoto del género, renegar de Patricia Highsmith es como ser católico y perjurar de Dios.
Desmontar a Highsmith se puede hacer a través de sus novelas y de los personajes que la hicieron célebre, o a partir de un libro que acaba de editar la editorial Círculo de Tiza titulado 'Suspense. Cómo se escribe una novela de misterio', un ensayo escrito por la autora de Fort Worth que trata de ahondar en el proceso de creación sin pretensiones de adoctrinar. El camino que debe elegir cada escritor es personal e intransferible.
'Suspense' no es un manual de instrucciones. Nos lo advierte la autora en un prefacio en el que asegura que la profesión de escritor es apasionante, precisamente, por la posibilidad de fracasar. Y con el fracaso como posibilidad y sin la fórmula del éxito en el bolsillo, Highsmith hace una disección sin concesiones de un oficio como escritora cultivado a lo largo de 50 años.
Uno de los secretos para escribir un libro es divertirse con la historia que se tiene entre las manos si luego el propósito es lograr divertir a los lectores. El lector, persona de mentalidad activa a pesar de su actitud pasiva, siempre busca que suceda algo y su función como escritora es la de sorprender. Para demostrar sus postulados, Highsmith recurre a sus maestros. Habla de Dostoievski y de 'Crimen y castigo', y habla de Edgar Allan Poe y de sus 'Narraciones extraordinarias'.
Asegura la autora de 'El grito de la lechuza' que el germen de sus novelas siempre ha sido una imagen. El sacrificio de una tortuga de agua, lanzada viva a un cazo de agua hirviendo, o de una tortuga de mar, decapitada cuando trata de morder un cebo, le sirvió para escribir 'La tortuga', un relato con un desenlace poco compasivo. El germen de las novelas puede ser "pequeño o grande, sencillo o complejo, quieto o móvil", escribe Highsmith, que aconseja llevar una libreta en el bolsillo para anotar las experiencias que más tarde puedan servir para originar una gran historia. Y en este punto cardinal, Highsmith resalta la necesidad del escritor de rodearse de gente estimulante. Una vida inspiradora ayuda al optimismo, y para mantener el pulso a lo largo del lapso que se necesita para escribir una novela, el escritor tiene que ser, por lo menos, medianamente optimista.
Dependiendo de si se trataba de escribir un relato breve, una novela corta o una novela larga, Highsmith necesitaba de seis semanas a tres años. Y en este proceso largo o corto, dependiendo, como nos dice, de las lunas que iluminan el camino, tienen que quedar resueltas todas las cuestiones que ayudan o perjudican al relato. Preguntas de índole de si el protagonista debe de ser un vencedor o un vencido, de si el tono debe de ser de comedia o de tragedia, y, algo fundamental, qué tipo de acercamiento emocional tendrá el narrador a la historia. Highsmith se decanta por el criminal simpático, también conocido como "el héroe criminal". Y en cuanto al ritmo narrativo, dependerá de la historia que tenga entre las manos en conexión con la mente. Quienes hayan leído los libros de Patricia Highsmith, le darán la razón cuando la autora asegura que le gustan los giros inesperados que compliquen la vida del protagonista y que, de paso, signifiquen estirar al máximo la credulidad del lector en el sentido de quebrar su sentido de la lógica.
Son muy interesantes las opiniones que versa sobre la importancia del narrador. Una vez tuvo la idea de entregarle las riendas de la narración a un muerto, pero sólo fue una idea. Sea el protagonista, o uno de los personajes o el escritor en el rol de mirón, ella siempre se decanta por dos puntos de vista como conductores de la trama.
Escribir una novela significa perseverancia. Un primer borrador, un segundo borrador... El escritor tiene que estar abierto a pulir todas las esquirlas de la narración antes de que pase a imprenta. Se supone que la calidad literaria es una cualidad intrínseca de su oficio como escritora, una marca reconocible tras muchos años de relación con el público, pero los relatos están muertos si no fluyen por la mente del lector. Como un río que necesita de la lluvia para discurrir, el lector debe identificarse con la historia y sus personajes para que circulen por su mente.
'Suspense. Cómo se escribe una novela' de misterio es un libro entretenido y muy útil para enfrentarse con la inteligencia de Tom Ripley a las obras reeditadas por Anagrama y englobadas en una colección que permite recuperar a una autora que, como dijo Graham Greene, "ha creado un mundo original, cerrado, irracional, opresivo, donde no penetramos sino con un sentimiento personal de peligro y casi a pesar nuestro, pues tenemos enfrente un placer mezclado con escalofrío".