Este verdadero SOS del sector surge frente a la inacción o acción
deficiente de los diferentes gobiernos ante la falta de políticas
adecuadas en educación y fomento de la lectura, el equivocado enfoque
más comercial que cultural del propio sector editorial y cierta apatía
de la sociedad frente al libro. “No queremos un plan cosmético, sino
integral. No queremos solo una campaña en televisión que diga ‘Leer es
sano para el cerebro’. Debe ser algo más serio, permanente y acorde a
los tiempos de lo analógico y lo digital”, reclama Daniel Fernández, nuevo presidente de la FGEE, en una entrevista con este diario.
“Este es uno de los fracasos de la democracia. Nuestros hábitos de
lectura no han crecido de la misma manera que lo han hecho nuestra
riqueza y desarrollo”, se lamenta Fernández. Ante este panorama, en el
séptimo año de crisis y reconversión del sector, advierte: “Sin el ánimo
de ser nacionalistas, si no defendemos el territorio en lo que somos
líderes, estamos condenados a ser colonizados cultural e
ideológicamente”.
La petición del plan de lectura busca cambiar unos números que empujan al sector al abismo:
- 300 millones de euros es lo que se dejaría de estar percibiendo, cada año, por la piratería.
- 14,1 euros es el precio medio de un libro, frente a los 12,72 de hace diez años.
- 3.223 es la tirada media de ejemplares por cada título, mucho menor que hace unos años.
El libro es la primera industria cultural de España. Aporta el 0,7%
del Producto Interior Bruto (PIB), con 2.700 millones de euros en 2013
(todas las industrias culturales del país representan el 3,7% del PIB y
el 2,6% del empleo). Por eso, el sector no entiende, como ya dijera el
presidente de la FGEE, que solo reciban “migajas, cuando no el desprecio
del Gobierno”. La intención es que se ponga en valor la mayor industria
cultural del país, “y que la sociedad tome conciencia del respeto al
libro y se convierta en el centro del conocimiento, la cultura y el
ocio, estrechamente vinculados a la educación y el progreso humano”. La
sensación es que se ha pasado de casi un analfabetismo funcional al
ordenador, dejando el libro por el medio: “Hemos pasado del burro al
ave, no leíamos en burro y no mucho en ave”.
EL FUTURO. ¿En manos ajenas y en bancarrota?
Para no ser colonizados cultural e ideológicamente, Fernández
considera clave mantener la posición de liderazgo cultural en España y
del libro en América Latina, que ha amortiguado el retroceso, e incluso
ampliar a otros mercados. Para lograrlo, dice, debe haber empresas
fuertes, dinámicas y con capacidad para responder a las demandas de los
lectores. Pero, advierte: “O cambia la actitud de los poderes y
administraciones públicas con respecto a la lectura y el libro, o vamos a
ser más pequeños y a arriesgarnos a una bancarrota relativa. O a que
también este sector pase a estar controlado por bancos de inversión
foráneos o grandes grupos multimedia no precisamente de aquí”.
LA LECTURA. Centro del progreso
El 65% de los españoles que no lee o lo hace a veces argumenta que no
le gusta, no le interesa o no lo hace por falta de tiempo, revela la
reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Pese
a que la oferta de títulos supera el medio millón.
La propuesta para recuperar el valor del libro incluye actualizar la
enseñanza en las aulas, convertir la lectura en algo transversal a todas
las materias, preparar a los profesores, recuperar las bibliotecas
escolares y contribuir a la supervivencia del tejido de librerías, y
también un refuerzo de la lucha contra la piratería. Sobre los libros de
texto, la FGEE pide que se devuelva la ayuda a las familias y se retome
la compra para bibliotecas públicas.
Cuando el informe PISA dice que los chicos españoles no tienen buena
comprensión lectora, ni capacidad de expresión oral o escrita, lo que
está diciendo, aclara Fernández, es que hay un déficit de lectura
básico: “El futuro de los países se juega en la educación y la capacidad
de los editores y de los lectores van intrínsecamente unidos”.
LA INDUSTRIA. Mea culpa del sector
Hasta 2008 se vendían muchos libros: 3.739 millones de euros en facturación, mientras que en 2013 fueron 2.500 millones,
lo cual devuelve a la industria a cifras de hace dos décadas. Daniel
Fernández admite que pudo haber una burbuja editorial y que poco se hizo
para fomentar la verdadera lectura: “Esto no es solo un negocio, debe
tener además valores culturales”.
EL PRECIO. Más caras otras formas de ocio
En 2005, en plena euforia de la bonanza económica, el precio medio
del libro era de 12,72 euros. Hoy es de 14,6 euros. Es uno de los
renglones que menos se ha visto afectado. Han desaparecido empresas, se
han reducido las plantillas o se han bajado los porcentajes a los
autores mientras el precio de la obra ha aumentado. “No son caros, y en
comparación con lo que gastamos en otras formas de ocio tiene un buen
precio”, defiende el presidente de los editores. El sector del libro, a
diferencia de otros, no es subvencionado. Las subvenciones apenas
representan un 1% de la facturación.
LO DIGITAL. Política educativa
El libro electrónico es de lo poco que ha crecido en facturación.
Sobrepasa los 80 millones de euros anuales, es decir el 3,7% del total
de venta obras en todos los formatos. Los que triunfan en digital son el
texto no universitario y el de Ciencias sociales y humanas, que
representa el 58% de ventas, mientras la literatura logra el 17,8%. Se
trata de un área de lento pero continuado crecimiento. Cada nuevo título
se ofrece, prácticamente, de manera simultánea en papel y digital y las
editoriales no paran de digitalizar su catálogo. La oferta en este
formato alcanza ya los 122.000 títulos.
Es el mundo dual. De ahí que el Gobierno deba tener lo digital como
una política educativa y preparar a la sociedad, opina Fernández. Lo
primero, añade, es la necesidad de adaptar la enseñanza a los nuevos
tiempos. No se trata, por tanto, dice, de una mera dotación de
herramientas tecnológicas sino que debe ir acompañada de contenidos
digitales adaptados a las necesidades de profesores y alumnos. Sin
olvidar, afirma el editor, la necesidad de explicar desde la escuela la
importancia de la creación y el respeto a la propiedad intelectual.
España está a la cabeza de la piratería en Europa “y esto es algo que
también hay que combatir desde la escuela”.
PIRATERÍA. Conciencia ciudadana
Del 58% de los españoles que dicen leer en formato digital, solo el
32% paga por las descargas. El restante 68% lo hace de manera ilegal. El
derecho de autor es una conquista social, reivindican desde la FGEE:
“Necesitamos que la Ley proteja de una forma adecuada la propiedad
intelectual y la creación porque, de lo contrario, existe el riesgo de
que esta desaparezca y seamos colonizados culturalmente". Si no se
defiende al autor y a la creación, dicen, se tenderá hacia un mundo en
función del mecenas que no desean. “La nueva ley es un parche más, pero
estamos vigilantes ante su aplicación. Es esencial, recomienda
Fernández, empezar pronto el camino de la concienciación en la sociedad.
LA RENOVACIÓN. Concentración y nuevos sellos
Frente a empresas globales como Amazon, involucradas en los
diferentes eslabones de la cadena de valor del libro, lo que hay que
hacer, según la FGEE, es establecer unas reglas del juego que sean las
mismas para todos. Por lo demás, “sus intereses son muy distintos, salvo
en lo de pagar los menos impuestos posibles y jugar con la ingeniería
fiscal”.
El cambio de paradigma empuja a la concentración de editoriales y
permite la renovación del sector con nuevos sellos o librerías debido a
los campos desatendidos que dejan las grandes marcas. Es el
resurgimiento del editor artesano o del librero más especializado y
cuidadoso.
Estamos ante un ecosistema anfibio, analógico y digital en su minuto
uno de vida. Y es ahora cuando, más que nunca, el libro recuerda que no
es un lujo o un capricho, sino una necesidad personal, social y nacional
que contribuye a la evolución del ser humano.
En caída libre
- Un 55% de los españoles no lee nunca, o solo a veces.
- 40,6% es la caída acumulada en facturación desde que empezó la crisis, en 2008.
- 300 millones de euros es lo que se deja de percibir cada año por la piratería editorial.
- 14,1 euros es el precio medio de un libro, frente a los 12,72 de hace diez años.
- 3.223 es la tirada media de ejemplares por título, mucho menor que hace unos años.
- El libro es la primera industria cultural de España. Aporta el 0,7%
del Producto interior Bruto (PIB), con 2.700 millones de euros en 2013.
El presente es consecuencia, también, de una tormenta perfecta:
jubilación de un modelo de negocio centenario, transformación
tecnológica, cambio de hábitos de consumo cultural y crisis económica.
Pero reconoce Fernández: “Los editores no supimos convencer a la
sociedad de la importancia de la lectura en el sistema educativo.Y, tal
vez, renunciamos a que los libros fuesen el centro de esa educación que
nos debía hacer mejores. Puestos a ser más autocríticos, se han
publicado muchos engendros que no merecían la edición”.