viernes, 27 de febrero de 2015

Charlie Hebdo busca normalidad

Entrevista al director del semanario francés. "No tratamos de poner a Mahoma en la tapa cueste lo que cueste", señala Gérard Biard ante un nuevo número

Al mando. Gérard Biard dirige el semanario que fue atacado en enero./revista Ñ

"Estoy tratando de terminar mi nota editorial". Gérard Biard trabaja en su texto para el nuevo número de Charlie Hebdo, que sale a la venta mañana en París. "Estuve tan ocupado en organizar el trabajo de los demás que todavía no tuve tiempo para mí", ironiza el director del semanario satírico que el 7 de enero sufrió un ataque terrorista en su redacción, con un saldo de doce muertos. Luego de la tirada inédita del número siguiente a la masacre, que vendió 8 millones de ejemplares, la revista se prepara para vender unos 2,5 millones.
-¿Sobre qué será su editorial?
-Es sobre el Apartheid, y retoma las expresiones utilizadas por el primer ministro Manuel Valls. Mi idea es que existe un Apartheid, pero religioso. La población francesa es catalogada en base a la pertenencia a una fe o a otra. No son las autoridades políticas las que hacen esta distinción, sino los intelectuales y sociólogos, con efectos perversos.

-¿ Tiene una idea para la próxima tapa?
-No hay nada preparado. Ponemos sobre la mesa los temas de actualidad, los diseñadores se enfrascan en el trabajo y luego decidimos todos.
-¿Cuál es el criterio de selección?
-La caricatura debe hacer reír pero debe ante todo corresponder al tema elegido. No estamos ahí para tratar de poner a Mahoma en la tapa, cueste lo que cueste. No estamos obsesionados. Seguimos la actualidad.
-Pero se habló de dudas y malestares por la línea editorial. ¿Es así?
-Hubo discusiones más que nada sobre el momento adecuado para volver a los quioscos. Algunos pensábamos que había que reencontrar un ritmo normal cuanto antes. Otros necesitaban más tiempo. Se encontró un punto intermedio. La redacción está unida.
-¿Es difícil trabajar con los ojos de todo el mundo apuntándolos?
-Nadie debe considerarnos un emblema. Es imposible que seamos los únicos en defender los valores que deberían ser de todas las democracias occidentales. Somos un periódico, nada más. Queremos volver a hacer nuestro trabajo lo más naturalmente posible.

Traducción: Andrés Kusminsky