La compañía registra una patente para que los particulares puedan revender sus e-books, música o videos en un nuevo circuito digital de segunda mano
Editores y escritores temen que esta nueva patente sea la fórmula con que Amazon sortee el precio fijo o les deje sin remuneración ni cobro de derechos en cada reventa.
Cada paso que da Amazon causa un gran terremoto en el sector
editorial. Su nueva patente, que permitiría revender contenido digital
usado entre particulares, crea preocupación en la industria, sobre todo
entre editores y escritores.
La patente de Amazon –Mercado Secundario de Objetos Digitales-, registrada en Estados Unidos, no es más que una extensión de su modelo de préstamo de libros electrónicos. En dicho préstamo, el comprador inicial pierde el acceso a su lectura y cede el e-book a otra persona durante 14 días.
La patente de Amazon –Mercado Secundario de Objetos Digitales-, registrada en Estados Unidos, no es más que una extensión de su modelo de préstamo de libros electrónicos. En dicho préstamo, el comprador inicial pierde el acceso a su lectura y cede el e-book a otra persona durante 14 días.
Ahora, la empresa de Jeff Bezos da una nueva vuelta de tuerca. Quiere
crear un mercado de segunda mano digital en el que un particular que
adquirió de manera legal dicho e-book podría revenderlo “usado” a un precio más económico. Presumiblemente, Amazon se llevaría comisión por cada transacción.
Muchos usuarios podrían desprenderse del acceso a la lectura de un e-book que,
al ser digital, no tiene desperfectos y los nuevos compradores
adquirirlo a precios más baratos. Eso sí, Amazon se reservaría la
potestad de limitar el número de reventas.
De tener éxito dicho mercado, muchos libros electrónicos circularían
a menor importe entre particulares, con lo que Amazon forzaría
indirectamente a la baja los precios con que los editores venden su
catálogo digital "nuevo".
Ataque al precio fijoAsí, la gran preocupación
del sector es que la nueva patente podría reventar el precio fijo del
libro, aquel que el editor establece por ley invariablemente para todo
el circuito de venta y uno de factores que impide a Amazon aplicar
grandes rebajas –el descuento legal es del 5%-.
“El porqué Amazon se inventa esa patente es sencillo. Lleva luchando
durante años contra el precio fijo e intentando hundir los importes de
los e-books, incluso por debajo de su coste, para incentivar la compra de su dispositivo Kindle”, dicen fuentes del sector editorial.
Intríngulis legalAdemás, este futurible mercado
digital de segunda mano está creando alarma entre los editores y los
escritores, que sospechan que también podrían quedarse al margen de
remuneraciones y cobros de derechos de autor, respectivamente, en cada
reventa.
Por tanto, se abre un nuevo frente, sobre todo legal. ¿Podrá Amazon
crear este nuevo mercado sin contar con la autorización de editores y
escritores? Las fuentes jurídicas consultadas dan opiniones a favor o en
contra, y parece no existir acuerdo unánime.
La ley de propiedad intelectual otorga a los escritores los derechos
de reproducción, transformación, distribución y comunicación pública,
por los cuales se les remunera, bajo contrato con su editor.
Los autores cobran regalías en la primera venta del ejemplar en papel
y luego ese derecho se agota, fin. No ocurre lo mismo con una obra de
arte, que reporta ingresos a su autor o herederos en cada subasta o
segundas y posteriores operaciones.
En el caso del libro papel, cuando se vende en el circuito de
librerías de segunda mano ni editor ni autor ven un euro. Y ahí, Amazon
ha visto negocio, intentando “patentar” una tecnología para el mercado
de los e-books y demás contenido digital ya consumido.
No obstante, en el ecosistema digital cuando un particular compra un e-book no
adquiere su propiedad, sino la licencia de uso para su lectura. Por
cada descarga o acceso en la nube, el editor se lleva una parte, el
escritor otra y el intermediario -Amazon- la suya.
Las licencias sí se podrían revender siempre que se inutilice la primera copia, pero en el caso de los e-books también
entra en juego la propiedad intelectual, que impediría esa segunda
venta entre particulares sin la autorización del editor y del autor.
En este caso, Amazon necesitaría incluir en los contratos con las
editoriales -nuevos y antiguos- esa cláusula de reventa, y si no se
mencionara contractualmente es el escritor quien tiene la última
palabra: su autorización es necesaria.
“Desconozco cómo hará Amazon para articular dicha reventa dentro de la legislación de la Unión Europea.
Este mercado puede ser peligroso para el titular de los derechos de
propiedad intelectual y el intermediario no puede apropiarse de esos
derechos”, afirma Javier Díaz de Olarte, jefe de los servicios jurídicos
de Cedro.
“Una vía de salida sin litigios para ambas partes sería que editores y
escritores cobraran un porcentaje por la reventa, aunque no le veo
futuro a este mercado. El alquiler de contenidos digitales ya existe y,
además, no creo que nadie acuda a la segunda mano si los puede conseguir
gratis por otros medios”, dice Pascual Barberán, abogado experto de
Propiedad Intelectual.
“Amazon se inventaría un nuevo derecho. Hay debate para ambas
posiciones, las que afirman que puede crear ese mercado sin autorización
–la venta de la licencia agota el derecho de autor-; y las que no, bajo
el amparo de la ley de propiedad intelectual –editor y autor deben dar
permiso-”, explica Xavier Ribas, abogado experto en Derecho de las TIC.
Por tanto, el debate será largo y puede derivar en una guerra abierta
entre Amazon y las editoriales si no logran acuerdo, sobre todo, si el ebaybook,
como ya lo llaman algunos editores despectivamente, atenta contra la
política de precios de las editoriales y bombardea el precio fijo.
En última instancia, serán los editores quienes decidan si bloquean
un hipotético mercado de segunda mano digital patentado por Amazon para
que no compita directamente con su actual catálogo de e-books o bien negociar con la multinacional para que les ceda un porcentaje del invento llamado Mercado Secundario de Objetos Digitales.