Los jardines de la disidencia de Jonathan Lethem desgrana el lado más activista de su país
El escritor estadounidense Jonathan Lethem en Barcelona. / Marco Ambrosini./elpais.com |
“Es una pena que no pueda publicar directamente en segunda mano. Soy
un verdadero apasionado de los libros usados, no de los nuevos”. Sin
embargo, los ejemplares de Los jardines de la disidencia, la última novela del escritor norteamericano Jonathan Lethem
(Nueva York, 1964), publicada en castellano por Literatura Random
House, acaban de salir de imprenta por lo que los libros no tienen ni el
olor ni el tacto de papel viejo que le gustan al autor. Su relación con
las librerías de segunda mano, donde empezó a trabajar hace años,
permanece intacta y sigue al frente de una de ellas en Maine. No tiene
nada en contra de los ebookspero se define como un loco del papel, de las librerías y de las charlas.
Después de Chronic city (2011),
un retrato mordaz de los habitantes de Manhattan, Lethem se ha
sumergido en la historia de los movimientos de izquierda de Estados
Unidos en Los jardines de la disidencia. En la historia de su
país y, en parte, en su familia. No es autobiográfica pero personajes
centrales de la novela, como Rose Zimmer, se han inspirado en su abuela.
“En realidad, se centra en lo poco que recuerdo de ella y, sobre todo,
en lo que he llegado a imaginar”, explica. Una señora que en una foto de
los años treinta del siglo pasado portaba una pancarta en una
manifestación contra el nazismo en Manhattan. “Yo no sé del todo si fue
comunista o no, ella pensaba que era socialista y se sentía muy
patriota”, comenta. De esas cosas conversó Lethem junto a su hermana, la
también escritora Mara Lethem, en el festival Primera Persona,
celebrado el fin de semana pasado en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Sentados en un sofá revisaron recuerdos familiares y de lecturas. Una familia de izquierdas, artista y del movimiento hippie. Las fotos no dejaban ningún atisbo de duda de ello.
Un poso que se nota en Los jardines de la disidencia, una
novela que da voz a varios personajes de tres generaciones con un punto
en común: son de izquierdas. Y se adaptan generacionalmente al registro
del momento: Rose Zimmer es del Partido Comunista de los Estados Unidos
—que la expulsa de sus filas—, su hija Miriam recoge el testigo
ideológico —es hippie— pero desde el movimiento cultural y
pacifista que —contradicciones— le lleva a morir en Nicaragua, y Sergius
—el hijo y nieto de las dos, respectivamente— que se cría en una comuna
—como el propio Lethem— y acaba en el movimiento Occupy Wall Street.
Un devenir de los personajes que son el hilo conductor de la mirada
de Lethem sobre los avatares de los movimientos sociales de Estados
Unidos, de la Gran Depresión del 29,
la II Guerra Mundial, el bombardeo de Guernica, Vietnam y la revolución
sandinista, entre otros. “Para escribirlo investigué sobre la historia y
la cultura porque necesitaba un control del siglo antes de poder
liberar a mis personajes”. De cómo, por ejemplo, el idealismo de Rose
Zimmer y su marido —Albert, un judío alemán de familia rica— se viene
abajo cuando Stalin firma el pacto con Hitler. Los personajes de Lethem
no se pueden entender sin el tiempo en el que viven: “Es una manera de
expresar la forma de vida de Estados Unidos porque, a diferencia de los
europeos, nosotros mantenemos vivo el mito de que nos hemos liberado de
la historia”. En la novela lo expresa con más contundencia: “Los
americanos son un pueblo ahistórico. Los europeos no se lo pueden
permitir”.
“En realidad bajo los nombres del partido comunista o socialista lo
que subyace son reflexiones nostálgicas y parciales. Por otro lado, el
deseo fundamental y utópico de un mundo mejor sigue intacto, ese sueño
sigue vigente”, subraya. Lethem es un autor reconocido en los Estados
Unidos —se le ha enmarcado dentro de la llamada Next Generation, escritores nacidos en los sesenta como Chuck Palahniuk o Michel Chabon— donde recibió el Premio Nacional de la crítica por la novela Huérfanos de Brooklyn (2001), que será llevada a las pantallas de cine por Edward Norton y que actualmente se encuentra en proceso de preproducción y casting.
En Los jardines de la disidencia, Lethem utiliza el ir y
venir de sus personajes para abordar algunos episodios oscuros de la
historia reciente de los Estados Unidos que ilustran la persecución de
supuestos comunistas, como la época del macartismo —que promovió el
senador Joseph McCarthy durante la Guerra Fría— y el todopoderoso director del FBI , Edgar Hoover.
¿Algún parecido con la actualidad? Lethem no se piensa demasiado la
respuesta: “Ahora es fácil sobreestimar nuestra libertad, pero lo cierto
es que estamos bajo una forma muy seductora e insidiosa de control con
la que, en realidad, somos cómplices porque somos ávidos consumidores y
felices. Estamos inmersos en una sociedad corporativa y empresarial”.
No falta la ironía en Los jardines de la disidencia, como la
absurda retención en un aeropuerto de Estados Unidos de uno de los
personajes porque, según la policía, ha pasado demasiado rato desde que
ha entrado en la terminal hasta que se ha dirigido a la puerta de
embarque. Ocurre después de los atentados del 11-S
y el policía sospechaba que podía tratarse de un terrorista. La
realidad era mucho más divertida, se trataba de un apresurado encuentro sexual en los lavabos.
un apresurado encuentro
sexual en los lavabos.