El árbol de María Luisa Bombal
"El pianista se sienta, tose por prejuicio y se concentra un instante. Las luces en racimo que alumbran la sala declinan lentamente hasta detenerse en un resplandor mortecino de brasa, al tiempo que una frase musical comienza a subir en el silencio, a desenvolverse, clara, estrecha y juiciosamente caprichosa.
"Mozart, tal vez" —piensa Brígida. Como de costumbre se ha olvidado de pedir el programa. "Mozart, tal vez, o Scarlatti..." ¡Sabía tan poca música! Y no era porque no tuviese oído ni afición.De niña fue ella quien reclamó lecciones de piano; nadie necesitó imponérselas, como a sus hermanas.Sus hermanas, sin embargo, tocaban ahora correctamente y descifraban a primera vista, en tanto que ella..."
HOY:3:PM. Sala 3 |