Un libro recupera impactantes fotos del conflicto que sacudió al mundo entre 1939 y 1945
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| Un niño camina junto a los muertos del campo de exterminio de Bergen-Belsen, Alemania, 1945. / George Rodger./ elpais.com | 
Ese niño con el jersey de rayas y pantalón corto camina con aire 
despreocupado por un camino de tierra en un bosque. A un metro de él, a 
su paso, el horror. Una hilera de cadáveres, semidesnudos y 
esqueléticos. Esa imagen de un chaval junto a los muertos del campo de 
exterminio nazi de Bergen-Belsen, en 1945, es una de las cien que forman
 el libro La Segunda Guerra Mundial. Imágenes para la historia —editado por Lunwerg y con prólogo del escritor Jorge M. Reverte—, un testimonio gráfico del inmenso legado de los reporteros que arriesgaron sus vidas en aquel conflicto. 
El fotógrafo Paco Elvira
 (Barcelona, 1948) ha sido el encargado, "tras revisar 85.000 imágenes",
 de escoger unas 100 para esta obra. "Las hay muy duras, por eso he 
seleccionado otras que, para compensar, permitan sonreír". En esa 
compilación están las icónicas, las célebres, como las de Robert Capa 
del Desembarco de Normandía: "La cámara temblaba en mis manos. Era un 
miedo desconocido hasta entonces, que me hacía temblar desde los dedos 
de los pies a la cabeza", dejó escrito de aquel histórico día el genial 
reportero en su autobiografía Ligeramente desenfocado. Paco 
Elvira, que ha cubierto con su cámara medio mundo, tenía claro que en el
 libro "debían salir todos los escenarios" y también aquellas 
fotografías que más le habían impactado. Hay instantáneas poco conocidas
 de figuras como Cartier-Bresson, pero también muchas de anónimos, 
especialmente en el lado alemán.
El papel de aquellos hombres y mujeres que se jugaron el cuello por 
lograr una imagen era peliagudo. "No eran objetivo, pero corrían casi 
los mismos riesgos que los soldados. Los había que trabajaban para los 
bandos enfrentados, mientras otros iban con los militares. A Eugene 
Smith, por ejemplo, el Ejército al principio no lo quería por 
indisciplinado, aunque al final este reportero tuvo que acabar aceptando
 las normas. En definitiva, todos tenían que sortear la censura", señala
 Elvira, profesor de fotoperiodismo en varias universidades de Cataluña.
Imágenes aéreas
Elvira destaca que la Segunda Guerra Mundial sumó como novedad en la 
fotografía de guerra las imágenes aéreas, que servían para proporcionar 
información a los Ejércitos, y las de los combates de aviación. Las 
autoridades políticas y militares no querían que se mostrase fotos de 
sus soldados muertos (sí del enemigo). Sin embargo, a partir de 1943, 
ese control se relajó en Estados Unidos porque, para pedir esfuerzos a 
los civiles, permitieron que se enseñara a sus chicos sufriendo o 
heridos en el campo de batalla. Había que concienciar a la opinión 
pública para que aportara dinero.
Como explica en el prólogo Jorge M. Reverte en fotografía, la Guerra 
Civil —sobre la que él ha escrito varias obras— fue "el ensayo de la 
Segunda Guerra Mundial", un periodo este en el que "la fotografía de 
guerra se hizo mayor de edad". Elvira apunta que el fotoperiodismo 
moderno nació en el conflicto español "por la utilización de la cámara 
de 35 milímetros, sobre todo la Leica", y por la aparición de grandes 
revistas ilustradas como Life, que demandaban ese tipo de 
reportajes. De aquella tropa que retrató la guerra mundial, "los que 
mejor entendieron el valor del periodismo caliente en las trincheras 
fueron los americanos", destaca Reverte.
Esa foto del niño que camina junto a los muertos de Bergen-Belsen fue
 una de las que dejó tocado a quien la había tomado, George Rodger, que 
aunque años después estuvo en la fundación de aquella cooperativa de 
genios llamada Magnum —con Capa y Cartier-Bresson, entre otros— acabó 
dejando la fotografía. Para Reverte, los sacrificios de aquellos chicos 
que corrían de un espanto a otro con su Leica o su Contax sirvieron para
 "provocar en el público la reacción del espanto ante el conflicto". 
Unos fotógrafos, en definitiva, cuyo trabajo no se apreció hasta tiempo 
después y que "eran endiabladamente buenos y valerosos".
Instantáneas del libro La Segunda Guerra Mundial. Imágenes para la historia
Instantáneas del libro La Segunda Guerra Mundial. Imágenes para la historia
 
 
