Truman Capote desgrana unos consejos sobre la disciplina de escribir cuentos
Truman Capote aconseja disciplinarse para escribir./sinjania.es |
¿Qué fue lo primero que usted escribió?
Cuentos. Y mis más desaforadas ambiciones aún giran alrededor de este
género. Me parece que cuando es explorado con seriedad el cuento es la
forma más difícil de escritura, y la que exige la mayor disciplina. Todo
el control y la técnica que tengo los debo completamente a mi
experiencia con este medio de comunicación.
¿A qué se refiere exactamente al decir “control”?
Me refiero a mantener una preeminencia estilística y emocional sobre
el material. Llámelo algo precioso y olvídelo, pero creo que un cuento
puede hundirse por un ritmo inadecuado en una frase —especialmente si se
presenta cerca del final— o por un error en la organización de los
párrafos, o incluso por la puntuación. Henry James es el maestro del
punto y coma. Hemingway es un organizador de párrafos de primera clase.
Desde el punto de vista del oído, Virginia Woolf nunca escribió una
frase mala. No quiero decir con ello que yo practico lo que predico.
Sólo trato de hacerlo, eso es todo.
¿Cómo llega uno a la técnica del cuento?
Puesto que cada cuento presenta sus propios problemas técnicos,
obviamente no se pueden hacer generalizaciones al estilo de
dos-y-dos-son-cuatro. Para encontrar la forma adecuada para tu cuento,
simplemente tienes que descubrir la forma más natural para contar la
historia. La forma de comprobar si el escritor ha adivinado la forma
natural para contar su historia es la siguiente: después de leerla,
¿puedes imaginarla de manera diferente, o bien silencia a tu imaginación
y te parece absoluta y final? De la misma manera como una naranja es
algo definitivo. De la misma manera como una naranja es algo que la
naturaleza ha hecho simplemente bien.
¿Hay recursos para mejorar la propia técnica de escritura?
El único recurso que conozco es el trabajo. La escritura tiene leyes
de perspectiva, de luz y sombra, igual que la pintura o la música. Si
naces conociéndolas, perfecto. Si no, apréndelas. Y entonces reacomoda
las reglas para que se adapten a ti. Incluso Joyce, nuestro más extremo
inconforme, era un espléndido artesano; él pudo escribir Ulises
precisamente porque pudo escribir Dublineses. Demasiados escritores
parecen considerar que escribir cuentos es una especie de ejercicio con
los dedos. Bueno, en tales casos lo único que hacen es ejercitar sus
dedos…
Fuente: Entrevista a Truman Capote en The Paris Review