Sesenta años de El llano en llamas
Debo la lectura de El llano en llamas,
a esa obligatoriedad de leerlo para una tarea del colegio. Pero, su
lectura me fascinó, porque su lenguaje me era familiar a mi, Y al leerlo
yo recordaba a mi abuela, y por consiguiente, a mi madre, y por
extensión, a todos los campesinos de la comarca
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Juan Rulfo, que estás en los cielos... |
Después me interesé por la construcción poética -porque Rulfo es un
Poeta, así con mayúscula, condensa, abre frases que son verdadera poesía
llevada en los labios de campesinos mexicanos como también aún hay
sobrevivientes que hablan como los personajes de Rulfo; es decir sus
temáticas están ahí sin resolución, si nos atenemos, haciendo una
digresión social, que el país colombiano, vivió con las protestas del
paro agrario, que el miope y represivo gobierno santista lo negó que
existía.
Y el mundo de Rulfo, de esa aridez del desierto, de las milpas, del comal-recúerdese, que así crea
Comala,
ese mundo infrahumano, donde los muertos se levantan a desayunar, o
viven por instantes invocados por el recuerdo. Libro capital, me refiero
a
Pedro Páramo, sin el cual
Cien años de soledad no fuera lo que es...
Pero vuelvo al
Llano. Este libro es una recopilación minuciosa y
condensadamente extensa del campo mexicano; los críticos ya le han hecho
todos los estudios, yo sólo diré que es mi libro de cabecera a la hora
en quiero introducirme a escribir un cuento, salvando las distancias,
porque si Rulfo nos cuenta de la aridez del desierto, de estos
campesinos en el vivo olvido de la historia, que viven en el Olvido, que
este es el peor de los mundos, de allí que sus personajes vivan en la
muerte para que su recuerdo no se nos olvide.
También se dice que este libro es un ejercicio de tono de lo que después
despliegara en todo su extensión en los que se llama originalmete
Los murmullos.
Además, existe la leyenda, que era una extensa novela influenciada por
la prosa dura, disgresiva pero poética del gran Faulkner, que también
escribe de pueblos olvidados y áridos y desiertos del sur de los Estados
Unidos. Cuenta la leyenda, que
Los murmullos era farragosa, y
extensa, pero Rulfo, se dio a la tarea de reescribirla, tachando al
máximo, hasta convertir un arte, un arte el tachar, según dice un
escritor colombiano.
Por eso
Pedro Páramo posée ese aire libertario de romper con toda
convención formal de una novela argumental en el sentido de una
linealidad racional. Allí radica su sabiduría narrativa, dejar al lector
que la reconstruya a su modo, que la lea donde abre el relato,
anticipándose a
Rayuela, si se quiere, pero de esto ya se ha dicho mucho.
Y yo solo quiero decir que Rulfo es de los Maestros de mi canon personal...
Y el mejor homenaje que se debe hacer a un escritor en estos
onomásticos, es leerlo, releerlo para que no se nos olvide que somos
como sus personajes, polvo y olvido...