Leila Guerriero acaba de publicar dos libros: Plano americano y Una historia sencilla. La argentina se consolida como una de las voces más originales de la crónica en español
Guerriero presentó Plano americano esta semana en Colombia. A final de año llegará a librerías Una historia sencilla./ Diego Sampere./semana.com |
Dos libros de crónicas de Leila Gueriero. |
Desde hace un tiempo el periodismo narrativo latinoamericano pasa por un gran momento. Cada vez se publican más libros de autores de la región que sorprenden por su calidad y originalidad. La argentina Leila Guerriero es una de las autoras más destacadas de esta generación de narradores. Sus crónicas y perfiles aparecen regularmente en medios hispanoamericanos y ya ha publicado tres libros.
El
más reciente, Plano americano, ha recibido muy buenas críticas. “Cada
uno de estos perfiles o retratos de músicos, escritores, fotógrafos,
cineastas, pintores, cantantes, es un objeto precioso, armado y escrito
con la persuasión, originalidad y elegancia de un cuento o un poema
logrados”, escribió Mario Vargas Llosa en El País.
El
nobel peruano le dedicó una columna entera al libro en el diario
español en la que dijo que Guerriero le recordaba a los grandes maestros
del periodismo narrativo, como Truman Capote o Tom Wolfe.
En
sus dos libros anteriores, Los suicidas del fin del mundo (2005) y
Frutos extraños (2009), Guerriero ya había mostrado su talento para
contar historias fuera de lo común. En Plano americano la argentina
demuestra de nuevo por qué se ha ganado un lugar privilegiado en el
periodismo actual.
El libro, editado por la
universidad Diego Portales de Chile, recoge veintiún perfiles de
escritores, artistas y músicos hispanoamericanos. Entre ellos se
encuentran nombres tan conocidos como Nicanor Parra, Ricardo Piglia,
Facundo Cabral y Guillermo Kuitca y otros menos famosos –pero igual de
sorprendentes– como Sara Faccio, Marta Minujín y Aurora Venturini. Todos
ellos fueron publicados anteriormente –en versiones más cortas–, menos
uno: un perfil de casi 80 páginas del misterioso escritor argentino
Roberto Arlt.
“Un perfil bien hecho siempre
termina siendo algo más amplio que solo la vida de la persona. Tiene que
reflejar un contexto y una época”, le dijo Guerriero a SEMANA. “Me
gustan los personajes difíciles porque me permiten escribir textos más
ricos. Cuando me enfrento a alguien complejo, que no se puede reducir a
dos o tres rasgos, trato de armar un retrato equilibrado, que lo muestre
todo. Pero eso exige un ejercicio de observación muy cuidadoso y saber
mirar entre las grietas de cada personalidad”, dice también.
Desde
que empezó su carrera, Guerriero ha estado segura de su camino: lo que
le interesa es contar historias diferentes desde un punto de vista
único. Se tarda mucho buscando lo que quiere narrar, encontrando
personajes ocultos o excéntricos, o regresando a historias muy conocidas
en las que, a pesar de todo, no se ha dicho lo esencial.
Una
vez las encuentra se dedica a trabajar con una paciencia y una
rigurosidad ejemplares. Se sumerge por meses en la reportería y
entrevista, varias veces y por horas, a los protagonistas de su
historia. Durante esos encuentros no solo se fija en lo que dicen los
personajes sino cómo lo dicen. “Hago una investigación previa muy
amplia, en la que trato de conocer todo sobre mi entrevistado. Pero una
vez frente a él me dejo sorprender. No quiero ver en esa persona lo que
yo creo que es, sino lo que realmente es”, dice. Por eso sus textos
están construidos a partir de la sutileza y los detalles.
Este
final de año también saldrá al mercado Una historia sencilla, un largo
perfil de un bailarín desconocido. El libro comenzó como una crónica
sobre un particular concurso de baile folclórico que se organiza en la
provincia argentina.
Durante tres años
Guerriero siguió a su protagonista. “La escritura fue tortuosa,
justamente porque se trata de una historia sencilla. Los periodistas
latinoamericanos estamos rodeados de noticias sangrientas. Por eso
cuando empecé el libro me encontré con las dificultades que plantea
describir un personaje común, con una vida en la que no hay tragedias”,
cuenta.
Gracias a su talento narrativo y
enorme trabajo de investigación Guerriero ha logrado demostrar que el
periodismo puede estar al mismo nivel de la gran literatura.